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La vida eterna en la Tierra: una esperanza que Dios nos ha dadoLa Atalaya 2009 | 15 de agosto
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La vida eterna en la Tierra: una esperanza que Dios nos ha dado
“La creación fue sujetada a futilidad [...] sobre la base de la esperanza.” (ROM. 8:20)
1, 2. a) ¿Por qué es tan importante para nosotros la esperanza de la vida eterna en la Tierra? b) ¿Por qué hay tanta gente que no cree en esa esperanza?
¿RECUERDA lo emocionante que fue aprender que en un futuro cercano desaparecerán la vejez y la muerte, y que será posible vivir para siempre en la Tierra? (Juan 17:3; Rev. 21:3, 4.) Seguramente aún hoy sigue disfrutando de hablar a la gente sobre la esperanza bíblica de la vida eterna, una esperanza que forma parte esencial del mensaje que llevamos y que ha cambiado por completo nuestra forma de ver la vida.
2 Sin embargo, la mayoría de las religiones de la cristiandad no enseñan esa esperanza. Aunque la Biblia explica que el alma muere, esas religiones dicen lo contrario: que el hombre tiene un alma inmortal que sobrevive a la muerte del cuerpo y se va al mundo de los espíritus (Eze. 18:20). Como consecuencia, mucha gente no cree que el hombre vaya a vivir para siempre en la Tierra. Ahora bien, ¿qué pruebas hay de que esa esperanza se basa en la Biblia? ¿Cuándo fue la primera vez que Jehová la dio a conocer a la humanidad?
“La creación fue sujetada a futilidad [...] sobre la base de la esperanza”
3. ¿Cómo dio a conocer Jehová su propósito para la humanidad?
3 En el mismo inicio de la historia, Jehová dio a conocer con toda claridad su propósito para la humanidad. ¿De qué manera? Al indicarle a Adán que si era obediente, podría vivir para siempre (Gén. 2:9, 17; 3:22). Desafortunadamente, Adán perdió la perfección. Sus primeros descendientes sin duda sabían lo que había ocurrido. Además, veían las consecuencias: se había bloqueado la entrada al jardín de Edén y la gente estaba envejeciendo y muriendo (Gén. 3:23, 24). La duración de la vida se hacía cada vez más corta. Aunque Adán vivió 930 años, Sem, que sobrevivió al Diluvio, solo vivió 600, y su hijo Arpaksad, 438. Taré, el padre de Abrahán, vivió 205 años; Abrahán, 175; Isaac, 180, y Jacob, 147 (Gén. 5:5; 11:10-13, 32; 25:7; 35:28; 47:28). La gente debió de entender lo que esto significaba: la esperanza de vivir para siempre se había perdido. ¿Había alguna razón para creer que dicha esperanza se podía recuperar?
4. ¿Por qué podían los seres humanos fieles tener la esperanza de que Dios le devolvería a la humanidad lo que Adán había perdido?
4 La Palabra de Dios dice: “La creación [humana] fue sujetada a futilidad [...] sobre la base de la esperanza” (Rom. 8:20). ¿De qué esperanza se trata? La primera profecía de la Biblia habla de una “descendencia” que magullaría la cabeza de la serpiente (léase Génesis 3:1-5, 15). Esa promesa les dio a los seres humanos fieles la esperanza de que Dios seguiría adelante con su propósito. Les dio a hombres como Abel y Noé razones para creer que Dios le devolvería a la humanidad lo que Adán había perdido. Es probable que ellos hayan comprendido que la herida en el talón de la Descendencia implicaría derramamiento de sangre (Gén. 4:4; 8:20; Heb. 11:4).
5. ¿Cómo sabemos que Abrahán tenía fe en la resurrección?
5 Pensemos ahora en el caso de Abrahán. Cuando fue puesto a prueba, este hombre fiel “ofreció, por decirlo así, a Isaac, [...] su hijo unigénito” (Heb. 11:17). ¿Por qué estuvo dispuesto a sacrificarlo? (Léase Hebreos 11:19.) Porque creía en la resurrección. Y tenía muy buenas razones para hacerlo. Jehová había restaurado las facultades reproductivas de él y de su esposa, Sara, para que pudieran tener un hijo a pesar de su avanzada edad (Gén. 18:10-14; 21:1-3; Rom. 4:19-21). Además, Jehová le había dado su palabra: le había prometido que su descendencia vendría “por medio de Isaac” (Gén. 21:12). En efecto, Abrahán tenía motivos de sobra para confiar en que Dios resucitaría a su hijo.
6, 7. a) ¿Qué pacto hizo Jehová con Abrahán? b) ¿Qué esperanza le da a la humanidad la promesa que Dios le hizo a Abrahán?
6 Debido a la gran fe de Abrahán, Jehová hizo un pacto con él, un pacto relacionado con la descendencia de este fiel hombre (léase Génesis 22:18). La parte principal de esa “descendencia” resultó ser Jesucristo (Gál. 3:16). Jehová le dijo a Abrahán que su “descendencia” crecería hasta llegar a ser “como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que hay en la orilla del mar”, por lo que Abrahán no podría conocer su número exacto (Gén. 22:17). Sin embargo, ese número se dio a conocer más tarde: además de Jesús habría 144.000 que gobernarían en el Reino de Dios. Todos ellos conforman la “descendencia” (Gál. 3:29; Rev. 7:4; 14:1). El Reino mesiánico es el medio por el que “se bendecirán todas las naciones de la tierra”.
