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Sigamos unidamente tras la meta de la vidaLa Atalaya 1986 | 15 de febrero
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Sigamos unidamente tras la meta de la vida
“Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.” (JUAN 17:3.)
1. a) ¿En qué ocasión habló Jesús por primera vez de la “vida eterna”? b) ¿Quiénes pueden alcanzar esta meta?
LLEGA a hurtadillas, sin ser visto, en la oscuridad de la noche. Es Nicodemo. Le han impresionado los milagros que vio ejecutar a Jesús en Jerusalén al tiempo de la Pascua del año 30 E.C. Es a este fariseo a quien el Hijo de Dios menciona por primera vez la “vida eterna”, añadiendo estas conmovedoras palabras: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:15, 16.) ¡Qué magnífica oportunidad abren ante el mundo de la humanidad redimible estas palabras! Hasta un orgulloso fariseo se humillaría para alcanzar esa meta.
2. a) ¿En qué circunstancias volvió Jesús a referirse a la “vida eterna”? b) ¿A quiénes se hacen disponibles las aguas de vida?
2 Poco después, Jesús viaja de Jerusalén a Galilea. Se detiene en Samaria junto a un pozo mientras sus discípulos van a comprar alimento. Una mujer se acerca a sacar agua del pozo, y Jesús le dice: “A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna”. (Juan 4:14.) Siendo que los samaritanos eran despreciados por los judíos, ¿por qué le ofrece Jesús a esta mujer una esperanza tan valiosa? Además, como el propio Jesús sabe, ella había tenido cinco maridos y vivía en inmoralidad con un hombre que no era su esposo. Sin embargo, como dice Jesús en esta ocasión, las aguas de vida de la verdad han de ponerse al alcance aun de los despreciados del mundo, si se arrepienten y limpian su vida. (Compárese con Colosenses 3:5-7.)
3. a) ¿Qué clase de “alimento” recomendó Jesús? b) ¿Cómo se ha cumplido Juan 4:34-36?
3 ¡“Vida eterna”! Jesús desarrolla este tema un poco más cuando sus discípulos regresan y le instan a comer. Les dice: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra”. ¿Qué obra? Jesús dice: “Alcen los ojos y miren los campos, que están blancos para la siega. Ya el segador está recibiendo salario y recogiendo fruto para vida eterna”. Esa siega se efectuaría aun entre los samaritanos, tenidos por inferiores, y, como indica el registro, llegó a ser entre ellos una gozosa realidad. (Juan 4:34-36; Hechos 8:1, 14-17.) La siega para vida eterna aún continúa en nuestro día, pero ahora el campo es el mundo. Los discípulos de Jesucristo todavía tienen mucho que hacer en esta obra del Señor. (Mateo 13:37, 38; 1 Corintios 15:58.)
“El don de la vida”
4. ¿Cómo les respondió Jesús a los judíos respecto a guardar el sábado?
4 Transcurrió un año. Había llegado la Pascua del año 31 E.C. Según su costumbre, Jesús estaba en Jerusalén para la fiesta. Pero los judíos le perseguían porque efectuaba curaciones milagrosas en un día sabático como expresión de su amor. ¿Cómo respondió Jesús a esas acusaciones? “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora, y yo sigo trabajando.” De modo que los judíos procuraron matarlo. (Juan 5:17, 18.)
5, 6. a) ¿Qué preciosa unión describió Jesús a continuación? b) ¿En qué sentido tiene Jesús “vida en sí mismo”?
5 Sin embargo, Jesús prosiguió y pasó a describir la más preciosa unión: la unidad o identidad de propósito que existe entre él y el Padre. Les dijo a los judíos: “Porque el Padre le tiene cariño al Hijo y le muestra todas las cosas que él mismo hace, y le mostrará obras mayores que éstas, a fin de que ustedes se maravillen”. Les dice además que el Padre le ha confiado un poder extraordinario: “Muy verdaderamente les digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna, y no entra en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida”. (Juan 5:20, 24.)
6 En efecto, aun los que están “muertos” a la vista de Dios debido al pecado heredado “oirán la voz del Hijo de Dios” y vivirán. Pero, ¿cómo? Jesús explica: “Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así ha concedido también al Hijo el tener vida en sí mismo”. Las palabras “vida en sí mismo”, también pueden verterse como: “en sí mismo el don de la vida”. (Juan 5:25, 26, nota al pie de la página, NM Ref., en inglés.) Por consiguiente, Jesús tiene en sí mismo la facultad de otorgar a los humanos una posición de favor ante Dios. Además, puede resucitar e impartir vida a quienes duermen en la muerte. (Juan 11:25; Revelación 1:18.)
