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Se ha calculado que entre 1970 y 1980 la cantidad de gente que pasa hambre en el mundo aumentó aproximadamente en un millón y medio de personas cada año. Pero la primera mitad de la década de los ochenta vio incrementarse el número de personas que pasan hambre a un ritmo de casi ocho millones por año, alcanzando los 512 millones en 1985, y eso a pesar de que el Consejo Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas se comprometió en 1974 a erradicar el hambre del mundo en un plazo de diez años.
Ahora se aclama a la teología de la liberación como una solución: la participación de las iglesias en la lucha por cambiar las estructuras políticas y sociales de las naciones, de modo que se eliminen las causas de la pobreza.
Nuestro número del 8 de agosto de 1987 consideró brevemente el efecto de la teología de la liberación en la pobreza del Tercer Mundo. En este número, el corresponsal de ¡Despertad! en México examina más ampliamente la cuestión de si la teología de la liberación puede realmente ayudar a los pobres.
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El catolicismo del Tercer Mundo, ¿cuán estable es?¡Despertad! 1987 | 8 de noviembre
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El catolicismo del Tercer Mundo, ¿cuán estable es?
Por el corresponsal de ¡Despertad! en México
“TODOS los cristianos son discípulos de un prisionero político que fue asesinado en la cruz.” “El papa Juan Pablo II es el Papa más político que jamás hemos visto.” “Es imposible vivir nuestra fe independientemente de la política.” Estas son solo unas pocas de las muchas declaraciones controvertidas que hicieron algunos teólogos católicos en un foro celebrado en Ciudad de México en diciembre de 1986.
Algunos de los presentes en esa reunión no concordaron con los oradores. Hubo quienes empezaron a gritar en defensa de la iglesia católica, mientras que otros apoyaron a los teólogos visitantes. Algunos se quedaron sin habla... confundidos por la falta de unidad. Entre tanta confusión, el sacerdote sudafricano Bonganjalo Goba exclamó: “¡Hermanos, parece como si tuviéramos una lucha de católicos contra católicos!”.
¿Por qué se produjo esta confrontación? ¿Qué se discutía?
La cuestión
El tema que se trataba era la práctica de la teología de la liberación: una lucha, apoyada por sacerdotes y teólogos de todo el planeta, para liberar a los pobres y oprimidos del Tercer Mundo de ‘los mecanismos socioeconómicos que enriquecen a las personas de los ricos a costa de los pobres’.
Aunque algunos la llaman radical o revolucionaria, otros se refieren a ella como una ‘nueva expresión de la iglesia católica romana’. En la segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana, celebrada en Medellín (Colombia) en 1968, se declaró que la causa del sufrimiento de la gente en las naciones tercermundistas es el “pecado estructural”, y que, para seguir a Cristo, la Iglesia tiene que ejercer “una opción preferencial en favor de los pobres”. Pero, ¿qué implicaciones pueden tener estos puntos de vista?
El sacerdote católico brasileño Leonardo Boff advierte, según informó un periódico de Ciudad de México, que “si no se llega a una sociedad sin divisiones, la alternativa es la violencia”, y que esta es “justificable cuando se violan los derechos fundamentales”. Sí, Boff y otros que abogan por la teología de la liberación en todo el Tercer Mundo creen que el terrorismo, las revoluciones y la guerra pueden ser necesarios para aliviar a los pobres de su “miseria”.
Sin embargo, como dice la revista Newsweek, “la teología de la liberación tiene una gran capacidad para enfrentar a los católicos romanos entre sí”. Eso es lo que sucedió en la reunión que se celebró en Ciudad de México.
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La teología de la liberación, ¿ayudará a los pobres?¡Despertad! 1987 | 8 de noviembre
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La teología de la liberación, ¿ayudará a los pobres?
Millones de personas que ‘viven en chabolas trabajan de modo increíble, y tan solo para conseguir lo indispensable: tienen que traer el agua; viajan a pie, a caballo o en carreta tirada por bueyes; comen arroz, judías y bananas. Aunque la tierra que los rodea es rica, saben que probablemente ellos siempre serán pobres. Y así, de la pobreza, de la lucha, de la peor clase de opresión, está naciendo una nueva forma de “la iglesia antigua”’. (The Christian Century.)
