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“El mayor de estos es el amor”La Atalaya 1990 | 15 de noviembre
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“El mayor de estos es el amor”
“Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor.” (1 CORINTIOS 13:13.)
1. ¿Qué dijo cierto antropólogo acerca del amor?
UNO de los principales antropólogos del mundo dijo en cierta ocasión: “Por primera vez en la historia de nuestra especie entendemos que el amor es la más importante necesidad sicológica fundamental del hombre. Es el centro de todas las necesidades humanas, tal como el Sol es el centro de nuestro sistema solar y los planetas giran alrededor de él. [...] Bioquímica, fisiológica y sicológicamente, el niño que no ha sido amado difiere mucho del que lo ha sido. El primero hasta difiere del último en su desarrollo. Lo que sabemos ahora es que el ser humano nace para vivir como si vivir y amar fueran lo mismo. Por supuesto, esto no es nuevo. Es una confirmación del Sermón del Monte”.
2. a) ¿Cómo mostró el apóstol Pablo la importancia del amor? b) ¿Qué preguntas merecen consideración ahora?
2 Sí; como confesó este hombre de sabiduría mundana, esta verdad sobre la importancia del amor para el bienestar humano no es nada nuevo. Puede que solo ahora la hayan apreciado los doctos del mundo, pero apareció en la Palabra de Dios más de 19 siglos atrás. Por eso el apóstol Pablo pudo escribir: “Ahora, sin embargo, permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el mayor de estos es el amor”. (1 Corintios 13:13.) ¿Sabe usted a qué se debe que el amor sea mayor que la fe y la esperanza? ¿Por qué se puede decir que el amor es el mayor de los atributos de Dios y de los frutos de su espíritu?
Cuatro clases de amor
3. ¿Qué ejemplos bíblicos hay del amor romántico?
3 El que el ser humano pueda manifestar amor es una expresión de la sabiduría y el amor e interés de Dios por la humanidad. Es interesante el hecho de que los griegos de la antigüedad tenían cuatro palabras para “amor”. Una era é·ros, que denotaba amor romántico asociado con la atracción sexual. No hubo ocasión para que los escritores de las Escrituras Griegas Cristianas usaran é·ros, aunque la Septuaginta usa formas de ese término en Proverbios 7:18 y Pr 30:16, y hay otras referencias al amor romántico en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, leemos que Isaac “se enamoró” de Rebeca. (Génesis 24:67.) Un ejemplo verdaderamente notable de esta clase de amor se halla en el caso de Jacob, pues parece que él se enamoró a primera vista de la hermosa Raquel. De hecho, “Jacob procedió a servir siete años por Raquel, pero a sus ojos resultaron como unos cuantos días debido al amor que le tenía”. (Génesis 29:9-11, 17, 20.) El Cantar de los Cantares también trata sobre el amor romántico entre un pastor y una doncella. Pero se tiene que recalcar que esta clase de amor, que puede ser una fuente de mucha alegría y gozo, debe manifestarse solamente en conformidad con las normas justas de Dios. La Biblia nos dice que es solo con el amor de la esposa legítima del hombre que él puede estar “en un éxtasis constantemente”. (Proverbios 5:15-20.)
4. ¿Qué ejemplos se nos dan en las Escrituras del amor entre parientes?
4 Luego está el fuerte amor entre parientes, o el afecto natural, que se basa en consanguinidad, para el cual los griegos tenían la palabra stor·gué. Por eso en países de habla inglesa dicen que “la sangre es más espesa que el agua”. Tenemos un excelente ejemplo de esto en el amor que le tenían las hermanas María y Marta a su hermano Lázaro. El hecho de que él significaba mucho para ellas se puede ver por la gran angustia que sintieron debido a la muerte súbita de él. ¡Y cuánto se regocijaron cuando Jesús resucitó al hermano amado de ellas, Lázaro! (Juan 11:1-44.) El amor de una madre a su hijo o hija es otro ejemplo de esta clase de amor. (Compárese con 1 Tesalonicenses 2:7.) Así, Jehová, para subrayar el gran amor que le tenía a Sión, declaró que era mayor que el de una madre a su hijito. (Isaías 49:15.)
5. ¿Cómo se evidencia hoy la falta de cariño natural?
