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  • Jehová dirige a su pueblo
    La Atalaya (estudio) 2017 | febrero
    • JEHOVÁ NOMBRA UN LÍDER PERFECTO

      15. a) ¿Qué dijeron los profetas sobre la venida de un líder perfecto? b) ¿Quién fue ese líder?

      15 Durante siglos, Jehová profetizó que nombraría a un líder capacitado como ningún otro para dirigir a su pueblo. Moisés les dijo a los israelitas: “Un profeta de en medio de ti mismo, de tus hermanos, semejante a mí, es lo que Jehová tu Dios levantará para ti —a él ustedes deben escuchar—” (Deut. 18:15). Isaías predijo que este llegaría a ser un “caudillo [o líder] y comandante” (Is. 55:4). Y Jehová inspiró a Daniel para que escribiera sobre “Mesías el Caudillo” (Dan. 9:25). Finalmente, Jesucristo se llamó a sí mismo el Caudillo del pueblo de Dios (lea Mateo 23:10). Sus discípulos lo siguieron con gusto y reconocieron que Dios lo había elegido (Juan 6:68, 69). ¿Qué los convenció de que Jehová había nombrado a Jesucristo para dirigir a su pueblo?

      16. ¿Qué pruebas demuestran que Jesús había recibido poder del espíritu santo?

      16 El espíritu santo le dio poder a Jesús. Cuando Jesús se bautizó, Juan el Bautista “vio que los cielos se abrían, y que, como paloma, el espíritu descendía sobre él”. A continuación, el espíritu impulsó a Jesús a ir al desierto (Mar. 1:10-12). Durante el resto de su ministerio en la Tierra, el espíritu santo le dio poder para hacer milagros y hablar con autoridad (Hech. 10:38). También produjo un fruto perfecto en Jesús, que incluía amor, gozo y una fe inquebrantable (Juan 15:9; Heb. 12:2). Ningún otro líder pudo demostrar tan claramente que contaba con el espíritu de Dios. Jehová lo había elegido.

      Ángeles fortaleciendo a Jesús

      ¿Cómo ayudaron los ángeles a Jesús poco después de su bautismo? (Vea el párrafo 17).

      17. ¿Cómo ayudaron los ángeles a Jesús?

      17 Los ángeles ayudaron a Jesús. Poco después de que Jesús se bautizara, “vinieron ángeles y se pusieron a ministrarle” (Mat. 4:11). Y unas horas antes de morir, “se le apareció un ángel del cielo y lo fortaleció” (Luc. 22:43). Jesús estaba seguro de que Jehová enviaría ángeles para ayudarlo cuando lo necesitara para cumplir con la voluntad divina (Mat. 26:53).

      18, 19. ¿Cómo guió la Palabra de Dios la vida y enseñanza de Jesús?

      18 La Palabra de Dios guió a Jesús. Desde el principio de su ministerio, Jesús se dejó guiar por las Escrituras (Mat. 4:4). Fue tan obediente a la Palabra de Dios que estuvo dispuesto a morir en un madero de tormento. Incluso en sus últimas palabras citó de profecías mesiánicas (Mat. 27:46; Luc. 23:46). Los líderes religiosos de ese tiempo eran muy diferentes. Despreciaban la Palabra de Dios cuando contradecía sus tradiciones. Hablando de ellos, Jesús citó lo que Jehová dijo mediante el profeta Isaías: “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está muy alejado de mí. En vano siguen adorándome, porque enseñan mandatos de hombres como doctrinas” (Mat. 15:7-9). ¿Verdad que Jehová no pudo haber escogido a ninguno de estos hombres para que dirigiera a su pueblo?

      19 Jesús dejó que la Palabra de Dios guiara tanto su conducta como su enseñanza. No recurrió a su profunda sabiduría ni a su experiencia sin igual al enfrentarse a controversias doctrinales. Más bien, se aferró a las Escrituras como máxima autoridad (Mat. 22:33-40). En vez de deslumbrar a los que lo escuchaban con historias sobre la vida en el cielo o la creación del universo, “les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras” (Luc. 24:32, 45). Jesús amaba la Palabra de Dios y deseaba mucho enseñarla a los demás.

