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La bendición de Jehová enriqueceLa Atalaya 1992 | 1 de diciembre
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Malaquías también escribió: “‘Desde los días de sus antepasados ustedes se han desviado de mis disposiciones reglamentarias y no las han guardado. Vuelvan a mí, y yo ciertamente volveré a ustedes’, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Los israelitas querían saber qué tenían que hacer en específico, de modo que preguntaron: “¿De qué manera volveremos?”. Jehová respondió: “¿Robará el hombre terrestre a Dios? Pero ustedes me están robando”. ¿Cómo podía Israel robar a Jehová, la Fuente de toda la riqueza? Jehová contestó: “En las décimas partes y en las contribuciones”. (Malaquías 3:7, 8.) ¡Sí, Israel estaba robando a Jehová al no llevar sus diezmos ni sus ofrendas!
17. ¿Cuál era el propósito de los diezmos y las ofrendas en Israel, y qué promete Jehová con relación a los diezmos?
17 Estos hechos históricos muestran lo importante que eran los diezmos y las ofrendas en Israel. Eran una demostración del aprecio de parte del dador. Y ayudaban a apoyar la adoración pura en sentido material. Por eso Jehová animó a Israel: “Traigan todas las décimas partes al almacén”. Jehová mostró lo que sucedería si obedecían, prometiéndoles que ‘vaciaría sobre ellos una bendición hasta que no hubiera más carencia’. (Malaquías 3:10.) La bendición de Jehová los enriquecería.
Juzgados por “el Señor verdadero”
18. a) ¿Sobre la venida de quién advierte Jehová? b) ¿Cuándo habría una venida al templo, quiénes estaban implicados, y cuál fue el resultado para Israel?
18 Mediante Malaquías, Jehová también advirtió que vendría a juzgar a su pueblo. “¡Miren!, envío mi mensajero, y él tiene que despejar un camino delante de mí. Y súbitamente vendrá a Su templo el Señor verdadero, a quien ustedes buscan, y el mensajero del pacto en quien se deleitan. ¡Miren! Ciertamente vendrá.” (Malaquías 3:1.) ¿Cuándo tuvo lugar la prometida venida al templo? En Mateo 11:10 Jesús citó la profecía de Malaquías acerca de un mensajero que prepararía el camino y la aplicó a Juan el Bautizante. (Malaquías 4:5; Mateo 11:14.) De modo que el tiempo del juicio llegó en 29 E.C. ¿Quién era el segundo mensajero, el mensajero del pacto que acompañaría a Jehová, “el Señor verdadero”, al templo? Jesús mismo; y en dos ocasiones fue al templo de Jerusalén y lo limpió espectacularmente, echando a los cambistas faltos de honradez. (Marcos 11:15-17; Juan 2:14-17.) Respecto a ese tiempo del juicio del primer siglo, Jehová pregunta proféticamente: “¿Quién estará soportando el día de su venida, y quién será el que se mantendrá en pie cuando él aparezca?”. (Malaquías 3:2.) La realidad es que Israel no se mantuvo en pie. La nación fue inspeccionada, se le halló deficiente y, por lo tanto, en 33 E.C. Jehová la rechazó como su nación escogida. (Mateo 23:37-39.)
19. ¿En qué sentido volvió a Jehová un resto en el primer siglo, y qué bendición recibió?
19 Sin embargo, Malaquías también escribió: “[Jehová] tendrá que sentarse como refinador y limpiador de plata y tendrá que limpiar a los hijos de Leví; y tendrá que clarificarlos como oro y como plata, y ellos ciertamente llegarán a ser para Jehová personas que presenten una ofrenda de dádiva en justicia”. (Malaquías 3:3.) Según estas palabras, mientras que se rechazó a la mayoría de los que afirmaban servir a Jehová en el primer siglo, algunos fueron limpiados y vinieron a Jehová ofreciendo sacrificios aceptables. ¿Quiénes eran? Los que respondieron favorablemente a Jesús, el mensajero del pacto. En el Pentecostés del año 33 E.C., 120 de los que respondieron al mensaje estaban reunidos en un cuarto superior de Jerusalén. Fortalecidos por espíritu santo, empezaron a presentar una ofrenda de dádiva en justicia e inmediatamente aumentaron en número. Pronto se esparcieron por todo el Imperio Romano. (Hechos 2:41; 4:4; 5:14.) Como se ve, un resto volvió a Jehová. (Malaquías 3:7.)
20. ¿Qué le sucedió al nuevo Israel de Dios cuando Jerusalén y el templo fueron destruidos?
