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Jehová no dejará a los que le son lealesLa Atalaya 2008 | 15 de agosto
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Jehová no dejará a los que le son leales
“[Jehová] no dejará a los que le son leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados.” (SAL. 37:28.)
1, 2. a) ¿Qué sucesos del siglo X antes de nuestra era pusieron a prueba la lealtad de los siervos de Dios? b) ¿En qué tres tipos de situaciones protegió Jehová a sus siervos leales?
TRANSCURRE el siglo X antes de nuestra era. Los siervos de Dios tienen que tomar una importante decisión. En la nación de Israel se ha evitado una guerra civil otorgando cierto grado de independencia a las diez tribus del norte. Pero Jeroboán, el rey del recién formado reino del norte, quiere consolidar su poder, por lo que instituye una nueva religión oficial y les exige lealtad absoluta a sus súbditos. ¿Qué decisión tomarán los siervos de Jehová? ¿Se mantendrán leales a su Dios? Miles de ellos lo hacen, y a cambio reciben la protección y ayuda divina (1 Rey. 12:1-33; 2 Cró. 11:13, 14).
2 Hoy también se está poniendo a prueba la lealtad de los siervos de Dios. La Biblia advierte: “Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien”. ¿Lograremos ponernos “en contra de él, sólidos en la fe”? (1 Ped. 5:8, 9.) Para contestar esta pregunta, analicemos los sucesos que rodearon la coronación del rey Jeroboán, ocurrida en el año 997 antes de nuestra era, y veamos qué podemos aprender de ellos. Durante aquel difícil período, los siervos leales de Jehová sufrieron opresión, se vieron expuestos a influencias apóstatas y recibieron comisiones difíciles de cumplir. Pero Jehová no los abandonó en ninguna de esas situaciones, y tampoco lo hará en nuestro tiempo (Sal. 37:28).
Cuando sufren opresión
3. ¿Por qué no fue opresivo el reinado de David?
3 Comencemos por ver qué circunstancias llevaron a que Jeroboán fuera nombrado rey. Proverbios 29:2 señala: “Cuando alguien inicuo gobierna, el pueblo suspira”. Durante el reinado de David, la gente no tenía por qué suspirar, pues, aunque su rey era imperfecto, servía a Dios con lealtad y confiaba en él. El gobierno de David no era opresivo. Jehová hizo un pacto con David en estos términos: “Tu casa y tu reino ciertamente serán estables hasta tiempo indefinido delante de ti; tu mismísimo trono llegará a ser un trono firmemente establecido hasta tiempo indefinido” (2 Sam. 7:16).
4. ¿Qué condición le puso Jehová a Salomón para seguir bendiciendo su reinado?
4 Después de David, empezó a reinar su hijo Salomón, y su reinado fue tan próspero y pacífico en sus comienzos que prefiguró al Reinado Milenario de Jesucristo (Sal. 72:1, 17). Ninguna de las doce tribus de Israel tenía razones para sublevarse. No obstante, Jehová le puso una condición a Salomón para seguir bendiciéndolos a él y a sus súbditos: “Si andas en mis estatutos y ejecutas mis decisiones judiciales y realmente guardas todos mis mandamientos, andando en ellos, yo también ciertamente realizaré para contigo mi palabra que hablé a David tu padre; y verdaderamente residiré en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel” (1 Rey. 6:11-13).
5, 6. ¿Qué consecuencias tuvo la deslealtad de Salomón a Jehová?
5 Sin embargo, en su vejez Salomón se hizo infiel y empezó a adorar dioses falsos (1 Rey. 11:4-6). Poco a poco dejó de obedecer las leyes divinas y se convirtió en un tirano. Su tiranía llegó a tal grado que después de su muerte el pueblo se quejó ante su hijo y sucesor, Rehoboam, y le pidió alivio de la opresión (1 Rey. 12:4). ¿Cómo reaccionó Jehová ante la infidelidad de Salomón?
6 La Biblia explica: “Jehová llegó a estar enojado con Salomón, porque su corazón se había inclinado a alejarse [del] Dios de Israel, el que se le había aparecido dos veces”. Como consecuencia, Jehová le dijo a Salomón: “Por motivo de que [...] no has guardado mi pacto y mis estatutos que te impuse como mandato, sin falta arrancaré el reino de sobre ti, y ciertamente lo daré a tu siervo” (1 Rey. 11:9-11).
