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Seamos leales a JehováLa Atalaya (estudio) 2016 | febrero
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Seamos leales a Jehová
“Resulte Jehová mismo estar entre yo y tú y entre [mi descendencia y tu descendencia] hasta tiempo indefinido” (1 SAM. 20:42).
1, 2. ¿Por qué es muy interesante que Jonatán se hiciera tan buen amigo de David y fuera leal a él?
JONATÁN estaba muy impresionado. Frente a su padre, el rey Saúl, estaba un valiente joven que acababa de matar al gigante Goliat. Su nombre era David y tenía “la cabeza del filisteo en la mano” (1 Sam. 17:57). A Jonatán no le cabía duda de que Jehová estaba con David, y de allí en adelante fueron grandes amigos. Tanto es así que “procedieron a celebrar un pacto”: prometieron que serían leales el uno al otro (1 Sam. 18:1-3). Jonatán cumplió su promesa y fue leal a David el resto de su vida.
2 Es muy interesante que Jonatán se hiciera tan buen amigo de David. ¿Por qué? Porque no fue elegido por Jehová para ser rey de Israel después de su padre, sino David. Aun así, el cariño que sentía por su amigo nunca disminuyó. Por ejemplo, se preocupó mucho cuando Saúl trató de matar a David. Fue a Hores, en el desierto de Judá, a ver a David para fortalecerlo y animarlo a confiar en Jehová. Luego le dijo: “No tengas miedo; [...] tú mismo serás rey sobre Israel, y yo mismo llegaré a ser segundo a ti” (1 Sam. 23:16, 17).
3. a) Para Jonatán, ¿qué era más importante que ser leal a David? b) ¿Por qué sabemos que lo más importante para Jonatán era ser leal a Dios? (Vea la ilustración del principio).
3 Las personas leales como Jonatán son dignas de admiración. Pero si admiramos a este hombre solo porque fue leal a David perderíamos de vista un punto clave: para él la lealtad a Jehová era lo más importante, incluso más importante que llegar a ser rey. Por eso veía a David como un amigo, no como un rival. Recuerde que fue a animarlo a seguir confiando en Jehová. Estos dos amigos cumplieron el juramento que hicieron al decir: “Resulte Jehová mismo estar entre yo y tú y entre [mi descendencia y tu descendencia] hasta tiempo indefinido” (1 Sam. 20:42).
4. a) ¿Qué nos hace felices? b) ¿Qué veremos en este artículo?
4 El cristiano no solo admira la lealtad en los demás; él mismo es leal: a su familia, a sus amigos, a los hermanos de la congregación (1 Tes. 2:10, 11). Ahora bien, ¿a quién debemos ser leales por encima de todo? A Jehová. Al fin y al cabo él nos dio la vida (Rev. 4:11). Esa lealtad nos hace felices de verdad. Pero debemos recordar que tenemos que ser leales a Dios hasta en los momentos difíciles. En este artículo veremos cómo puede ayudarnos el ejemplo de Jonatán a ser leales: 1) cuando tenemos que respetar a alguien con autoridad aunque creamos que no lo merece; 2) cuando tenemos que escoger a quién vamos a ser leales; 3) cuando somos víctimas de un malentendido o nos tratan injustamente, y 4) cuando es muy difícil cumplir una promesa.
CUANDO HAY QUE RESPETAR A ALGUIEN CON AUTORIDAD AUNQUE CREAMOS QUE NO LO MERECE
5. ¿Por qué a los israelitas les costaba ser leales a Jehová mientras Saúl era rey?
5 Aunque Jehová había escogido a Saúl, el padre de Jonatán, para ser rey, Saúl se volvió desobediente y fue rechazado (1 Sam. 15:17-23). A pesar de todo, Jehová permitió que siguiera siendo rey, y eso fue una prueba para todos. No era fácil ser leal a Dios cuando Saúl, que ocupaba “el trono de Jehová”, estaba haciendo las cosas mal (1 Crón. 29:23).
6. ¿Por qué sabemos que Jonatán se mantuvo leal a Jehová?