5 Una indicación de que vivimos en “los últimos días”, con sus “tiempos críticos, difíciles de manejar”, es la falta de “cariño natural”. (2 Timoteo 3:1, 3.) La falta de amor en la familia hace que ciertos jóvenes huyan de su hogar, y que algunos hijos ya crecidos descuiden a sus padres de edad avanzada. (Compárese con Proverbios 23:22.) También se ve falta de cariño natural en la abundancia del abuso de menores... el que algunos padres golpeen tan cruelmente a sus hijos que estos necesiten hospitalización. También se ve la falta de amor por parte de los padres por el hecho de que muchos de ellos no disciplinan a sus hijos. El dejar que los niños hagan lo que les plazca no es prueba de amor; más bien, es escoger el camino más fácil. El padre que verdaderamente ama a sus hijos los disciplina cuando esto es necesario. (Proverbios 13:24; Hebreos 12:5-11.)
6. Dé ejemplos bíblicos de afecto entre amigos.
6 Luego hay la palabra griega fi·lí·a, que denota afecto (sin aspectos sexuales) entre amigos, como entre dos hombres o mujeres maduros. Tenemos un excelente ejemplo de esto en el amor mutuo entre David y Jonatán. Cuando se dio muerte a Jonatán en una batalla, David expresó esta lamentación por él: “Estoy angustiado por ti, hermano mío, Jonatán, muy agradable me fuiste. Más maravilloso me fue tu amor que el amor procedente de mujeres”. (2 Samuel 1:26.) También nos enteramos de que Cristo mostró cariño especial al apóstol Juan, quien fue conocido como el discípulo “a quien le tenía cariño Jesús”. (Juan 20:2.)
7. ¿Qué es, esencialmente, a·gá·pe, y cómo se ha manifestado este amor?
7 ¿Qué palabra griega usó Pablo en 1 Corintios 13:13, donde mencionó la fe, la esperanza y el amor y dijo que “el mayor de estos es el amor”? Aquí la palabra es a·gá·pe, la misma que usó el apóstol Juan cuando dijo: “Dios es amor”. (1 Juan 4:8, 16.) Este es un amor guiado o regido por principios. Puede que incluya cariño y afecto, o puede que no, pero es una emoción altruista o un sentimiento hacia hacer el bien a los demás prescindiendo de si lo merecen o no, o de si el dador recibe o no beneficios en cambio. Esta clase de amor hizo que Dios diera lo que más atesoraba su corazón, su Hijo unigénito, Jesucristo, “para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna”. (Juan 3:16.) Como bien nos recuerda Pablo: “Apenas muere alguien por un hombre justo; en realidad, por el hombre bueno, quizás, alguien hasta se atreva a morir. Pero Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, mientras todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros”. (Romanos 5:7, 8.) Sí, a·gá·pe hace el bien a otros sin tomar en consideración la posición que ocupan en la vida ni el costo por expresar tal amor.
¿Por qué es mayor que la fe y la esperanza?
8. ¿Por qué es mayor que la fe el amor a·gá·pe?
8 Pero ¿por qué dijo Pablo que esta clase de amor (a·gá·pe) era mayor que la fe? En 1 Corintios 13:2 escribió: “Si tengo el don de profetizar y estoy enterado de todos los secretos sagrados y de todo el conocimiento, y si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy”. (Compárese con Mateo 17:20.) Sí, si nuestros esfuerzos por adquirir conocimiento y adquirir mayor fe estuvieran regidos por un propósito egoísta, esto no nos traería beneficio alguno de Dios. De manera similar, Jesús mostró que algunos ‘profetizarían en su nombre, expulsarían demonios en su nombre y ejecutarían muchas obras poderosas en su nombre’, pero no tendrían su aprobación. (Mateo 7:22, 23.)
9. ¿Por qué es mayor que la esperanza el amor?
9 ¿Por qué es también mayor que la esperanza la forma de amor llamada a·gá·pe? Porque la esperanza pudiera enfocarse en uno mismo, pues la persona pudiera estar interesada principalmente en los beneficios que le pudieran venir, mientras que el amor “no busca sus propios intereses”. (1 Corintios 13:4, 5.) Además, la esperanza —como la de pasar vivos a través de la “gran tribulación” y entrar en el nuevo mundo— termina cuando se realiza lo que se ha esperado. (Mateo 24:21.) Como dice Pablo: “Fuimos salvados en esta esperanza; pero la esperanza que se ve no es esperanza, porque, cuando el hombre ve una cosa, ¿la espera? Pero si esperamos lo que no vemos, seguimos aguardándolo con aguante”. (Romanos 8:24, 25.) El amor mismo aguanta todas las cosas, y nunca falla. (1 Corintios 13:7, 8.) Así, el amor altruista (a·gá·pe) es mayor que la fe y la esperanza.