7. Aunque Jehová rechazó a Salomón, ¿qué hizo para librar de la opresión a sus siervos leales?
7 A continuación, Jehová envió al profeta Ahíya para que ungiera a un libertador. Ese libertador fue Jeroboán, un hábil funcionario del gobierno de Salomón. Aunque Dios respetó lealmente el pacto que había hecho con David, permitió que el gobierno de Israel se dividiera: diez de las doce tribus serían entregadas a Jeroboán, y las dos restantes quedarían bajo el control de la casa de David, representada ahora por el rey Rehoboam (1 Rey. 11:29-37; 12:16, 17, 21). Jehová le dijo a Jeroboán: “Tiene que suceder que, si obedeces todo lo que yo te mande, y de veras andas en mis caminos y realmente haces lo que es recto a mis ojos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, así como lo hizo David mi siervo, entonces yo ciertamente resultaré estar contigo, y ciertamente te edificaré una casa duradera, tal como se la he edificado a David, y ciertamente te daré Israel” (1 Rey. 11:38). Dios intervino a favor de su pueblo y dispuso un medio para eliminar la opresión que sufría.
8. ¿Qué tipos de opresión sufre el pueblo de Dios hoy día?
8 La opresión y las injusticias también abundan hoy. Eclesiastés 8:9 dice: “El hombre ha dominado al hombre para perjuicio suyo”. La corrupción de los gobiernos y las prácticas comerciales abusivas han provocado crisis económicas. No es raro que los líderes políticos, empresariales y religiosos participen en prácticas inmorales o deshonestas. A los siervos leales de Dios nos angustia “sumamente la entrega de la gente desafiadora de ley a la conducta relajada”, tal como le sucedió al justo Lot (2 Ped. 2:7). Y aunque nos esforzamos por vivir conforme a las normas divinas y no le hacemos mal a nadie, a menudo nos convertimos en el blanco de los ataques de gobernantes orgullosos (2 Tim. 3:1-5, 12).
9. a) ¿Qué medidas ha tomado Jehová para liberar a su pueblo? b) ¿Por qué podemos estar seguros de que Jesús siempre será leal a Dios?
9 No obstante, podemos estar seguros de esta verdad fundamental: Jehová nunca abandonará a quienes le sean leales. Solo pensemos en las medidas que ya ha tomado para reemplazar a los políticos corruptos de este mundo: el Reino mesiánico de Dios ha sido establecido y Jesucristo ha estado gobernando en el cielo por casi cien años. Jesús pronto liberará a quienes temen el nombre de Dios (léase Revelación 11:15-18). Él ya ha demostrado su lealtad a Jehová hasta la muerte. A diferencia de Salomón, nunca defraudará a sus súbditos (Heb. 7:26; 1 Ped. 2:6).
10. a) ¿Cómo demostramos que valoramos el Reino de Dios? b) Sea cual sea la dificultad que afrontemos, ¿de qué podemos estar seguros?
10 El Reino de Dios es un gobierno de verdad que acabará por completo con la opresión. Nosotros le debemos lealtad a ese gobierno, así como a aquel que lo creó, Jehová Dios. Con plena confianza en el Reino, repudiamos la maldad de este mundo y somos celosos de obras excelentes (Tito 2:12-14). Así es, nos esforzamos por permanecer sin mancha del mundo (2 Ped. 3:14). Sea cual sea la dificultad que enfrentemos ahora, podemos estar seguros de que Jehová nos dará protección espiritual (léase Salmo 97:10). Además, Salmo 116:15 nos asegura: “Preciosa a los ojos de Jehová es la muerte de los que le son leales”. En efecto, Jehová considera tan valiosos a sus siervos que no permitirá que sean eliminados como colectividad.
Cuando están expuestos a influencias apóstatas
11. ¿Qué actos de deslealtad cometió Jeroboán?
