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“Solamente tienen un Líder, [...] el Cristo”La Atalaya 2010 | 15 de septiembre
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“Solamente tienen un Líder, [...] el Cristo”
“No [...] dejen que les llamen ‘líder’ pues ustedes solamente tienen un Líder, [...] el Cristo.” (MAT. 23:9, 10, La Palabra de Dios para Todos [PDT])
1. ¿A quién reconocen como su único Líder los testigos de Jehová, y por qué razón?
LAS iglesias de la cristiandad tienen por líderes a seres humanos, como el papa de Roma o los patriarcas y metropolitanos de las iglesias ortodoxas orientales. En cambio, los testigos de Jehová no reconocen como cabeza a ningún ser humano; ellos son seguidores del Hijo de Dios, del cual dijo Jehová en una profecía: “¡Miren! Lo he dado como testigo [...], como caudillo y comandante a los grupos nacionales” (Isa. 55:4). En efecto, la congregación cristiana mundial, formada por los ungidos y las “otras ovejas”, únicamente acepta a aquel a quien Jehová ha designado (Juan 10:16). En conformidad con las palabras de Jesús, “solamente tienen un Líder, [...] el Cristo” (Mat. 23:10, PDT).
El príncipe espiritual de Israel
2, 3. ¿De qué maneras intervino el Hijo de Dios a favor de la nación de Israel?
2 Siglos antes de que se fundara la congregación cristiana, Jehová nombró a un ángel para dirigir a su pueblo. Tras liberar de Egipto a la nación de Israel, Dios le anunció: “Voy a enviar un ángel delante de ti para mantenerte en el camino y para introducirte en el lugar que he preparado. Cuídate a causa de él y obedece su voz. No te portes rebeldemente contra él, porque no perdonará la transgresión de ustedes; porque mi nombre está dentro de él” (Éxo. 23:20, 21). ¿Quién era este ángel? En vista de que Jehová dijo: “Mi nombre está dentro de él”, tenemos razones para pensar que se trataba de su Hijo primogénito.
3 Todo indica que, antes de venir a la Tierra, el Hijo de Dios era conocido por el nombre Miguel. En el libro de Daniel se le llama “el príncipe de [Israel]” (Dan. 10:21). Por otro lado, el discípulo Judas menciona un suceso que muestra que mucho antes de los días de Daniel, Miguel ya actuaba a favor del pueblo de Dios. Cuando Moisés murió, parece que Satanás intentó usar su cadáver con malos fines, posiblemente para fomentar la idolatría entre los israelitas. Sin embargo, Miguel intervino para impedírselo. Judas señala en su carta que “cuando Miguel el arcángel tuvo una diferencia con el Diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés, no se atrevió a llevar un juicio contra él en términos injuriosos, sino que dijo: ‘Que Jehová te reprenda’” (Jud. 9). Poco después de aquel suceso y justo antes del asedio a Jericó, el “príncipe del ejército de Jehová” —sin duda Miguel— se le apareció a Josué para confirmarle que contaba con el respaldo divino (léase Josué 5:13-15). Y siglos más tarde, en tiempos de Daniel, el arcángel Miguel acudió en auxilio de un ángel que llevaba un importante mensaje para el profeta, pero que había sido interceptado por un poderoso demonio (Dan. 10:5-7, 12-14).
Se convierte en el Líder prometido
4. ¿Qué profecía sobre la llegada del Mesías recibió Daniel?
4 Poco antes del incidente con aquel demonio, Jehová había enviado al ángel Gabriel para que le diera a conocer a Daniel una profecía sobre la llegada de “Mesías el Caudillo” (Dan. 9:21-25).a En los últimos meses del año 29, justo en el momento predicho, Jesús recibió el espíritu santo, tras haber sido bautizado por Juan, y se convirtió en el Mesías o Cristo, es decir, en el Ungido de Dios (Mat. 3:13-17; Juan 1:29-34; Gál. 4:4). Como tal, estaba destinado a ser un Líder sin igual.
5. ¿Cómo demostró Jesús durante su ministerio que era un Líder capaz?
