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MalaysiaAnuario de los testigos de Jehová 1993
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Ya era posible concentrar la atención en Malaya. Se asignaron seis misioneros a esa región. Dos de ellos, James Rowe y Neil Crockett, lograron predicar durante un año en Kuala Lumpur; lamentablemente, a los otros cuatro solo se les permitió quedarse un mes, y sirvieron en Penang. La razón de su corta permanencia es toda una historia.
Misioneros en Kuala Lumpur
A comienzos del año 1951 arribaba al puerto de Penang el Steel King procedente de Nueva York con seis misioneros a bordo. Después de examinar los pasaportes de los hermanos Crockett y Rowe, las autoridades de inmigración de Penang les concedieron visados para permanecer en Malaya durante un año. No obstante, al revisar los otros cuatro pasaportes, de repente se dieron cuenta del número de misioneros testigos de Jehová que estaban a punto de entrar en el país. Dijeron que algunas leyes recién aprobadas prohibían a los Testigos extranjeros quedarse en el país. Como los pasaportes de los hermanos Crockett y Rowe ya habían sido visados por un año les permitieron quedarse, pero a los demás hermanos solo les concedieron una estancia de un mes en Penang, después de lo cual deberían salir del país. Se les asignó nuevamente a Tailandia.
La sucursal asignó a los hermanos Crockett y Rowe a Kuala Lumpur. Rápidamente se instaló un hogar misional en el 25-A de Klang Road, a unos tres kilómetros del centro de la ciudad. Había solamente una publicadora activa en la ciudad, la hermana Mackenzie, una anciana de origen euroasiático. ¡Imagínense su alegría cuando dos misioneros se le unieron en el servicio!
Aunque la verdad se había predicado hasta cierto punto durante los años treinta y a comienzos de los cuarenta, trabajar el territorio en 1951 era como predicar en territorio virgen. Los dos misioneros estaban ansiosos de cubrir el territorio en el menor tiempo posible. Era tanto el deseo que tenían de encontrar a posibles ovejas, que pasaban días enteros hasta el anochecer predicando y revisitando a las personas que mostraban interés. De modo que no era raro que distribuyeran 100 libros en un mes. Como resultado, en poco tiempo cada uno conducía 15 ó 16 estudios bíblicos al mes. Y aproximadamente seis meses después se estableció la primera congregación, con una asistencia a las reuniones de no menos de 14 personas.
Debido a que para este tiempo la oposición comunista estaba activa en Malaya, era muy arriesgado que un occidental se aventurara a traspasar los límites de la ciudad, pues temían sufrir una emboscada o que se les asesinara bajo la sospecha de ser propietarios de una plantación o funcionarios del gobierno colonizador. Sin embargo, la hermana Mackenzie tenía un hijo llamado George que vivía en una provincia lejana y quería estudiar la Biblia. ¿Cómo podían los misioneros visitarlo considerando los peligros que entrañaba viajar? Al hermano Crockett se le ocurrió una idea: mezclarse con los nativos del lugar. Así que tomaba un autobús interprovincial y se sentaba con los demás pasajeros, que llevaban gallinas que cacareaban y cerdos que chillaban. Muchos fueron los momentos de tensión. Cada vez que el autobús tomaba una curva los pasajeros nunca sabían qué esperar. Tal vez se enfrentarían a una emboscada y a un tiroteo. Gracias a Dios, durante los muchos meses que el hermano viajó para estudiar con George no ocurrió ningún incidente peligroso. A propósito, George se bautizó con el tiempo y llegó a ser un anciano respetado hasta su muerte hace unos cuantos años.
El permiso para quedarse en Malaya expiraría demasiado pronto para los dos misioneros. ¿Aprobarían su solicitud de prórroga? Todas sus esperanzas se vinieron abajo cuando les dijeron que no.
Así que, con tristeza, los hermanos Crockett y Rowe se despidieron de su familia malaya y embarcaron para Tailandia, donde prosiguieron su servicio misional.
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MalaysiaAnuario de los testigos de Jehová 1993
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[Fotografía en la página 222]
Neil Crockett y James Rowe a su llegada a Kuala Lampur (Malaya) en 1951 para iniciar su asignación misional
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