20 Aquel resto de Israel, que llegó a incluir a gentiles que fueron, por decirlo así, injertados en el rizoma de Israel, era un nuevo “Israel de Dios”, una nación compuesta de cristianos ungidos con espíritu. (Gálatas 6:16; Romanos 11:17.) En 70 E.C. le sobrevino un ‘día que ardía como el horno’ al Israel carnal cuando Jerusalén y su templo fueron destruidos por los ejércitos romanos. (Malaquías 4:1; Lucas 19:41-44.) ¿Qué le sucedió al Israel espiritual de Dios? Jehová mostró “compasión, tal como un hombre muestra compasión a su hijo que le sirve”. (Malaquías 3:17.) La congregación cristiana ungida prestó atención a la advertencia profética de Jesús. (Mateo 24:15, 16.) Sobrevivieron, y la bendición de Jehová siguió enriqueciéndolos espiritualmente.
21. ¿Qué preguntas acerca de Malaquías 3:1 y 10 tenemos que contestar?
21 ¡Qué vindicación para Jehová! Sin embargo, ¿cómo se cumple Malaquías 3:1 hoy día? ¿Y cómo debería responder el cristiano a las palabras en Malaquías 3:10, que nos animan a llevar todo el diezmo al almacén? Esto se examinará en el artículo que sigue.
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“Traigan todas las décimas partes al almacén”La Atalaya 1992 | 1 de diciembre
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“Traigan todas las décimas partes al almacén”
“Pruébenme, por favor, en cuanto a esto, [...] a ver si no les abro las compuertas de los cielos.” (MALAQUÍAS 3:10.)
1. a) ¿Qué invitación hizo Jehová a su pueblo en el siglo V a.E.C.? b) ¿Cuál fue el resultado de que Jehová fuera al templo para ejecutar juicio en el siglo I E.C.?
LOS israelitas habían sido infieles a Jehová en el siglo V a.E.C. Habían retenido los diezmos y habían llevado animales inadecuados como ofrendas al templo. No obstante, Jehová prometió que si llevaban todo el diezmo al almacén, derramaría una bendición hasta que no hubiera más carencia. (Malaquías 3:8-10.) Unos 500 años más tarde, Jehová, representado por Jesús como Su mensajero del pacto, fue al templo de Jerusalén para ejecutar juicio. (Malaquías 3:1.) Se halló deficiente a Israel como nación, pero a los que volvieron a Jehová se les bendijo abundantemente. (Malaquías 3:7.) Se les ungió para llegar a ser hijos espirituales de Jehová, una nueva creación, “el Israel de Dios”. (Gálatas 6:16; Romanos 3:25, 26.)
2. ¿Cuándo tendría su segundo cumplimiento Malaquías 3:1-10, y qué se nos invita a hacer?
2 Casi 1.900 años más tarde, en 1914, Jesús fue entronizado como Rey del Reino celestial de Dios, y era el tiempo para que las palabras inspiradas por Dios registradas en Malaquías 3:1-10 tuvieran su segundo cumplimiento. En conexión con ese emocionante acontecimiento, se invita a los cristianos hoy a traer todo el diezmo al almacén. Si lo hacemos, nosotros también recibiremos bendiciones hasta que no haya más carencia.
3. ¿Quién fue el mensajero que preparó el camino delante de Jehová a) en el primer siglo? b) antes de la primera guerra mundial?
3 Respecto a su venida al templo, Jehová dijo: “¡Miren!, envío mi mensajero, y él tiene que despejar un camino delante de mí”. (Malaquías 3:1.) En el primer siglo estas palabras se cumplieron cuando Juan el Bautizante fue a Israel predicando el arrepentimiento de pecados. (Marcos 1:2, 3.) ¿Hubo una obra preparatoria relacionada con la segunda venida de Jehová a su templo? Sí. En las décadas antes de la primera guerra mundial, los Estudiantes de la Biblia se presentaron en el escenario mundial enseñando la doctrina bíblica pura y desenmascarando las mentiras que deshonran a Dios, como la doctrina de la Trinidad y la del infierno de fuego. También advirtieron acerca del venidero fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914. Muchos respondieron favorablemente a estos portadores de la luz de la verdad. (Salmo 43:3; Mateo 5:14, 16.)
4. ¿Qué cuestión tenía que resolverse durante el día del Señor?