5 Desde el comienzo de su ministerio, Jesús demostró que era el Líder prometido, “Mesías el Caudillo”. Pocos días después de bautizarse comenzó a reunir seguidores y realizó su primer milagro (Juan 1:35–2:11). Acompañado de sus discípulos, recorrió Israel predicando las buenas nuevas del Reino (Luc. 8:1). No solo les enseñó a predicar y enseñar, sino que les mostró con el ejemplo cómo hacerlo (Luc. 9:1-6). ¡Qué excelente modelo para los superintendentes cristianos de nuestros días!
6. ¿Cómo demostró Jesús que era un verdadero Pastor y Líder?
6 Jesús aludió a otro aspecto importante de su liderazgo al compararse con un pastor cariñoso. En Oriente Medio, el pastor acostumbra caminar al frente del rebaño. “Va delante, no solo para señalar el camino, sino para asegurarse de que sea transitable y seguro. [...] Con la ayuda de su cayado, controla al rebaño y lo dirige hacia verdes pastos, además de defenderlo de los depredadores.” (The Land and the Book [La tierra y el libro], de William M. Thomson.) Jesús era un verdadero Pastor y Líder. Por eso dijo: “Yo soy el pastor excelente; el pastor excelente entrega su alma a favor de las ovejas. [...] Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen” (Juan 10:11, 27). Fiel a su palabra, sacrificó su vida por sus ovejas, tras lo cual fue resucitado por Jehová y designado como “nuestro Líder y Salvador” (Hech. 5:31, PDT; Heb. 13:20).
Supervisa la congregación cristiana
7. ¿Qué medios utiliza Jesús para supervisar la congregación cristiana?
7 Después de resucitar y poco antes de volver junto al Padre, Jesús les dijo a sus discípulos: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra” (Mat. 28:18). Recibió de parte de Dios el encargo de transmitir el espíritu santo a sus seguidores para afianzarlos en la verdad (Juan 15:26). Y lo hizo derramándolo sobre ellos en el Pentecostés del año 33, lo que marcó el comienzo de la congregación cristiana (Hech. 2:33). Además, Jehová nombró a su Hijo Cabeza de la congregación (léanse Efesios 1:22 y Colosenses 1:13, 18). Desde entonces, Jesús la dirige desde el cielo valiéndose del espíritu santo y de los ángeles, quienes “fueron sujetados a él” (1 Ped. 3:22).
8. ¿Qué medio empleó Cristo para dirigir a sus discípulos en el siglo primero, y cuál utiliza hoy día?
8 Cristo también utilizó el espíritu santo para otorgarle a su congregación “dádivas en [la forma de] hombres”, algunos de los cuales servirían como “pastores y maestros” (Efe. 4:8, 11). El apóstol Pablo hizo esta exhortación a un grupo de ancianos cristianos: “Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios” (Hech. 20:28). En aquel entonces, todos los superintendentes eran ungidos. Además, había un consejo directivo, un cuerpo formado por los apóstoles y los ancianos de Jerusalén, mediante el cual Cristo dirigía al conjunto de sus “hermanos” ungidos que vivían en la Tierra (Heb. 2:11; Hech. 16:4, 5). En estos últimos días, el Rey Jesús ha colocado sobre “todos [los] bienes” que posee en la Tierra al “esclavo fiel y discreto” y al consejo de cristianos ungidos que actúa en representación de este, el Cuerpo Gobernante (Mat. 24:45-47). Los ungidos y las otras ovejas comprenden que al seguir la dirección del Cuerpo Gobernante, en realidad siguen la dirección de su Líder, Cristo.
Jesús da comienzo a la predicación
9, 10. ¿Qué medidas tomó Cristo para expandir la predicación de las buenas nuevas?
9 Desde el principio, Jesús supervisó personalmente la obra de predicación y enseñanza. De hecho, determinó en qué orden se difundirían las buenas nuevas por todo el mundo. Durante su ministerio, dio estas instrucciones a sus apóstoles: “No se vayan por el camino de las naciones, y no entren en ciudad samaritana; sino, más bien, vayan continuamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’” (Mat. 10:5-7). Obedeciéndole fielmente, predicaron con celo entre los judíos y prosélitos, sobre todo a partir del Pentecostés del año 33 (Hech. 2:4, 5, 10, 11; 5:42; 6:7).