“EL FUTURO de la Iglesia parece radicar en los pobres.” Así se expresó la revista Newsweek. Algunos creen que esta “nueva iglesia” que trabaja por la liberación puede ser “la mejor esperanza” para los pobres y para la consecución de un cambio pacífico en sus países. ¿Lo es?
Primero examinemos la teología de la liberación desde el punto de vista de sus defensores. ¿Por qué a veces se considera necesaria la lucha armada para liberar a los pobres? ¿Qué condiciones se dice que justifican la teología de la liberación?
Pobreza y opresión
Las dos terceras partes de la población mundial, mayormente en América Latina, África y Asia, viven en degradante pobreza, y en esos continentes son comunes los informes de violencia política. Para “esta gente oprimida”, la pobreza, el sufrimiento y el cautiverio siempre han sido un modo de vivir. Estos son algunos de los informes:
◻ El teólogo de la liberación brasileño Leonardo Boff dice que en su país “se asesina a un campesino cada veintidós horas”.
◻ “Nicaragua está intentando organizar una nación en el interés de aquellos que han estado oprimidos durante generaciones... el 80% de la gente.” Aun así, se dice que más del 40% de la economía del país se usa para la defensa militar.
◻ Según el periódico El Universal, de Ciudad de México, 40 millones de personas viven en la pobreza debido a la “injusticia social”. Se informa que el 40% de la población puede alcanzar “niveles mínimos de subsistencia”, mientras que solo el 18% tiene una ‘dieta equilibrada’.
◻ Un informe dice que en Guatemala el 80% del suelo cultivable pertenece a solo el 2% de la población. El 81% de los niños menores de cinco años padece de desnutrición. Durante los últimos treinta años ha habido 100.000 manifestaciones de violencia política y 38.000 secuestros.
◻ En Filipinas, el 2% de la población posee el 75% de las riquezas. “¡Si no solucionamos esto —dice la monja filipina Mary John Mananzan—, no vamos a solucionar nada!”
Se dice que en muchos países la gente vive en constante temor a las autoridades, a los ejércitos paramilitares y a los grupos de vigilancia. Miles de personas han buscado refugio en países vecinos.
Esta es la razón por la que algunos prelados católicos están “poniéndose de parte de los pobres”. “Hemos oído mucho acerca de confesores, vírgenes y profetas —dice Boff—, [pero] ¿qué hay de los campesinos y los trabajadores?” No obstante, ¿qué prescriben los teólogos de la liberación para remediar esta situación? ¿Qué significa ‘ponerse de parte de los pobres’?
La lucha del Tercer Mundo
“La pobreza es una injusticia”, sostienen los teólogos de la liberación. De modo que ‘la opción preferencial en favor de los pobres’ significa ‘ayudarles a buscar la vida digna a que tienen derecho’. En su libro El poder de los pobres en la historia, el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la teología de la liberación, dice que “hoy, más que nunca antes, es importante pertenecer a aquellos que resisten, que luchan, que creen y esperan”. Pero según los teólogos de la liberación, esto solo es posible por medio de “la realización de la justicia social mediante profundas transformaciones estructurales de la sociedad”. ¿Cómo se está haciendo esto en algunas partes del mundo?
◻ Se dice que en Haití la iglesia católica ha ayudado a derribar la “tiranía” de Duvalier.
◻ Se ha informado que el cardenal de Manila, Jaime Sin, ha hecho “más que nadie en Filipinas para derribar la dictadura de Ferdinand Marcos”.
◻ Bonganjalo Goba, de África del Sur, explica: “Nuestra experiencia es la de una gente que llega con la Biblia en una mano y las armas en la otra, prometiendo a Dios construir una iglesia si él les da el territorio”.
Pero la pobreza es solo uno de los problemas. En muchos países, el analfabetismo, el desempleo, el hambre y la enfermedad son también los resultados de una deficiente estructura socioeconómica. De modo que los pobres y los oprimidos están luchando por sus derechos.
Sin embargo, ¿cómo armonizan su teología con la Biblia los teólogos de la liberación, entre ellos Gutiérrez y Boff?