6 Jonatán siempre fue leal a Jehová, como lo demuestra lo que sucedió poco después de que su padre desobedeció a Dios (1 Sam. 13:13, 14). Los filisteos planearon atacar a Israel con un ejército enorme. Tenían 30.000 carros de guerra, mientras que los israelitas tenían apenas 600 soldados. ¡Y solo Saúl y su hijo tenían armas! Pero Jonatán no tenía miedo, ya que creía estas palabras del profeta Samuel: “Jehová no abandonará a su pueblo, por causa de su gran nombre” (1 Sam. 12:22). Justo antes de atacar a un grupo de soldados enemigos, le dijo a su escudero: “Para Jehová no hay estorbo en salvar por muchos o por pocos”. Entre los dos derribaron a unos veinte enemigos. De pronto, la tierra comenzó a temblar y se produjo un pánico enorme entre los filisteos, que acabaron peleando entre ellos. Jonatán tuvo fe, y Jehová lo bendijo con la victoria (1 Sam. 13:5, 15, 22; 14:1, 2, 6, 14, 15, 20).
7. ¿Cómo trató Jonatán a su padre?
7 A pesar de que Saúl siguió desobedeciendo a Jehová, Jonatán lo apoyó siempre que eso no significara violar la ley de Dios. Por ejemplo, peleó a su lado para defender a Israel (1 Sam. 31:1, 2).
8, 9. ¿Por qué debemos respetar a quienes tienen autoridad sobre nosotros?
8 Una manera de ser leales a Jehová igual que Jonatán es obedeciendo a “las autoridades superiores” del lugar donde vivimos. Claro, esa obediencia es condicional. Dios nos manda que las respetemos, incluso si creemos que no lo merecen. Por ejemplo, quizás un funcionario sea corrupto, pero tenemos que obedecerlo siempre que no signifique violar la ley de Dios (lea Romanos 13:1, 2). Además, debemos respetar a todos aquellos a quienes Jehová ha dado autoridad en la familia y en la congregación. Esta es otra manera de mostrarle lealtad (1 Cor. 11:3; Heb. 13:17).
Una manera de ser leales a Jehová es respetando a nuestro esposo o esposa aunque no sea Testigo. (Vea el párrafo 9).
9 Olga,[1] una hermana que vive en Sudamérica, demostró su lealtad a Dios respetando a su esposo incluso en los momentos difíciles. Durante años, él se quejó de que fuera cristiana. En ocasiones se ponía furioso y le decía que se iría de casa y se llevaría a los niños. Pero ella no le devolvía mal por mal. Se esforzaba por ser una buena esposa: le tenía lista su ropa y su comida y lo ayudaba a atender a su familia (Rom. 12:17). Siempre que podía, lo acompañaba a visitar a sus compañeros de trabajo y a su familia. Cuando el padre de él murió, viajaron a la ciudad donde se iba a celebrar el funeral. Ella preparó a los niños y todo lo necesario para el viaje. Luego, en el funeral, lo esperó fuera de la iglesia. La paciencia y el respeto de Olga han ido dando resultados. Ahora su esposo la anima a asistir a las reuniones y la lleva al Salón del Reino; a veces hasta se queda en la reunión (1 Ped. 3:1).
CUANDO TENEMOS QUE ESCOGER A QUIÉN VAMOS A SER LEALES
10. ¿Qué ayudó a Jonatán a elegir a quién sería leal?
10 En el momento en que Jonatán se enteró de que Saúl quería matar a David, tuvo que tomar una decisión. ¿A quién sería leal? Por un lado, debía obedecer a su padre, pero por el otro, le había hecho una promesa a David. Además, sabía que Dios apoyaba a David, no a Saúl. Por lo tanto decidió ser leal a David: le advirtió del peligro, le dijo que se escondiera y habló bien de él a su padre (lea 1 Samuel 19:1-6).
11, 12. Si amamos a Dios, ¿qué haremos?
11 Cuando Alice, una hermana de Australia, comenzó a estudiar la Biblia, también tuvo que decidir a quién sería leal. Le contaba a su familia todas las cosas buenas que estaba aprendiendo. Un día les dijo que ya no celebraría la Navidad con ellos y les explicó la razón. Al principio se sintieron tristes, pero luego se enojaron muchísimo. Sentían que les estaba dando la espalda. Alice cuenta que su madre le dijo que ya no quería volver a verla. “Fue un golpe muy duro y me dolió mucho —recuerda—, porque quiero a mi familia. Pero estaba decidida a poner a Jehová y a Jesús en primer lugar en mi vida, así que me bauticé en la siguiente asamblea” (Mat. 10:37).
