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Agradecida por una herencia cristiana firmeLa Atalaya 1998 | 1 de marzo
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Asignaciones misionales
La clase 16 de Galaad estaba formada por 120 estudiantes de todo el mundo, entre ellos algunos que habían sufrido en los campos de concentración nazis. Puesto que se nos enseñaba español, pensábamos que nos asignarían a algún país hispanohablante de América del Sur. Imagínese la sorpresa que nos llevamos el día de la graduación cuando nos enteramos de que se asignaba a Douglas a Japón y a Anne y a mí a Siria. Así que las dos muchachas tuvimos que ponernos a estudiar árabe, lo que no se modificó cuando luego cambiaron nuestra asignación al Líbano. Mientras esperábamos por nuestros visados, George Shakashiri, el cajista de la Sociedad Watch Tower para La Atalaya en árabe, nos daba clases dos veces a la semana.
Fue muy emocionante ir a una tierra bíblica sobre la que habíamos estudiado en clase. Allí estuvimos junto con Keith y Joyce Chew, Edna Stackhouse, Olive Turner, Doreen Warburton y Doris Wood. ¡Qué familia misional tan feliz componíamos! Un Testigo del país iba a la casa misional para seguir ayudándonos con el idioma. Durante aquel período de instrucción diaria, practicábamos una breve presentación, después de lo cual salíamos y la utilizábamos en la predicación.
Los primeros dos años estuvimos en Trípoli, donde había una congregación. Joyce, Edna, Olive, Doreen, Doris, Anne y yo ayudábamos a las esposas e hijas de los Testigos del país a participar en las reuniones y el ministerio público. Siguiendo una costumbre local, hasta entonces los hermanos y hermanas cristianos no se sentaban juntos en las reuniones, y las hermanas casi nunca salían a predicar de casa en casa. Como necesitábamos que nos ayudaran con el idioma en la predicación, las animamos a que ellas mismas participaran en esa actividad.
Luego nos asignaron a Anne y a mí para que ayudáramos al pequeño grupo de Testigos de la antigua ciudad de Sidón. Poco después nos pidieron que volviéramos a la capital, Beirut. Allí se habían sembrado semillas de la verdad bíblica entre las personas que hablaban armenio, de modo que aprendimos ese idioma para ayudarlas.
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Agradecida por una herencia cristiana firmeLa Atalaya 1998 | 1 de marzo
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Familia misional de Trípoli (Líbano), 1951
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