Los teólogos de la liberación y la Biblia
“La liberación es una parte esencial de la Biblia”, explica el sacerdote católico de Corea del Sur Augustine Ham Sei Ung. Para explicarlo, Gutiérrez dice que “la historia [...] debe leerse de nuevo desde el lado de los pobres”.
De este modo, los teólogos de la liberación alegan que ciertos relatos bíblicos, como el de la “liberación de Israel”, son acciones políticas. “Dios [...] se revela a través de [...] ‘los pobres’ y ‘los desvalidos’”, dice Gutiérrez. “Si la Iglesia quiere ser fiel a [...] Dios [...], tiene que ser consciente de sí misma desde abajo, desde la posición de los pobres de este mundo.” Así, “el amor de Dios a su pueblo —razonan— podría manifestarse políticamente” también hoy.
¿Qué piensan los teólogos de la liberación en cuanto a la relación entre la Biblia y la política? Leonardo Boff explicó a ¡Despertad! que “no es función de la Biblia ser un libro de inspiración de métodos políticos y de alternativas políticas; más bien, la Biblia es una fuente de inspiración en la búsqueda de relaciones humanas más justas”. No obstante, ¿cuáles son los resultados de la participación del clero en la reforma social?
La violencia suele conducir a la muerte. No debe pasarse por alto el hecho de que el clero se ha estado inmiscuyendo en la política de este mundo durante siglos. Se han alineado con los reyes de la tierra y los dictadores o las clases dirigentes que han aplastado a los pobres. Como resultado, se han perdido muchas vidas.
¿Es una “opción preferencial”?
Los “movimientos de liberación” modernos no son una excepción. También han conducido a muchas muertes. Como admite Gustavo Gutiérrez: “Hoy, el hambre y la explotación que empeoran, así como el exilio y el encarcelamiento [...], la tortura y la muerte [...], son el precio que debe pagarse por la rebelión contra la opresión seglar”.
De modo que ninguna teología humana puede realmente eliminar la angustia de la humanidad. Mientras existan la avaricia y el odio, habrá la necesidad de algo superior. Entonces, ¿hay alguna opción mejor para los pobres?
[Fotografía en la página 6]
“Es importante pertenecer a aquellos que resisten, que luchan, que creen y esperan.” (Gustavo Gutiérrez)
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Un dilema para los católicos sinceros¡Despertad! 1987 | 8 de noviembre
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Un dilema para los católicos sinceros
En 1984 el Vaticano publicó una instrucción que condenaba la teología de la liberación, y Leonardo Boff, uno de los teólogos católicos ‘más controvertidos’, fue sentenciado a un año de “silencio penitencial”, un castigo impuesto por la Iglesia que le prohibía publicar, ser entrevistado o divulgar de cualquier otro modo su sospechosa teología.
Pero en 1986, un mes antes de que terminara el ‘año de silencio’, Boff fue amnistiado. Se publicó la Instrucción sobre libertad cristiana y liberación, en la que se decía que es “plenamente legítimo que quienes sufren la opresión por parte de los detentores de la riqueza o del poder político actúen, con medios moralmente lícitos [...]”. La “lucha armada” se aprobaba como “un último recurso”. ¿Se estaba retractando la Iglesia?
No, según el autor de la nueva instrucción, el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano. “La primera instrucción no pierde nada de su valor —declaró—. El segundo documento es una continuación.” Pero la prensa, entre otros, define la segunda instrucción como una “nueva postura sobre la ‘teología de la liberación’”. ¿A qué se deben esos diferentes puntos de vista?
La cuidadosa fraseología de la nueva instrucción puede interpretarse de varias maneras. Por ejemplo: dice que “no es tarea de los pastores de la Iglesia intervenir directamente en la construcción y organización política de la vida social”. Como hace notar la revista Newsweek: “Esta clase de lenguaje deja mucho espacio de maniobra [...] a los prelados astutos”.
Un informe dice que “prácticamente cualquier persona de la Iglesia puede encontrar algo con lo que concordar”. Un defensor de la liberación, como Gutiérrez, ahora podría decir que la “teología de la liberación es una señal de los tiempos en América Latina, y la Iglesia la reconoce como tal”, mientras que un católico conservador podría regocijarse de que su Iglesia aún “se oponga firmemente al coleccionismo marxista por negar la libertad del hombre”. De cualquier modo, los varios conceptos de la teología de la liberación están en conflicto con la tradición de la Iglesia y siguen enfrentando a los católicos romanos entre sí.