12 Si no tenemos cuidado, la lealtad a una nación, escuela o equipo deportivo podrían llegar a ser más importantes que la lealtad a Jehová. Veamos lo que le sucedió a Henry, que juega muy bien al ajedrez. Su escuela había ganado muchas veces el campeonato y él quería ayudarla a ganar otra vez. Pero las partidas eran los fines de semana, y le quitaban el tiempo que debía dedicar a las reuniones y a la predicación. Henry admite: “Poco a poco mi lealtad a la escuela se volvió más importante que mi lealtad a Dios”. ¿Qué hizo? Decidió renunciar al equipo de ajedrez (Mat. 6:33).
13. Si queremos ser leales a Dios, ¿qué haremos cuando tengamos problemas familiares?
13 También en la familia puede ser difícil decidir a quién debemos ser leales primero. Esto le sucedió a Ken. “Quería visitar con regularidad a mi madre, que ya está entrada en años, e invitarla a quedarse en casa de vez en cuando —comenta—. Pero ella y mi esposa no se llevaban bien. Al principio me sentí entre la espada y la pared, porque no podía quedar bien con las dos. Sin embargo, me di cuenta de que en este caso le debía más lealtad a mi esposa. Así que busqué una solución que fuera aceptable para ella”. Los consejos de la Biblia le dieron el valor para explicarle a su esposa por qué debían recibir con bondad a su madre, y a su madre por qué debía respetar a su esposa (lea Génesis 2:24 y 1 Corintios 13:4, 5).
CUANDO SOMOS VÍCTIMAS DE UN MALENTENDIDO O NOS TRATAN INJUSTAMENTE
14. ¿Qué le hizo Saúl a Jonatán?
14 También debemos ser leales a Jehová si uno de los encargados de la congregación nos trata injustamente. Aunque Saúl había sido nombrado rey por Jehová, trató mal a su hijo. No entendía por qué era tan buen amigo de David, y en un arranque de ira lo humilló enfrente de muchas personas. Aun así, Jonatán no le faltó el respeto. Pero tampoco dejó de ser leal a Jehová ni a David, que llegaría a ser el rey de Israel (1 Sam. 20:30-41).
15. Si un hermano nos trata de manera injusta, ¿qué debemos hacer?
15 Claro está, los encargados de la congregación se esfuerzan por ser justos con todos. Pero como son imperfectos, en alguna ocasión podrían malinterpretar nuestras acciones (1 Sam. 1:13-17). No dejemos que nada nos impida ser leales a Jehová, ni siquiera si somos víctimas de un malentendido o se nos trata injustamente.
CUANDO ES MUY DIFÍCIL CUMPLIR UNA PROMESA
16. ¿En qué situaciones debemos ser leales a Dios y no ser egoístas?
16 Saúl insistía en que Jonatán pensara en su futuro (1 Sam. 20:31). Pero en vez de ser egoísta y tratar de convertirse en el siguiente rey, Jonatán mantuvo su promesa de amistad a David y su lealtad a Jehová. Tal como Jonatán cumplió su promesa, nosotros debemos cumplir lo que prometemos aunque salgamos perjudicados, como dice el Salmo 15:4. Por ejemplo, si hacemos un acuerdo de trabajo, tenemos que cumplirlo, aunque sea más difícil de lo que creíamos al principio. Cumpliremos nuestra palabra porque respetamos lo que dice la Biblia. Lo mismo sucederá si nuestro matrimonio no va tan bien como esperábamos. Seremos leales a nuestro esposo o esposa. Así demostraremos que amamos a Jehová (lea Malaquías 2:13-16).
Si hacemos un acuerdo de trabajo, debemos cumplirlo porque somos leales a Jehová y respetamos la Biblia. (Vea el párrafo 16).
17. ¿Qué ha aprendido en este artículo?
17 Todos queremos ser tan leales como Jonatán, ¿verdad? Así que seamos leales a nuestros hermanos, aunque a veces cometan errores. Tampoco persigamos metas egoístas. Y pase lo que pase, seamos siempre leales a Jehová. Así alegraremos su corazón y seremos felices (Prov. 27:11). Podemos estar seguros de que él siempre hará lo que sea mejor para nosotros y nos cuidará. En el próximo artículo aprenderemos valiosas lecciones de otras personas que vivieron en la época de David, algunas de las cuales fueron leales y otras no.
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Sigamos el ejemplo de lealtad de los siervos de Dios del pasadoLa Atalaya (estudio) 2016 | febrero
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Sigamos el ejemplo de lealtad de los siervos de Dios del pasado
“Con alguien leal tú actuarás en lealtad” (SAL. 18:25).
1, 2. ¿Cómo demostró David que era leal a Jehová? (Vea la ilustración del principio).