      20. a) ¿Cómo reconoció Jesús que Jehová es el auténtico Líder? b) ¿Qué diferencia entre Jesús y Herodes Agripa I indica a qué clase de persona escoge Jehová como líder?

      20 Aunque Jesús impresionó a la gente con sus “palabras llenas de gracia”, le dio todo el mérito a su Maestro, Jehová (Luc. 4:22). Cuando un hombre rico trató de darle honra llamándolo “Buen Maestro”, respondió con modestia: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno solo, Dios” (Mar. 10:17, 18). Herodes Agripa I, quien fue rey o líder de Judea unos ocho años después, fue muy distinto. En un acto con varios diplomáticos, “se vistió de ropaje real”. La multitud de admiradores reunidos gritaron: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”. Sin duda, a Herodes le encantó recibir esas alabanzas. ¿Qué ocurrió entonces? “Al instante el ángel de Jehová lo hirió, porque no dio la gloria a Dios; y llegó a estar comido de gusanos, y expiró” (Hech. 12:21-23). Sin duda, ningún observador imparcial pensaría que Jehová lo había escogido como líder. Jesús, por el contrario, demostró de sobra que había sido nombrado por Dios, y siempre dio gloria a Jehová, el Gobernante Supremo de su pueblo.

      21. ¿Qué analizaremos en el siguiente artículo?

      21 Jehová no quería que Jesús fuera líder solo unos años. “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra”, dijo Jesús después de su resurrección. Y añadió: “¡Miren!, estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 28:18-20). Pero ¿cómo guiaría al pueblo de Dios en la Tierra si él es un ser invisible en el cielo? ¿A quiénes usaría Jehová para trabajar bajo la dirección de Cristo y darle instrucciones al pueblo de Dios? ¿Cómo podrían reconocer los cristianos a los representantes de Jehová? El próximo artículo responderá estas preguntas.

  • ¿Quién dirige hoy al pueblo de Dios?
    La Atalaya (estudio) 2017 | febrero
    • 1, 2. ¿Qué es posible que se preguntaran los apóstoles después que Jesús ascendió al cielo?

      LOS apóstoles están en el monte de los Olivos con la vista clavada en el cielo. Acaban de ver a Jesús, su amo y amigo, ascender hasta que lo oculta una nube (Hech. 1:9, 10). Durante unos dos años, ha sido su maestro y les ha dado ánimo y dirección, pero ahora se ha ido. ¿Qué harán sin él?

      2 Jesús les dio este mandato a sus discípulos: “Serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8). Es cierto que les prometió que recibirían espíritu santo pronto, pero ¿cómo cumplirían con esa asignación? (Hech. 1:5). Una campaña internacional de predicación exigía dirección y organización. En la antigüedad, Jehová había usado a representantes visibles, así que es posible que los apóstoles se preguntaran si nombraría a un nuevo líder.

      3. a) ¿Qué decisión importante tomaron los apóstoles fieles después que Jesús ascendió al cielo? b) ¿Qué analizaremos en este artículo?

      3 Menos de dos semanas después, luego de consultar las Escrituras y pedir la guía de Dios, los discípulos escogieron a Matías para reemplazar a Judas como uno de los 12 apóstoles (Hech. 1:15-26). ¿Por qué era tan importante para ellos y para Jehová elegir a un nuevo apóstol? La elección de Matías satisfizo una necesidad fundamental en la organización.a Jesús no escogió a sus apóstoles solo para que lo acompañaran, sino para que desempeñaran un papel clave en el pueblo de Dios. ¿Cuál era? ¿Cómo los preparó Jehová mediante Jesús? ¿Realiza hoy alguien en el pueblo de Dios un papel similar? ¿Qué implica acordarse de “los que llevan la delantera”, especialmente de los que componen “el esclavo fiel y discreto”? (Heb. 13:7; Mat. 24:45).

      UN CUERPO DE CRISTIANOS DIRIGIDOS POR UN LÍDER INVISIBLE

      4. ¿De qué se encargaban los apóstoles y otros ancianos de Jerusalén?

