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Un libro para todo el mundoLa Atalaya 1998 | 1 de abril
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Un libro para todo el mundo
“Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto.” (HECHOS 10:34, 35.)
1. ¿Qué respondió cierto profesor cuando se le preguntó qué pensaba de la Biblia, y qué decidió hacer?
CIERTO profesor se hallaba en su casa un domingo por la tarde y no esperaba visitas. Sin embargo, cuando una de nuestras hermanas cristianas llamó a su puerta, se puso a escucharla. La conversación giró en torno a la contaminación y el futuro de la Tierra, temas que le interesaban. No obstante, cuando ella hizo alusión a la Biblia, se mostró escéptico. Por ello, la hermana le preguntó qué opinaba acerca de la Biblia.
“Es un buen libro escrito por hombres inteligentes —respondió él—, pero no hay que tomar en serio la Biblia.”
“¿La ha leído usted?”, preguntó ella.
Desconcertado, el profesor tuvo que admitir que no.
De modo que ella preguntó: “¿Cómo puede expresarse con tanta convicción acerca de un libro que no ha leído?”.
La hermana tenía razón. El profesor decidió examinar la Biblia para formarse un juicio de ella.
2, 3. ¿Por qué es la Biblia un libro cerrado para muchas personas, y qué reto constituye esto para nosotros?
2 Al igual que este profesor, hay muchas personas que se han formado juicios muy tajantes acerca de la Biblia pese a no haberla leído. Tal vez tengan una Biblia. Hasta puede que reconozcan su valor literario o histórico. Pero para muchos se trata de un libro cerrado. “No tengo tiempo de leer la Biblia”, dicen algunas personas. Otras se preguntan: “¿Qué vigencia pudiera tener en mi vida un libro antiguo?”. Estas opiniones constituyen un verdadero reto. Los testigos de Jehová creemos firmemente que la Biblia “es inspirada de Dios y provechosa para enseñar” (2 Timoteo 3:16, 17). Ahora bien, ¿cómo podemos convencer a las personas de que, prescindiendo de su raza, nación o etnia, deben examinar la Biblia?
3 Analicemos algunas razones por las que la Biblia merece un examen. Este análisis nos capacitará para razonar con aquellos con quienes hablamos en el ministerio, y quizá hasta les convenzamos de que deben analizar lo que dice la Biblia. Al mismo tiempo, este repaso debe fortalecer nuestra propia fe en que la Biblia es, verdaderamente, lo que dice ser: “la palabra de Dios” (Hebreos 4:12).
El libro más ampliamente distribuido del mundo
4. ¿Por qué puede decirse que la Biblia es el libro más distribuido del mundo?
4 En primer lugar, la Biblia merece que la examinemos porque es, con mucho, el libro más distribuido y traducido de toda la historia de la humanidad. Hace más de quinientos años la primera edición impresa con caracteres móviles salió de la prensa del inventor alemán Johannes Gutenberg. Desde entonces se han impreso unos cuatro mil millones de Biblias y secciones de ella. Para 1996 contaba con versiones íntegras o parciales en 2.167 idiomas y dialectos.a Más del noventa por ciento de la humanidad tiene acceso a, como mínimo, una porción de la Biblia en su idioma nativo. Ningún otro libro, religioso o de otro tipo, se le acerca siquiera.
5. ¿Por qué deberíamos esperar que la Biblia estuviera accesible a la población de todo el mundo?
5 Aunque las estadísticas por sí solas no prueban que la Biblia sea la Palabra de Dios, no hay duda de que esperaríamos que un relato escrito inspirado por Dios estuviera accesible a la población de todo el mundo. Al fin y al cabo, la misma Biblia nos dice que “Dios no es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Hechos 10:34, 35). La Biblia ha traspasado las fronteras y ha rebasado las barreras raciales y étnicas, una hazaña que no ha logrado ningún otro libro. ¡Verdaderamente es un libro para todo el mundo!
Una historia de conservación sin igual
6, 7. ¿Por qué no sorprende que no se sepa de la existencia de ninguno de los escritos bíblicos originales, y qué pregunta suscita este hecho?
6 Hay otra razón por la que la Biblia merece que se la examine. Ha sobrevivido a pesar de obstáculos naturales y humanos. La historia de su conservación pese a enormes dificultades ciertamente no tiene igual entre los escritos antiguos.