EL REY Saúl había reunido 3.000 soldados para buscar a David en el desierto de Judá y acabar con él. Pero una noche, mientras todo el campamento estaba profundamente dormido, David y Abisai lograron colarse hasta donde estaba el rey. Abisai quiso aprovechar la oportunidad para matarlo. “Déjame clavarlo a tierra con la lanza una sola vez”, le pidió a David. Por increíble que parezca, David le dijo que no lo hiciera: “¿Quién ha alargado la mano contra el ungido de Jehová y ha quedado inocente? [...] ¡Es inconcebible, por mi parte, desde el punto de vista de Jehová, alargar la mano contra el ungido de Jehová!” (1 Sam. 26:8-12).
2 ¿Por qué se negó David a matar a Saúl? Porque sabía que si lo hacía, sería desleal a Dios. Saúl era rey porque Dios lo había nombrado, y los siervos leales de Jehová respetan a las personas que él ha puesto a cargo de su pueblo. Jehová espera que todos sus siervos sean leales (lea Salmo 18:25).
3. ¿Cómo demostró Abisai que era leal a David?
3 Abisai era leal a David y lo respetaba. Por ejemplo, David cometió un pecado con Bat-seba cuando ya era rey y trató de ocultarlo. Le pidió a Joab que se asegurara de que Urías, el esposo de Bat-seba, muriera en combate (2 Sam. 11:2-4, 14, 15; 1 Crón. 2:16). Quizás Abisai se enteró del asunto porque era hermano de Joab, pero siguió respetando a David porque Jehová lo había nombrado rey. Sea como sea, él nunca intentó aprovecharse de su elevada posición en el ejército para tratar de conseguir el trono. Por el contrario, sirvió a David y lo protegió de traidores y enemigos (2 Sam. 10:10; 20:6; 21:15-17).
4. a) ¿Por qué podemos decir que David fue leal a Jehová a lo largo de su vida? b) ¿Qué veremos en este artículo?
4 David se negó a hacerle daño a Saúl, pero esa no fue la única ocasión en la que fue leal a Jehová. De joven, se ofreció para enfrentar a Goliat, el gigante filisteo que se atrevió a burlarse de “las líneas de batalla del Dios vivo” (1 Sam. 17:23, 26, 48-51). Ya siendo rey, aceptó la censura de Natán y se arrepintió de haber cometido pecados tan graves como la inmoralidad y el asesinato (2 Sam. 12:1-5, 13). Durante su vejez también demostró lealtad al contribuir generosamente para la construcción del templo de Jerusalén (1 Crón. 29:1-5). David cometió errores muy serios, pero nunca dejó de ser leal a Jehová (Sal. 51:4, 10; 86:2). En los siguientes párrafos hablaremos de él y de otras personas de su época. Aprenderemos valiosas lecciones que nos ayudarán a ser leales a Jehová sobre todas las cosas. Además, veremos qué cualidades necesitamos para ser leales.
¿A QUIÉN DEBEMOS SER LEALES PRIMERO?
5. ¿Qué lección aprendemos del error de Abisai?
5 Cuando Abisai intentó matar a Saúl estaba tratando de ser leal a David, pero olvidó que hay una lealtad más importante que cualquier otra. Por eso lo detuvo David. Le dijo que no era correcto hacerle daño al “ungido de Jehová” (1 Sam. 26:8-11). Su error nos enseña una lección muy valiosa: no está mal ser leal a más de una persona, pero para saber quién viene primero, tenemos que averiguar qué dice la Biblia.
6. Aunque es normal que seamos leales a nuestros familiares y amigos, ¿por qué debemos tener cuidado?
6 La lealtad es una cualidad que nace en el corazón, pero el corazón es traicionero y puede engañarnos (Jer. 17:9). Por ejemplo, podríamos sentirnos obligados a ser leales a un amigo o familiar que esté haciendo cosas malas. Ahora bien, si alguien a quien queremos mucho abandona la verdad, tenemos que recordar que nuestra lealtad a Jehová es lo primero (lea Mateo 22:37).
7. ¿Cómo demostró una hermana en una situación difícil que era leal a Jehová?