      4 Los apóstoles comenzaron a dirigir la congregación cristiana en el Pentecostés del año 33. Ese día, “Pedro se puso de pie con los once” y les explicó a una gran multitud de judíos y prosélitos verdades que podían salvarles la vida (Hech. 2:14, 15). Muchos se hicieron cristianos “y continuaron dedicándose a la enseñanza de los apóstoles” (Hech. 2:42). Los apóstoles administraban el dinero de la congregación (Hech. 4:34, 35). Atendían las necesidades espirituales del pueblo de Dios, pues, como ellos mismos dijeron, se dedicaban “a la oración y al ministerio de la palabra” (Hech. 6:4). Y enviaban a cristianos con experiencia a promover la predicación del Reino en nuevos territorios (Hech. 8:14, 15). Con el tiempo, otros ancianos ungidos empezaron a colaborar con los apóstoles en atender a todas las congregaciones. Formaban un cuerpo gobernante que las dirigía (Hech. 15:2).

      5, 6. a) ¿De qué maneras le dio poder el espíritu santo al cuerpo gobernante? (Vea el dibujo del principio). b) ¿Cómo ayudaron los ángeles al cuerpo gobernante? c) ¿Cómo guió la Palabra de Dios al cuerpo gobernante?

      5 Los cristianos del primer siglo sabían que Jehová dirigía al cuerpo gobernante mediante Jesús, a quien reconocían como su Líder. ¿Por qué? En primer lugar, el espíritu santo le dio poder al cuerpo gobernante (Juan 16:13). Aunque este fue derramado sobre todos los cristianos, capacitó específicamente a los apóstoles y a los ancianos de Jerusalén para cumplir con su papel de superintendentes. Por ejemplo, en el año 49, el espíritu santo guió al cuerpo gobernante para que tomara una decisión sobre el asunto de la circuncisión. Las congregaciones siguieron sus instrucciones, y “continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día” (Hech. 16:4, 5). La carta en la que el cuerpo gobernante comunicó su decisión revela que manifestaba fe y amor, aspectos del fruto del espíritu (Hech. 15:11, 25-29; Gál. 5:22, 23).

      6 En segundo lugar, los ángeles ayudaron al cuerpo gobernante. Antes de que Cornelio se bautizara y llegara a ser el primer gentil incircunciso que se hacía cristiano, un ángel le dijo que mandara llamar al apóstol Pedro. Este les predicó a Cornelio y a sus parientes, y entonces se derramó el espíritu sobre ellos, aunque no estaban circuncidados. Esto motivó a los apóstoles y a otros hermanos a aceptar la voluntad de Dios y recibir a los gentiles incircuncisos en la congregación cristiana (Hech. 11:13-18). Además, los ángeles promovieron y aceleraron la predicación, que supervisaba el cuerpo gobernante (Hech. 5:19, 20). En tercer lugar, la Palabra de Dios guió al cuerpo gobernante. Las Escrituras dirigieron las decisiones de aquellos ancianos ungidos, tanto en cuestiones doctrinales como de organización (Hech. 1:20-22; 15:15-20).

      7. ¿Por qué podemos afirmar que Jesús dirigía a los primeros cristianos?

      7 Aunque los ancianos que componían el cuerpo gobernante tenían autoridad en la congregación, reconocían que su Caudillo era Jesús. El apóstol Pablo escribió que Cristo “dio algunos como apóstoles” y aconsejó: “Por el amor crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo” (Efes. 4:11, 15). Los discípulos no llevaron el nombre de ningún apóstol importante, sino que Dios hizo que se les llamara cristianos (Hech. 11:26). Pablo admitió que era importante apegarse a “las tradiciones”, o sea, a las costumbres basadas en las Escrituras, que habían enseñado los apóstoles y otros cristianos que estaban al frente de la congregación. Sin embargo, también dijo: “Pero quiero que sepan que la cabeza de todo varón [incluidos los miembros del cuerpo gobernante] es el Cristo; [...] a su vez, la cabeza del Cristo es Dios” (1 Cor. 11:2, 3). Jesucristo, en su gloria celestial, dirige la congregación bajo las órdenes de Jehová Dios, quien es su cabeza.

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