7. a) ¿Qué nos dice acerca de Dios el Salmo 36:5, 9? b) ¿Cómo recompensó Jehová a su Hijo por mantener integridad?
7 Jehová siempre ha tenido vida en sí mismo. De él se dice: “Contigo está la fuente de la vida”. (Salmo 36:5, 9.) Pero el Padre ha levantado a su Hijo —quien mantuvo integridad— de entre los muertos como “primicias de los que se han dormido en la muerte”. Al tener “en sí mismo el don de la vida”, a Jesús se le ha conferido poder para perdonar pecados, juzgar y resucitar a los muertos, con la perspectiva de la vida eterna. (1 Corintios 15:20-22; Juan 5:27-29; Hechos 17:31.)
Una unión gozosa
8, 9. a) ¿Cómo podemos mantener la meta de la vida eterna en mira? b) ¿Qué dispone Dios a fin de hacer posible la vida eterna? c) ¿Quiénes llegan a ser partícipes de estas bendiciones y cómo?
8 Judas, discípulo de Jesús, da esta admonición: “Manténganse en el amor de Dios, mientras esperan la misericordia de nuestro Señor Jesucristo con vida eterna en mira”. (Judas 21.) ¡Qué meta tan preciosa: vida eterna! Esta será una vida en perfección por voluntad de nuestro perfecto Creador y por lo que él ha dispuesto hacer mediante su Hijo. Será una vida libre del hastío y la pesadez que a menudo caracterizan nuestra lucha por la supervivencia en el presente sistema de cosas. En el sistema de cosas venidero, ¡no habrá más aflicción, enfermedad, desafuero, corrupción, ni siquiera muerte! (Miqueas 4:3, 4; 1 Corintios 15:26.)
9 ¿Quiénes participarán de la realización de estas promesas, y dónde? Quienes ejerzan fe en el sacrificio de Jesús y añadan a su fe obras devotas. Ellos llegan a estar armoniosamente integrados a otros compañeros cristianos de todo el mundo en la unidad de la fe. (Santiago 2:24; Efesios 4:16.)
10. a) ¿Qué viene en primer lugar en la “administración” de Dios? b) ¿Cuál es el siguiente paso de esa “administración”?
10 Según su beneplácito, Dios se ha propuesto ‘una administración por la que se han de reunir todas las cosas de nuevo en el Cristo, las cosas en los cielos y las cosas en la tierra’. (Efesios 1:8-10.) Esta administración de la ‘casa’ de Dios da comienzo con el recogimiento de los 144.000 coherederos con Cristo. Estos son “comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero [Jesucristo]”. Participan de “la primera resurrección [la celestial]” a fin de servir con Cristo por mil años como reyes y sacerdotes. Después, la administración recogerá “las cosas en la tierra”, comenzando con una incontable “gran muchedumbre [...] de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”. Estos siervos de Dios saldrán de una “gran tribulación” con la perspectiva de alcanzar vida eterna en “una nueva tierra”. (Revelación 14:1, 4; 20:4, 6; 7:4, 9-17; 21:1, 4.)
11. a) ¿A qué “unión” preciosa se refiere Efesios 1:11? b) ¿Cómo aplica Juan 15:4, 5 a quienes se hallan en esa “unión”?
11 Los hijos de Dios ungidos por espíritu, cuya identidad corresponde a “las cosas en los cielos”, disfrutan de una relación muy íntima con Jesús y con el Padre. A ellos se les ‘asigna como herederos’ del Reino en unión con Jesús. (Efesios 1:11.) Jesús les animó a permanecer en unión con él, como los sarmientos permanecen unidos a la vid, a fin de llevar mucho fruto. A menos que mantuvieran esa preciosa unión con Cristo Jesús, los sarmientos ‘no podrían hacer nada’. (Juan 14:10, 11, 20; 15:4, 5; 1 Juan 2:27.)
Las “otras ovejas” que también participan
12. a) ¿Qué relación existe entre las “otras ovejas” y el “rebaño pequeño”? b) ¿Cómo aplica 1 Juan 2:1-6 a cada uno de estos dos grupos?