No obstante, el apóstol Pablo amonesta a los verdaderos cristianos: “Os ruego que tengáis todos concordia; y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis unidos en el mismo pensamiento y en el mismo parecer”. “Haced cumplido mi gozo, teniendo todos el mismo pensar, [...] el mismo ánimo, el mismo sentir.” (1 Corintios 1:10, Serafín de Ausejo; Filipenses 2:2, Nácar-Colunga.)a ¿Qué cree usted? ¿Tienen los católicos romanos “todos el mismo pensar”?
[Nota a pie de página]
a Los textos se citan de versiones católicas
[Fotografías en la página 7]
¿Tiene toda la Iglesia ‘el mismo pensar’?
[Reconocimiento]
Foto de la O.N.U.
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La teología de la liberación, la Biblia y usted¡Despertad! 1987 | 8 de noviembre
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La teología de la liberación, la Biblia y usted
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia.” (2 Timoteo 3:16, Biblia de Jerusalén.)a
¿CREE usted que esto es cierto? ¿Qué es más importante para usted?: ¿servir a Dios de la manera que Él quiere o de la manera que usted cree que es la mejor? “Por supuesto —dice usted—, la única es la manera de Dios.” ¿Cree realmente que la manera de Dios es la mejor? Si es así, entonces usted concordará con la declaración supracitada del apóstol Pablo.
Sí, Dios ha hablado, y usted puede leer su Palabra. Le invitamos a considerar la teología de la liberación desde el punto de vista bíblico. ¿Está basada en la Biblia esta teología?
“No sois del mundo”
Una vez Jesús dijo a sus discípulos: “No sois del mundo”. Esa misma noche, la noche antes de su muerte, dijo en oración a su Padre: “Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo”. Y casi inmediatamente repitió: “No son del mundo, como yo no soy del mundo”. (Juan 15:19; 17:14, 16, Biblia de Jerusalén.)
La mayoría de las religiones de la cristiandad no hacen ningún esfuerzo por mantenerse separadas del mundo. Quizás usted lo haya leído en la prensa. Mire donde mire, en las Américas, Asia, Europa o África, la situación es la misma. El clero de prácticamente todo el espectro religioso participa en la política. Pero su envolvimiento en la política del mundo es solo uno de los conflictos con la Palabra de Dios.
¿Está justificada la violencia?
Los teólogos de la liberación dicen que la violencia está justificada cuando se emplea para ayudar a los pobres. Incluso el Vaticano dice ahora oficialmente que la violencia está justificada como “un último recurso”. En una carta dirigida a todos los obispos de Brasil, el papa Juan Pablo II declaró que “la Teología de la Liberación no solo es oportuna, sino también útil y necesaria para América Latina”. ¿Es eso lo que la Biblia dice?
Cuando estuvo en la Tierra, Jesucristo no se envolvió en los movimientos sociales del mundo. Por el contrario, cuando el apóstol Pedro sacó “la espada” para defender al Hijo de Dios, Jesús lo reprendió, diciendo: “Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que empuñan la espada, a espada perecerán”. (Mateo 26:52, Biblia de Jerusalén.)
Pero, ¿qué sucede con las guerras que peleó Israel? Según la Biblia, Israel no había conocido la guerra antes de ser liberado de Egipto. (Éxodo 13:17, 18.) Cuando llegó el momento, Dios le dijo que tenía que pelear. Sin embargo, Jehová le mandó estrictamente que solo conquistara la tierra que había prometido a sus antepasados. (Génesis 17:7, 8; Deuteronomio 2:5, 9, 19.)
Los cristianos, aun cuando no participan en un guerrear físico contra carne y sangre, sí lo hacen en una lucha, una lucha espiritual. Como explicó claramente el apóstol Pablo: “Porque nuestra lucha no es contra carne y sangre, sino contra [...] los seres espirituales de la maldad que están en las alturas”. (Efesios 6:12, Serafín de Ausejo.)