7 Aunque Abrahán no podía entender por completo la trascendencia del pacto que Jehová había hecho con él, la Biblia dice que estaba esperando “la ciudad que tiene fundamentos verdaderos” (Heb. 11:10). Esa ciudad es el Reino de Dios. Para recibir las bendiciones de ese Reino, Abrahán tendrá que volver a la vida. Y cuando resucite, podrá vivir para siempre. Todos aquellos que resuciten en la Tierra, así como los que sobrevivan al Armagedón, tendrán esa misma posibilidad (Rev. 7:9, 14; 20:12-14).
El “espíritu me ha causado presión”
8, 9. ¿Cómo sabemos que el libro de Job no es el simple relato de las graves pruebas de un hombre?
8 Entre la época de José, el bisnieto de Abrahán, y la del profeta Moisés vivió un hombre llamado Job. El libro bíblico que lleva su nombre —y que probablemente fue escrito por Moisés— explica por qué permitió Jehová que Job sufriera tanto y en qué acabaron sus sufrimientos. Sin embargo, este libro no solo habla de las graves pruebas que atravesó un hombre. También trata cuestiones de importancia universal: nos ayuda a entender que Jehová ejerce su derecho a gobernar de manera justa, y relaciona la cuestión que surgió en Edén con la integridad y el futuro de los siervos de Dios. Aunque Job no comprendió todas las cuestiones implicadas, no dejó que sus tres supuestos amigos lo convencieran de que le había fallado a Dios (Job 27:5). Sin duda, este relato fortalece nuestra fe y nuestra confianza en que también nosotros podemos serle fieles a Dios y defender su soberanía.
9 Una vez que los tres compañeros de Job terminaron de hablar, “Elihú hijo de Barakel el buzita procedió a responder”. ¿Y qué lo impulsó a hablar? “He llegado a estar lleno de palabras —dijo él—; [el] espíritu me ha causado presión.” (Job 32:5, 6, 18.) Aunque las palabras que Elihú expresó por inspiración se cumplieron cuando terminaron las pruebas de Job y Dios lo bendijo, también son relevantes para los que servimos a Jehová con lealtad hoy día, pues nos llenan de esperanza.
10. ¿Qué ejemplo demuestra que en ocasiones los mensajes que Dios dirige a una persona en realidad conciernen a la humanidad entera?
10 En ocasiones, los mensajes que Jehová da no solo conciernen a la persona que los recibe, sino también a la humanidad entera. Pongamos por caso la profecía de Daniel que trata sobre el sueño que recibió el rey Nabucodonosor de Babilonia. En dicho sueño, el rey vio cómo se derribaba un gigantesco árbol (Dan. 4:10-27). Aunque ese sueño se cumplió inicialmente en Nabucodonosor, en realidad apuntaba a algo mayor: la soberanía de Jehová. Así es, en 607 antes de nuestra era empezó un período de 2.520 años, tras el cual Jehová volvería a ejercer su soberanía sobre la Tierra mediante un gobierno que estaría en manos de un descendiente del rey David.a Esto ocurrió en 1914, cuando Jesucristo fue coronado en los cielos. Dentro de poco, el Reino hará realidad la esperanza de los siervos fieles de Dios.
“¡Líbralo de bajar al hoyo!”
11. ¿Qué nos enseñan las palabras de Elihú acerca de Dios?
11 Entre otras cosas, Elihú le habló a Job de “un mensajero, un vocero, uno de entre mil”, que informa “al hombre su rectitud” y que le ruega a Dios “que se complazca” en dicho hombre. ¿Con qué resultado? Elihú indica: “[Dios] lo favorece y dice: ‘¡Líbralo de bajar al hoyo! ¡He hallado un rescate! Que su carne se haga más fresca que en la juventud; que vuelva a los días de su vigor juvenil’” (Job 33:23-26). Estas palabras demuestran que Dios está dispuesto a aceptar “un rescate”, algo que cubra los pecados de los seres humanos que se arrepienten (Job 33:24, nota).
12. ¿Qué esperanza para la humanidad encierran las palabras de Elihú?
12 Muchos profetas de Dios no comprendieron del todo el significado de lo que escribieron. Probablemente a Elihú le ocurrió lo mismo con lo que dijo sobre el rescate (Dan. 12:8; 1 Ped. 1:10-12). Aun así, sus palabras permitieron entender que algún día Dios aceptaría un rescate y libraría al hombre de la vejez y la muerte. En efecto, sus palabras encierran la maravillosa esperanza de la vida eterna. Además, el libro de Job muestra que habrá una resurrección (Job 14:14, 15).
13. ¿Qué significado tienen para los cristianos las palabras de Elihú?
13 Las palabras de Elihú son muy importantes para los millones de personas que esperan sobrevivir a la destrucción de este mundo. Los cristianos de edad avanzada recobrarán el vigor de la juventud (Rev. 7:9, 10, 14-17). Y también volverán a ser jóvenes quienes resuciten en el nuevo mundo. ¡Qué alegría nos da saberlo! Claro, nuestra esperanza depende de que ejerzamos fe en el sacrificio redentor de Jesús, tanto si somos ungidos y esperamos recibir inmortalidad en los cielos como si somos miembros del grupo de las “otras ovejas” que esperan vivir para siempre en la Tierra (Juan 10:16; Rom. 6:23).
Jehová “se tragará a la muerte”
14. ¿Qué demuestra que los israelitas necesitaban algo más que la Ley mosaica para tener la esperanza de la vida eterna?