¿Mayor que la sabiduría, la justicia y el poder?
10. ¿Por qué se puede decir que el amor es el mayor de los cuatro atributos cardinales de Dios?
10 Consideremos ahora los cuatro atributos cardinales de Jehová Dios: sabiduría, justicia, poder y amor. ¿Se puede decir también que el amor sea el mayor de estos? Sí, se puede. ¿Por qué? Porque el amor es la fuerza motivadora tras lo que Dios hace. Por eso el apóstol Juan escribió: “Dios es amor”. Sí, Jehová es la personificación del amor. (1 Juan 4:8, 16.) En ningún lugar en las Escrituras leemos que Dios sea sabiduría, justicia o poder. Más bien, se nos dice que Jehová posee estas cualidades. (Job 12:13; Salmo 147:5; Daniel 4:37.) En él estos cuatro atributos están perfectamente equilibrados. Motivado por el amor, Jehová lleva a cabo lo que se ha propuesto usando los otros tres atributos o tomándolos en cuenta.
11. ¿Qué impulsó a Jehová a crear el universo y a las criaturas espirituales y humanas?
11 En vista de eso, ¿qué impulsó a Jehová a crear el universo y a las criaturas inteligentes espirituales y humanas? ¿Fue la sabiduría o el poder? No, pues Dios simplemente empleó su sabiduría y poder en la creación. Por ejemplo, leemos: “Jehová mismo con sabiduría fundó la tierra”. (Proverbios 3:19.) Además, su atributo de justicia no exigía que él creara personas con libre albedrío. El amor de Dios lo impulsó a compartir con otros los gozos de la existencia inteligente. Fue el amor lo que halló la manera de eliminar la condenación que la justicia colocó sobre la humanidad debido a la transgresión de Adán. (Juan 3:16.) Sí, y fue el amor lo que movió a Jehová a proponerse que la humanidad obediente viviera en el Paraíso terrestre venidero. (Lucas 23:43.)
12. ¿Cómo debemos reaccionar al poder, la justicia y el amor de Dios?
12 Debido a que Dios es todopoderoso, no nos atrevemos a incitarlo a celos. Pablo preguntó: “[¿]‘Estamos incitando a Jehová a celos’? Nosotros no somos más fuertes que él, ¿verdad?”. (1 Corintios 10:22.) Por supuesto, Jehová es un “Dios celoso”, no en mal sentido, sino porque “exige devoción exclusiva”. (Éxodo 20:5; Versión Popular.) Como cristianos, nos impresionan profundamente las muchas manifestaciones de la sabiduría insondable de Dios. (Romanos 11:33-35.) El gran respeto que le tenemos a su justicia debería hacer que nos mantuviéramos muy alejados del pecado voluntarioso. (Hebreos 10:26-31.) Pero sin lugar a dudas el amor es el mayor de los cuatro atributos principales de Dios. Es el amor altruista de Jehová lo que nos atrae a él y hace que deseemos agradarle, adorarle y participar en santificar su santo nombre. (Proverbios 27:11.)
El mayor de los frutos del espíritu
13. ¿Qué posición ocupa el amor entre los frutos del espíritu de Dios?
13 ¿Qué posición ocupa el amor entre los nueve frutos del espíritu de Dios, mencionados en Gálatas 5:22, 23? Estos son: “amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, autodominio”. Con buena razón Pablo puso en primer lugar el amor. ¿Es el amor mayor que el gozo, la siguiente cualidad que él menciona? Sí, lo es, porque no puede haber gozo duradero sin amor. De hecho, el mundo está muy desprovisto de gozo debido al egoísmo, la falta de amor. Pero los testigos de Jehová tienen amor entre sí, y aman a su Padre celestial. Por eso deberíamos esperar que ellos fueran gozosos, y se predijo que ‘clamarían gozosamente a causa de la buena condición de corazón’. (Isaías 65:14.)
14. ¿Por qué se puede decir que el amor es mayor que la paz como fruto del espíritu?
14 El amor es también mayor que la paz, que es otro fruto del espíritu. Debido a la falta de amor, el mundo está lleno de fricción y contienda. Pero el pueblo de Jehová está en paz entre sí por toda la Tierra. En su caso es cierto lo que dijo el salmista: “Jehová mismo bendecirá a su pueblo con paz”. (Salmo 29:11.) Tienen esta paz porque tienen la marca identificadora de los verdaderos cristianos, a saber, el amor. (Juan 13:35.) Solo el amor puede vencer todos los factores divisivos, sean raciales, nacionales o culturales. Es “un vínculo perfecto de unión”. (Colosenses 3:14.)