12 Sin embargo, ¿qué hacen los centenares de miles de personas de disposición semejante a oveja que en los últimos 50 años se han separado de la gente del mundo de disposición semejante a “cabra”? (Mateo 24:31-40.) Ellas no pertenecen al “rebaño pequeño” de Jesús que recibe el Reino, sino que se unen a este como “otras ovejas” para integrar un rebaño mayor que sirve unidamente al Padre y al Hijo. (Lucas 12:32; Juan 10:16.) El apóstol Juan afirma que Jesucristo “es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados [es decir, los del “rebaño pequeño”], pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo”. En consecuencia, también estas “otras ovejas” que han sido recogidas de entre la humanidad pueden disfrutar de una preciosa unión, o armonía, con Dios y Cristo. Es como Juan dice a continuación: “Cualquiera que sí observa su palabra, verdaderamente en esta persona el amor a Dios ha sido perfeccionado. En esto tenemos el conocimiento de que estamos en unión con él”. De modo que, primero el “rebaño pequeño” y luego las “otras ovejas”, ambos contraen la obligación de andar así como anduvo Jesús. (1 Juan 2:1-6.)
13. a) ¿Qué pide Jesús en oración, según se registra en Juan 17:20, 21? b) ¿Qué muestra que esta petición no se limita a los coherederos de Cristo?
13 Hoy día, ambos grupos, el celestial y el terrestre, están ‘en unión con el Padre y con el Hijo’... de total acuerdo con ellos en el desempeño de la obra de Dios. Jesús oró: “Que todos ellos sean uno, así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo, que ellos también estén en unión con nosotros”. El significado de esta unidad no se limita a ser copartícipes de una herencia, porque es evidente que, en el caso de los discípulos de Jesús, ellos no iban a ser parte del ‘cuerpo de Jehová’ o ‘coherederos con Jehová’. Están “en unión” en tanto cooperan unidamente, siendo de un solo corazón y mente con Jehová y Cristo, a medida que dan testimonio al mundo. (Juan 17:20, 21.)
14. ¿En qué sentido especial está en unión con Cristo la clase celestial y qué la hace consciente de esto?
14 Sin embargo, la clase celestial ungida disfruta de esa unión ahora de un modo especial, pues sus componentes han sido declarados justos para vida mediante la aplicación del mérito del sacrificio de Cristo. Por lo tanto, pueden ser engendrados por espíritu con la perspectiva de llegar a ser coherederos con Cristo Jesús. Ellos reconocen su adopción como hijos al decir: “El espíritu mismo [la fuerza activa de Dios que los engendra] da testimonio con nuestro espíritu [la disposición mental predominante] de que somos hijos de Dios”. (Romanos 3:23, 24; 5:1; 8:15-18.)
15. ¿Qué pueden esperar, tanto en el presente como en el futuro, quienes tienen esperanza de vida en la Tierra?
15 A los que tienen la perspectiva de vivir sobre la Tierra se les declara justos ahora para que puedan entrar en una relación de amistad con Dios, tal como ocurrió con Abrahán, Rahab y otros de la antigüedad. Durante el Reino Milenario de Cristo, serán conducidos gradualmente a la perfección humana para que, después de la prueba final, “la creación misma también [sea] libertada de la esclavitud a la corrupción y [tenga] la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. (Romanos 8:19-21; Santiago 2:21-26.) Así, se declarará justos para la vida eterna sobre la Tierra a los seres humanos obedientes. (Véanse Juan 10:10; Isaías 9:7; 11:1-9; 35:1-6; 65:17-25.)
16. a) ¿En qué sentidos muestran “unión” entre sí los del “rebaño pequeño” y las “otras ovejas”? b) Sin embargo, ¿por qué aplica únicamente al “rebaño pequeño” Juan 3:3-5?
16 Tanto los integrantes del “rebaño pequeño” como la multitudinaria muchedumbre de “otras ovejas” muestran el mismo celo gozoso por el servicio a Dios. (Lucas 12:32; Juan 10:16; Tito 2:13, 14.) Puede que la mayoría de los ungidos que aún quedan tengan mucha más edad, como también experiencia, pero ambos grupos manifiestan la personalidad cristiana y el fruto del espíritu. (Efesios 4:24; Gálatas 5:22, 23.) No obstante, como Jesús le indicó a Nicodemo aun antes de hablarle de la vida eterna, existe una diferencia. Él dijo: “A menos que uno nazca de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. (Juan 3:3-5.) Aquellos cristianos bautizados a quienes Dios llama para ser coherederos con Jesús en su Reino tienen que experimentar un nuevo nacimiento en sentido espiritual. (1 Corintios 1:9, 26-30.) Las “otras ovejas” no necesitan ese nuevo nacimiento, pues, como súbditos del Reino, su objetivo es la vida eterna en el Paraíso terrestre restaurado. (Mateo 25:34; Mt 25:46b; Lucas 23:42, 43.)