11 El rey Jeroboán pudo haber brindado cierto alivio al pueblo de Jehová. Pero en vez de eso, lo que hizo fue poner a prueba su lealtad a Dios. No contento con el honor que se le había otorgado, Jeroboán buscó la manera de afianzar su posición. “Si este pueblo continúa subiendo a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén —razonó él—, entonces el corazón de este pueblo de seguro se volverá a su señor, Rehoboam el rey de Judá; y ciertamente me matarán y se volverán a Rehoboam el rey de Judá.” De modo que Jeroboán creó una nueva religión basada en el culto a dos becerros de oro. “Entonces colocó uno en Betel, y el otro lo puso en Dan. Y esta cosa llegó a ser causa de pecado, y el pueblo empezó a ir delante de uno de ellos hasta Dan. Y él se puso a hacer una casa de lugares altos y a hacer sacerdotes de la gente en general, que, casualmente, no eran de los hijos de Leví.” El nuevo rey llegó al punto de instituir un día de “fiesta para los hijos de Israel” y se puso a “hacer ofrendas sobre el altar para hacer humo de sacrificio” (1 Rey. 12:26-33).
12. ¿Qué hicieron los siervos leales de Dios del reino del norte cuando Jeroboán instauró la adoración de becerros?
12 ¿Qué harían los siervos leales de Dios del reino del norte? Los levitas que vivían en ese territorio tomaron medidas de inmediato, tal como habían hecho sus fieles antepasados (Éxo. 32:26-28; Núm. 35:6-8; Deu. 33:8, 9). Dejaron las ciudades que se les había asignado como herencia y se mudaron con sus familias al sur, a Judá, donde podrían seguir adorando a Jehová sin problemas (2 Cró. 11:13, 14). Y otros israelitas que estaban viviendo temporalmente en Judá optaron por no regresar a su tierra natal en el norte (2 Cró. 10:17). Jehová se encargó de que las puertas quedaran abiertas para que las generaciones posteriores abandonaran la adoración de becerros del reino del norte y regresaran a Judá para adorarlo (2 Cró. 15:9-15).
13. ¿Cómo ponen a prueba hoy los apóstatas al pueblo de Dios?
13 En nuestro tiempo, los apóstatas y su influencia también son una amenaza para el pueblo de Dios. Algunos dirigentes políticos han establecido una religión oficial en su país y han presionado a los ciudadanos para que la adopten. El clero de la cristiandad y otros individuos insolentes afirman que ellos componen el “sacerdocio real” del que habla la Biblia. Sin embargo, el “sacerdocio real” se compone solo de cristianos verdaderos que han sido ungidos por espíritu santo (1 Ped. 2:9; Rev. 14:1-5).
14. ¿Cómo debemos reaccionar ante las ideas apóstatas?
14 Tal como aquellos levitas del siglo X antes de nuestra era, los siervos leales de Dios de tiempos modernos no se dejan engañar por ideas apóstatas. Los ungidos y sus compañeros cristianos las rechazan de inmediato (léase Romanos 16:17). Aunque obedecemos de buena gana a las autoridades en asuntos seglares, nos abstenemos de intervenir en los conflictos de este mundo y somos leales solo al Reino de Dios (Juan 18:36; Rom. 13:1-8). Nos negamos a escuchar a quienes afirman que sirven a Dios, pero al mismo tiempo lo deshonran con su manera de vivir (Tito 1:16).
15. ¿Por qué merece nuestra lealtad el “esclavo fiel y discreto”?
15 Algo que debemos tomar en cuenta es que Jehová ha hecho posible que las personas sinceras se aparten de este mundo malvado y entren en el paraíso espiritual que él ha creado (2 Cor. 12:1-4). Debemos estar agradecidos por ello y permanecer cerca del “esclavo fiel y discreto a quien [el] amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento al tiempo apropiado”. Cristo ha nombrado a este esclavo “sobre todos sus bienes” (Mat. 24:45-47). Por ello, aunque no entendamos del todo por qué el esclavo fiel adopta cierta postura, no hay razón para rechazarla ni para regresar al mundo de Satanás. La lealtad nos impulsará a ser humildes y esperar a que Jehová aclare los asuntos.
Cuando reciben comisiones difíciles de cumplir
16. ¿Qué comisión recibió un profeta de Judá?
16 Jehová condenó los actos apóstatas de Jeroboán. Envió a un profeta de Judá a Betel para que le entregara un mensaje al rey mientras este estuviera oficiando en su altar. En vista de que se trataba de una sentencia condenatoria, no debió de ser fácil para el profeta cumplir su comisión (1 Rey. 13:1-3).