14 Los descendientes de Abrahán se convirtieron en una nación cuando Jehová hizo un pacto con ellos. Al darles la Ley, Jehová declaró: “Tienen que guardar mis estatutos y mis decisiones judiciales, los cuales, si el hombre los hace, entonces tendrá que vivir por medio de ellos” (Lev. 18:5). Sin embargo, los israelitas fueron condenados por la Ley debido a que no pudieron cumplir con sus normas perfectas, por lo que necesitaban una liberación (Gál. 3:13).
15. ¿De qué bendiciones futuras habló David por inspiración?
15 Además de Moisés, Jehová inspiró a otros hombres para que escribieran acerca de la esperanza de la vida eterna (Sal. 21:4; 37:29). Entre ellos se cuenta el salmista David. En uno de sus salmos, que habla de la unidad entre los siervos de Dios en Sión, concluye diciendo: “Allí ordenó Jehová que estuviera la bendición, aun vida hasta tiempo indefinido”, es decir, para siempre (Sal. 133:3).
16. De acuerdo con Isaías, ¿qué prometió Jehová que sucedería en “toda la tierra”?
16 Isaías también profetizó por inspiración acerca de la vida eterna en la Tierra (léase Isaías 25:7, 8). El pecado y la muerte son como una “envoltura”, es decir, como un pesado manto que asfixia a la humanidad. En este pasaje, Jehová le garantiza a su pueblo que “se tragará” el pecado y la muerte; en otras palabras, los eliminará “de toda la tierra”.
17. ¿Qué papel desempeñó el Mesías a fin de darnos la oportunidad de vivir para siempre?
17 Isaías predijo la llegada del Mesías, quien desempeñaría un papel similar al que tenía el macho cabrío para Azazel del que habla la Ley mosaica. Una vez al año, en el Día de Expiación, el sumo sacerdote tenía que “poner ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y confesar sobre él todos los errores de los hijos de Israel”. Entonces, el macho cabrío tenía que “llevar sobre sí todos los errores de ellos” al desierto (Lev. 16:7-10, 21, 22). Isaías profetizó que el Mesías se llevaría, por decirlo así, las “enfermedades”, los “dolores” y el “pecado de muchas personas”. De ese modo nos brindaría la oportunidad de vivir para siempre (léase Isaías 53:4-6, 12).
18, 19. ¿Qué esperanza se destaca en Isaías 26:19 y en Daniel 12:13?
18 Mediante Isaías, Jehová le dijo lo siguiente a Israel: “Tus muertos vivirán. Mis muertos se levantarán. ¡Despierten y clamen gozosamente, residentes del polvo! Porque tu rocío es como el rocío de malvas, y la tierra misma dejará que hasta los que están impotentes en la muerte caigan en nacimiento” (Isa. 26:19, nota). Las Escrituras Hebreas presentan con toda claridad la esperanza de la resurrección y de la vida eterna en la Tierra. Por ejemplo, cuando Daniel tenía casi 100 años de edad, Jehová le aseguró: “Descansarás, pero te pondrás de pie para tu porción al fin de los días” (Dan. 12:13).
19 Debido a que abrigaba la esperanza de la resurrección, Marta pudo decirle a Jesús: “Yo sé que [mi hermano] se levantará en la resurrección en el último día” (Juan 11:24). Ahora bien, ¿se modificó esta esperanza a raíz de lo que enseñó Jesús o de lo que escribieron por inspiración sus discípulos? ¿Sigue ofreciéndonos Jehová la esperanza de vida eterna en la Tierra? En el siguiente artículo veremos la respuesta a estas preguntas.
[Nota]
a Véase el capítulo 6 del libro Prestemos atención a las profecías de Daniel.
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La vida eterna en la Tierra: ¿una esperanza cristiana?La Atalaya 2009 | 15 de agosto
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La vida eterna en la Tierra: ¿una esperanza cristiana?
“[Dios] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más.” (REV. 21:4)
1, 2. ¿Cómo sabemos que muchos judíos del siglo primero esperaban vivir para siempre en la Tierra?
EN CIERTA ocasión, un gobernante joven y rico fue corriendo al encuentro de Jesús y, tras arrodillarse, le preguntó: “Buen Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar vida eterna?” (Mar. 10:17). ¿Dónde esperaba este hombre heredar la vida eterna? Como vimos en el artículo anterior, siglos atrás Dios les había ofrecido a los judíos la esperanza de resucitar y vivir para siempre en la Tierra. Y esa era la misma esperanza que tenían muchos judíos del siglo primero.
2 Parece ser que Marta, quien era amiga de Jesús, estaba pensando en una futura resurrección en la Tierra cuando dijo: “Yo sé que [mi hermano] se levantará en la resurrección en el último día” (Juan 11:24). Es cierto que los saduceos no creían en la resurrección (Mar. 12:18). Pero ese no era el caso de todos los judíos, como lo demuestra el siguiente comentario de George Foot Moore: “Los escritos [...] de los siglos segundo y primero antes de nuestra era confirman que la gente creía que llegaría un momento crucial en la historia en el que los muertos de las generaciones anteriores volverían a vivir en la Tierra” (Judaism in the First Centuries of the Christian Era [El judaísmo de los primeros siglos de la era cristiana]). Así pues, lo que aquel hombre rico quería era alcanzar la vida eterna en la Tierra.
3. ¿Qué preguntas analizaremos en este artículo?