La Conmemoración y el nuevo pacto
17. a) ¿Por qué deben reunirse con el pueblo de Dios el 24 de marzo todos los que desean la vida? b) ¿Qué observación puede hacerse respecto a la Conmemoración de 1985?
17 El 24 de marzo, después de la puesta del Sol, será el día en que los testigos de Jehová de todo el mundo conmemoren la muerte de Jesús para el año 1986. Se dará atención especial al sacrificio que Jesús hizo al dar su cuerpo humano perfecto y su sangre para la vindicación del nombre y propósito de su Padre y en beneficio de la humanidad pecaminosa. (1 Corintios 11:23-26.) Por lo tanto, todos aquellos que desean alcanzar la vida (en el cielo o en la Tierra) estarán presentes junto con el pueblo de Dios por todo el mundo para esta gozosa ocasión. En 1985, un total de 7.792.109 personas conmemoraron de esta manera la muerte de Jesús. No obstante, solo 9.051 participaron del pan y del vino, símbolos que representan el cuerpo humano de Jesús y su sangre. ¿Por qué tan pocos?
18, 19. a) ¿A qué pactos se refiere Jesús en el capítulo 22 de Lucas? b) ¿Qué propósito logra cada uno de estos pactos? c) Tal como prefiguró Moisés, ¿cómo sirve Jesús de ‘único mediador’?
18 Pues bien, ¿qué dijo Jesús la noche que instituyó la Conmemoración de su muerte? Después de haber pasado el pan a sus discípulos, les ofreció el vino de la misma manera y dijo: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes”. Luego, pasó a explicarles la razón por la cual les introducía en un nuevo pacto, al decirles: “Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino, y para que coman y beban a mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”. (Lucas 22:19, 20, 28-30.)
19 El profeta Jeremías había predicho la institución del nuevo pacto y había dicho que por este medio Jehová perdonaría el error y el pecado de su pueblo, a fin de que ‘conocieran a Jehová’ de un modo mucho más íntimo. (Jeremías 31:31, 34.) Así como Moisés había sido “mediador” del pacto de la Ley con respecto al Israel natural, Jesús vino a ser “mediador de [este] pacto correspondientemente mejor” que Dios hizo con respecto al Israel espiritual o “Israel de Dios”. De este modo se rescata a quienes se llama para llegar a ser herederos del Reino con Cristo y reciben “la promesa de la herencia eterna”. (Gálatas 3:19, 20; 6:16; Hebreos 8:6; 9:15; 12:24.) Es en este sentido bíblico en particular que Cristo Jesús sirve de único “mediador entre Dios y los hombres”. (1 Timoteo 2:5, 6.)
20. a) ¿Quiénes pueden propiamente participar de los símbolos conmemorativos? b) ¿Por qué?
20 En consecuencia, ¿quiénes pueden participar debidamente de los símbolos conmemorativos: el pan y el vino? Únicamente aquellos a quienes Dios introduce en el nuevo pacto validado por el sacrificio de Jesús. (Salmo 50:5.) El propósito de este pacto es declarar justos primero para vida humana a los 144.000 coherederos con Jesús, a fin de que ellos puedan sacrificar ese derecho y puedan ser llevados al Reino celestial. (Romanos 4:25; 2 Timoteo 2:10, 12.) ¿Y las “otras ovejas”?
21. a) ¿Cómo se benefician las “otras ovejas” de estar presentes en la Conmemoración? b) ¿En qué enfoca su atención, principalmente, la Conmemoración, y qué pregunta surge?
21 La clase de las “otras ovejas” no se halla en el nuevo pacto y, por lo tanto, no participa de los símbolos conmemorativos. Sin embargo, todos se benefician abundantemente de estar presentes en la Conmemoración como observadores respetuosos. Así se agudiza su aprecio por los valores espirituales, según se desprende de las palabras que Jesús dirigió a su Padre en oración: “Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo”. (Juan 17:3.) Recuerde, la Conmemoración enfoca su atención en la carne y sangre de Jesús. La carne sacrificada de Cristo, y su sangre, tienen una importancia vital para todos los que van tras la meta de la vida eterna. ¿Cómo es esto cierto en el caso de las “otras ovejas”, quienes no han sido introducidas en el nuevo pacto y, por lo tanto, no participan de los símbolos conmemorativos? Consideremos la respuesta en el siguiente artículo.