17. ¿Cómo protegió Jehová a su mensajero?
17 La sentencia divina enfureció a Jeroboán, quien de inmediato señaló al enviado de Dios con la mano y ordenó a sus hombres: “¡Préndanlo!”. Pero antes de que nadie pudiera hacer nada, “la mano que había alargado contra él quedó seca, y no pudo retirarla a sí. Y el altar mismo se partió de modo que las cenizas grasosas se vertieron del altar”. El rey se vio obligado a rogarle al profeta que intercediera por él ante Jehová y le pidiera que sanara su mano. El profeta lo hizo, y Jeroboán fue sanado. De este modo, Dios protegió a su mensajero (1 Rey. 13:4-6).
18. ¿Cómo protege Jehová a sus valerosos siervos?
18 En ocasiones recibimos una respuesta poco amable o hasta hostil al cumplir lealmente con la comisión de predicar y hacer discípulos (Mat. 24:14; 28:19, 20). Nunca permitamos que el temor al rechazo ahogue nuestro celo. Tal como el profeta que habló con Jeroboán, tenemos “el privilegio de rendirle servicio sagrado [a Jehová] sin temor, con lealtad” (Luc. 1:74, 75).a Aunque no esperamos que Jehová intervenga milagrosamente hoy día, sabemos que protege y apoya a sus Testigos mediante su espíritu santo y sus ángeles (léase Juan 14:15-17; Revelación 14:6). Dios nunca abandonará a quienes proclaman su mensaje sin temor (Fili. 1:14, 28).
Jehová protegerá a sus siervos leales
19, 20. a) ¿Por qué podemos estar seguros de que Jehová nunca nos abandonará? b) ¿Qué preguntas responderemos en el siguiente artículo?
19 Jehová es un Dios leal (Rev. 15:4; 16:5). En efecto, es “leal en todas sus obras” (Sal. 145:17). Y la Biblia nos garantiza: “Él guardará el mismísimo camino de los que le son leales” (Pro. 2:8). Los siervos leales de Jehová pueden estar seguros de que recibirán su guía y apoyo cuando estén bajo opresión, cuando se vean expuestos a influencias apóstatas y cuando estén cumpliendo alguna comisión difícil.
20 Pero cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Qué me ayudará a mantenerme leal a Jehová ante cualquier prueba o tentación?”. En otras palabras: “¿Cómo puedo fortalecer mi lealtad a Dios?”.
[Nota]
a En el siguiente artículo veremos si este profeta (cuyo nombre desconocemos) siguió siendo fiel a Jehová y hablaremos de lo que le sucedió.
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Mantengámonos leales con un corazón unificadoLa Atalaya 2008 | 15 de agosto
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Mantengámonos leales con un corazón unificado
“Andaré en tu verdad. Unifica mi corazón para que tema tu nombre.” (SAL. 86:11.)
1, 2. a) Según Salmo 86:2, 11, ¿qué nos ayudará a ser fieles a Jehová ante las pruebas y tentaciones? b) ¿Cuándo hay que empezar a esforzarse por tener un corazón leal?
¿POR qué hay hermanos que después de aguantar fielmente años de persecución o de cárcel sucumben al materialismo? La respuesta tiene que ver con el corazón: lo que uno es en su interior. El Salmo 86 vincula la lealtad con tener un corazón unificado, es decir, un corazón completo, que no está dividido. El escritor de ese salmo, David, oró: “Oh, guarda mi alma, sí, porque soy leal. Salva a tu siervo —tú eres mi Dios— que está confiando en ti”. Luego añadió: “Instrúyeme, oh Jehová, acerca de tu camino. Andaré en tu verdad. Unifica mi corazón para que tema tu nombre” (Sal. 86:2, 11).
2 Si no confiamos en Jehová con todo nuestro corazón, otros intereses debilitarán nuestra lealtad a él. Los deseos egoístas son como minas ocultas en nuestro camino. Aunque hayamos permanecido fieles a nuestro Dios en circunstancias difíciles, podemos caer en las trampas de Satanás. Por eso es vital que nos esforcemos por tener un corazón leal a Jehová ahora, antes de que nos sobrevengan las pruebas y las tentaciones. “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón”, dice la Biblia (Pro. 4:23). Podemos aprender mucho sobre ese asunto repasando el caso de un profeta de Judá a quien Jehová envió a hablar con el rey Jeroboán de Israel.