15. ¿Cómo se ve el papel superlativo del amor en comparación con la gran paciencia como fruto del espíritu?
15 El papel superlativo del amor se ve también cuando se le compara con la gran paciencia, el aguante paciente del mal o la provocación. Tener gran paciencia significa que uno es paciente, así como lento en cuanto a la cólera. ¿Qué hace que la gente se impaciente y se encolerice rápidamente? ¿No es la falta de amor? Sin embargo, nuestro Padre celestial tiene gran paciencia y es “tardo para la cólera”. (Éxodo 34:6; Lucas 18:7.) ¿Por qué? Porque nos ama y “no desea que ninguno sea destruido”. (2 Pedro 3:9.)
16. ¿Qué comparación existe entre el amor y la benignidad, la bondad, la apacibilidad y el autodominio?
16 Ya hemos visto por qué el amor es mayor que la fe, y las razones que se han dado aplican a los demás frutos del espíritu, es decir: benignidad, bondad, apacibilidad y autodominio. Todas estas cualidades son necesarias, pero no nos beneficiarán sin el amor, tal como señaló Pablo en 1 Corintios 13:3, donde escribió: “Si doy todos mis bienes para alimentar a otros, y si entrego mi cuerpo, para jactarme, pero no tengo amor, de nada absolutamente me aprovecha”. Por otra parte, es el amor lo que produce cualidades como la benignidad, la bondad, la fe, la apacibilidad y el autodominio. Por eso, Pablo pasó a decir que el amor es bondadoso y que “todas las cosas las soporta, todas las cree, todas las espera, todas las aguanta”. Sí, y “el amor nunca falla”. (1 Corintios 13:4, 7, 8.) Bien se ha señalado que los demás frutos del espíritu son manifestaciones, o varios aspectos, del amor, el fruto que se menciona en primer lugar. Verdaderamente queda claro que, de los nueve frutos del espíritu, el amor ciertamente es el mayor.
17. ¿Qué declaraciones bíblicas apoyan la conclusión de que el amor es el mayor entre los frutos del espíritu?
17 Las siguientes palabras de Pablo apoyan la conclusión de que el amor es el mayor de los frutos del espíritu de Dios: “No deban a nadie ni una sola cosa, salvo el amarse unos a otros; porque el que ama a su semejante ha cumplido la ley. Porque el código [...] se resume en esta palabra, a saber: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’. El amor no obra mal al prójimo; por lo tanto, el amor es el cumplimiento de la ley”. (Romanos 13:8-10.) Es muy apropiado que el discípulo Santiago llame “la ley real” a esta ley de amar cada uno a su prójimo como se ama a sí mismo. (Santiago 2:8.)
18. ¿Qué otra prueba hay de que el amor es la cualidad más importante?
18 ¿Queda más testimonio de que el amor es la cualidad más importante? Sí; queda. Considere lo que sucedió cuando un escriba le preguntó a Jesús: “¿Cuál mandamiento es el primero de todos?”. Aquel escriba bien pudiera haber esperado que Jesús citara uno de los Diez Mandamientos. Pero Jesús citó de Deuteronomio 6:4, 5 y dijo: “El primero es: ‘Oye, oh Israel, Jehová nuestro Dios es un solo Jehová, y tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas’”. Entonces Jesús añadió: “El segundo es este: ‘Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo’. No hay otro mandamiento mayor que estos”. (Marcos 12:28-31.)
19. ¿Cuáles son algunos de los frutos sobresalientes de a·gá·pe?
19 En verdad Pablo no exageró cuando mencionó la fe, la esperanza y el amor y dijo: “El mayor de estos es el amor”. El despliegue del amor tiene como resultado buenas relaciones con nuestro Padre celestial y con otras personas, incluso los miembros de la congregación y los miembros de nuestras familias. El amor tiene efecto edificador en nosotros. Y el siguiente artículo mostrará cuán remunerador puede ser el amor verdadero.
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El amor verdadero es remuneradorLa Atalaya 1990 | 15 de noviembre
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El amor verdadero es remunerador
“Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre.” (HEBREOS 6:10.)
1, 2. ¿Por qué nos remunera personalmente el amor verdadero?
