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Lucas, amado colaboradorLa Atalaya 2007 | 15 de noviembre
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Lucas, amado colaborador
ES EL año 65 de nuestra era, y Lucas se encuentra en Roma. Sabe lo arriesgado que es identificarse como amigo del apóstol Pablo, quien con toda probabilidad será condenado a muerte por causa de su fe. Pero en estos momentos críticos, solo Lucas permanece al lado del apóstol (2 Timoteo 4:6, 11).
A los lectores de la Biblia les resulta familiar el nombre de Lucas, ya que hay un Evangelio escrito por él mismo que lleva su nombre. Lucas viajó largas distancias con Pablo, quien lo llamó “el médico amado” y ‘mi colaborador’ (Colosenses 4:14; Filemón 24).
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Lucas, amado colaboradorLa Atalaya 2007 | 15 de noviembre
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Al detallar el viaje de Pablo y sus compañeros por Asia Menor, Lucas escribe: “Pasaron por alto a Misia y bajaron a Troas”. Fue en Troas donde Pablo tuvo una visión en la que un macedonio le suplicó: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. A continuación, el escritor añade: “Luego que hubo visto la visión, procuramos salir para Macedonia” (Hechos 16:8-10). El que Lucas se incluya en esta parte del relato indica que, evidentemente, se sumó al grupo de Pablo en Troas. Y la descripción que luego da de la predicación en la ciudad de Filipos muestra que él también participó en ella. El relato sigue diciendo: “El día de sábado salimos fuera de la puerta junto a un río, donde pensábamos que había un lugar de oración; y nos sentamos y empezamos a hablar a las mujeres que se habían congregado”. En consecuencia, tanto Lidia como toda su casa aceptaron las buenas nuevas y se bautizaron (Hechos 16:11-15).
Pero en Filipos también se enfrentaron a oposición. Esto sucedió a raíz de que Pablo sanara a una muchacha que hacía predicciones bajo la influencia de “un demonio de adivinación”. Cuando los amos de la joven vieron que la fuente de sus ingresos se había desvanecido, agarraron a Pablo y Silas, quienes posteriormente fueron golpeados y arrestados. Según parece, Lucas eludió el arresto, pues no se incluye al describir la prueba de sus compañeros. Cuando fueron liberados, Pablo y Silas “animaron [a los hermanos] y partieron”. De aquí en adelante, Lucas se excluye del relato hasta que Pablo regresa a Filipos tiempo después (Hechos 16:16-40; 20:5, 6). Por lo tanto, es posible que Lucas se quedara en Filipos para supervisar la obra.
Sus fuentes de información
¿De dónde obtuvo Lucas la información para escribir su Evangelio y el libro de Hechos? Las secciones del libro de Hechos en las que él se incluye muestran que acompañó a Pablo desde Filipos hasta Jerusalén, donde el apóstol fue arrestado una vez más. En el camino, Pablo y quienes le acompañaban se quedaron algún tiempo con Felipe en Cesarea (Hechos 20:6; 21:1-17). Puesto que Felipe había encabezado la predicación en Samaria, Lucas pudo haber recabado información de él para su relato sobre las primeras campañas misionales en aquel lugar (Hechos 8:4-25). Pero ¿con qué otras fuentes de información contó?
Es probable que, durante los dos años que Pablo estuvo preso en Cesarea, Lucas investigara para su Evangelio.
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Lucas, amado colaboradorLa Atalaya 2007 | 15 de noviembre
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Al cuidado de un prisionero
Lucas se preocupaba por el bienestar de Pablo. Cuando este apóstol se hallaba bajo custodia en Cesarea, el procurador romano Félix ordenó que “no [se] prohibiera a ninguno de los [compañeros de Pablo] el atenderlo” (Hechos 24:23). Es muy posible que Lucas fuera uno de aquellos que lo atendieron. Puesto que Pablo no siempre disfrutó de buena salud, cuidar de él tal vez fuera una de las tareas del “médico amado” (Colosenses 4:14; Gálatas 4:13).
Cuando Pablo apeló a César, el procurador romano Festo lo envió a Roma. Lucas acompañó lealmente al prisionero en aquel largo viaje hasta Italia y escribió de su puño y letra un relato muy gráfico del naufragio que experimentaron (Hechos 24:27; 25:9-12; 27:1, 9-44). Durante su arresto domiciliario en Roma, Pablo escribió una serie de cartas inspiradas, en dos de las cuales se menciona a Lucas (Hechos 28:30; Colosenses 4:14; Filemón 24). Es probable que, en ese lapso de dos años, Lucas redactara el libro de Hechos.
Seguro que la casa de Pablo en Roma fue un hervidero de actividad espiritual. En aquel lugar, Lucas debió de mantener contacto con algunos colaboradores de Pablo, entre otros con Tíquico, Aristarco, Marcos, Justo, Epafras y Onésimo (Colosenses 4:7-14).
Aunque otros abandonaron a Pablo durante su segundo encarcelamiento, cuando el apóstol creía que su muerte estaba próxima, el leal y valiente Lucas permaneció a su lado, aun a riesgo de su propia libertad. Incluso cabe la posibilidad de que, actuando como secretario, escribiera estas palabras de Pablo: “Solo Lucas está conmigo”. Según la tradición, el apóstol fue decapitado poco después (2 Timoteo 4:6-8, 11, 16).
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