3 Hoy día, muchas religiones y un buen número de biblistas sostienen que la esperanza de la vida eterna en la Tierra no es una enseñanza cristiana. De hecho, la mayoría de las personas esperan vivir en el mundo de los espíritus después de morir. Por eso, cuando encuentran la expresión “vida eterna” en las Escrituras Griegas Cristianas, creen que siempre se refiere a la vida en el cielo. Pero ¿es eso cierto? ¿Qué quiso decir Jesús cuando habló de la vida eterna? ¿Qué creían sus discípulos? ¿Aparece en las Escrituras Griegas Cristianas la esperanza de la vida eterna en la Tierra?
La vida eterna “en la re-creación”
4. ¿Qué sucederá “en la re-creación”?
4 La Biblia enseña que los cristianos ungidos resucitarán en el cielo para gobernar la Tierra (Luc. 12:32; Rev. 5:9, 10; 14:1-3). Sin embargo, cuando Jesús hablaba de la vida eterna, en ocasiones también pensaba en otro grupo. Veamos, por ejemplo, lo que ocurrió cuando el joven rico se marchó entristecido porque Jesús lo invitó a abandonar todas sus posesiones y a hacerse su seguidor (léase Mateo 19:28, 29). Jesús les dijo a los apóstoles que ellos estarían entre los que gobernarían y juzgarían a “las doce tribus de Israel”. ¿A quiénes representan estas doce tribus? A los seres humanos que no tienen la esperanza de ser reyes en el cielo (1 Cor. 6:2). Cuando habló de “la vida eterna”, se estaba refiriendo a la recompensa que recibiría todo el que lo siguiera. Todo esto sucederá “en la re-creación”.
5. ¿Qué es “la re-creación”?
5 ¿Qué quiso decir Jesús con el término “re-creación”? Algunas Biblias traducen la palabra griega original por “el mundo nuevo” (La Biblia de Nuestro Pueblo), “cuando todo se haga nuevo” (Biblia de América) y “la renovación de todas las cosas” (Nueva Versión Internacional). Puesto que Jesús usó el término sin dar ninguna explicación, por lo visto se estaba refiriendo a una esperanza bien conocida por los judíos desde hacía siglos. En el futuro se produciría una “re-creación”, o restauración, de las condiciones en la Tierra, de modo que todo volvería a ser como en el jardín de Edén, antes de que pecaran Adán y Eva. Esa “re-creación” cumplirá la promesa de Dios de “crear nuevos cielos y una nueva tierra” (Isa. 65:17).
6. ¿Qué nos enseña la parábola de las ovejas y las cabras sobre la esperanza de la vida eterna?
6 Jesús volvió a mencionar la vida eterna cuando habló de la conclusión del sistema de cosas (Mat. 24:1-3). “Cuando el Hijo del hombre llegue en su gloria, y todos los ángeles con él —dijo—, entonces se sentará sobre su glorioso trono. Y todas las naciones serán reunidas delante de él, y separará a la gente unos de otros, así como el pastor separa las ovejas de las cabras.” Quienes reciban un juicio adverso “partirán al cortamiento eterno, pero los justos a la vida eterna”. “Los justos” que recibirán vida eterna son las personas que apoyan lealmente a los “hermanos” ungidos de Cristo (Mat. 25:31-34, 40, 41, 45, 46). Puesto que los ungidos serán quienes gobiernen en el Reino celestial, “los justos” deben ser los súbditos terrestres de dicho Reino. La Biblia predijo: “[El Rey de Jehová] tendrá súbditos de mar a mar y desde el Río hasta los cabos de la tierra” (Sal. 72:8). Así es, esas personas disfrutarán de vida eterna en la Tierra.
¿Qué revela el Evangelio de Juan?
7, 8. ¿De qué dos esperanzas le habló Jesús a Nicodemo?
7 Hasta ahora hemos visto las ocasiones en que aparece la expresión “vida eterna” en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Ahora nos centraremos en el Evangelio de Juan, según el cual Jesús mencionó la idea de la vida eterna en diecisiete ocasiones. Veamos algunas de estas ocasiones para saber lo que Jesús enseñó sobre la vida eterna en la Tierra.
8 Según Juan, la primera vez que Jesús mencionó la vida eterna fue en la conversación que tuvo con un fariseo llamado Nicodemo. “A menos que uno nazca del agua y del espíritu —le dijo—, no puede entrar en el reino de Dios.” Así es, para que alguien pueda entrar en el Reino de los cielos, es necesario que “nazca de nuevo” (Juan 3:3-5). Pero después de decir eso, pasó a hablar de la esperanza que hay para todos los seres humanos (léase Juan 3:16). Jesús se refería a la esperanza de la vida eterna en el cielo para sus seguidores ungidos y a la esperanza de la vida eterna en la Tierra para el resto de sus discípulos.
9. ¿De qué esperanza le habló Jesús a la samaritana?
9 Después de hablar con Nicodemo en Jerusalén, Jesús se fue al norte, a Galilea. Cuando pasaba cerca de la ciudad samaritana de Sicar encontró a una mujer en la fuente de Jacob y le dijo: “A cualquiera que beba del agua que yo le daré de ningún modo le dará sed jamás, sino que el agua que yo le daré se hará en él una fuente de agua que brotará para impartir vida eterna” (Juan 4:5, 6, 14). Esta agua representa los medios que Dios ha dispuesto para que toda la humanidad pueda recuperar la vida eterna, incluidas las personas que vivirán en la Tierra. El libro de Revelación contiene estas palabras de Jehová: “A cualquiera que tenga sed le daré de la fuente del agua de la vida gratis” (Rev. 21:5, 6; 22:17). De modo que Jesús no solo le estaba hablando a la samaritana de la vida eterna que disfrutarán los herederos ungidos del Reino, sino también de la que disfrutarán los fieles que tienen la esperanza de vivir en la Tierra.