EL AMOR altruista es la mayor, más noble y más preciosa cualidad que podemos expresar. Consecuentemente, este amor (griego: a·gá·pe) exige mucho de nosotros. Pero porque fuimos creados por un Dios de justicia y amor, hallamos que el amor altruista ciertamente es remunerador. ¿Qué hace que esto sea así?
2 Una razón por la cual el amor verdadero es remunerador está relacionada con el principio sicosomático, el efecto que tienen los pensamientos y las emociones en nuestro cuerpo. Una autoridad sobre el estrés ha dicho: “‘Ama a tu prójimo’ es uno de los más sabios consejos médicos que se han dado”. Sí, “un hombre de bondad amorosa está tratando recompensadoramente con su propia alma”. (Proverbios 11:17.) Un pensamiento similar encierran estas palabras: “El alma generosa será engordada ella misma; y el que liberalmente riega a otros, él mismo también será liberalmente regado”. (Proverbios 11:25; compárese con Lucas 6:38.)
3. ¿Cómo obra Dios para hacer remunerador el amor verdadero?
3 El amor es también remunerador porque Dios recompensa el altruismo. Leemos: “El que muestra favor al de condición humilde le presta a Jehová, y [Dios] le pagará su trato”. (Proverbios 19:17.) Los testigos de Jehová obran en conformidad con estas palabras cuando proclaman las buenas nuevas del Reino de Dios. Saben que ‘Dios no es injusto para olvidar su obra y el amor que ellos muestran por su nombre’. (Hebreos 6:10.)
Nuestro mejor ejemplo
4. ¿Quién suministra el mejor ejemplo de que el amor verdadero es remunerador, y cómo ha hecho eso?
4 ¿Quién suministra el mejor ejemplo de que el amor verdadero es remunerador? ¡El que hace esto es Dios mismo! Él ‘amó tanto al mundo de la humanidad que dio a su Hijo unigénito’. (Juan 3:16.) El que él diera a su Hijo para que los que aceptaran aquel sacrificio de rescate tuvieran vida eterna ciertamente le costó mucho a Jehová, y mostró con claridad que él tiene, no solo amor, sino también empatía. Esto se muestra, además, por el hecho de que ‘durante toda la angustia de Israel en Egipto, aquello le fue angustioso a él’. (Isaías 63:9.) ¡Cuánto más angustioso tiene que haber sido para Jehová el ver a su Hijo sufrir en un madero de tormento y oírle clamar: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”! (Mateo 27:46.)
5. ¿Qué ha sucedido porque Dios amó tanto a la humanidad que dio a su Hijo como sacrificio?
5 ¿Fue remuneradora para Jehová su propia expresión de amor verdadero? Sí, lo fue. Sobresalientemente, ¡qué respuesta pudo arrojar Dios a la cara del Diablo porque Jesús resultó fiel a pesar de todo lo que Satanás pudo hacerle! (Proverbios 27:11.) De hecho, todo lo que el Reino de Dios ha de lograr en cuanto a limpiar de oprobio el nombre de Jehová, restaurar el Paraíso a esta Tierra y dar a millones de personas vida eterna sucederá porque Dios amó tanto a la humanidad que dio como sacrificio lo que más atesoraba su corazón.
El excelente ejemplo de Jesús
6. Por amor, ¿qué se sintió impulsado a hacer Jesús?
6 Otro excelente ejemplo que prueba que el amor verdadero es remunerador es el del Hijo de Dios, Jesucristo. Él ama a su Padre celestial, y ese amor ha impulsado a Jesús a hacer la voluntad de Jehová cueste lo que cueste. (Juan 14:31; Filipenses 2:5-8.) Jesús siguió mostrando su amor a Dios aunque eso a veces significó que tuvo que suplicar a su Padre “con fuertes clamores y lágrimas”. (Hebreos 5:7.)
7. ¿De qué maneras ha hallado Jesús que el amor verdadero es remunerador?
7 ¿Fue recompensado Jesús por tan abnegado amor? ¡Sí, lo fue! Piense en el gozo que él derivó de todas las cosas buenas que hizo durante su ministerio de tres años y medio. ¡Cuánto ayudó a la gente, tanto en sentido espiritual como en sentido físico! Sobre todo, al demostrar que un hombre perfecto podía mantenerse íntegro a Dios perfectamente a pesar de todo lo que Satanás pudiera hacer contra él, Jesús tuvo la satisfacción de probar que el Diablo es un mentiroso. Además, como siervo fiel de Dios, Jesús recibió la gran recompensa de la inmortalidad al ser resucitado para vivir en los cielos. (Romanos 6:9; Filipenses 2:9-11; 1 Timoteo 6:15, 16; Hebreos 1:3, 4.) Y ¡qué maravillosos privilegios tiene ante sí en Armagedón y durante su Reino Milenario, cuando el Paraíso será restaurado a la Tierra y se resucitará a miles de millones de personas! (Lucas 23:43.) No hay duda alguna de que para Jesús el amor verdadero ha sido remunerador.
