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Lotería. ¿Quién gana? ¿Quién pierde?¡Despertad! 1991 | 8 de mayo
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Otro concepto básico para la sociedad humana es que las personas no deberían aprovecharse de la desgracia ajena. Sin embargo, quienes promueven las loterías fomentan la opinión de que es correcto beneficiarse y complacerse en las pérdidas de otros. Pero se trata de un criterio egoísta opuesto a la amonestación bíblica: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo”. (Mateo 22:39.)
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Lotería. ¿Quién gana? ¿Quién pierde?¡Despertad! 1991 | 8 de mayo
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Pero, ¿puede calificarse realmente de esperanza el deseo de que les toque la lotería? Más bien es una ilusión, una quimera, un sueño improbable. Desde luego, un cristiano concienzudo no desperdiciará su tiempo y sus recursos en el juego, a la búsqueda vana de riquezas. Mucho mejor es seguir el consejo que escribió el apóstol Pablo, de que las personas sensatas cifran “su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas”. (1 Timoteo 6:17.)
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