10. ¿Qué les dijo Jesús a sus opositores sobre la vida eterna después de sanar a un hombre en el estanque de Betzata?
10 Al año siguiente, durante otra visita a Jerusalén, Jesús vio a un enfermo en el estanque de Betzata y lo curó. Cuando algunos judíos empezaron a criticar lo que había hecho, él les contestó: “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre”. Y después de decirles que el Padre había encargado “todo el juicio al Hijo”, añadió: “El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna”. También les dijo: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la] voz [del Hijo del hombre] y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio” (Juan 5:1-9, 19, 22, 24-29). Jesús les estaba diciendo a sus opositores que él había sido elegido por Dios para hacer realidad la esperanza que tenían los judíos de vivir para siempre en la Tierra, algo que lograría resucitando a los muertos.
11. ¿Cómo sabemos que las palabras de Jesús que leemos en Juan 6:48-51 también se refieren a la esperanza de la vida eterna en la Tierra?
11 En Galilea, miles de personas empezaron a seguir a Jesús para que los alimentara milagrosamente. Pero él les habló de otra clase de alimento, “el pan de la vida” (léase Juan 6:40, 48-51). “El pan que yo daré es mi carne”, les dijo. Él indicó que “si alguien come de este pan”, es decir, si alguien tiene fe en el poder redentor de su sacrificio, “vivirá para siempre”. Ahora bien, Jesús no solo dio su vida a favor de los discípulos que gobernarían con él en el Reino celestial, sino también “a favor de la vida del mundo”, o sea, a favor de la humanidad redimible. De modo que al hablar de vida eterna, Jesús también estaba refiriéndose a la esperanza milenaria que abrigaban los judíos de vivir para siempre en la Tierra bajo el reinado del Mesías.
12. ¿A qué esperanza se refirió Jesús cuando dijo a sus adversarios que daría vida eterna a sus ovejas?
12 Más tarde en Jerusalén, durante la fiesta de la Dedicación, Jesús les dijo a sus adversarios: “Ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna” (Juan 10:26-28). ¿Estaba pensando Jesús solo en la vida celestial, o también en la vida eterna en la Tierra? Poco antes, Jesús había consolado a sus discípulos con estas palabras: “No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino” (Luc. 12:32). Pero en la fiesta de la Dedicación dijo: “Tengo otras ovejas, que no son de este redil; a esas también tengo que traer” (Juan 10:16). Por lo tanto, cuando habló con sus adversarios, Jesús se refirió tanto a la esperanza de vida celestial que tiene el “rebaño pequeño” como a la esperanza de vida en la Tierra que tienen millones de “otras ovejas”.
Una esperanza que no hacía falta explicar
13. ¿Qué quiso decir Jesús con las palabras “Estarás conmigo en el Paraíso”?
13 Incluso mientras estaba agonizando en el madero, Jesús confirmó de manera contundente cuál es la esperanza de la humanidad. Cuando el delincuente que estaba a su lado le dijo: “Acuérdate de mí cuando entres en tu reino”, él le prometió: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso” (Luc. 23:42, 43). Puesto que este hombre seguramente era judío, no necesitaba que le explicaran qué era el Paraíso. Él ya conocía la esperanza de la vida eterna en un nuevo mundo en la Tierra.
14. a) ¿Cómo sabemos que a los apóstoles les costó trabajo entender la esperanza celestial? b) ¿Cuándo comprendieron los discípulos de Jesús la esperanza celestial?
14 En cambio, lo que sí hacía falta explicar era la esperanza celestial. Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que iría al cielo y les prepararía un lugar, ellos no le entendieron (léase Juan 14:2-5). “Tengo muchas cosas que decirles todavía —señaló más tarde—, pero no las pueden soportar ahora. Sin embargo, cuando llegue aquel, el espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad.” (Juan 16:12, 13.) Los discípulos no lograron entender que sus tronos estarían en el cielo sino hasta después del Pentecostés del año 33, cuando fueron ungidos por espíritu santo para llegar a ser reyes (1 Cor. 15:49; Col. 1:5; 1 Ped. 1:3, 4). La esperanza de la herencia celestial, que fue toda una revelación, se convirtió en el tema principal de las cartas de las Escrituras Griegas Cristianas. Ahora bien, ¿refuerzan dichas cartas la esperanza de que la humanidad vivirá para siempre en la Tierra?
¿Qué dicen las cartas inspiradas?
15, 16. ¿Qué palabras de Pablo y de Pedro se refieren a la esperanza de la vida eterna en la Tierra?
15 En su carta a los Hebreos, el apóstol Pablo llamó a sus compañeros cristianos “hermanos santos, participantes del llamamiento celestial”. Sin embargo, también indicó que Dios ha puesto “la tierra habitada por venir” bajo la autoridad de Jesús (Heb. 2:3, 5; 3:1). En las Escrituras Griegas Cristianas, la palabra original que se traduce “tierra habitada” siempre se refiere al planeta habitado por seres humanos. Por tanto, “la tierra habitada por venir” es el sistema de cosas que en el futuro habrá en la Tierra bajo la autoridad de Cristo. Será entonces cuando Jesús hará que se cumpla esta promesa de Dios: “Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella” (Sal. 37:29).