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El “pan de la vida” al alcance de todosLa Atalaya 1986 | 15 de febrero
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El “pan de la vida” al alcance de todos
“Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo.” (JUAN 6:51.)
1. ¿A qué trágica situación se enfrenta la humanidad hoy?
EL MUNDO de la humanidad se ha alimentado de pan desde hace mucho tiempo, siendo este el alimento más común de la Tierra. Por esa razón el pan ha llegado a ser sinónimo de sustento. Sin embargo, hoy en día la falta de pan está alcanzando niveles trágicos. El hambre afecta a una cuarta parte de los habitantes de la Tierra. El periódico The Globe and Mail, de Toronto, Canadá, dijo recientemente: “El hambre, como la guerra, no conoce fronteras”. Según el mismo periódico, un dirigente de las operaciones de emergencia de la ONU en África advirtió que el continente estaba al borde de “una de las mayores tragedias humanas, uno de los mayores desafíos humanos de la historia”.
2, 3. a) ¿De qué señal son parte las escaseces de alimento? b) ¿Cómo se solucionarán los problemas de alimentación? c) ¿Qué más se necesita, y qué promesa se da en Isaías 25:8?
2 Jesús profetizó que las escaseces de alimento serían parte de la señal de su presencia en el poder del Reino. (Mateo 24:3, 7, 32, 33; 25:31, 32; Lucas 21:11.) ¡Qué contentos podemos estar de que su Reino esté cerca! En poco tiempo este Rey glorioso vencerá a todos los enemigos de la humanidad y eliminará las injusticas políticas y económicas causantes de tal cruel sufrimiento. En aquel tiempo todos los pueblos se regocijarán al recibir el pan de cada día. (Mateo 6:10, 11; 24:21, 22; Daniel 2:44; Proverbios 29:2.)
3 Bajo un gobierno justo, nuestra fértil tierra será capaz de producir alimento en “sobre abundancia”, suficiente para satisfacer a una población mundial muy superior a la actual. (Salmo 72:12-14, 16, 18.) Jehová dará “un banquete” de buenas cosas para su pueblo. (Isaías 25:6.) Pero se necesita algo más. ¿Seguirá el ser humano enfermando y muriendo con el paso de los años? Felizmente, Isaías 25:8 sigue diciendo con respecto a Jehová: “Él realmente se tragará la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro”. ¿Cómo se realizará esa promesa?
La provisión amorosa de Jehová
4. ¿Qué provisión amorosa hizo Jehová en Egipto?
4 Cuando José era el administrador de alimentos de Egipto, había grano en abundancia. Esta abundancia se debió a que José, después de ser nombrado por el Faraón, se preparó con sentido previsor para los siete años de hambre que habían sido predichos, y Jehová amorosamente bendijo su labor. (Génesis 41:49.) Había alimento en abundancia para todos, incluso para almacenar. Cuando Jacob, el padre de José, los hermanos de este y sus familias llegaron a Egipto, se beneficiaron de aquella manifestación de la providencia divina. Aquellos israelitas debieron conocer bien el pan de masa de trigo fermentada, pues parece que proviene de Egipto.
5. a) ¿Cómo proveyó Jehová sustento en el desierto? b) ¿Quiénes participaron con Israel de esta bendición, y por qué?
5 Posteriormente, Jehová hizo más provisiones amorosas para su pueblo. Fue cuando millones de israelitas salieron de Egipto y atravesaron el desierto del Sinaí. ¿Cómo podía aquella gran muchedumbre hallar sustento en el desolado e inhóspito desierto? Aunque Jehová se había encolerizado con ellos debido a su falta de fe, “abrió las mismísimas puertas del cielo. Y siguió haciendo llover sobre ellos maná para comer, y el grano del cielo les dio”. “Con pan del cielo siguió satisfaciéndolos” durante 40 largos años. (Salmo 78:22-24; 105:40; Éxodo 16:4, 5, 31, 35.) No debe olvidarse tampoco que los israelitas no fueron los únicos en comer del maná. “Una vasta compañía mixta” de personas que no eran israelitas ejercieron fe en Jehová y se unieron a ellos en el éxodo de Egipto. A ellos Dios también les proveyó el maná. (Éxodo 12:38.)
6. a) ¿Qué necesidad mayor tiene el hombre, y por qué? b) ¿Qué destacaron los sacrificios de Israel, y qué representaron?