“Déjame darte un regalo”
3. ¿Cómo reacciona Jeroboán cuando el profeta de Dios le transmite un mensaje condenatorio?
3 Imaginémonos la escena. El profeta de Dios acaba de transmitirle un fuerte mensaje al rey Jeroboán, quien ha introducido la adoración de becerros en el reino de diez tribus de Israel. El rey se enfurece y ordena a sus hombres que prendan al mensajero. Pero Jehová está con su siervo y actúa de inmediato: hace que la mano que el rey ha extendido se seque y que el altar utilizado en la adoración falsa se parta. El rey cambia enseguida de actitud y le suplica al hombre de Dios: “Ablanda, por favor, el rostro de Jehová tu Dios y ora a favor de mí para que se me restaure la mano”. El profeta ora, y la mano del rey se cura (1 Rey. 13:1-6).
4. a) ¿Por qué puede decirse que la oferta del rey puso a prueba la lealtad del profeta? b) ¿Qué respondió el profeta?
4 A continuación, el rey Jeroboán le dice al hombre del Dios verdadero: “Ven conmigo a casa, sí, y toma sustento, y déjame darte un regalo” (1 Rey. 13:7). ¿Qué debe hacer el profeta? ¿Debe rechazar la invitación del rey, puesto que acaba de entregarle un mensaje condenatorio? (Sal. 119:113.) ¿O debe aceptarla, ya que el rey parece estar arrepentido? Jeroboán tiene los medios para ofrecer regalos costosos a sus amigos. Si el profeta de Dios abriga en su corazón el deseo de tener cosas materiales, la oferta del rey seguramente le resultará muy tentadora. No obstante, Jehová le ha ordenado al profeta: “No debes comer pan ni beber agua, y no debes regresar por el camino que fuiste”. Así pues, el profeta responde con firmeza: “Aunque me dieras la mitad de tu casa no iría contigo ni comería pan ni bebería agua en este lugar”. Acto seguido, el profeta se va de Betel por otro camino (1 Rey. 13:8-10). ¿Qué nos enseña acerca de la lealtad la decisión del profeta? (Rom. 15:4.)
Estemos contentos con lo necesario
5. ¿Por qué decimos que el materialismo pone a prueba nuestra lealtad?
5 Aunque no lo parezca, el materialismo pone a prueba nuestra lealtad. ¿Confiamos en la promesa de Jehová de suministrarnos lo que necesitamos? (Mat. 6:33; Heb. 13:5.) ¿Podemos vivir sin ciertas comodidades o lujos? ¿O hacemos lo que sea por obtenerlos, aunque por el momento no estén a nuestro alcance? (Léase Filipenses 4:11-13.) ¿Nos sentimos tentados a sacrificar la oportunidad de hacer más en el servicio de Jehová con tal de conseguir ahora lo que queremos? ¿Ocupa el servicio leal a Jehová el primer lugar en nuestra vida? Las respuestas dependerán en gran medida de si servimos a Dios de todo corazón o no. El apóstol Pablo escribió: “Es un medio de gran ganancia, esta devoción piadosa junto con autosuficiencia. Porque nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas” (1 Tim. 6:6-8).
6. ¿Qué “regalos” pudieran ofrecernos, y qué nos ayudará a decidir si debemos aceptarlos?
6 Por ejemplo, puede que nuestro jefe nos ofrezca un ascenso con un sueldo más alto y otros beneficios. O tal vez se nos presente la posibilidad de mudarnos a otro país o región para conseguir un trabajo mejor pagado. Al principio, tales oportunidades pudieran parecer una bendición de Jehová. Pero antes de decidirnos, preguntémonos qué desea realmente nuestro corazón. Lo que más debe importarnos es el efecto que dicha decisión tendrá en nuestra relación con Jehová.
7. ¿Por qué es importante desarraigar los deseos materialistas de nuestro corazón?