El ejemplo de Pablo
8. ¿Qué experimentó Pablo debido a su amor verdadero a Dios y a su semejante?
8 En cierta ocasión el apóstol Pedro preguntó a Jesús: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros, realmente?”. En parte, Jesús respondió: “Todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o tierras, por causa de mi nombre, recibirá muchas veces más, y heredará la vida eterna”. (Mateo 19:27-29.) Tenemos un ejemplo notable de esto en el apóstol Pablo, quien disfrutó de muchas bendiciones, como especialmente lo indicó Lucas en el libro de Hechos. El amor verdadero de Pablo a Dios y a su semejante le hizo abandonar su carrera de fariseo a quien la gente honraba. Piense, además, en el aguante de Pablo en lo que se refiere a golpes, momentos en que casi perdió la vida, peligros y privaciones... todo por el amor verdadero a Dios y el servicio sagrado a él. (2 Corintios 11:23-27.)
9. ¿Cómo fue recompensado Pablo por su despliegue de amor verdadero?
9 ¿Recompensó Jehová a Pablo por ser tan excelente ejemplo de desplegar amor verdadero? Pues bien, piense en cuán fructífero fue el ministerio de Pablo. Pudo establecer una congregación cristiana tras otra. ¡Y qué milagros ejecutó por el poder que Dios le dio! (Hechos 19:11, 12.) Pablo también tuvo el privilegio de recibir visiones sobrenaturales y de escribir 14 cartas que ahora son parte de las Escrituras Griegas Cristianas. Como corona sobre todo esto se le dio el premio de la inmortalidad en los cielos. (1 Corintios 15:53, 54; 2 Corintios 12:1-7; 2 Timoteo 4:7, 8.) De seguro Pablo halló que Dios recompensa el amor verdadero.
El amor verdadero es remunerador hoy día
10. ¿Qué pudiera costar el llegar a ser uno discípulo de Jesús y expresar su amor a Jehová?
10 Hoy, también, para los testigos de Jehová el amor verdadero es remunerador. El expresar nuestro amor a Jehová mediante ponernos de parte de él y llegar a ser discípulos de Jesús pudiera hasta costarnos la vida como personas que mantienen su integridad. (Compárese con Revelación 2:10.) Por eso Jesús dijo que debemos calcular el costo. Pero no hacemos eso para determinar si será remunerador o no que seamos discípulos. Más bien, lo hacemos para prepararnos para pagar lo que cueste el ser discípulos. (Lucas 14:28.)
11. ¿Por qué no se dedican a Dios algunos?
11 Hoy, muchísimas personas —indudablemente millones— creen el mensaje que los testigos de Jehová les llevan de la Palabra de Dios. Pero se retienen de dedicarse a Dios y bautizarse. ¿Pudiera deberse eso a que les falta el verdadero amor a Dios que otros poseen? Muchos se retraen de dar los pasos de la dedicación y el bautismo porque desean retener el favor de un cónyuge que no es creyente. Otros no se acercan a Dios porque tienen la actitud del hombre de negocios que dijo a un Testigo: “A mí me gusta el pecado”. Es obvio que individuos de ese tipo no aprecian todo lo que Dios y Cristo han hecho para ellos.
12. ¿Qué ha dicho esta revista que recalca las recompensas del conocimiento que nos acerca más a Dios en amor verdadero?
