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MalauiAnuario de los testigos de Jehová 1999
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de modo que cuando llegaron los graduados de la escuela misional de Galaad Peter Bridle y Fred Smedley, en 1949, se les dispensó una calurosa bienvenida.
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MalauiAnuario de los testigos de Jehová 1999
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Peter Bridle recuerda así sus primeras impresiones a su llegada a Malaui tras un agotador viaje en tren desde el puerto mozambiqueño de Beira: “Cuando por fin llegamos al río Shire, empezaba a anochecer. Grandes escarabajos volaban por todas partes. Se agolpaban alrededor de las lámparas, tapándolas por completo. Se nos posaban en el cuello y se nos metían por la ropa. Le dije a Jehová: ‘No puedo soportarlo. Esto es demasiado para mí. Nunca me acostumbraré’. A continuación cruzamos el río y nos subimos al tren, que ya estaba en la estación. Las luces del tren eran sumamente débiles. Enseguida comprendí la razón: evitar la entrada de aquellos insectos. Nos sirvieron la cena, que comenzaba con sopa. La luz era tan tenue que apenas veíamos a la persona que teníamos al otro lado de la mesa. Mientras tomábamos la sopa, sorbiéndola entre los dientes para que no se colara ningún insecto, le dije a Jehová: ‘Por favor, creo que con esto ya he tenido suficiente. No voy a acostumbrarme’”.
En un viaje posterior a la misma zona, el hermano Bridle pasó dificultades para pronunciar un discurso público. ¿Por qué? Él cuenta: “Era increíble la cantidad de mosquitos que había. Una noche, para dar un discurso, tuve que meterme los pantalones por dentro de los calcetines, colocarme una toalla sobre la cabeza y por dentro de la camisa y ponerme gomas elásticas en las mangas, para que solo me quedaran descubiertas las manos y la cara. Presenté el discurso mediante un intérprete. Decía una oración y espantaba los mosquitos que tenía en la cara. A continuación, me los sacudía de las manos y de nuevo de la cara. En cuanto terminaba el intérprete, pronunciaba otra oración y volvía a repetir el mismo proceso”.
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