16 También el apóstol Pedro escribió por inspiración acerca del futuro de la humanidad. Esto fue lo que dijo: “Los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego y están en reserva para el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos” (2 Ped. 3:7). ¿Qué les sucederá a los “cielos”, o gobiernos actuales, y a la “tierra”, es decir, la malvada sociedad humana que nos rodea? (Léase 2 Pedro 3:13.) Serán reemplazados por los “nuevos cielos” (el Reino mesiánico de Dios) y por la “nueva tierra” (una sociedad justa formada por los verdaderos siervos de Dios).
17. ¿Cómo se expone la esperanza de la humanidad en Revelación 21:1-4?
17 El último libro de la Biblia contiene una emocionante visión de la humanidad ya perfecta (léase Revelación 21:1-4). Esa es la esperanza que han albergado los siervos de Dios desde que se perdió la perfección en el jardín de Edén. Así es, los justos vivirán en el Paraíso terrestre sin temor a las enfermedades ni a la muerte. Como hemos visto, esta esperanza se basa sólidamente en las Escrituras Hebreas y en las Escrituras Griegas. Y esta maravillosa esperanza sigue fortaleciendo a los siervos fieles de Jehová hasta el día de hoy (Rev. 22:1, 2).
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La vida eterna en la Tierra: resurge la esperanzaLa Atalaya 2009 | 15 de agosto
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La vida eterna en la Tierra: resurge la esperanza
“Daniel, haz secretas las palabras [...] hasta el tiempo del fin. Muchos discurrirán, y el verdadero conocimiento se hará abundante.” (DAN. 12:4)
1, 2. ¿Qué preguntas contestaremos en este artículo?
HOY día, millones de personas entendemos con toda claridad que la esperanza de vida eterna en un paraíso terrestre tiene una sólida base bíblica (Rev. 7:9, 17). Al inicio de la historia, Dios reveló que su intención al crear al hombre no era que viviera solo unos cuantos años, sino por toda la eternidad (Gén. 1:26-28).
2 Los israelitas tenían la esperanza de que la humanidad recuperara la perfección que Adán había perdido. Y las Escrituras Griegas Cristianas explican lo que Dios hará para que los seres humanos puedan vivir para siempre en la Tierra. Entonces, ¿por qué decimos que dicha esperanza habría de resurgir? ¿Cómo resurgiría y se daría a conocer por todo el mundo?
Se oculta la esperanza
3. ¿Por qué no es de extrañar que la esperanza de la vida eterna en la Tierra haya sido ocultada?
3 Jesús predijo que los falsos profetas deformarían sus enseñanzas y engañarían a la mayoría de la gente (Mat. 24:11). El apóstol Pedro advirtió a los cristianos: “Habrá falsos maestros entre ustedes” (2 Ped. 2:1). Y Pablo habló de un período en que las personas “no soportar[ían] la enseñanza saludable”, sino que, “de acuerdo con sus propios deseos”, buscarían maestros que “les regal[aran] los oídos”, es decir, que les dijeran solo lo que querían escuchar (2 Tim. 4:3, 4). Satanás se ha encargado de engañar a la gente y ha usado a la cristiandad para ocultar la reconfortante verdad acerca del propósito de Dios para el hombre y la Tierra (léase 2 Corintios 4:3, 4).
4. ¿Qué enseñanza relacionada con el futuro de la humanidad rechazaron los líderes religiosos apóstatas?
4 La Biblia explica que el Reino de Dios es un gobierno celestial que aplastará a todos los gobiernos humanos (Dan. 2:44). También muestra que durante el Reinado Milenario de Cristo, Satanás será encerrado en un abismo, que los muertos volverán a la vida en la Tierra y que la humanidad recobrará la perfección (Rev. 20:1-3, 6, 12; 21:1-4). Sin embargo, los líderes apóstatas de la cristiandad han adoptado otras creencias. Por ejemplo, Orígenes de Alejandría, Padre de la Iglesia que vivió en el siglo tercero de nuestra era, condenó a quienes creían en la idea de un reino milenario en la Tierra. Y de acuerdo con la Enciclopedia Católica, el teólogo católico Agustín de Hipona (354-430) “[se adhirió] a la convicción de que no habrá un milenio”.a
5, 6. ¿Por qué rechazaron el milenarismo Orígenes y Agustín?
5 ¿Por qué rechazaron Orígenes y Agustín el milenarismo, es decir, la creencia en un futuro Milenio? Pues bien, Orígenes era discípulo de Clemente de Alejandría, quien había tomado de los griegos la idea del alma inmortal. El teólogo Werner Jaeger escribió que Orígenes había convertido “en dogma cristiano todo el conjunto de enseñanzas relativas al alma, el cual tomó de Platón”. Debido a la gran influencia que ejercieron en él las ideas platónicas, Orígenes concluyó que las bendiciones del Milenio tendrían lugar en el cielo, no en la Tierra.
6 Por otra parte, antes de convertirse al cristianismo a los 33 años, Agustín era partidario del neoplatonismo, una variante de la filosofía platónica desarrollada en el siglo tercero por Plotino. El problema fue que tras su conversión, Agustín conservó dicha forma de pensar. “Su mente fue el crisol en el que la religión del Nuevo Testamento se fusionó por completo con la tradición platónica de la filosofía griega.” (The New Encyclopædia Britannica.) La Enciclopedia Católica señala que Agustín dio “una explicación alegórica” del Reinado de Mil Años descrito en el capítulo 20 de Revelación, tras lo cual añade: “Esta explicación [...] fue adoptada por los teólogos Occidentales que lo sucedieron, [por lo que] el milenarismo en su forma original no recibió más apoyo”.
