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Los pueblos indígenas de México oyen las buenas nuevasLa Atalaya 2004 | 15 de agosto
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Veamos un ejemplo. Una Testigo que fue a conducir un estudio bíblico no halló a la estudiante en casa. Como el esposo salió a la puerta, la hermana le ofreció leerle de un folleto. “No quiero nada”, le contestó él. La Testigo le explicó en totonaco que el folleto estaba redactado en su idioma. Al oírlo, el hombre acercó un banco y se sentó. A medida que ella le leía, él iba diciendo: “Es verdad. Sí, eso es verdad”. Pues bien, en la actualidad ya asiste a las reuniones cristianas.
En Yucatán, el esposo de una Testigo estaba tan opuesto a la verdad que a veces hasta la golpeaba cuando ella volvía a casa después de las reuniones. Cuando estas se empezaron a celebrar en maya, la hermana decidió invitarlo. Él accedió y quedó encantado, de modo que ahora asiste de forma habitual, estudia la Biblia y, de más está decirlo, ya no maltrata a su esposa.
Un hombre de habla totonaca les confesó a dos hermanas que él nunca oraba, pues el cura le había dicho que Dios solo escucha las oraciones en español. De hecho, tenía que pagar al cura para que orara por los totonacos. Ellas le explicaron que Dios escucha las oraciones en todas las lenguas y le dieron un folleto en totonaco, que aceptó con gran alegría (2 Crónicas 6:32, 33; Salmo 65:2).
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Los pueblos indígenas de México oyen las buenas nuevasLa Atalaya 2004 | 15 de agosto
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● “Una compañera de escuela que era Testigo disertó sobre el origen de la vida. Como me perdí esa clase y me preocupaba el examen, le pedí que me explicara el tema. Siempre me había preguntado por qué muere la gente, así que cuando me ofreció el libro Creacióna y un estudio de la Biblia, acepté. El propósito y el amor del Creador me impresionaron profundamente.
”Al terminar los estudios se me presentó la oportunidad de ser maestro bilingüe de español y tsotsil, pero para ello debía mudarme lejos de casa, tomar clases los fines de semana y perderme reuniones cristianas. Así que, en vez de eso, me puse a trabajar de albañil. Mi padre no era Testigo, y mi decisión no le agradó en lo más mínimo. Más adelante, mientras servía de ministro precursor, se organizó un equipo para traducir publicaciones bíblicas al tsotsil y quise colaborar.
”Veo que tener las publicaciones en su propio idioma hace que los hermanos se sientan honrados y queridos. Es algo que llena de satisfacción. Me considero muy privilegiado con la asignación que tengo.”—Humberto.
● “Mi madre nos abandonó cuando yo tenía seis años. Durante mi adolescencia, mi padre empezó a estudiar con los testigos de Jehová. Un día, una hermana me ofreció un estudio de la Biblia que también incluía consejos para los jóvenes. Como yo era una adolescente y no tenía a mi madre, pensé que era justo lo que necesitaba. Me bauticé a los 15 años.
”En 1999, mi padre fue asesinado por unos desalmados que querían sus tierras. Quedé desolada. Caí en una depresión profunda y pensé que ya no podía más, pero continuamente le pedía fuerzas a Jehová. El superintendente viajante y su esposa me dieron mucho ánimo, y en poco tiempo me hice precursora regular.
”En cierta ocasión vi unas personas que habían caminado seis horas tan solo para escuchar un discurso de veinte minutos en el idioma totonaco, aunque el resto de la reunión fuera en español y no la entendieran. Así que me emocioné mucho cuando fui invitada a colaborar en la traducción de publicaciones bíblicas al totonaco.
”Le solía decir a mi padre que mi sueño era servir en la sucursal de los testigos de Jehová, y él me contestaba que eso no sería fácil para una joven soltera como yo. ¡Qué contento se pondrá cuando resucite y se entere de que logré mi sueño al traducir publicaciones bíblicas a nuestra lengua!”—Edith.
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