7 Si un familiar es expulsado de la congregación, tenemos que elegir a quién vamos a ser leales. Una hermana llamada Anne[1] se enfrentó a esa decisión cuando recibió una llamada. Era su madre, que estaba expulsada. Le dijo que estaba muy triste porque se sentía abandonada por la familia y que quería visitarla. Anne se quedó muy angustiada y prometió contestarle por carta. Pero antes de escribirle, se sentó a repasar lo que dice la Biblia (1 Cor. 5:11; 2 Juan 9-11). En la carta le explicó con bondad que la familia no la había abandonado. Era ella la que se había alejado al actuar mal y no querer arrepentirse. “Solo hay una manera de aliviar tu dolor: regresa a Jehová”, escribió Anne (Sant. 4:8).
8. ¿Qué cualidades pueden ayudarnos a ser leales a Jehová?
8 En tiempos de David hubo siervos leales de Dios que fueron humildes, bondadosos y valientes. Analicemos estas tres cualidades y veamos cómo nos ayudan a ser leales a Jehová.
PARA SER LEAL A JEHOVÁ HAY QUE SER HUMILDE
9. ¿Por qué Abner trató de matar a David?
9 En el momento en el que David se presentó ante Saúl con la cabeza de Goliat, había por lo menos dos hombres observando. Uno de ellos era Jonatán, que más tarde hizo un pacto de amistad con él; el otro era el jefe del ejército, Abner, que luego apoyó los intentos de Saúl de matar a David (1 Sam. 17:57-18:3). De hecho, David dijo que había hombres crueles que lo estaban buscando para matarlo (Sal. 54:3; 1 Sam. 26:1-5). Los dos sabían que Jehová había escogido a David para que fuera el siguiente rey de Israel. Entonces, ¿por qué actuaron de manera tan distinta? Porque Jonatán era humilde y Abner no. Por ejemplo, después de la muerte de Saúl, Abner debió apoyar a David en vez de a Is-bóset, el hijo de Saúl. De hecho, es probable que él mismo haya querido ser rey; quizás por eso tuvo relaciones sexuales con la concubina de Saúl (2 Sam. 2:8-10; 3:6-11).
10. ¿Por qué Absalón no fue leal a Jehová?
10 Absalón, uno de los hijos de David, tampoco fue leal a Jehová, pues le faltaba humildad. Como quería ser rey de Israel, “mandó a hacerse un carro, con caballos y con cincuenta hombres que corrían delante de él” (2 Sam. 15:1). Convenció a muchos de que le fueran leales a él y no a su padre. Igual que Abner, trató de matar a David, y eso que era su padre y el rey nombrado por Dios (2 Sam. 15:13, 14; 17:1-4).
11. ¿Qué nos enseñan los ejemplos de Abner, Absalón y Baruc?
11 ¿Qué nos enseñan los ejemplos de Abner y Absalón? Que si una persona es ambiciosa, podría acabar siendo desleal a Dios. Desde luego, ninguno de nosotros haría algo tan egoísta y malvado como lo que hicieron ellos dos. Lo que sí podría sucedernos es que comenzáramos a sentir el deseo de conseguir mucho dinero o de tener un trabajo que nos hiciera sentir importantes. Si cediéramos a ese deseo, podríamos alejarnos de Dios. Baruc, el secretario de Jeremías, dejó de ver las cosas con claridad por un tiempo. Aunque la Biblia no explica qué le pasó, sí dice que Jehová lo ayudó a ver el peligro. Le dijo: “¡Mira! Lo que he edificado lo estoy demoliendo, y lo que he plantado lo estoy desarraigando, aun todo el país mismo. Pero en cuanto a ti, tú sigues buscando cosas grandes para ti. No sigas buscando” (Jer. 45:4, 5). Baruc escuchó el consejo, y nosotros también debemos hacerlo, porque el fin de este mundo está cada vez más cerca.
12. Explique con un ejemplo por qué no podemos ser leales a Dios si somos egoístas.
12 Daniel, un hermano que vive en México, tuvo que decidir si iba a ser o no leal a Dios. Estaba enamorado de una joven que no era Testigo y quería casarse con ella. Siguió escribiéndole incluso después de hacerse precursor. Finalmente se dio cuenta de que si cedía a sus deseos egoístas, sería desleal a Jehová. Fue humilde y habló con un anciano, quien lo ayudó a recuperar el rumbo. Daniel recuerda: “El hermano me ayudó a entender que para ser leal a Dios tenía que dejar de escribirle a la muchacha. Después de muchas oraciones y muchas lágrimas, lo logré. En poco tiempo comencé a disfrutar más de la predicación”. Más adelante se casó con una buena hermana y en la actualidad es superintendente de circuito.