7. ¿Qué creencia falsa ha socavado la esperanza de la vida eterna en la Tierra, y de qué manera lo ha hecho?
7 En efecto, lo que socavó la esperanza de la vida eterna en la Tierra fue la creencia de que el alma es inmortal y que solo habita temporalmente en el cuerpo del hombre, una creencia que había surgido en la antigua Babilonia y que se había extendido por todo el planeta. Cuando la cristiandad adoptó esa creencia, sus teólogos manipularon pasajes bíblicos que hablaban de la esperanza celestial para dar a entender que todos los buenos van al cielo. Empezaron a enseñar que solo estamos de paso en la Tierra y que se nos está poniendo a prueba para evaluar si merecemos ir al cielo. Algo parecido ya había sucedido con la esperanza judía de la vida eterna. A medida que los judíos fueron adoptando la creencia griega de la inmortalidad del alma, se fue desvaneciendo la esperanza de la vida eterna en la Tierra. Pero eso es muy distinto de lo que enseña la Palabra de Dios. La Biblia dice que el hombre es un ser creado para vivir en la Tierra, no en el cielo. Por eso, Dios le dijo a Adán: “Polvo eres” (Gén. 3:19). Así es: el hogar eterno del hombre es la Tierra, no el cielo (léanse Salmo 104:5 y 115:16).
Destellos de luz en la oscuridad
8. ¿Qué dijeron algunos pensadores del siglo XVII sobre la esperanza de la humanidad?
8 Aunque la mayoría de las religiones de la cristiandad rechazan la esperanza de la vida eterna en la Tierra, Satanás no ha logrado mantener oculta la verdad. A lo largo de los siglos, algunos lectores concienzudos de la Biblia vieron destellos de luz, pues entendieron hasta cierto grado lo que Dios hará para que la humanidad recobre la perfección (Sal. 97:11; Mat. 7:13, 14; 13:37-39). En el siglo XVII, la impresión de la Biblia y su traducción a diversos idiomas pusieron las Escrituras al alcance de muchas más personas. En 1651, un erudito escribió: “Si con Adán todos mueren, y han perdido el paraíso y la vida eterna en la tierra, con Cristo [...] todos los hombres habrán de vivir también en la tierra, ya que de otro modo la comparación no sería correcta” (léase 1 Corintios 15:21, 22). Uno de los poetas de habla inglesa más importantes, John Milton (1608-1674), habló en sus obras El Paraíso perdido y El Paraíso recobrado sobre la recompensa que los seres humanos fieles recibirán en un paraíso terrestre. Aunque Milton dedicó gran parte de su vida a estudiar las Escrituras, él mismo reconoció que la verdad no se comprendería por completo sino hasta la presencia de Cristo.
9, 10. a) ¿Qué escribió Newton sobre la esperanza de la humanidad? b) ¿Por qué pensaba Newton que la presencia de Cristo tardaría siglos en llegar?
9 Otra persona que tenía profundo interés en la Biblia fue el célebre matemático Isaac Newton (1642-1727). Newton llegó a la conclusión de que los santos serían resucitados en el cielo y reinarían junto con Cristo (Rev. 5:9, 10). Y en cuanto a los súbditos del Reino, escribió lo siguiente: “La tierra seguirá siendo habitada por [seres humanos] mortales después del día de juicio, y no solo por mil años, sino para siempre”.
10 Newton pensaba que la presencia de Cristo tardaría siglos en llegar. Y el historiador Stephen Snobelen explica por qué: “La grave apostasía trinitaria que rodeaba a Newton provocó en él un profundo pesimismo. Esa era una de las razones por las que creía que aún faltaba mucho tiempo para que llegara el Reino de Dios”. Las buenas nuevas del Reino seguían ocultas, y en su día Newton no veía ningún movimiento cristiano capaz de proclamarlas. Él escribió: “Las profecías de Daniel y de Juan [registradas estas últimas en el libro de Revelación] solo se entenderán en el tiempo del fin”. Luego añadió: “Daniel dijo que ‘entonces, muchos andarán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará’, pues el Evangelio tendrá que predicarse en toda nación antes de la gran tribulación y el fin del mundo. Para que la muchedumbre que lleva ramas de palmera en las manos y que sale de esta gran tribulación sea innumerable y salga de todas las naciones, primero debe predicarse el Evangelio” (Dan. 12:4; Mat. 24:14; Rev. 7:9, 10).
11. En los días de Milton y de Newton, ¿por qué quedó oculta para la mayoría de la gente la verdadera esperanza de la humanidad?
11 En los días de Milton y de Newton era peligroso expresar opiniones contrarias a la doctrina oficial de la Iglesia. Por eso, gran parte de sus escritos religiosos se publicaron después de su muerte. Por otro lado, la Reforma del siglo XVI no había cambiado en nada la enseñanza de la inmortalidad del alma, y las principales iglesias protestantes siguieron enseñando la idea de Agustín de que el Milenio no era un suceso futuro, sino pasado. ¿Aumentaría el conocimiento en el tiempo del fin?
“El verdadero conocimiento se hará abundante”
12. ¿Cuándo se haría abundante el verdadero conocimiento?