7 El mundo de Satanás promueve incesantemente el materialismo (léase 1 Juan 2:15, 16). Como el objetivo del Diablo es corrompernos, tenemos que estar alerta para detectar y eliminar cualquier deseo materialista que haya echado raíces en nuestro corazón (Rev. 3:15-17). Jesús rechazó con firmeza a Satanás cuando este le ofreció todos los reinos del mundo (Mat. 4:8-10). Jesús mismo nos advirtió: “Mantengan abiertos los ojos y guárdense de toda suerte de codicia, porque hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee” (Luc. 12:15). Si somos leales, confiaremos en Jehová y no en nosotros mismos.
Un profeta anciano lo engañó
8. ¿Cómo se puso a prueba la lealtad del profeta de Dios?
8 Al profeta de Dios le habría ido bien si no se hubiera detenido en el viaje de regreso a su casa. Pero poco después de salir se enfrentó a otra situación que puso a prueba su lealtad. La Biblia explica que “cierto viejo profeta moraba en Betel” y que “sus hijos ahora entraron y le contaron” todo lo que había sucedido aquel día. Al enterarse, el anciano les pidió a sus hijos que le aparejaran el asno porque quería ir en busca del profeta de Dios. Poco después lo encontró descansando bajo un árbol grande y le dijo: “Ven conmigo a casa y come pan”. Cuando el hombre del Dios verdadero rechazó la invitación, el anciano le respondió: “Yo también soy profeta como tú, y un ángel mismo me habló por la palabra de Jehová, diciendo: ‘Hazlo volver contigo a tu casa para que coma pan y beba agua’”. Sin embargo, las Escrituras aclaran que “lo engañó” (1 Rey. 13:11-18).
9. ¿Qué dice la Biblia sobre los que actúan con engaño, y a quiénes causan daño?
9 Sin importar cuáles hayan sido las intenciones del anciano, el caso es que mintió. Puede que en el pasado hubiera sido un profeta fiel, pero en esa ocasión actuó con engaño, lo cual se condena enérgicamente en la Biblia (léase Proverbios 3:32). Quienes se valen de mentiras se causan daño espiritual a sí mismos y en muchos casos también se lo causan a otras personas.
Se fue con el profeta anciano
10. ¿Cómo respondió el profeta de Dios a la invitación del anciano, y cuál fue el resultado?
10 El profeta de Judá debería haberse dado cuenta de que el anciano lo estaba engañando. Debería haberse preguntado: “Si Jehová quisiera darme nuevas instrucciones, ¿por qué habría de enviar un ángel a hablar con otra persona?”. Además, podría haberle pedido a Jehová que le aclarara el asunto, pero las Escrituras no dicen que lo hiciera. Lo que dicen es que “regresó con [el anciano] para comer pan en su casa y beber agua”. A Jehová le disgustó que lo hiciera. Cuando el profeta finalmente emprendió el regreso a Judá, se encontró con un león y este lo mató. ¡Qué forma tan trágica de terminar su carrera como profeta! (1 Rey. 13:19-25.)a
11. ¿Por qué fue Ahíya un buen ejemplo?
11 En cambio, el profeta Ahíya, que fue enviado para ungir a Jeroboán como rey, fue fiel incluso en su vejez. Cuando el profeta ya era anciano y estaba ciego, Jeroboán le envió a su esposa para averiguar qué le iba a suceder a su hijo, que estaba enfermo. Ahíya predijo con valor que el muchacho moriría (1 Rey. 14:1-18). Entre las muchas bendiciones que recibió Ahíya estuvo el privilegio de contribuir a que se pusiera por escrito la Palabra inspirada de Dios. ¿Cuál fue su contribución? Sus escritos, que posteriormente le sirvieron de fuente de información al sacerdote Esdras (2 Cró. 9:29).
12-14. a) ¿Qué aprendemos de lo que le sucedió al profeta de Judá? b) Dé ejemplos que demuestren la importancia de meditar en los consejos bíblicos que dan los ancianos y orar antes de tomar una decisión.
12 En el caso del profeta de Judá, la Biblia no explica por qué no consultó a Jehová antes de irse con el profeta anciano a comer y beber en su casa. Tal vez este le dijo precisamente lo que quería oír. ¿Qué aprendemos de este relato? Que debemos resolvernos a obedecer los mandatos de Jehová pase lo que pase, con la plena convicción de que todo lo que nos pide es justo.
