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Visita a un centro de miembros artificiales¡Despertad! 2006 | febrero
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Visita a un centro de miembros artificiales
DE NUESTRO CORRESPONSAL EN NUEVA ZELANDA
DOS razones me impulsaron a hacer una cita en el centro protésico Artificial Limb Centre, de Wellington (Nueva Zelanda). La primera, que mi pierna artificial necesitaba reparación, y la segunda, que quería conocer las instalaciones e informarme mejor sobre cómo se construyen los miembros artificiales.
Mi protesista accedió amablemente a mi solicitud, y el recorrido fue una experiencia muy agradable que, además, aumentó mi aprecio por la habilidad y dedicación de quienes trabajan en este campo.
Una prótesis es un reemplazo artificial de alguna parte del cuerpo. Al “campo del conocimiento relacionado con las prótesis” se le llama protésica, y protesista es la “persona capacitada en protésica y que practica su aplicación en casos individuales” (Diccionario enciclopédico ilustrado de medicina Dorland).
¿Cómo se hace una pierna artificial?
La mayoría de los pacientes que acuden a este centro vienen para que les hagan una pierna artificial. Una vez que el muñón ha sanado por completo, se cubre con una media de algodón. Luego se le saca un molde de yeso, con el cual se hace un duplicado exacto. Este duplicado se usa entonces para fabricar una pieza de acoplamiento, que irá unida a la prótesis, y así continúan los pasos para fabricar una pierna totalmente funcional que reemplace a la que falta. Existe una técnica más moderna y eficaz que consiste en valerse de programas computarizados (conocidos como CAD/CAM) para medir el muñón y luego tallar una réplica exacta de este con una máquina.
Luego de que presencié demostraciones del dominio técnico de quienes trabajan en el centro, me mostraron algunos dispositivos prefabricados de importación. Quedé impresionado con la rodilla hidráulica que lleva una pieza de acoplamiento termoplástico, cuya forma puede adaptarse o readaptarse con calor para mayor comodidad del paciente. Existen catálogos ilustrados muy completos publicados por proveedores de todo el mundo.
En las etapas finales de fabricación de una pierna artificial, se alinean con cuidado la pieza de acoplamiento, la rodilla, la piel y el pie para que el modo de andar sea lo más natural posible. Por último se confecciona una cubierta de goma espuma para esconder los “huesos” del miembro artificial, y se le da un acabado estético que se acerque lo mejor posible al aspecto natural de la extremidad.
Una vez que la persona se acostumbra a la prótesis a un grado razonable, puede pedir una cita para que lo examine el cirujano ortopedista que acude al centro. La intención es que este profesional realice una última inspección que asegure el máximo rendimiento del nuevo miembro.
Niños y deportistas
Mientras hacía el recorrido, me llamó la atención una niñita a la que no le daba vergüenza enseñarnos su muñón y la prótesis. Luego la vi brincando por el lugar, al parecer con la mayor tranquilidad del mundo.
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Me enteré de que, no hace mucho, una empresa europea envió a Sydney (Australia) un contenedor con prótesis para algunos atletas de los Juegos Paralímpicos. Los participantes no tuvieron que pagar y, además, contaron durante las pruebas con el apoyo de varios protesistas, algunos de ellos neozelandeses.
Entre los miembros artificiales había algunos concebidos especialmente para el deporte. Por ejemplo, me mostraron un dispositivo que incluía el pie y el tobillo, ambos hechos con materiales especiales para reproducir la elasticidad natural del pie humano.
Logros modernos
¿Qué depara el futuro para los miembros artificiales? Mi protesista me habló de una pierna computarizada; en Nueva Zelanda hay como mínimo un paciente que ya la está utilizando. Según me explicó, los sensores del aparato responden a la presión para reproducir los movimientos naturales de la persona al caminar.
En algunos países hay hábiles cirujanos ortopedistas probando una técnica llamada osteointegración. En este caso, tras la amputación se inserta un perno especial en el muñón, que servirá de anclaje para el dispositivo artificial, lo cual elimina la necesidad de moldes y piezas de acoplamiento.
También se está investigando la forma de conectar receptores eléctricos a las fibras nerviosas, de modo que la prótesis se pueda controlar con el pensamiento.
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[Ilustraciones]
En el interior de esta rodilla de alta tecnología, un conjunto de microprocesadores y campos magnéticos trabajan para adaptar el mecanismo al paso del usuario
[Reconocimiento]
Rodilla: fotos cortesía de Ossur
[Ilustraciones]
Sección transversal de un pie, donde se aprecia la cubierta sintética y la estructura del tobillo
[Reconocimiento]
© Otto Bock HealthCare
[Reconocimiento]
© 1997 Visual Language
[Ilustración de la página 21]
Ajustando una pierna artificial
[Ilustración de la página 22]
Médico colocando la prótesis a un paciente
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[Ilustración de la página 23]
En 2004, el ganador de los 100 metros paralímpicos corrió la pista en 10,97 segundos con un pie de fibra de carbón
[Reconocimiento]
Foto cortesía de Ossur; fotógrafo: David Biene
[Reconocimiento de la página 21]
© Otto Bock HealthCare
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