12 Daniel predijo que ocurriría algo muy emocionante en “el tiempo del fin” (léase Daniel 12:3, 4, 9, 10). Y Jesús predijo algo parecido: “En aquel tiempo los justos resplandecerán tan brillantemente como el sol” (Mat. 13:43). ¿Cómo se haría abundante el conocimiento en el tiempo del fin? Para responder a esta pregunta, veamos lo que sucedió unas décadas antes de que comenzara ese período en 1914.
13. ¿Qué escribió Russell tras analizar la doctrina de la “restitución”?
13 A finales del siglo XIX había muchas personas sinceras tratando de comprender “el modelo de palabras saludables”, es decir, la verdad bíblica (2 Tim. 1:13). Una de ellas fue Charles Taze Russell, quien en 1870 formó un grupo de estudio de la Biblia junto con otros compañeros. En 1872 analizaron la doctrina de la “restitución”. Y años después, Russell escribió: “Hasta ese momento no entendíamos con claridad la gran diferencia que hay entre la recompensa que recibirá la iglesia [la congregación de cristianos ungidos], que ahora mismo está siendo sometida a prueba, y la que recibirán los fieles del mundo”. La recompensa de este último grupo sería “la restauración al estado perfecto que tenía Adán, su progenitor y cabeza, en Edén”. Russell reconoció la ayuda que había recibido de otras personas para entender esta verdad bíblica. ¿Quiénes fueron estas personas?
14. a) ¿Cómo entendió Henry Dunn Hechos 3:21? b) ¿Quién dijo Dunn que viviría para siempre en la Tierra?
14 Una de ellas fue Henry Dunn, quien escribió sobre “la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas de tiempo antiguo” (Hech. 3:21). Él sabía que como parte de esa restauración, Dios devolvería la perfección a la humanidad en la Tierra durante el Reinado de Mil Años de Cristo. También examinó una cuestión que tenía perplejas a muchas personas: ¿quiénes en particular serían los que vivirían para siempre en la Tierra? Él explicó que millones de personas resucitarían, aprenderían la verdad y recibirían la oportunidad de poner fe en Cristo.
15. ¿A qué conclusión llegó George Storrs sobre la resurrección?
15 En 1870, George Storrs, que vivía en Brooklyn (Nueva York) y publicaba una revista llamada Bible Examiner, también llegó a la conclusión de que los injustos resucitarían y tendrían la oportunidad de vivir para siempre. Su estudio de las Escrituras también le ayudó a entender que todo el que rechace esa oportunidad “morirá, aun si ‘ese pecador tiene cien años de edad’” (Isa. 65:20).
16. ¿Qué distinguió a los Estudiantes de la Biblia de las religiones de la cristiandad?
16 Russell comprendió por su estudio de la Biblia que había llegado el tiempo de proclamar las buenas nuevas, de modo que en 1879 empezó a publicar la revista Zion’s Watch Tower and Herald of Christ’s Presence (La Torre del Vigía de Sión y Heraldo de la Presencia de Cristo), conocida ahora como La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová. Hasta ese momento, solo unas pocas personas entendían cuál era la verdadera esperanza de la humanidad, pero eso estaba a punto de cambiar, pues ahora los Estudiantes de la Biblia de muchos países podrían recibir y estudiar La Atalaya. La creencia de que unos pocos irán al cielo mientras que millones de personas vivirán en perfección en la Tierra los distinguió de la gran mayoría de las religiones de la cristiandad.
17. ¿Cómo se hizo abundante el conocimiento de la verdad?
17 El predicho “tiempo del fin” comenzó en 1914. ¿Se hizo abundante en ese tiempo el conocimiento acerca de la verdadera esperanza de la humanidad? (Dan. 12:4.) En 1913, los sermones de Russell se publicaban en 2.000 periódicos con un total de 15.000.000 de lectores. Para finales de 1914, más de 9.000.000 de personas de tres continentes habían visto el “Foto-Drama de la Creación”, una presentación que alternaba fragmentos de película con diapositivas y que hablaba del Reinado Milenario de Cristo. De 1918 a 1925, los siervos de Jehová de todo el mundo presentaron en más de treinta idiomas el discurso “Millones que ahora viven no morirán jamás”, el cual explicaba en qué consiste la esperanza de la vida eterna en la Tierra. Y en 1934 comprendieron que todo aquel que deseara vivir para siempre en la Tierra tenía que bautizarse. Todo esto renovó el entusiasmo con el que predicaban las buenas nuevas del Reino. Hoy día, millones de personas se sienten muy agradecidas a Jehová por esa maravillosa esperanza.
Se acerca “la gloriosa libertad”
18, 19. ¿Qué clase de vida se predice en Isaías 65:21-25?
18 Dios impulsó al profeta Isaías a escribir sobre la clase de vida que disfrutarán sus siervos en la Tierra (léase Isaías 65:21-25). Todavía existen algunos de los árboles que estaban vivos cuando Isaías puso por escrito esas palabras hace dos mil setecientos años. ¿Se imagina que usted pudiera vivir miles de años con vigor y plena salud?
19 La vida del hombre no será un fugaz paso por este planeta. Al contrario, tendremos infinitas oportunidades de aprender y, como dijo Isaías, de edificar y plantar. Las amistades que entablemos seguirán estrechándose por toda la eternidad. ¡Qué “gloriosa libertad” disfrutarán en la Tierra “los hijos de Dios”! (Rom. 8:21.)
[Nota]
a Según Agustín, el Reinado de Mil Años de Dios no comenzaría en el futuro, sino que había empezado con la fundación de la Iglesia.
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