10 Luego, Jesús empleó el espíritu santo para ampliar el alcance de la predicación y llegar a los samaritanos y más tarde a las demás naciones (Hech. 8:5, 6, 14-17; 10:19-22, 44, 45). A fin de favorecer la difusión de las buenas nuevas entre los no judíos, Jesús intervino directamente llamando a Saulo de Tarso a convertirse al cristianismo. En una visión, uno de los discípulos, llamado Ananías, recibió de Cristo esta orden: “Levántate, ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un hombre cuyo nombre es Saulo, de Tarso. [...] Ponte en camino, porque este hombre me es un vaso escogido para llevar mi nombre a las naciones así como a reyes y a los hijos de Israel” (Hech. 9:3-6, 10, 11, 15). “Este hombre” llegó a ser el apóstol Pablo (1 Tim. 2:7).
11. ¿Cómo empleó Jesús el espíritu santo para expandir la predicación?
11 Cuando llegó el momento de que la predicación se extendiera por las naciones, el espíritu santo dirigió a Pablo para que realizara viajes misioneros por Asia Menor y Europa. En el libro de Hechos, Lucas señala: “Mientras [los profetas cristianos y maestros de la congregación de Antioquía de Siria] estaban ministrando públicamente a Jehová y ayunando, el espíritu santo dijo: ‘De todas las personas apártenme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado’. Entonces ayunaron y oraron y les impusieron las manos y los dejaron ir” (Hech. 13:2, 3). Como vimos antes, Jesús en persona había llamado a Saulo de Tarso para que fuera su “vaso escogido” y llevara su nombre a las naciones. De modo que fue él, el Líder de la congregación, quien le imprimió fuerza a la evangelización. En el segundo viaje misionero del apóstol se vio con toda claridad que Cristo empleaba el espíritu santo para dirigir la obra. La Biblia señala que “el espíritu de Jesús” —o sea, el espíritu santo que él usaba— hizo que Pablo y sus compañeros siguieran una determinada ruta, tras lo cual una visión los condujo a Europa (léase Hechos 16:6-10).
Es el Líder de la congregación
12, 13. ¿Cómo muestra el libro de Revelación que Cristo sigue de cerca lo que ocurre en cada congregación?
12 En el siglo primero, Jesús seguía de cerca las actividades de los cristianos ungidos. Conocía muy bien el estado espiritual de cada congregación. ¿Cómo lo sabemos? Por los capítulos 2 y 3 de Revelación, donde Jesús habla en detalle de siete congregaciones de Asia Menor (Rev. 1:11). Y tenemos razones de sobra para pensar que conocía igual de bien al resto de las congregaciones de aquel tiempo (léase Revelación 2:23).
13 Jesús felicitó a varias de las siete congregaciones por su aguante, su fidelidad en medio de las pruebas, su lealtad y su rechazo a la apostasía (Rev. 2:2, 9, 13, 19; 3:8). Pero en algunos casos les dio firmes consejos porque se habían enfriado en su amor por él y toleraban la idolatría, la fornicación y las divisiones (Rev. 2:4, 14, 15, 20; 3:15, 16). Jesús es un Pastor que ama a sus ovejas —aun a las que reprende—, y por eso añadió: “A todos aquellos a quienes les tengo cariño los censuro y los disciplino. Por lo tanto, sé celoso y arrepiéntete” (Rev. 3:19). Aunque él ya no estaba en la Tierra, seguía dirigiendo a sus discípulos desde el cielo mediante espíritu santo. De ahí que terminara su mensaje a cada congregación con las palabras: “El que tenga oído, oiga lo que el espíritu dice a las congregaciones” (Rev. 3:22).
14-16. a) ¿Cómo ha demostrado Jesús que es el valiente Líder del pueblo de Dios? b) ¿Qué ha logrado Jesús al estar con sus discípulos “todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas”? c) ¿Qué veremos en el siguiente artículo?
