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Del Seder a la salvaciónLa Atalaya 1990 | 15 de febrero
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Tenían que degollar una oveja, poner la sangre de este animal en las jambas y el dintel de las puertas, y permanecer dentro mientras cenaban cordero, pan sin levadura y hierbas amargas. Durante ese Seder, Dios ‘pasaría por alto’ a los primogénitos israelitas y no los mataría. (Éxodo 12:1-13.)
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Del Seder a la salvaciónLa Atalaya 1990 | 15 de febrero
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Aquel cordero era excepcional en varios sentidos. Por ejemplo, muchos sacrificios de animales prescritos por la Ley de Moisés eran presentados por una sola persona por pecados o culpas personales, y varias partes de los animales se quemaban en el altar. (Levítico 4:22-35.) Alguna de la carne de la ofrenda de comunión se daba al sacerdote que oficiaba, o a otros sacerdotes. (Levítico 7:11-38.) Pero el cordero pascual no se utilizaba en el altar, y lo ofrecía un grupo de personas, comúnmente una familia, quienes lo comían. (Éxodo 12:4, 8-11.)
11. ¿Qué opinaba Jehová del cordero pascual, y a qué señalaba este? (Números 9:13.)
11 Jehová atribuyó un valor tan alto al cordero pascual que lo llamó “mi sacrificio”. (Éxodo 23:18; 34:25.) Algunos eruditos han dicho que “el sacrificio pascual era el sacrificio por excelencia para Jehová”. Aquel cordero indudablemente señalaba al sacrificio de Jesús, o lo tipificaba. Sabemos esto porque el apóstol Pablo llamó a Jesús “nuestra pascua [que] ha sido sacrificado”. (1 Corintios 5:7.) A Jesús se le identificó como “el Cordero de Dios” y “el Cordero que fue degollado”. (Juan 1:29; Revelación 5:12; Hechos 8:32.)
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