6 Sin embargo, la humanidad ha tenido siempre una necesidad mayor que la del “pan del cielo” literal. Los que comieron del maná provisto milagrosamente también envejecieron y murieron, puesto que la condición pecaminosa heredada del hombre hace que la muerte sea inevitable, independientemente de la alimentación. (Romanos 5:12.) Los sacrificios de Israel le permitieron mantener una buena relación con Dios, pero aquellos sacrificios también pusieron de relieve la pecaminosidad de la nación. “En ningún tiempo [pudieron] quitar los pecados completamente.” Además, aquellas ofrendas representaron el “solo sacrificio” de Jesús que hace posible eliminar “perpetuamente” los pecados. Desde su posición ensalzada en el cielo, Jesús puede ahora administrar los beneficios de aquel sacrificio. (Hebreos 10:1-4, 11-13.)
“Verdadero pan del cielo”
7. a) ¿En qué nuevo contexto deben verse las palabras de Jesús del capítulo 6 de Juan? b) ¿Por qué reprendió Jesús a la muchedumbre?
7 Consideremos ahora el capítulo 6 de Juan. Lo que Jesús explica en este capítulo no es una continuación de lo registrado en el Jn capítulo 5. El contexto es diferente, pues había pasado todo un año. Era el año 32 E.C. Jesús ya no se encontraba entre los judíos de Jerusalén, pagados de su propia justicia, sino entre la gente común de Galilea. Acababa de ejecutar el milagro de alimentar a 5.000 hombres con cinco panes y dos pescados pequeños. Al día siguiente, la muchedumbre siguió a Jesús esperando otra comida gratuita. De modo que Jesús les dijo: “Ustedes me buscan, no porque vieron señales, sino porque comieron de los panes y quedaron satisfechos. Trabajen, no por el alimento que perece, sino por alimento que permanece para vida eterna”. Jesús había sido enviado por su Padre para suministrar tal alimento a todos aquellos que ejercieran fe en él. Este sería “el verdadero pan del cielo”, con efectos más duraderos que los que tuvo el maná literal que comieron los antiguos israelitas. (Juan 6:26-32.)
8. ¿Cómo puede uno conseguir la vida eterna?
8 Jesús siguió explicando los beneficios que se derivarían de aquel “alimento”, diciéndoles: “Yo soy el pan de la vida. Al que viene a mí, de ninguna manera le dará hambre, y al que ejerce fe en mí no le dará sed nunca. [...] Porque ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que contempla al Hijo y ejerce fe en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día”. (Juan 6:35-40.)
9, 10. a) ¿Qué contraste hay entre el “pan de la vida” y el maná? b) Según Juan 6:42-51, ¿por quiénes dio Jesús su carne? c) ¿Cómo comen estos su carne?
9 Aquellos judíos materialistas consideraron polémicas esas palabras de Jesús. Solo veían en Jesús al hijo de José y de María. Jesús les advirtió: “Dejen de murmurar entre ustedes. Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré en el último día”. Entonces repitió: “Yo soy el pan de la vida. Los antepasados de ustedes comieron el maná en el desierto y sin embargo murieron. Éste es el pan que baja del cielo, para que cualquiera pueda comer de él y no morir. Yo soy el pan vivo que bajó del cielo; si alguien come de este pan vivirá para siempre; y, de hecho, el pan que yo daré es mi carne a favor de la vida del mundo”. (Juan 6:42-51.)
10 Por consiguiente, fue “a favor de la vida del mundo” —el mundo entero de la humanidad redimible— que Jesús dio su carne. Y “cualquiera” del mundo de la humanidad que come simbólicamente de ese “pan”, por medio de ejercer fe en el poder redentor del sacrificio de Jesús, puede entrar en el camino que lleva a la vida eterna. La “vasta compañía mixta” que comió con los israelitas del maná en el desierto representó a la gran muchedumbre de “otras ovejas” de Jesús quienes, junto con el resto ungido del “Israel de Dios”, están ahora comiendo la carne de Jesús en sentido figurado. Comen esa carne por medio de ejercer fe en su sacrificio. (Gálatas 6:16; Romanos 10:9, 10.)
11. ¿Qué otras palabras de Jesús escandalizaron a los judíos, y por qué?
11 El discurso de Jesús escandalizó a muchos de aquellos oyentes galileos. Esto no fue óbice para que Jesús, todavía hablando sobre su carne, fuera un poco más allá: “Muy verdaderamente les digo: A menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban su sangre, no tienen vida en ustedes. El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día; porque mi carne es verdadero alimento, y mi sangre es verdadera bebida”. (Juan 6:53-55.) ¡Realmente chocante! No solamente les repugnaba a aquellos judíos la idea del canibalismo, sino que la Ley, en Levítico 17:14, prohibía específicamente comer “la sangre de cualquier clase de carne”.