14 Como hemos visto, el Hijo de Dios, Miguel, fue el valiente ángel que guiaba a Israel. Y cuando vino a la Tierra, Jesús se convirtió en el intrépido Líder y amoroso Pastor de sus primeros discípulos. Durante su ministerio siempre encabezó la predicación, y después de su resurrección, supervisó directamente la difusión de las buenas nuevas.
15 Valiéndose del espíritu santo, Jesús se encargaría de que la predicación fuera extendiéndose hasta abarcar todo el planeta. Por eso, antes de ascender al cielo, les aseguró a sus discípulos: “Recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea, y en Samaria, y hasta la parte más distante de la tierra” (Hech. 1:8; léase 1 Pedro 1:12). Ciertamente, en el siglo primero se dio un gran testimonio bajo su dirección (Col. 1:23).
16 No obstante, el propio Jesús señaló que dicha obra continuaría hasta el tiempo del fin. Después de dar a sus seguidores la comisión de predicar y enseñar en todas las naciones, les prometió: “Estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas” (Mat. 28:19, 20). Desde que recibió el trono en 1914, Cristo está con sus discípulos más que nunca, actuando como su Líder. En el siguiente artículo repasaremos la intensa labor que está realizando desde entonces.
[Nota]
a Esta profecía se analiza con detalle en el capítulo 11 del libro Prestemos atención a las profecías de Daniel.
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Nuestro Líder sigue hoy muy activoLa Atalaya 2010 | 15 de septiembre
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Nuestro Líder sigue hoy muy activo
“Salió venciendo y para completar su victoria.” (REV. 6:2)
1, 2. a) ¿Cómo representa la Biblia al Rey Jesucristo y las actividades que realiza desde 1914? b) ¿Qué medidas ha tomado Cristo desde su coronación?
EN 1914, Jehová coronó a Jesús. ¿Cómo nos imaginamos al Rey Mesiánico? ¿Como un gobernante pasivo que, sentado en su trono, echa de vez en cuando un vistazo a la Tierra para ver cómo está su congregación? Si esa es la idea que nos hemos formado, haríamos bien en corregirla, pues no se ajusta a la realidad. Tanto los Salmos como el libro de Revelación representan a Cristo como un monarca dinámico que, a lomos de su caballo, está “venciendo y [prosigue] para completar su victoria”, marchando “adelante al éxito” definitivo (Rev. 6:2; Sal. 2:6-9; 45:1-4).
2 La primera victoria que tuvo después de ser coronado fue sobre el “dragón y sus ángeles”. Desempeñando sus funciones como Miguel el arcángel y al mando de sus ángeles, expulsó de los santos cielos a Satanás y sus demonios, quienes desde entonces tienen limitado su campo de acción a la Tierra (Rev. 12:7-9). Más tarde, como “mensajero del pacto”, Jesús acompañó a su Padre a inspeccionar el templo espiritual (Mal. 3:1). Durante esa inspección, la cristiandad —la parte más reprensible de “Babilonia la Grande”— fue hallada culpable de haber derramado ríos de sangre y haber cometido adulterio espiritual con los gobiernos del mundo (Rev. 18:2, 3, 24).
Limpia a su esclavo en la Tierra
3, 4. a) ¿Qué labor realizó Cristo como “mensajero” de Jehová? b) ¿Qué reveló la inspección del templo? c) ¿Quién recibió un nombramiento de parte de Cristo, Cabeza de la congregación?
3 La inspección que realizaron Jehová y su “mensajero” en el patio terrestre del templo espiritual también reveló la existencia de un grupo formado por verdaderos cristianos que no eran parte de la cristiandad. Aun así, ni siquiera estos cristianos ungidos —denominados en la profecía “los hijos de Leví”— se encontraban del todo limpios. Necesitaban ser purificados en sentido espiritual, tal como había anunciado Malaquías: “[Jehová] tendrá que sentarse como refinador y limpiador de plata y tendrá que limpiar a los hijos de Leví; y tendrá que clarificarlos como oro y como plata, y ellos ciertamente llegarán a ser para Jehová personas que presenten una ofrenda de dádiva en justicia” (Mal. 3:3). Para purificar a estos israelitas espirituales, Dios se valió de su “mensajero del pacto”, Jesucristo.
