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Mi determinación de servir a JehováLa Atalaya 2006 | 1 de abril
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El hermano Knorr nos ofreció a mi esposa y a mí una asignación misional en la República Malgache (actual Madagascar). Escribí a Veera para pedir su opinión, y enseguida respondió que sí. Cuando regresé a Finlandia, nos preparamos rápidamente para la vida en Madagascar.
Alegrías y decepciones
En enero de 1962 volamos hasta Antananarivo, la capital del país, con nuestros sombreros de piel y gruesos abrigos, porque cuando salimos de Finlandia era invierno. El clima tropical de Madagascar hizo que rápidamente cambiáramos nuestra indumentaria. El primer hogar misional en el que estuvimos fue una pequeña casa con un solo dormitorio. Puesto que ahí ya vivía otra pareja de misioneros, Veera y yo dormíamos en el porche.
Empezamos a estudiar francés, uno de los idiomas oficiales de Madagascar. Hacerlo fue una tarea bastante complicada porque no había un idioma en el que mi esposa y yo pudiéramos comunicarnos con nuestra maestra, la hermana Carbonneau. Ella nos enseñaba francés hablando en inglés, pero Veera no sabía inglés; así que yo le traducía las lecciones al finlandés. Luego nos dimos cuenta de que mi esposa entendía mejor los conceptos técnicos en sueco, por lo que yo le explicaba la gramática francesa en ese idioma. Pronto hicimos grandes progresos en francés, y decidimos empezar a aprender malgache, la lengua autóctona.
La primera persona que aceptó estudiar la Biblia conmigo fue un hombre que solo hablaba malgache. Yo buscaba los textos en mi Biblia en finlandés, y después los buscábamos en su Biblia en malgache. Aunque era poco lo que podía explicarle sobre ellos, la verdad bíblica fructificó rápidamente en su corazón y él progresó hasta el bautismo.
Milton Henschel, de la central de Brooklyn de los testigos de Jehová, visitó la República Malgache en 1963. Poco después se estableció una nueva sucursal en el país y fui nombrado superintendente de la misma, al tiempo que servía en la obra de circuito y de distrito. Durante todo ese tiempo, Jehová nos bendijo abundantemente. Desde 1962 hasta 1970, el número de publicadores del Reino aumentó de 85 a 469.
Cierto día de 1970, al regresar de la predicación, encontramos una nota en la puerta donde se ordenaba a todos los misioneros de los testigos de Jehová presentarse en el Ministerio del Interior. Una vez allí, un funcionario nos comunicó que el gobierno había ordenado que abandonáramos el país de inmediato. Cuando le pregunté qué delito habíamos cometido para ser deportados, contestó: “Monsieur Kuokkanen, no han hecho nada malo”.
“Llevamos ocho años aquí —le dije—. Este es nuestro hogar. No podemos irnos así, sin más.” A pesar de las gestiones que hicimos por quedarnos, todos los misioneros tuvimos que marcharnos en menos de una semana. Se cerró la sucursal, y un Testigo del país quedó a cargo de la obra. Antes de despedirnos de nuestros queridos hermanos malgaches, recibimos una nueva asignación: Uganda.
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Mi determinación de servir a JehováLa Atalaya 2006 | 1 de abril
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Para el año 1990 cesó la oposición a la obra en Madagascar, y las oficinas centrales de Brooklyn nos dieron una sorpresa al preguntarnos si nos gustaría ir allí durante un año. Queríamos ir, pero afrontábamos dos grandes retos: mi anciano padre necesitaba cuidados, y mi esposa seguía teniendo problemas de salud. Me entristeció mucho la muerte de mi padre en noviembre de 1990, pero al ver que la salud de Veera mejoraba, recuperamos las esperanzas de volver a ser misioneros. En septiembre de 1991 regresamos a Madagascar.
Se nos asignó allí por un año, pero al final fueron diez. Durante ese tiempo, el número de publicadores pasó de 4.000 a 11.600. A decir verdad, disfruté muchísimo del servicio misional; sin embargo, a veces me sentía mal cuando me preguntaba si había descuidado las necesidades físicas y emocionales de mi querida esposa. Pero Jehová nos dio a ambos las fuerzas para seguir adelante.
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Mi determinación de servir a JehováLa Atalaya 2006 | 1 de abril
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[Ilustraciones de las páginas 14 y 15]
De la obra de circuito en Finlandia (1960)...
... a la obra misional en Madagascar (1962)
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