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‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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Se denuncia el uso arbitrario de la autoridad
Se juzgó provechoso informar a la gente de algunas regiones lo que sus propios funcionarios estaban haciendo. Cuando los tribunales de Quebec sometieron a los Testigos a procedimientos que recordaban los tribunales de la Inquisición, se envió a todos los miembros del cuerpo legislativo de Quebec una carta en la que se exponían los hechos. Como aquella gestión fue infructífera, la Sociedad envió copia de la carta a 14.000 empresarios de toda la provincia. Después llevó la información a los directores de periódicos para que la publicaran.
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‘Defendiendo y estableciendo legalmente las buenas nuevas’Los testigos de Jehová, proclamadores del Reino de Dios
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La Gestapo intensificó sus esfuerzos por aplastar la actividad de los testigos de Jehová. Después de los arrestos masivos ocurridos en 1936, pensaron que tal vez lo habían conseguido. Pero luego, el 12 de diciembre de 1936, en una acción relámpago, unos 3.450 Testigos que todavía estaban libres en Alemania repartieron por todo el país una resolución en la que explicaban claramente el propósito de Jehová y manifestaban su determinación de obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres. Los opositores no entendían cómo pudo haberse efectuado aquella distribución. Unos cuantos meses más tarde, ante el menosprecio de la Gestapo por las acusaciones contenidas en la resolución, los testigos de Jehová prepararon una carta abierta en la que nombraban sin reparos a los funcionarios nazis que habían abusado cruelmente de ellos. La carta se distribuyó ampliamente en Alemania en 1937. Así se pusieron al descubierto las acciones de hombres perversos, y todos se enteraron de ellas. Aquello permitió, además, que el público decidiera qué proceder adoptaría con respecto a estos siervos del Dios Altísimo. (Compárese con Mateo 25:31-46.)
La publicidad mundial trae cierto alivio
Otros gobiernos también han tratado con severidad a los testigos de Jehová y les han prohibido reunirse y predicar públicamente. En ocasiones han hecho que se les despida de sus empleos y se excluya a sus hijos de las escuelas. Algunos gobiernos también han recurrido a la violencia física. Sin embargo, estas mismas naciones normalmente cuentan con constituciones que garantizan la libertad religiosa. Con miras a aliviar a sus hermanos perseguidos, la Sociedad Watch Tower frecuentemente ha dado publicidad mundial a detalles concernientes a esta clase de trato. Para ello se ha valido de las revistas La Atalaya y ¡Despertad!, y algunas veces la prensa pública ha divulgado tales informes. Luego los funcionarios del gobierno reciben de todas partes del mundo una avalancha de cartas en las que se intercede por los Testigos.
Como consecuencia de una campaña semejante realizada en 1937 en el Estado de Georgia (E.U.A.), el gobernador recibió unas siete mil cartas de cuatro países en un espacio de dos días; también el alcalde de La Grange (Georgia) recibió miles de cartas. Campañas similares se realizaron igualmente en Argentina en 1978 y 1979, Benín en 1976, Burundi en 1989, Camerún en 1970, España en 1961 y 1962, Etiopía en 1957, Gabón en 1971, Grecia en 1963 y 1966, Jordania en 1959, Malaui en 1968, 1972, 1975 y 1976, Malaya en 1952, Mozambique en 1976, Portugal en 1964 y 1966, República Dominicana en 1950 y 1957, Singapur en 1972 y también en Suazilandia en 1983.
Como ejemplo reciente de lo que han hecho los testigos de Jehová de todo el mundo para aliviar a sus hermanos oprimidos, analice lo ocurrido en Grecia. En 1986, debido a la intensa persecución emprendida contra los testigos de Jehová por instigación del clero ortodoxo griego, las revistas La Atalaya y ¡Despertad! (con una tirada internacional combinada de más de veintidós millones de ejemplares) dieron a conocer detalles de lo que allí ocurría. Se invitó a los Testigos de otros países a escribir a los funcionarios del gobierno griego en favor de sus hermanos. Lo hicieron y, como informó el diario Vradyni, el ministro de Justicia recibió una avalancha de más de doscientas mil cartas procedentes de más de doscientos países en 106 idiomas.
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