4 Ahora bien, Cristo vio que aquellos ungidos fieles se habían esforzado al máximo por dar a todos los miembros de la congregación el alimento espiritual oportuno. Valiéndose de esta revista, que editaban desde 1879, habían estado publicando las verdades del Reino contra viento y marea. El propio Jesús había dicho que, “al llegar” para inspeccionar a sus domésticos durante “la conclusión del sistema de cosas”, hallaría a un esclavo que estaría proporcionándoles “alimento al tiempo apropiado”. Además, había señalado que lo pronunciaría feliz y lo pondría “sobre todos sus bienes” (Mat. 24:3, 45-47). Y así ha sucedido. Cristo, Cabeza de la congregación cristiana, ha concedido a este “esclavo fiel y discreto” la misión de administrar los bienes que tiene en la Tierra. A fin de guiar a los “domésticos” ungidos y a las “otras ovejas”, Jesús se vale del Cuerpo Gobernante (Juan 10:16).
Cosecha “la mies de la tierra”
5. En una visión que tuvo Juan, ¿qué actividad realiza el Rey Mesiánico?
5 El apóstol Juan tuvo una visión de otra de las actividades que realizaría el Rey Mesiánico durante “el día del Señor”, período que comenzó con su coronación en 1914. Juan escribió: “Vi, y, ¡miren!, una nube blanca, y sobre la nube alguien sentado semejante a un hijo del hombre, con una corona de oro sobre su cabeza y una hoz aguda en su mano”, listo para comenzar a cosechar (Rev. 1:10; 14:14). Además, escuchó lo que un ángel enviado por Jehová le decía al Rey: “Pon dentro tu hoz y siega, [...] porque la mies de la tierra está cabalmente madura” (Rev. 14:15, 16).
6. Según explicó Jesús, ¿cómo se desarrollarían las cosas hasta la siega?
6 La expresión “la mies de la tierra” nos recuerda la parábola del trigo y la cizaña. En ella, Jesús se compara a sí mismo con un hombre que sembró su campo con semillas de trigo de primera calidad, esperando obtener una magnífica cosecha. Ese trigo representa a “los hijos del reino”, es decir, a los cristianos ungidos para reinar con Cristo. Pero Jesús añade que, al amparo de la noche, un enemigo, “el Diablo”, sobresembró el campo con cizaña, la cual simboliza a “los hijos del inicuo”. El sembrador dio órdenes a sus esclavos de que dejaran crecer aquella mala hierba junto con el trigo hasta que llegara la siega, o sea, “la conclusión del sistema de cosas”. Entonces enviaría a sus ángeles para separar el trigo de la mala hierba (Mat. 13:24-30, 36-41).
7. ¿Cómo está cosechando Cristo “la mies de la tierra”?
7 En cumplimiento de la visión de Juan, Cristo está realizando una cosecha mundial: la recolección de “la mies de la tierra”. La primera etapa consiste en reunir al resto de los 144.000 “hijos del reino” o, lo que es lo mismo, el “trigo” de la parábola de Jesús. Después de la primera guerra mundial, la distinción entre los cristianos verdaderos y los falsos ha estado cada vez más clara. Tanto es así que ha contribuido a que tenga lugar la segunda etapa de la recolección de “la mies de la tierra”, que consiste en reunir a las otras ovejas. Estos cristianos no son “los hijos del reino”, sino “una gran muchedumbre” compuesta por los súbditos de ese Reino. Procedentes de todos “los pueblos, grupos nacionales y lenguajes”, aceptan gustosos el Reino mesiánico, formado por Jesús y los 144.000 santos que gobernarán con él en los cielos (Rev. 7:9, 10; Dan. 7:13, 14, 18).
Dirige las congregaciones
8, 9. a) ¿Cómo sabemos que Cristo no solo observa la conducta de la congregación entera, sino también la de cada uno de sus miembros? b) Según la foto de la página 26, ¿cuáles son algunas de las “cosas profundas de Satanás” que debemos evitar?
