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Cuidado con los falsos maestrosLa Atalaya 1997 | 1 de septiembre
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Pedro muestra por qué tienen bien merecida la destrucción los falsos maestros: “Muchos seguirán los actos de conducta relajada de ellos y por causa de estos se hablará injuriosamente del camino de la verdad”. (2 Pedro 2:2.)
5. ¿De qué eran responsables los falsos maestros?
5 Piense en ello. Debido a la influencia de los falsos maestros, muchos cristianos de las congregaciones se envolverían en conducta relajada. La palabra griega que se traduce “conducta relajada” denota libertinaje, desenfreno, indecencia, conducta desvergonzada. Pedro había dicho antes que los cristianos habían “escapado de la corrupción que hay en el mundo por la lujuria”. (2 Pedro 1:4.) Pero algunos iban a volver a aquella corrupción, de lo que serían responsables en buena medida los falsos maestros de las congregaciones. De este modo se desprestigiaría el camino de la verdad. ¡Qué triste! Sin lugar a dudas, este es un asunto al que todos los testigos de Jehová de la actualidad deben prestar mucha atención. Nunca debemos olvidar que nuestra conducta puede traer alabanza a Jehová Dios y a su pueblo o, por el contrario, oprobio. (Proverbios 27:11; Romanos 2:24.)
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Cuidado con los falsos maestrosLa Atalaya 1997 | 1 de septiembre
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8, 9. a) ¿Qué razonamiento torcido afectó a algunos de los primeros cristianos? b) Según Judas, ¿qué hacían algunos miembros de la congregación?
8 Un comentarista bíblico dice que “hubo en la Iglesia quienes pervirtieron la doctrina de la gracia”, es decir, la “bondad inmerecida”. (Efesios 1:5-7.) Según él, algunos argumentaban del siguiente modo: “¿Dices que la [bondad inmerecida] de Dios es suficientemente amplia para cubrir todo pecado? [...] Entonces sigamos pecando, pues la [bondad inmerecida] de Dios puede borrar todo pecado. De hecho, cuanto más pequemos, más oportunidad de manifestarse tendrá la [bondad inmerecida] de Dios”. ¿Ha oído usted alguna vez un razonamiento más torcido que este?
9 El apóstol Pablo refutó el modo de pensar equivocado sobre la misericordia de Dios cuando preguntó: “¿Continuaremos en el pecado, para que abunde la bondad inmerecida?”. También preguntó: “¿Cometeremos un pecado porque no estamos bajo ley, sino bajo bondad inmerecida?”. A ambas preguntas contestó con un enfático: “¡Jamás suceda eso!”. (Romanos 6:1, 2, 15.) Está claro que, como observa Judas, algunos tornaban “la bondad inmerecida de nuestro Dios en una excusa para conducta relajada”. Sin embargo, Pedro indica que para estos ‘la destrucción no dormita’. (Judas 4; 2 Pedro 2:3.)
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