13 Hay algunos que, a la hora de recibir consejos, solo escuchan lo que les interesa. Imaginemos que a un publicador le ofrecen un trabajo que le quitaría parte del tiempo que dedica a su familia y a las actividades teocráticas. Cuando le pide consejo a un anciano, lo primero que este le dice es que los ancianos no pueden decidir por él cómo mantener a su familia, y a continuación le señala los daños espirituales que puede sufrir si acepta tal trabajo. ¿Se concentrará el hermano solo en los comentarios iniciales del anciano, o reflexionará también en lo que le dijo después? Obviamente, a lo que debe darle más importancia es al efecto que su decisión tendrá en su espiritualidad.
14 Pensemos en otra situación. Una hermana le pregunta a un anciano si debe separarse de su esposo no creyente. El anciano le aclara primero que es ella quien debe tomar esa decisión y luego repasa con ella los consejos que da la Biblia sobre ese asunto (1 Cor. 7:10-16). ¿Está dispuesta la hermana a reflexionar seriamente en lo que le ha dicho el anciano? ¿O ya está decidida a dejar a su esposo? Lo más sabio es que, antes de tomar una decisión, busque la guía de Jehová y medite en los consejos bíblicos.
Seamos modestos
15. ¿Qué aprendemos del error que cometió el profeta de Dios?
15 ¿Qué más aprendemos del error que cometió el profeta de Judá? Proverbios 3:5 dice: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento”. En vez de confiar en Jehová como había hecho hasta ese momento, el profeta confió en su propio criterio. Como consecuencia de su error, perdió la vida y su buen nombre ante Dios. Este relato nos enseña lo importante que es servir a Jehová con modestia y lealtad.
16, 17. ¿Qué nos ayudará a mantenernos leales a Jehová?
16 Nuestro corazón es egoísta por naturaleza, lo cual lo hace un mal consejero. “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado.” (Jer. 17:9.) Para mantenernos leales a Jehová, tenemos que esforzarnos constantemente por deshacernos de la vieja personalidad, que nos induce al orgullo y al exceso de confianza. Y debemos ponernos la nueva personalidad, “que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad” (léase Efesios 4:22-24).
17 “La sabiduría está con los modestos”, dice Proverbios 11:2. Si somos modestos y confiamos en Jehová, será menos probable que tomemos malas decisiones. Veamos un ejemplo. Cuando pasamos por un período de desánimo, puede que veamos las cosas de forma distorsionada (Pro. 24:10). Quizás nos cansemos de participar en alguna faceta del servicio sagrado y empecemos a pensar que ya hemos hecho suficiente y que ahora les toca a otros llevar la carga. También es posible que comencemos a abrigar el deseo de llevar una vida supuestamente normal. Pero si nos ‘esforzamos vigorosamente’ y ‘siempre tenemos mucho que hacer en la obra del Señor’, conseguiremos proteger nuestro corazón (Luc. 13:24; 1 Cor. 15:58).
18. ¿Qué podemos hacer si nos enfrentamos a una decisión difícil?
18 En ocasiones tal vez nos enfrentemos a una decisión difícil y no veamos claramente lo que debemos hacer. ¿Nos sentiremos tentados a hacer lo que a nosotros mejor nos parezca? Cuando nos encontremos en esa situación, pidámosle a Jehová su ayuda. “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría —dice Santiago 1:5—, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos.” Nuestro Padre celestial nos dará el espíritu santo que necesitamos para tomar buenas decisiones (léase Lucas 11:9, 13).
Estemos resueltos a mantenernos leales
19, 20. ¿Qué debemos estar resueltos a hacer?
19 Cuando Salomón se apartó de la adoración verdadera, se inició un período turbulento en el que se puso a prueba la lealtad de los siervos de Dios. Es cierto que muchos transigieron de una forma u otra, pero también hubo quienes permanecieron leales a Jehová.
20 Nosotros nos enfrentamos a diario con decisiones que ponen a prueba nuestra lealtad y, al igual que los israelitas fieles, podemos hacer lo que Dios espera de sus siervos. Mantengámonos siempre leales a Jehová con un corazón unificado, y tengamos la plena seguridad de que él nos seguirá bendiciendo (2 Sam. 22:26).
[Nota]
a La Biblia no dice si Jehová castigó con la muerte al profeta anciano.
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