De modo que, ¿cómo justifica el clero de la cristiandad la violencia actual?
¡La Palabra de Dios en tercer lugar!
El teólogo de la liberación Gustavo Gutiérrez dijo a ¡Despertad! que una enseñanza como la teología de la liberación proviene del ‘discernimiento y aceptación de la comunidad cristiana’. Sí, la opinión popular y la sabiduría humana se anteponen a la Palabra de Dios. ¿Concuerda usted con esto?
Carlos D era un católico fiel que había pasado once años en un seminario. “Me había dedicado a servir a Dios con la meta [...] de llegar a ser un buen sacerdote”, dice Carlos. No obstante, con el paso de los años, algo empezó a preocuparle.
“Entre otras cosas —dice—, me di cuenta de que se dejaba la Biblia en último término. La tradición de los padres de la Iglesia estaba primero. Luego venía la autoridad papal cuando hablaba ex cáthedra, y finalmente, en tercer lugar, la Biblia.”b
Después de dejar la iglesia católica, Carlos dedicó varios años a buscar la verdad en otras religiones. No satisfecho con lo que encontró, llegó a ser ateo, hasta que se puso en contacto con los testigos de Jehová y aceptó un estudio bíblico en su casa. Él es ahora un testigo de Jehová dedicado.
María V era también una católica practicante. “Iba a misa casi cada día —dice ella—. También pertenecía a un grupo llamado La Acción Católica de Señoritas.” María fue catequista durante varios años. ¿En qué consistía su preparación? “Cada sábado el sacerdote nos hablaba sobre las filosofías de Platón y otros pensadores. La mayoría de nosotras no entendíamos nada. Sabía que algo andaba mal. Lo que estaba aprendiendo no satisfacía mis necesidades espirituales.” ¿Qué cambió su vida?
“Mi novio recibía regularmente la revista ¡Despertad!, y me la pasaba.” En aquel tiempo María obtuvo el libro De paraíso perdido a paraíso recobrado y comenzó a leerlo. “Fue entonces cuando realmente empecé a entender la Biblia, como si alguien me fuera quitando la venda de los ojos.”
María y su novio llegaron a ser testigos de Jehová dedicados y se casaron. En vez de ser catequista, ahora ella conduce doce estudios bíblicos con otras personas que están interesadas en aprender la verdad de la Biblia.
El conocimiento de la Palabra de Dios también ha beneficiado a muchas personas sinceras que eran pobres materialmente.
La alternativa de la Biblia: el Reino de Dios
En una de las oraciones más conocidas de todos los tiempos, Jesucristo puso de relieve la única esperanza que tiene la humanidad de conseguir unas condiciones mundiales mejores. “Padre nuestro que estás en los cielos —pidió—, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.” (Cursivas nuestras; Mateo 6:9, 10, Biblia de Jerusalén.)
¿Qué gobierno prefiere usted?: ¿el de Dios o el de los hombres? Esta es una cuestión a la que todos nos debemos enfrentar. En vista de las presentes condiciones mundiales, usted también puede pensar que necesitamos algo más de lo que los hombres han conseguido. Pero, ¿qué puede hacer el Reino de Dios hoy en día por los pobres?
Rafael R viene de una familia con nueve hijos que estaba sumida en la pobreza. “Dejé la escuela después del primer año de primaria para poder trabajar y ayudar a mi familia —recuerda—. En nuestro pueblo, después de la cosecha, me iba a los campos a juntar lo que habían dejado y lo llevaba a casa para comer.”
Sin embargo, a la edad de quince años, Rafael desarrolló un hábito costoso y degradante. Empezó a gastar su dinero —lo poco que había ganado— en bebidas alcohólicas. “Recuerdo que en dos ocasiones —dice Rafael— incluso asalté a algunas personas a fin de conseguir suficiente dinero para poder comprar más bebida.”
Con el tiempo Rafael se casó, y tuvo diez hijos que alimentar. Pero cada vez bebía más. Su esposa, Carmen, dice: “No teníamos nada materialmente. Intenté ganar un poco de dinero lavando, a fin de poner algo de comida en la mesa. Nuestro desayuno y cena por lo general consistían en una taza de té y un pedazo de pan. La comida no era más que un poco de sopa y quizás unas patatas o algo de calabaza. En ocasiones, teníamos la fortuna de comer carne una vez a la semana”. De modo que el alcoholismo de Rafael afectaba también a su familia. No obstante, ¿había alguna esperanza para ellos?