12 Si apreciamos genuinamente todo lo que Jehová Dios y Jesucristo han hecho para nosotros, lo mostraremos por pagar voluntariamente lo que cueste servir a nuestro Padre celestial y estar entre los discípulos de Jesús. Por amor verdadero a Dios, hombres y mujeres de toda actividad de la vida —prósperos hombres de negocio, prominentes personalidades de los deportes, y así por el estilo— han cambiado carreras que les daban éxito personal mundano por el ministerio cristiano, como lo hizo el apóstol Pablo. Y por nada cambiarían las recompensas de conocer y servir a Dios. Con relación a esto La Atalaya dijo en cierta ocasión: “A veces hemos preguntado: ¿Cuántos hermanos estarían dispuestos a aceptar mil dólares a cambio de lo que conocen de la Verdad? ¡No se vio ni una mano! ¿Quién aceptaría diez mil dólares? ¡Nadie! ¿Quién aceptaría un millón de dólares? ¿Quién aceptaría el mundo entero a cambio de lo que sabe acerca del carácter Divino y el Plan Divino? ¡Nadie! Entonces dijimos: Estimados amigos, ustedes no son una muchedumbre que esté muy descontenta. Si ustedes se sienten tan enriquecidos que no aceptarían nada a cambio de su conocimiento de Dios, entonces se creen tan ricos como nosotros” (número en inglés del 15 de diciembre de 1914, página 377). Sí, el conocimiento exacto de Dios y sus propósitos nos acerca más a él en el amor verdadero que ciertamente es remunerador.
13. ¿Cómo debemos considerar el estudio personal?
13 Si amamos a Dios, nos esforzaremos por conocer y hacer su voluntad. (1 Juan 5:3.) Tomaremos en serio el estudio personal, la oración y el asistir a las reuniones cristianas. Todo esto exige abnegación, pues esas actividades implican uso de tiempo, energía y otros recursos. Quizás tengamos que escoger entre dedicar tiempo a ver un programa de televisión y dedicarlo al estudio personal de la Biblia. Pero ¡cuánto más fuertes nos hacemos en sentido espiritual, cuánto mejor podemos testificar a otros y cuánto más aprovechamos las reuniones cristianas cuando tomamos en serio ese estudio y apartamos el tiempo necesario para él! (Salmo 1:1-3.)
14. ¿Cuán importantes son la oración y una buena relación con Jehová Dios?
14 ¿Disfrutamos de hablar regularmente a nuestro Padre celestial mediante ‘perseverar en la oración’? (Romanos 12:12.) ¿O sucede que con frecuencia estamos demasiado ocupados para dar a este precioso privilegio la atención que merece? ‘Orar incesantemente’ es una manera vital de fortalecer nuestra relación con Jehová Dios. (1 Tesalonicenses 5:17.) Y no hay nada como una buena relación con Jehová para ayudarnos cuando afrontamos tentaciones. ¿Qué fue lo que hizo posible que José resistiera cuando la esposa de Potifar lo tentó? ¿Por qué no cesó de orar Daniel cuando la ley de los medos y los persas le prohibió dirigir sus súplicas a Jehová? (Génesis 39:7-16; Daniel 6:4-11.) Pues, ¡una buena relación con Dios ayudó a estos hombres a salir victoriosos, tal como nos puede ayudar a nosotros a lograr lo mismo!
15. ¿Cómo debemos considerar las reuniones cristianas, y por qué?
15 Entonces, ¿cuán en serio tomamos el asistir a nuestras cinco reuniones semanales? ¿Dejamos que el cansancio, un leve malestar físico o algún ligero deterioro en la condición atmosférica estorbe el que cumplamos con nuestra obligación de no abandonar el reunirnos con nuestros compañeros de creencia? (Hebreos 10:24, 25.) Un bien remunerado maquinista estadounidense vio que su trabajo le impedía con mucha frecuencia estar presente en las reuniones cristianas. Por eso, cambió de empleo de modo que, aunque ganaba menos después, podía asistir a todas las reuniones de la congregación con regularidad. Nuestras reuniones nos permiten disfrutar de un intercambio de estímulo y fortalecer cada uno la fe del otro. (Romanos 1:11, 12.) En todos estos asuntos, ¿acaso no hallamos que “el que siembra liberalmente, liberalmente también segará”? (2 Corintios 9:6.) Sí, el demostrar el amor verdadero de esas maneras es muy remunerador.
El amor verdadero y nuestro ministerio
16. ¿Qué resultado puede tener el que el amor nos mueva a testificar informalmente?
16 El amor nos mueve a predicar las buenas nuevas como pueblo de Jehová. Por ejemplo, nos impulsa a participar en la testificación informal. Puede que vacilemos en cuanto a testificar informalmente, pero el amor nos impulsará a hablar. Sí, el amor hará que pensemos en maneras prudentes de empezar una conversación y entonces dirigirla hacia el Reino. He aquí un ejemplo: En un avión, un anciano cristiano se halló sentado al lado de un sacerdote católico romano. Para comenzar, el anciano hizo una serie de preguntas al sacerdote ejerciendo cuidado para no ofenderlo. Sin embargo, para cuando el sacerdote salió del avión se había interesado tanto que obtuvo dos de nuestros libros. ¡Qué excelente resultado de testificar informalmente!
