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Proclamando el Reino en la variada MalaysiaLa Atalaya 1989 | 15 de marzo
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MEZQUITAS con cúpulas doradas, santuarios con arcos, iglesias con capiteles y zigurats religiosos adornados con estatuas. Esta es Malaysia, una tierra donde están representadas las cuatro principales religiones del mundo. Entre 16.000.000 de habitantes hay malayos, chinos, indios, euroasiáticos, ibanes, kadazanes y varias tribus indígenas. Probablemente no se puede hallar en ningún otro lugar la variedad de religiones, culturas, costumbres, tradiciones e idiomas que se halla aquí.
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Proclamando el Reino en la variada MalaysiaLa Atalaya 1989 | 15 de marzo
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En este escenario los testigos de Jehová se esfuerzan por predicar “estas buenas nuevas del reino”. (Mateo 24:14.) ¿Cómo se las arreglan para llegar a la gente, con todas las diferentes lenguas, costumbres e ideas religiosas que existen? ¿Qué se experimenta al predicar el mensaje del Reino en este país? Sobre todo, ¿qué han podido lograr los Testigos?
Enfrentándose al desafío religioso
Para llegar a personas de diferentes antecedentes religiosos, los publicadores de las buenas nuevas tienen que aprender a distinguir un hogar musulmán de un hogar hindú, a una familia budista o taoísta de una familia protestante o católica. ¿Cómo se puede hacer esto?
Hay indicaciones claras. Por ejemplo, un altar de color rojo vivo es tanto señal de un hogar taoísta o budista como una estatua de María o Jesús lo es de una residencia católica. Igualmente características son las hojas de mango vistas en los hogares hindúes o los textos arábigos del Corán escritos sobre las entradas de los hogares musulmanes.
El identificar los antecedentes religiosos del ama de casa es un asunto; pero hacer que se interese en las buenas nuevas es otro muy diferente. Una respuesta típica, por lo general en una mezcla de chino, malayo e inglés, es: “Semua agama sama lah”. A esto sigue una expresión en inglés chapurrado equivalente a: “Lo siento, pero no estoy interesante”. Con una sonrisa amplia, el amo de casa acaba de decirle a uno que cree que todas las religiones son iguales y no está interesado en el mensaje que uno lleva.
Muchos habitantes de este país que fueron criados como budistas, taoístas o hindúes han sido atraídos por la conversión instantánea que ofrecen las misiones de la cristiandad y se han unido a varias sectas protestantes. Persuadidos por su clero, muchos han cerrado los oídos a las buenas nuevas. Con todo, el gran nombre de Jehová y Su propósito siguen proclamándose constantemente en este país variado.
Debido a la paciencia y la comprensión de los testigos de Jehová, muchas personas de corazón honrado están respondiendo favorablemente al mensaje del Reino. Por ejemplo, considere a Patrick, que anteriormente fumaba y llevaba el pelo largo y siempre andaba desgreñado. Se había adiestrado en las artes marciales chinas y reaccionaba violentamente cuando lo provocaban. Aunque no tenía propósito en la vida, le interesaron las palabras “la muerte no será más”, que un publicador del Reino le leyó de Revelación 21:4. Por eso, Patrick aceptó un estudio de la Biblia. Emocionado por la verdad bíblica que aprendía, pronto empezó a compartir la verdad con su madre, tanto por correspondencia como en persona cuando regresaba a su hogar. Pero ella le presentó mucha oposición.
Cierto día, Patrick y su madre estaban disciplinando al hermano menor de Patrick, también un perito en karate. Cuando el hermano empezó a golpear y patear, la madre quedó atónita al ver que Patrick no le devolvía los golpes, sino que permanecía en calma. Se interesó mucho en lo que su hijo estaba aprendiendo, que podía transformarlo tanto. La madre de Patrick progresó rápidamente y se bautizó dentro de seis meses. A su vez, ella testificó a su madre de 73 años de edad, una firme budista. Esta señora también mostró aprecio por la esperanza de vivir para siempre. Aunque era analfabeta, empezó a estudiar el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra, aprendiéndose tantos caracteres chinos como podía recordar. Ahora ella también es publicadora de las buenas nuevas.
Cómo se trata con los idiomas y las costumbres
Puesto que en Malaysia se hablan muchos idiomas, es necesario llevar una buena cantidad de literatura cuando se predica de casa en casa. Pero esto no siempre resuelve los problemas.
Por ejemplo, el que el Testigo sea chino y lleve literatura en chino no significa automáticamente que podrá comunicarse con un amo de casa chino. ¿Hablan el mismo dialecto? Si el Testigo se expresa en chino hokkien y el amo de casa en chino cantonés, pudiera haber un problema. Puesto que el dialecto chino es tónico, la más leve variación al pronunciar puede comunicar un mensaje totalmente diferente. Por ejemplo: fue más que divertido cuando una hermana precursora que hablaba hokkien visitó una zona en que se hablaba cantonés y le decía a la gente que ella era una “estudiante loca”, cuando lo que quería decir era “estudiante de la Biblia”.
Hasta cuando se usa la palabra correcta, puede que no signifique lo mismo para todos. Por vivir en una sociedad de muchas razas, la gente de Malaysia por lo general tiende a esforzarse mucho por no ofender a nadie. Se les hace particularmente difícil decir no a los extraños. Por eso, uno aprende a no emocionarse demasiado cuando un amo de casa concuerda en tener un estudio bíblico en su hogar o ir a las reuniones cristianas. ¿Por qué? Porque esto no necesariamente significa que esté aceptando nada. Toma tiempo y experiencia determinar quiénes se interesan genuinamente en el mensaje que les llevamos.
Malaysia está entre los países que más días de fiesta religiosos y de otra índole tienen. En estas ocasiones la gente visita a los amigos y parientes. Los Testigos de Malaysia también se hacen más activos en esas ocasiones y aprovechan esos días de fiesta para declarar las buenas nuevas. Pero tienen que hacerlo con prudencia y comprensión para tener buenos resultados.
Uno de esos días es el Año Nuevo chino. Para asegurarse prosperidad para el resto del año, los taoístas creen en empezar el año nuevo con palabras bondadosas y buenas obras. En ese día, un Testigo evita usar palabras como “muerte”, “enfermedad”, y “dolor”. Más bien, considera temas de felicidad, como el “vivir para siempre en buena salud con paz y prosperidad duradera en un nuevo mundo”. Este día de fiesta no es tiempo para recordar a la gente sus calamidades.
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