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Cincuenta años de precursoras cerca del círculo polar árticoLa Atalaya 2013 | 15 de abril
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Kaisu Reikko y Aili en el ministerio del campo
En 1958, nuestro superintendente de circuito recomendó nuestro traslado a Sodankylä (Laponia) en calidad de precursoras especiales. En esa época solo había un Testigo en la zona, una hermana que conoció la verdad de forma muy curiosa. Resulta que su hijo viajó a la capital de Finlandia, Helsinki, con sus compañeros de escuela. Cuando el grupo de estudiantes iba caminando por las calles, una hermana de edad avanzada le entregó una revista La Atalaya al jovencito, que era el último del grupo, y le pidió que se la diera a su mamá. Él así lo hizo, y ella se dio cuenta enseguida de que había encontrado la verdad.
Alquilamos una habitación encima de un aserradero que nos servía de lugar de reunión. Al principio, los únicos asistentes éramos la hermana de la localidad, su hija y nosotras. Leíamos juntas la información asignada. Más tarde, un hombre que estudiaba la Biblia con los Testigos vino a trabajar al aserradero. Él y su familia comenzaron a reunirse con nosotras. Con el tiempo, el matrimonio se bautizó, y él se hizo cargo de las reuniones. Algunos hombres que también trabajaban allí empezaron a asistir y aceptaron la verdad bíblica. Un par de años más tarde, el grupo había crecido tanto que se convirtió en congregación.
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Cincuenta años de precursoras cerca del círculo polar árticoLa Atalaya 2013 | 15 de abril
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Tuvimos muchas experiencias emocionantes. Un día perdimos el autobús porque el reloj de la estación estaba adelantado cinco minutos. Así que decidimos tomar otro que nos llevó a un pueblo distinto, en una zona que nunca habíamos predicado. En la primera casa nos recibió una mujer joven que nos dijo: “Aquí están, las estaba esperando”. Le había pedido a su hermana, a quien habíamos dado clases bíblicas, que nos dijera que la visitáramos justo ese día. Pero a nosotras nunca nos llegó el mensaje. Ella comenzó a estudiar la Biblia y también lo hicieron los familiares que vivían cerca. Poco después unimos a todos los estudiantes en un solo grupo de unas doce personas. Desde entonces, muchos miembros de esta familia se han hecho testigos de Jehová.
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