“Por supuesto que sí —dice Carmen—, pero no fue sino hasta que empezamos a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová que mi esposo empezó a cambiar. Aprendimos acerca de la promesa del Reino, que Jehová pronto eliminará del mundo la pobreza y la opresión. ¡Mis oraciones a Dios finalmente fueron contestadas!” Rafael dejó de beber y empezó a poner el Reino de Dios en primer lugar. El conocimiento de la Biblia le ayudó a ‘revestirse de la nueva condición humana’. (Efesios 4:22-24, González Ruiz.) Como resultado, él y su familia ya no tienen que luchar contra la pobreza extrema. Dice Rafael: “Puede que no seamos ricos ni tengamos una casa propia, pero tenemos lo indispensable, y somos felices”.
Una educación cristiana también ayuda a desarrollar habilidades latentes. Como dejó de ir al colegio a una edad temprana, Rafael apenas sabía leer y escribir. No obstante, al asistir y participar en las reuniones cristianas, no solo aprendió a leer y a escribir bien, sino que también pronuncia discursos en su congregación y conduce regularmente un estudio de la Biblia con su familia. Y eso no es todo.
Rafael y su familia han descubierto otro beneficio de poner los intereses del Reino en primer lugar. “Cuando mi esposo estaba enfermo debido a su problema con la bebida —recuerda Carmen—, recibimos el apoyo amoroso de la congregación.” ¿Qué clase de apoyo fue ese? Carmen explica: “Los hermanos vinieron en nuestra ayuda tanto en sentido espiritual como económico”. Sí, hay apoyo amoroso dentro de las congregaciones de la hermandad internacional del pueblo de Jehová.
De modo que la Biblia sí provee una esperanza práctica para los pobres. Jesús dijo en una ocasión: “Buscad primero el reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura”. (Mateo 6:33, Serafín de Ausejo.) Y como se ha visto en el caso de Rafael, hay más ventajas que solo las materiales.
¿Puede un conocimiento exacto de la Biblia ayudarle a usted también?
¿Cómo le afecta a usted?
El apóstol Pablo les dijo a los verdaderos cristianos de su día: “Examinaos vosotros mismos a ver si estáis en la fe; poneos a prueba”. (2 Corintios 13:5, Serafín de Ausejo.) Y Jesús, hablando a su Padre, dijo que “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado, Jesucristo”. (Juan 17:3, Biblia de Jerusalén.)
¿Está su fe basada en el conocimiento del “único Dios verdadero”? ¿Es usted como las personas de Berea, de quienes la Biblia dice que “eran de mejor corazón”? Ellos “acogieron la predicación con sumo interés y escudriñaron todos los días en las Escrituras si aquello era así”. (Hechos 17:11, Franquesa-Solé.)
¿Tiene usted un “mejor corazón” en lo que respecta a la Palabra de Dios? ¿Estudia la Biblia regularmente? Esta es la única manera de “discernir la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto”. (Romanos 12:2, González Ruiz.) En la Biblia encontrará la promesa de Dios de eliminar de la Tierra, no solo la pobreza, la opresión y la lucha internacional, sino también las ‘lágrimas, la muerte, el llanto y los lamentos’. (Apocalipsis 21:4, Serafín de Ausejo.) ¡Esta sí que será una verdadera liberación!
[Notas a pie de página]
a Todos los textos bíblicos citados en este artículo se han tomado de versiones católicas
b Ex cáthedra: Se dice cuando el Papa, por virtud de su ministerio, define explícitamente el dogma en materias de fe o de moral.
[Fotografías en la página 9]
“Me había dedicado a servir a Dios con la meta [...] de llegar a ser un buen sacerdote.” (Carlos)
“Fue entonces cuando realmente empecé a entender la Biblia, como si alguien me fuera quitando la venda de los ojos.” (María)
[Fotografía en la página 10]
“Puede que no seamos ricos [...], pero tenemos lo indispensable, y somos felices.” (Rafael)
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