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Un hijo amado y fielLa Atalaya 2015 | 1 de noviembre
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Remontémonos un par de años antes de su partida. Listra, donde probablemente se crió, era una pequeña ciudad en un apartado y verde valle. Es posible que la gente entendiera griego, pero hablaban el idioma local, el licaónico. Cierto día se formó un alboroto en ese tranquilo lugar: dos misioneros cristianos, Pablo y Bernabé, acababan de llegar de la vecina ciudad de Iconio. Mientras predicaban, Pablo se fijó en un hombre inválido que parecía creer lo que el apóstol enseñaba. Así que Pablo efectuó un milagro y lo sanó (Hechos 14:5-10).
Muchos de los habitantes de Listra creían en las historias sobre dioses que usaban cuerpos humanos y que habían estado en esa región en el pasado. Por eso, la gente confundió a Pablo con el dios Hermes y a Bernabé con Zeus. Aquellos dos humildes cristianos a duras penas lograron impedir que hicieran sacrificios en su honor (Hechos 14:11-18).
Sin embargo, unos cuantos en Listra no creyeron que se tratara de dos dioses mitológicos, sino de dos personas normales con un mensaje maravilloso. Por ejemplo, Eunice, una mujer judía casada con un griego,a y su madre Loida escucharon fascinadas a Pablo y Bernabé. Por fin recibieron las noticias que todos los judíos anhelaban oír: el Mesías había llegado y había cumplido muchas de las profecías sobre él.
¿Qué impacto tuvo en Timoteo la visita de Pablo? Al joven le habían enseñado “desde la infancia” a amar los santos escritos hebreos (2 Timoteo 3:15). Al igual que su madre y su abuela, se dio cuenta de que Pablo y Bernabé enseñaban la verdad sobre el Mesías. Ahora, piense en el hombre inválido a quien Pablo sanó. Seguro que desde niño, Timoteo lo había visto muchísimas veces por las calles de Listra. ¡Y ahora lo veía caminar por primera vez! No sorprende que su madre, su abuela y él se convirtieran al cristianismo. Los padres y abuelos de nuestros días pueden aprender mucho de Eunice y Loida. Ustedes también pueden ser un excelente ejemplo para los jóvenes.
“A TRAVÉS DE MUCHAS TRIBULACIONES”
Seguro que todos los que se convirtieron al cristianismo en Listra estaban encantados con su nueva esperanza. Pero también descubrieron que ser cristiano no les sería fácil. Los fanáticos opositores judíos de Iconio y Antioquía llegaron a Listra y alborotaron aún más a las personas en contra de Pablo y Bernabé. Enseguida aquella muchedumbre enojada fue tras Pablo y lo apedreó. Después de muchos golpes, cayó al suelo. Aquella chusma lo arrastró fuera de la ciudad dándolo por muerto (Hechos 14:19).
Los discípulos de Listra fueron hasta donde estaba y lo rodearon. ¡Qué alivio sintieron cuando Pablo empezó a moverse, se levantó y con valentía entró de nuevo en la ciudad! Al día siguiente, él y Bernabé se fueron a Derbe para continuar predicando. Después de hacer discípulos allí también, se armaron de valor y regresaron a Listra, a pesar de los peligros. ¿Por qué volvieron? Para seguir “fortaleciendo las almas de los discípulos, animándolos a permanecer en la fe”. Imagínese al joven Timoteo, escuchando asombrado a Pablo y Bernabé. Les estaban diciendo a los cristianos que la esperanza que tenían para el futuro era tan maravillosa que hacía que los sufrimientos del momento valieran la pena. Les dijeron: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones” (Hechos 14:20-22).
Timoteo aceptó de corazón las enseñanzas de Pablo
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Un hijo amado y fielLa Atalaya 2015 | 1 de noviembre
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Dos o tres años después, Pablo regresó a Listra, como se menciona al principio del artículo. Seguramente en la casa de Timoteo estaban muy emocionados de volver a ver al apóstol, esta vez acompañado por Silas. Sin duda, Pablo también estaba contento de regresar. Ahora podría ver con sus propios ojos cómo habían crecido las semillas de la verdad que había sembrado. Ahí encontró a Loida y a Eunice, su hija, dos cristianas leales a quienes Pablo admiraba por su “fe sincera” (2 Timoteo 1:5, La Palabra de Dios para Todos). ¿Y qué había sido de Timoteo?
Pablo se enteró de que el joven había madurado mucho desde su última visita. Los hermanos “daban buenos informes acerca de él” tanto en Listra como en Iconio, que estaba a 32 kilómetros (20 millas) al noreste (Hechos 16:2). ¿Cómo había logrado tener tan buena reputación?
Entre “los santos escritos” que a Timoteo le habían enseñado su madre y su abuela “desde la infancia” había consejos útiles para los jóvenes (2 Timoteo 3:15). Uno de ellos dice: “Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven” (Eclesiastés 12:1, Dios habla hoy). Estas palabras cobraron mayor significado cuando Timoteo se hizo cristiano. Se dio cuenta de que la mejor manera de acordarse de su Creador era predicar las buenas nuevas sobre su Hijo, Jesucristo. Poco a poco fue superando su timidez y declaró con valentía aquellas buenas noticias.
Los hombres que dirigían las congregaciones vieron el progreso de Timoteo. Sin duda, les conmovió ver cómo aquel joven animaba a quienes lo rodeaban. Y más importante aún es que Jehová también vio ese progreso espiritual. Dios inspiró algunas profecías sobre Timoteo, quizás sobre la futura labor que llevaría a cabo en muchas congregaciones. Cuando Pablo visitó Listra, se dio cuenta de que podría serle de mucha ayuda en sus viajes misionales. Los hermanos que conocían al joven estaban de acuerdo con el apóstol. Impusieron las manos sobre Timoteo, un gesto que demostraba que había sido elegido para llevar a cabo una misión especial para Dios (1 Timoteo 1:18; 4:14).
Seguramente, Timoteo no se lo esperaba y se sorprendió de que sus hermanos tuvieran tanta confianza en él. Estaba listo para ir con Pablo.b ¿Cómo habrá reaccionado el padre de Timoteo, que no era cristiano, al enterarse de que su hijo tendría que estar viajando para cumplir con la comisión que había recibido? Lo más probable es que tuviera otros planes para él. ¿Y qué pensarían la madre y la abuela de Timoteo? Sin duda, estaban muy orgullosas de él, pero intentaban disimular los temores que tenían sobre su bienestar.
Al principio del artículo hablamos de la mañana en la que Timoteo inició una nueva vida que lo llevaría a muchos lugares junto con Pablo.
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