12. a) ¿Qué estaba destacando Jesús? b) ¿Qué otros textos muestran que esa provisión no es solo para los coherederos de Jesús?
12 Por supuesto, con estas palabras Jesús estaba destacando que cualquiera que quisiera vida eterna tenía que ejercer fe en el sacrificio que él iba a hacer al ofrecer su cuerpo humano perfecto y derramar su sangre vital. (Hebreos 10:5, 10; 1 Pedro 1:18, 19; 2:24.) Esa provisión no es solo para los coherederos de Jesús. También incluye a la “gran muchedumbre” que sobrevive a “la gran tribulación”, puesto que estos “han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero”. Su fe en el sacrificio de Jesús, fe que demuestran también por el “servicio sagrado” que rinden a Dios, resulta en que se les conserve con vida a través del mayor tiempo de angustia para la Tierra. De modo similar, Rahab fue declarada justa y sobrevivió cuando Josué dio a Jericó irrevocablemente a la destrucción. (Revelación 7:9, 10, 14, 15; Josué 6:16, 17; Santiago 2:25.)
“Vida en ustedes”
13. a) Al comparar Juan 5:26 con Juan 6:53, ¿qué debe notarse? b) ¿Qué construcción gramatical que es común en griego nos ayuda a entender Juan 6:53? c) Así, ¿qué significa tener “vida en ustedes” y a quiénes aplican esas palabras?
13 En Juan 6:53 y 54 Jesús relaciona las expresiones “vida eterna” y “vida en ustedes”. De modo que, en este contexto, la expresión “vida en ustedes” parece tener un significado diferente del que tiene en Juan 5:26. En otras partes de las Escrituras Griegas se usan expresiones de construcción gramatical similar a tener “vida en ustedes”. Por ejemplo: “Tengan sal en ustedes” (Marcos 9:50) y “recibiendo en sí mismos la recompensa completa”a. (Romanos 1:27.) En estos ejemplos la expresión no significa el poder de conceder a otros sal o una recompensa. Más bien, hace referencia a plenitud interior. Así, según el contexto de Juan 6:53, el tener “vida en ustedes” debe significar entrar al fin en la misma plenitud de la vida. Los del “rebaño pequeño” de herederos del Reino experimentan esta condición cuando resucitan para vida en los cielos. Las “otras ovejas” la experimentan después del fin de los mil años, cuando son probados y declarados justos para vida eterna en la Tierra paradisíaca. (1 Juan 3:2; Revelación 20:4, 5.)
14. ¿Quiénes más se beneficiarán del “pan del cielo”, y cómo?
14 Otros también pueden beneficiarse del “pan del cielo”. Jesús dijo del que ‘come su carne y bebe su sangre’ y que muere: “Lo resucitaré en el último día”. Se entiende que los cristianos ungidos que están durmiendo en la muerte son levantados al tocar la “última trompeta”, lo cual tiene lugar durante la “manifestación” de Jesucristo en la gloria del Reino. (1 Corintios 15:52; 2 Timoteo 4:1, 8.) Pero ¿qué sucede en el caso de las “otras ovejas” en perspectiva que se duermen en la muerte? Son de interés las palabras de Marta al tiempo de la muerte de Lázaro, puesto que en aquel tiempo los judíos temerosos de Dios no tenían otra esperanza que la resurrección terrestre. La fe de Marta se expresó en las siguientes palabras: “Yo sé que [Lázaro] se levantará en la resurrección en el último día”. (Juan 11:24.) Los que estamos viviendo ahora en el tiempo de la presencia de Cristo podemos, por lo tanto, esperar que los fieles de la “gran muchedumbre” que se duerman en la muerte tendrán una resurrección temprana en la Tierra, de modo que puedan de nuevo participar del “pan del cielo” con la perspectiva de vida eterna. ¡Qué grandiosa esperanza es esta, una esperanza garantizada por la misma resurrección de Jesús de entre los muertos! (1 Corintios 15:3-8.)
“En unión con Cristo”
15. ¿A quiénes aplican las palabras de Jesús “en unión conmigo”, y por qué contesta así?
