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Se ayuda a la población china de MéxicoLa Atalaya 2005 | 15 de diciembre
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A fin de lograr que más predicadores atendieran a estas personas, se celebró un curso de chino mandarín de tres meses en el que los veinticinco Testigos mexicanos que asistieron pudieron aprender presentaciones sencillas. Cuando este terminó, un dirigente de la comunidad de habla mandarín de la ciudad de México asistió a la graduación, lo cual es muestra del notable efecto que tuvo el curso en la población china. Una institución china con sede en el país incluso ofreció becas a tres de los estudiantes para que fueran al extranjero a mejorar su dominio del idioma.
El curso que se impartió en México contenía sesiones de práctica. Tras aprender algunas frases muy básicas, los estudiantes se fueron a predicar al distrito financiero de la capital y lograron iniciar veintiún estudios bíblicos. Les fue muy práctico utilizar la edición del folleto ¿Qué exige Dios de nosotros? en pinyin, que consiste en una transcripción del texto chino al alfabeto latino.
Pero ¿cómo podían aquellos estudiantes dar clases de la Biblia si apenas habían comenzado a estudiar chino? Pues bien, al principio se limitaban a decir “Qing Du” (lea, por favor) y señalaban un párrafo y luego la pregunta correspondiente. Cuando la persona lo leía y contestaba en chino, decían “Shei shei” (gracias) y “Hen Hao” (muy bien).
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Se ayuda a la población china de MéxicoLa Atalaya 2005 | 15 de diciembre
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[Ilustración de la página 17]
Clase de chino en la ciudad de México
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