4 Lo que la Biblia llama “el día del Señor” empezó en 1914. (Revelación 1:10.) Durante aquel día tendrían lugar sucesos trascendentales, entre ellos la identificación del “esclavo fiel y discreto” y su nombramiento “sobre todos [los] bienes [del Amo]”. (Mateo 24:45-47.) Allá en 1914 miles de iglesias afirmaban ser cristianas. ¿A qué grupo reconocería el Amo, Jesucristo, como su esclavo fiel y discreto? Esa cuestión se resolvería cuando Jehová viniera al templo.
Llegada al templo espiritual
5, 6. a) ¿A qué templo vino Jehová para ejecutar juicio? b) ¿Qué juicio recibió la cristiandad de parte de Jehová?
5 Pero ¿a qué templo vino Dios? Es patente que no vino a un templo literal en Jerusalén. El último de esos templos fue destruido en 70 E.C. Sin embargo, Jehová tiene un templo mayor que fue prefigurado por el de Jerusalén. Pablo habló de este templo mayor y mostró lo grandioso que realmente es, con un lugar santo en el cielo y un patio aquí en la Tierra. (Hebreos 9:11, 12, 24; 10:19, 20.) Fue a este gran templo espiritual que vino Jehová para ejecutar juicio. (Compárese con Revelación 11:1; 15:8.)
6 ¿Cuándo sucedió esto? Según los hechos históricos, sucedió en 1918a. ¿Cuál fue el resultado? Respecto a la cristiandad, Jehová vio una organización con las manos llenas de sangre, un sistema religioso corrupto que se había prostituido con este mundo, que había hecho alianzas con los ricos y oprimido a los pobres, que había enseñado doctrinas paganas en vez de practicar la adoración pura. (Santiago 1:27; 4:4.) Jehová había advertido mediante Malaquías: “Llegaré a ser testigo veloz contra los hechiceros, y contra los adúlteros, y contra los que juran falsamente, y contra los que actúan fraudulentamente con el salario del trabajador asalariado, con la viuda y con el huérfano de padre”. (Malaquías 3:5.) La cristiandad había cometido todos estos actos, y otros peores. Para 1919 era obvio que Jehová la había condenado a la destrucción junto con el resto de Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa. A partir de entonces se exhortó a los de corazón sincero: “Sálganse de ella, pueblo mío”. (Revelación 18:1, 4.)
7. ¿A quién reconoció Jesús como su esclavo fiel y discreto?
7 ¿Quién era, entonces, el esclavo fiel y discreto? En el primer siglo empezó con el grupo pequeño que respondió a la testificación de Juan el Bautizante y de Jesús, el mensajero del pacto. En nuestro siglo lo componían los pocos miles de personas que respondieron a la obra preparatoria de los Estudiantes de la Biblia en los años anteriores a 1914. Estos aguantaron pruebas severas durante la primera guerra mundial, pero demostraron que su corazón estaba con Jehová.
Obra de limpieza
8, 9. ¿De qué maneras necesitaba limpieza el esclavo fiel y discreto en 1918, y qué había prometido Jehová a este respecto?
8 Sin embargo, este grupo también necesitaba que se le limpiara. Algunos de ellos resultaron ser enemigos de la fe y tuvieron que ser echados de la organización. (Filipenses 3:18.) Otros no querían asumir las responsabilidades que vienen con el servicio a Jehová y se apartaron. (Hebreos 2:1.) Además, era necesario que se libraran de algunas prácticas babilónicas. Como organización, el esclavo fiel y discreto también necesitaba limpieza. Tenía que aprender lo que era una postura apropiada de neutralidad respecto a este mundo y entonces adoptarla. Y a medida que el mundo se hacía cada vez más corrupto, el esclavo fiel y discreto tenía que luchar tenazmente para proteger a la congregación de la inmundicia moral y espiritual. (Compárese con Judas 3, 4.)
9 Sí, era necesario hacer una limpieza, pero Jehová había hecho la siguiente promesa amorosa respecto al entronizado Jesús: “Tendrá que sentarse como refinador y limpiador de plata y tendrá que limpiar a los hijos de Leví; y tendrá que clarificarlos como oro y como plata, y ellos ciertamente llegarán a ser para Jehová personas que presenten una ofrenda de dádiva en justicia”. (Malaquías 3:3.) A partir de 1918, Jehová ha cumplido su promesa y ha limpiado a su pueblo mediante su mensajero del pacto.
10. ¿Qué clase de ofrenda traía el pueblo de Dios, y qué invitación les hizo Jehová?