PARA SER LEAL A JEHOVÁ HAY QUE SER BONDADOSO
Si se entera de que un familiar o un amigo ha cometido un pecado grave, ¿será leal y lo animará a buscar ayuda? (Vea párrafo 14).
13. ¿Cómo logró Natán ser leal a Jehová y a David?
13 El que es leal a Jehová es leal a los demás y los ayuda. Por ejemplo, el profeta Natán fue leal a Jehová sin dejar de ser leal a David. Después de que David se acostó con Bat-seba y se aseguró de que su esposo muriera en combate, Jehová mandó a Natán a verlo. Aunque Natán era leal al rey, fue valiente y obedeció a Dios. Para ayudar a David a darse cuenta de la gravedad de su pecado, le habló con franqueza, pero también con bondad. Le contó la historia de un hombre rico que le quitó su única oveja a un hombre pobre. Cuando David lo oyó, se enojó muchísimo con el hombre rico. Entonces, Natán le dijo: “¡Tú mismo eres el hombre!” (2 Sam. 12:1-7, 13).
14. ¿Cómo podemos ser leales a Jehová y a nuestros familiares o amigos?
14 La bondad nos ayudará a saber cómo mostrar lealtad en cualquier situación. Por ejemplo, imagínese que tiene pruebas de que un hermano ha cometido un pecado grave. Usted desea ser leal al hermano, sobre todo si es un amigo muy querido o un familiar. Pero sabe que la lealtad a Jehová es primero, así que decide obedecer a Jehová y ayudar al hermano. ¿Qué debe hacer? Igual que Natán, actúe con decisión, pero con bondad. Dígale al hermano que busque la ayuda de los ancianos. Si ve que después de un tiempo razonable no lo hace, usted debe hablar con ellos. Así será leal a Dios. Además, esto es una muestra de bondad hacia el hermano, pues los ancianos tratarán de ayudarlo con paciencia y cariño (lea Levítico 5:1 y Gálatas 6:1).
PARA SER LEAL A JEHOVÁ HAY QUE SER VALIENTE
15, 16. ¿Por qué Husai tuvo que ser muy valiente para ser leal a Jehová?
15 Husai era un amigo del rey David que necesitó valor para ser leal a él y a Dios. ¿Qué ocurrió? Absalón consiguió el apoyo de mucha gente y trató de quitarle el trono a su padre, quien tuvo que salir huyendo de Jerusalén (2 Sam. 15:13; 16:15). ¿Qué haría Husai? ¿Abandonaría a David para unirse a Absalón? ¿O seguiría a su lado a pesar de que el rey era un anciano que estaba huyendo por su vida? Como estaba decidido a ser leal al rey que Jehová había nombrado, fue a buscar a David al monte de los Olivos (2 Sam. 15:30, 32).
16 Allí, el rey le pidió que volviera a Jerusalén, fingiera ser amigo de Absalón y lo convenciera de no escuchar a su consejero principal, Ahitofel. Husai fue muy valiente y estuvo dispuesto a arriesgar su vida con tal de ser leal a Dios. David le pidió a Jehová que ayudara a Husai, y su oración fue escuchada: Absalón prefirió hacerle caso a Husai, no a Ahitofel (2 Sam. 15:31; 17:14).
17. ¿Por qué necesitamos valor para ser leales a Jehová?
17 Nosotros también tenemos que ser valientes para ser leales a Jehová y no ceder a la presión de familiares, compañeros de trabajo o autoridades. Muchos lo han logrado. Por ejemplo, Taro, de Japón, siempre obedecía a sus padres. Lo hacía desde pequeño, y no por obligación, sino porque quería que se sintieran orgullosos de él. Lamentablemente, ellos se opusieron a que estudiara con los Testigos, lo que hizo que se sintiera muy mal. Fue especialmente duro decirles que iba a comenzar a ir al Salón del Reino. “Se enojaron tanto —comenta— que tuvieron que pasar años para que me dieran permiso de visitarlos. Le pedí a Jehová que me diera valor para no cambiar mi decisión. Ahora tienen una mejor actitud, y puedo visitarlos bastante seguido” (lea Proverbios 29:25).
18. ¿Qué ha aprendido en este artículo?
18 Así es, podemos ser leales y felices, igual que David, Jonatán, Natán y Husai. Y nunca olvidemos las lecciones que nos enseña la falta de lealtad de Abner y Absalón. Es cierto que somos imperfectos y cometemos errores, pero seamos como David y no nos despeguemos nunca de Jehová. Demostremos que ser leales a él es lo más importante en nuestra vida.
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