8 En el artículo anterior vimos que en el siglo primero Cristo observaba de cerca el estado espiritual de cada congregación. Ahora que ocupa el poder real y posee “toda autoridad [...] en el cielo y sobre la tierra”, nuestro Líder dirige activamente a las congregaciones del mundo entero y a los ancianos que las supervisan (Mat. 28:18; Col. 1:18). Jehová lo ha hecho “cabeza sobre todas las cosas en cuanto a la congregación” de los ungidos (Efe. 1:22). Por eso, nunca escapa a su vista lo que ocurre en las más de cien mil congregaciones de los testigos de Jehová.
9 En la antigüedad, Jesús le envió el siguiente mensaje a la congregación de Tiatira: “Estas son las cosas que dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llama de fuego [...]: ‘Conozco tus hechos[’]” (Rev. 2:18, 19). Observó que algunos miembros de aquella congregación llevaban una vida de excesos e inmoralidad, y por eso les advirtió: “Yo soy el que escudriña los riñones y corazones, y a ustedes les daré individualmente según sus hechos” (Rev. 2:23). Estas palabras indican que él no solo se fija en la conducta general de una congregación, sino también en la de cada uno de sus integrantes. Por otro lado, Jesús alabó a algunos cristianos de Tiatira porque no conocían las “cosas profundas de Satanás” (Rev. 2:24). Hoy también aprueba a todos los seguidores suyos que, sea cual sea su edad, evitan juguetear con las “cosas profundas de Satanás”, independientemente de que se difundan a través de Internet, de videojuegos violentos o de formas de pensar permisivas. ¡Cuánto le complace a Jesús ver a tantos cristianos haciendo esfuerzos y sacrificios para obedecerle en toda faceta de la vida!
10. a) ¿Qué imagen simbólica indica que los ancianos están bajo la dirección de Cristo? b) ¿Qué deben reconocer los ancianos sobre el medio por el que Jesús nos dirige?
10 Jesús dirige con amor las congregaciones valiéndose de superintendentes (Efe. 4:8, 11, 12). Los hombres que desempeñaban esa función en el siglo primero son representados en Revelación como estrellas en la mano derecha de Cristo (Rev. 1:16, 20). En aquel entonces eran únicamente cristianos ungidos. Aunque hoy la mayoría de los ancianos son de las otras ovejas, también puede decirse que están en la mano derecha de Cristo —o sea, bajo su dirección—, pues han sido nombrados con la ayuda de la oración y del espíritu santo (Hech. 20:28). No obstante, todos ellos reconocen que Jesús utiliza a un pequeño grupo de hermanos ungidos, el Cuerpo Gobernante, como medio para dirigir a los cristianos (léase Hechos 15:6, 28-30).
“Ven, Señor Jesús”
11. ¿Por qué ansiamos que nuestro Líder venga pronto?
11 En la revelación que recibió Juan, Jesús dijo varias veces que vendría pronto (Rev. 2:16; 3:11; 22:7, 20). Todo indica que hablaba de su venida para ejecutar la sentencia contra Babilonia la Grande y los restantes elementos del malvado mundo de Satanás (2 Tes. 1:7, 8). Deseoso de ver el cumplimiento de las maravillas que había contemplado, el anciano apóstol exclamó: “¡Amén! Ven, Señor Jesús”. Nosotros, que vivimos en el tiempo del fin, también ansiamos ver cómo viene nuestro Líder y Rey con toda su autoridad a vindicar la soberanía de su Padre y santificar su nombre.
12. ¿Qué obra completará Cristo antes de que se liberen los vientos de la destrucción?
12 Antes de que Jesús venga contra la organización visible de Satanás, es preciso que los últimos miembros del Israel espiritual reciban el sello final. La Biblia aclara que los “vientos” que destruirán el sistema de Satanás serán liberados únicamente cuando se haya completado el sellado de los 144.000 (Rev. 7:1-4).
13. ¿Cómo manifestará Cristo su presencia durante la primera etapa de la “gran tribulación”?