17, 18. ¿Qué nos moverá a hacer el amor respecto al ministerio cristiano?
17 El amor verdadero también nos mueve a participar con regularidad en la obra de predicar de casa en casa y otras formas del ministerio cristiano. Hasta el grado que podamos tener con otros consideraciones de asuntos bíblicos, honraremos a Jehová Dios y ayudaremos a los que son mansos como ovejas a ponerse en el camino que lleva a la vida eterna. (Compárese con Mateo 7:13, 14.) Aunque no podamos tener consideraciones de asuntos bíblicos, nuestros esfuerzos no habrán sido en vano. Nuestra misma presencia en los hogares de la gente sirve de testimonio, y nosotros mismos nos beneficiamos del ministerio, porque no podemos declarar las verdades de la Biblia sin fortalecer nuestra fe. Es cierto que se necesita humildad para ir de casa en casa, ‘haciendo todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacernos partícipes de ellas con otros’. (1 Corintios 9:19-23.) Pero por amor a Dios y al semejante humano nos esforzamos humildemente, y se nos recompensa con abundantes bendiciones. (Proverbios 10:22.)
18 También se necesita verdadero amor para que los siervos de Jehová sean concienzudos en cuanto a volver a visitar a la gente que ha mostrado interés en la verdad bíblica. El conducir estudios bíblicos semana tras semana y mes tras mes es una expresión de amor a Dios y al prójimo, porque esta obra exige el gasto de tiempo, esfuerzo y recursos materiales. (Marcos 12:28-31.) Sin embargo, cuando vemos que una de las personas que estudian la Biblia con nosotros se bautiza y quizás hasta entra en el ministerio de tiempo completo, ¿no nos convence esto de que el amor verdadero es remunerador? (Compárese con 2 Corintios 3:1-3.)
19. ¿Qué relación hay entre el amor y el servicio de tiempo completo?
19 El amor altruista nos impulsa a sacrificar comodidades materiales para efectuar servicio de tiempo completo si se nos hace posible participar en tal actividad. Miles y miles de Testigos pueden atestiguar que el expresar su amor hasta ese grado ha sido muy remunerador. Si sus circunstancias le permiten participar en el ministerio de tiempo completo pero usted no las aprovecha, sencillamente no sabe qué bendiciones se pierde. (Compárese con Marcos 10:29, 30.)
Remunerador de otras maneras
20. ¿Cómo nos ayuda el amor a saber perdonar?
20 El amor verdadero es remunerador de otro modo: nos ayuda a saber perdonar. Sí, el amor “no lleva cuenta del daño”. De hecho, “el amor cubre una multitud de pecados”. (1 Corintios 13:5; 1 Pedro 4:8.) “Una multitud” significa muchos pecados, ¿verdad? ¡Y cuán remunerador es saber perdonar! Cuando uno perdona, esto hace que tanto uno como el que haya pecado contra uno se sientan mejor. Pero mucho más importante es el hecho de que a menos que ya hayamos perdonado a los que han pecado contra nosotros, no podemos esperar que Jehová nos perdone. (Mateo 6:12; 18:23-35.)
21. ¿Cómo nos ayuda a ser sumisos el amor verdadero?
21 Además, el amor verdadero es remunerador porque nos ayuda a ser sumisos. Si amamos a Jehová, nos humillaremos bajo su poderosa mano. (1 Pedro 5:6.) El amor a él también nos moverá a someternos a su instrumento escogido, “el esclavo fiel y discreto”. Esto incluye ser sumisos a los que llevan la delantera en la congregación. Esto es remunerador porque el que no hagamos eso resultaría “dañoso” para nosotros. (Mateo 24:45-47; Hebreos 13:17.) Por supuesto, este principio de ser sumisos aplica también dentro del círculo de la familia. Tal proceder es remunerador porque promueve el gozo, la paz y la armonía de la familia a la vez que nos da la satisfacción que nos produce el saber que agradamos a Dios. (Efesios 5:22; 6:1-3.)
22. ¿Cómo podemos ser verdaderamente felices?
22 Está claro, pues, que la mayor cualidad que podemos cultivar es la de a·gá·pe, el amor altruista y que se guía por principios. Y no puede haber duda de que el amor verdadero es remunerador. Por lo tanto, ciertamente seremos felices si cultivamos y expresamos esta cualidad en medida aún mayor para la gloria de nuestro Dios amoroso, Jehová.
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