10 Tanto los hermanos ungidos de Cristo como la gran muchedumbre que más tarde se unió a ellos en el servicio a Jehová se han beneficiado de que Dios haya actuado como refinador y limpiador de plata. (Revelación 7:9, 14, 15.) Como organización vinieron, y todavía vienen, presentando una ofrenda de dádiva en justicia. Y su ofrenda es “agradable a Jehová, como en los días de mucho tiempo atrás y como en los años de la antigüedad”. (Malaquías 3:4.) Fue a estos a quienes Jehová invitó proféticamente: “Traigan todas las décimas partes al almacén, para que llegue a haber alimento en mi casa; y pruébenme, por favor, en cuanto a esto —ha dicho Jehová de los ejércitos—, a ver si no les abro las compuertas de los cielos y realmente vacío sobre ustedes una bendición hasta que no haya más carencia”. (Malaquías 3:10.)
Ofrendas y diezmos
11. ¿Por qué ya no es necesario traer ofrendas según prescribía la Ley de Moisés?
11 En los días de Malaquías el pueblo de Dios llevaba ofrendas y diezmos literales, como grano, fruta y ganado. Incluso en los días de Jesús, los israelitas fieles hacían ofrendas literales en el templo. No obstante, después de la muerte de Jesús todo eso cambió. Se abolió la Ley, incluido el mandato de presentar ofrendas materiales específicas y diezmos. (Efesios 2:15.) Jesús cumplió el tipo profético de las ofrendas bajo la Ley. (Efesios 5:2; Hebreos 10:1, 2, 10.) Entonces, ¿de qué manera pueden traer ofrendas y diezmos los cristianos?
12. ¿Qué clase de ofrendas y sacrificios espirituales hacen los cristianos?
12 Las ofrendas que los cristianos hacen son sobresalientemente de naturaleza espiritual. (Compárese con Filipenses 2:17; 2 Timoteo 4:6.) Por ejemplo, Pablo se refirió a la obra de predicar como una ofrenda, al decir: “Mediante él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre”. Se refirió a otra clase de sacrificio espiritual cuando instó: “No olviden el hacer bien y el compartir cosas con otros, porque dichos sacrificios le son de mucho agrado a Dios”. (Hebreos 13:15, 16.) Cuando los padres animan a sus hijos a emprender el servicio de precursor, se puede decir que los están ofreciendo a Jehová, tal como Jefté ofreció a su hija como “ofrenda quemada” a Dios, que le había dado la victoria. (Jueces 11:30, 31, 39.)
13. ¿Por qué no se requiere que los cristianos den la décima parte literal de su sueldo?
13 Pero ¿qué se puede decir de los diezmos? ¿Están obligados los cristianos a apartar la décima parte de su sueldo y darla a la organización de Jehová, como se hace en algunas iglesias de la cristiandad? No; no lo están. No hay ningún texto bíblico que especifique esa regla para los cristianos. Cuando Pablo recogía contribuciones para los necesitados de Judea, no dijo que había que dar un porcentaje específico. Más bien, dijo: “Que cada uno haga tal como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre”. (2 Corintios 9:7.) Hablando de quienes tenían ministerios especiales, Pablo mostró que aunque algunos recibían bastante ayuda mediante contribuciones voluntarias, él estaba preparado para trabajar y mantenerse a sí mismo. (Hechos 18:3, 4; 1 Corintios 9:13-15.) No se recogía ningún diezmo para ese propósito.
14. a) ¿Por qué no representa que nos damos de lleno a Jehová el que traigamos un diezmo? b) ¿Qué representa el diezmo?
14 Está claro que para los cristianos el diezmo simboliza, o representa, algo. Puesto que es la décima parte y en la Biblia el número 10 por lo general simboliza algo completo con relación a lo terrestre, ¿simboliza el diezmo que nos damos de lleno a Jehová? No. Nos damos de lleno a Jehová cuando simbolizamos nuestra dedicación a él por bautismo en agua. Desde que nos dedicamos, todo lo que poseemos ya es de Jehová. Sin embargo, él permite que individualmente dispongamos de nuestros bienes. De modo que el diezmo representa la porción de lo que es nuestro que traemos a Jehová, o que utilizamos en su servicio, como muestra de nuestro amor a él y en reconocimiento de que le pertenecemos. El diezmo del día moderno no tiene que ser solamente la décima parte. En algunos casos será menos. En otros, será más. Cada persona trae lo que el corazón le impulsa a traer y lo que sus circunstancias le permiten.
15, 16. ¿Qué incluye nuestro diezmo espiritual?