13 Para la mayoría de las personas ha pasado inadvertida la “presencia” de Cristo, que comenzó en 1914 (2 Ped. 3:3, 4). Pero Jesús la pondrá de manifiesto dentro de poco. ¿Cómo? Al ejecutar los juicios divinos contra los diversos elementos de este mundo malvado. Una clara “manifestación de su presencia” será la aniquilación del “hombre del desafuero”, es decir, el clero de la cristiandad (léase 2 Tesalonicenses 2:3, 8). De este modo, demostrará que está actuando como el Juez designado por Jehová (léase 2 Timoteo 4:1). La destrucción de Babilonia la Grande comenzará por la cristiandad, la parte más reprensible, y luego seguirá con las demás religiones falsas de este imperio mundial. Jehová pondrá en los corazones de los políticos el deseo de eliminar a la prostituta simbólica (Rev. 17:15-18). Esta será la primera etapa de la “gran tribulación” (Mat. 24:21).
14. a) ¿Por qué se abreviará la primera parte de la gran tribulación? b) ¿Qué significado tendrá para el pueblo de Jehová “la señal del Hijo del hombre”?
14 Jesús señaló que “serán acortados” los días de la gran tribulación “por causa de los escogidos”, es decir, de los ungidos que quedan en la Tierra (Mat. 24:22). Jehová no permitirá que cuando los gobiernos ataquen a la religión falsa, acaben además con el resto ungido y con las otras ovejas. Jesús añadió que “después de la tribulación de aquellos días” habrá señales en el Sol, la Luna y las estrellas, “y entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre”. Al suceder esto, las naciones “se golpearán en lamento”. Pero ese no será el caso de los ungidos, cuya esperanza es vivir en el cielo, ni de sus compañeros, cuya esperanza es vivir en la Tierra. Más bien, todos ellos seguirán esta exhortación de Jesús: “Levántense erguidos y alcen la cabeza, porque su liberación se acerca” (Mat. 24:29, 30; Luc. 21:25-28).
15. ¿Qué obra realizará Cristo cuando venga?
15 Pero antes de completar su victoria, el Hijo del hombre, Jesucristo, vendrá de otra manera. Será como él mismo profetizó: “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha, pero las cabras a su izquierda” (Mat. 25:31-33). Estas palabras muestran que Cristo vendrá como Juez para separar a las personas de “todas las naciones” en dos grupos. Por un lado están “las ovejas”, que ayudan a los hermanos espirituales del Rey —los ungidos que quedan en la Tierra—, y por otro, “las cabras”, que “no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús” (2 Tes. 1:7, 8). Las ovejas, a quienes se llama también “los justos”, recibirán “vida eterna” en la Tierra, mientras que las cabras “partirán al cortamiento eterno”, la destrucción definitiva (Mat. 25:34, 40, 41, 45, 46).
Jesús completa su victoria
16. ¿Cómo completará nuestro Líder su victoria?
16 Una vez que estén sellados todos los cristianos que serán reyes y sacerdotes, y que las ovejas ya se encuentren a la diestra de Jesús para recibir la salvación, nuestro Líder podrá seguir adelante “para completar su victoria” (Rev. 5:9, 10; 6:2). Al frente de un ejército formado por sus poderosos ángeles —y sin duda también por sus hermanos resucitados—, eliminará el entero sistema político, militar y comercial de Satanás (Rev. 2:26, 27; 19:11-21). En efecto, su victoria quedará completa cuando haya destruido este mundo malvado. Luego encerrará a Satanás y sus demonios en un abismo, del que no saldrán por mil años (Rev. 20:1-3).
17. ¿Adónde guiará Cristo a sus otras ovejas durante el Milenio, y cuál debe ser nuestra firme decisión?
17 El apóstol Juan dijo lo siguiente sobre los miembros de la “gran muchedumbre” que sobrevivirán a la gran tribulación: “El Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida” (Rev. 7:9, 17). Como vemos, durante su Reino de Mil Años, Cristo seguirá guiando a las otras ovejas, las cuales escuchan su voz, y las llevará a alcanzar la vida eterna (léase Juan 10:16, 26-28). ¡Nunca dejemos de seguir a nuestro Rey, el Líder que nos conduce al nuevo mundo prometido!
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