15 Jesús continuó: “El que se alimenta de mi carne y bebe mi sangre permanece en unión conmigo, y yo en unión con él”. (Juan 6:56.) Esto, pues, es cierto en el caso de “cualquiera” que de este modo ejerza fe en el sacrificio de Jesús con la perspectiva de tener ‘vida en sí mismo’. Todos los que manifiesten tal fe pueden llegar a estar “en unión con” Jesús. Por supuesto, la “gran muchedumbre” de otras ovejas que tienen esperanza terrestre no están “en unión con Cristo” en el sentido de ser coherederos con él, miembros de su novia que reciben una resurrección celestial como la de él. (Romanos 8:1, 10; 1 Corintios 1:2; 2 Corintios 5:17; 11:2; Gálatas 3:28, 29; Efesios 1:1, 4, 11; Filipenses 3:8-11.) Aun así, todos los que tienen esperanza terrestre pueden y deben estar en completa armonía con el Padre y el Hijo, conociendo y haciendo la “perfecta voluntad de Dios”, al igual que el “rebaño pequeño”. (Romanos 12:2; compárese con Juan 17:21.)
16. a) ¿De qué maneras esenciales están “en unión con” Jesús todos los que ejercen fe en su sacrificio? b) ¿En qué se refleja la unidad de propósito y esfuerzo?
16 En consecuencia, el valor sacrificatorio de la carne y de la sangre de Cristo está disponible a todos los que hoy ejercen fe, y cualquiera que se aproveche de él puede estar “en unión con” Jesús. Todos tienen que llegar a ser parte de la familia universal de Jehová Dios. En estos críticos “últimos días” disfrutan de una unidad mundial de creencia, propósito y trabajo. Al ejercer fe en Jesús, pueden hacer “obras mayores” en su alcance que las que Jesús realizó en la Tierra. Nótese que los millones de la “gran muchedumbre” ahora conforman el 99,7% de los que actualmente están haciendo la obra de Jehová. (Juan 14:12; Romanos 10:18.) Esta unidad de propósito y esfuerzo se refleja en el grandioso testimonio mundial y apoyo dispuesto a los programas de construcción de la Sociedad Watch Tower. (Salmo 110:3.) Cuántos del mundo de la humanidad llegarán a creer y entrar en esta preciosa unidad, está por verse. Un informe reciente arroja la cifra de 3.024.131 Testigos activos.
17. ¿Qué deberían apreciar todos los que asisten a la Conmemoración?
17 Se espera que muchas más personas interesadas asistan a la celebración de la Conmemoración de 1986. Millones de las “otras ovejas” estarán presentes, junto con los menguantes miles del “rebaño pequeño”: todos con un profundo aprecio por la provisión amorosa de Jehová mediante Cristo, y con pleno reconocimiento de lo vitales que son la carne y la sangre de Cristo. Sin embargo, todos deben discernir con claridad su posición. El participar de los emblemas de la Conmemoración no garantiza la vida eterna. Estos son símbolos del sacrificio de Jesús, el cual se aplica primero en relación con el “nuevo pacto”. Los ungidos introducidos en ese pacto, y solo ellos, pueden propiamente participar de los emblemas. Uno ha sido introducido en ese nuevo pacto, o no lo ha sido. (1 Corintios 11:20, 23-26.) Los que no están en el nuevo pacto y que no han sido introducidos por Jesús en un pacto para un Reino no participan de los emblemas de la Conmemoración, pero deben reconocer de todos modos lo importantes que son para ellos la carne y la sangre sacrificadas de Jesús. (Lucas 22:14-20, 28-30.) Este sacrificio es el medio por el cual pueden obtener vida eterna en la Tierra.
18. ¿En qué felicidad resulta el discernir con claridad el pleno significado del sacrificio de Cristo?
18 A medida que se acerca el tiempo para la Conmemoración, que todos discernamos con claridad todo lo que el sacrificio de Jesús significa para la humanidad. Que los miembros del “rebaño pequeño” atesoren su llamamiento, y que la creciente muchedumbre de “otras ovejas” se regocije con la perspectiva de obtener vida terrestre perfecta en sí misma, valorando debidamente la unión de la que ya disfruta ahora con el Padre, el Hijo y el menguante número de ungidos que aún quedan en la Tierra. ¡Cuán felices nos sentimos de que “el pan de la vida” esté ahora disponible para todos!
[Nota a pie de página]
a Véanse también Mateo 3:9; 9:3; 13:21; Marcos 5:30; 6:51; Lucas 7:39, 49; 12:17; 18:4; Juan 5:42; 11:38; Hechos 10:17; 2 Corintios 1:9.
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