15 ¿Qué incluye el diezmo espiritual? En primer lugar, damos de nuestro tiempo y energía a Jehová. El tiempo que pasamos en las reuniones cristianas, en las asambleas pequeñas y en las grandes, en el servicio del campo, es algo que damos a Jehová, es parte de nuestro diezmo. El tiempo y la energía que dedicamos a visitar a los enfermos y ayudar a otras personas tienen el mismo valor. El ayudar en la construcción de Salones del Reino y participar en el mantenimiento y la limpieza del salón es otra parte de nuestro diezmo.
16 El diezmo también incluye nuestras contribuciones monetarias. Debido al extraordinario crecimiento en la organización de Jehová en los últimos años, los gastos también han aumentado. Se necesitan nuevos Salones del Reino, nuevas sucursales y nuevos Salones de Asamblea, además de mantener los que ya se han construido. El cubrir los gastos de los que se han ofrecido para servicio especial —quienes muchas veces han hecho grandes sacrificios personales para emprenderlo— también constituye un gran reto. El costo de mantener tan solo a los misioneros, superintendentes viajantes y precursores especiales en 1991 fue de más de 40.000.000 de dólares, y se sufragó mediante contribuciones voluntarias.
17. ¿Qué debemos dar como nuestro diezmo espiritual?
17 ¿Qué debemos dar como nuestro diezmo espiritual? Jehová no fija un porcentaje. Sin embargo, un sentido de dedicación, amor verdadero a Jehová y a los hermanos, así como un sentido de urgencia al reconocer que hay vidas en juego, nos anima a traer nuestro diezmo espiritual completo. Nos sentimos impulsados a servir a Jehová al mayor grado posible. Si escatimáramos o diéramos de mala gana de nosotros mismos o de nuestros recursos, equivaldría a robar a Dios. (Compárese con Lucas 21:1-4.)
Bendecidos hasta que no haya más carencia
18, 19. ¿Cómo ha sido bendecido el pueblo de Jehová por traer su diezmo completo?
18 Desde 1919 el pueblo de Jehová ha respondido generosamente con su tiempo, energía y recursos económicos a las necesidades en conexión con la obra de predicar. Verdaderamente ha traído todo el diezmo al almacén. Como resultado Jehová ha cumplido su promesa y ha derramado una bendición de modo que no haya más carencia. Esto se ha visto de manera excepcional en el número creciente de sus adoradores. Los pocos miles de ungidos que servían a Jehová cuando vino a su templo en 1918 han aumentado en número de modo que hoy los ungidos junto con su compañeros, las otras ovejas, ascienden a mucho más de 4.000.000 en 211 diferentes países. (Isaías 60:22.) Estos también han sido bendecidos con un entendimiento de la verdad cada vez mayor. La palabra profética se ha hecho más segura para ellos. Su confianza en el cumplimiento de los propósitos de Jehová ha sido firmemente establecida. (2 Pedro 1:19.) Son de veras un pueblo ‘enseñado por Jehová’. (Isaías 54:13.)
19 Mediante Malaquías, Jehová predijo otra bendición: “En aquel tiempo los que estaban en temor de Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová siguió prestando atención y escuchando. Y un libro de recuerdo empezó a ser escrito delante de él para los que estaban en temor de Jehová y para los que pensaban en su nombre”. (Malaquías 3:16.) De todas las organizaciones que afirman ser cristianas, solo los testigos de Jehová piensan en el nombre de Dios y lo ensalzan en todas las naciones. (Salmo 34:3.) ¡Qué felices están de saber que Jehová recuerda su fidelidad!
20, 21. a) ¿De qué bendita relación disfrutan los cristianos verdaderos? b) ¿Qué distinción se hace más y más evidente respecto al cristianismo?
20 El resto ungido es el pueblo especial de Jehová, y la gran muchedumbre de personas que afluyen en grandes cantidades para unirse al resto ungido siegan con ellos las bendiciones de la adoración pura. (Zacarías 8:23.) Por medio de Malaquías, Jehová promete: “Ciertamente llegarán a ser míos —ha dicho Jehová de los ejércitos— en el día en que produzca una propiedad especial. Y ciertamente les mostraré compasión, tal como un hombre muestra compasión a su hijo que le sirve”. (Malaquías 3:17.) ¡Qué bendición es que Jehová tenga esa tierna consideración para con ellos!
21 En realidad, la distinción entre los cristianos verdaderos y los falsos se hace cada vez más evidente. Mientras el pueblo de Jehová se esfuerza por seguir Sus normas, la cristiandad se sume más y más en el atolladero de inmundicia de este mundo. Las palabras de Jehová ciertamente se han cumplido: “Ustedes ciertamente verán de nuevo la distinción entre uno justo y uno inicuo, entre uno que sirve a Dios y uno que no le ha servido”. (Malaquías 3:18.)
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