7 Según parece, los escritores bíblicos escribieron sus palabras con tinta en papiros (que se elaboraban con la planta egipcia del mismo nombre) y en pergaminos (que se preparaban con la piel de animales)b (Job 8:11). Tales materiales de escritura, sin embargo, tenían enemigos naturales. El docto Oscar Paret explica: “Estos dos materiales de escritura están igualmente amenazados por la humedad, el moho y varios tipos de gusanos. Conocemos por la experiencia cotidiana la facilidad con que se deteriora el papel, e incluso el cuero resistente, cuando se coloca a la intemperie o en una habitación húmeda”. Así que poco sorprende que no se conozca la existencia de ninguno de los escritos originales; probablemente se desintegraron hace mucho tiempo. Pero si los escritos originales sucumbieron a sus enemigos naturales, ¿cómo ha sobrevivido la Biblia?
8. ¿Cómo se conservaron los escritos bíblicos a través de los siglos?
8 Poco después de escribirse los originales, comenzaron a hacerse copias a mano. De hecho, copiar la Ley y otras secciones de las Santas Escrituras llegó a ser una profesión en el antiguo Israel. Al sacerdote Esdras, por ejemplo, se le califica de “copista hábil en la ley de Moisés” (Esdras 7:6,11; compárese con Salmo 45:1). No obstante, como las copias también se hacían en materiales perecederos, con el tiempo hubo que sustituirlas por otras. Durante siglos se hicieron copias de otras copias. Dado que los seres humanos no son perfectos, ¿cambiaron significativamente el texto bíblico los errores que cometieron los copistas? Los hechos muestran fuera de toda duda que no.
9. ¿Cómo ilustra el ejemplo de los masoretas el sumo cuidado y la exactitud con que trabajaban los copistas de la Biblia?
9 Los copistas no solo eran muy diestros, sino que también sentían profunda reverencia por las palabras que copiaban. El término hebreo traducido “copista” alude a la acción de contar y registrar. Hallamos un ejemplo del sumo cuidado y la exactitud de los copistas en el caso de los masoretas, copistas de las Escrituras Hebreas que vivieron entre los siglos VI y X E.C. Según el erudito Thomas Hartwell Horne, calcularon “cuántas veces aparece en las Escrituras Hebreas cada letra del alfabeto [hebreo]”. Pensemos en lo que esto significa. Para no omitir ni una sola letra, aquellos entregados copistas iban al extremo de contar tanto las palabras como las letras que copiaban. Según el recuento de cierto docto, al parecer llevaban la cuenta de las 815.140 letras de las Escrituras Hebreas. Tal minuciosidad garantizaba un alto grado de exactitud.
10. ¿Qué prueba convincente existe de que los textos hebreo y griego en los que se basan las traducciones modernas reflejan con exactitud las palabras de los escritores originales?
10 De hecho, hay prueba convincente de que los textos hebreos y griegos en los que se basan las traducciones modernas reflejan con notable fidelidad las palabras de los escritores originales. Componen esa prueba miles de manuscritos bíblicos —se calcula que seis mil de las Escrituras Hebreas, tanto íntegros como fragmentarios, y unos cinco mil de las Escrituras Cristianas en griego— que han sobrevivido hasta nuestro día. Un minucioso análisis comparativo de los muchos manuscritos existentes ha permitido a los críticos textuales detectar los errores de los copistas y determinar cuál era el texto original. Comentando sobre el texto de las Escrituras Hebreas, el docto William H. Green pudo por ello afirmar: “Puede decirse con seguridad que ninguna otra obra de la antigüedad se ha transmitido con tanta exactitud”. La misma confianza puede tenerse en el texto de las Escrituras Griegas Cristianas.
11. En vista de lo que dice 1 Pedro 1:24, 25, ¿por qué ha sobrevivido la Biblia hasta este día?
11 ¡Con qué facilidad se hubiera perdido la Biblia de no haber sido por las copias manuscritas que reemplazaron los originales con su valioso mensaje! Solo hay una razón para su supervivencia: Jehová es el Conservador y Protector de su Palabra. Como la misma Biblia dice en 1 Pedro 1:24, 25, “toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae, pero el dicho de Jehová dura para siempre”.
Traducida a las lenguas vivas de la humanidad
12. Además de haber sido copiada una y otra vez durante siglos, ¿a qué otro obstáculo se enfrentó la Biblia?
12 Seguir existiendo a pesar de haberse copiado durante siglos ya era de por sí difícil, pero la Biblia tuvo que afrontar otro obstáculo: la traducción a los idiomas contemporáneos. La Biblia debe hablar la lengua del pueblo a fin de llegarle al corazón. Sin embargo, traducir la Biblia, con sus más de mil cien capítulos y treinta y un mil versículos, es una tarea ingente. No obstante, a lo largo de los siglos, traductores abnegados se han entregado gustosos a la labor, que les ha supuesto afrontar en ocasiones obstáculos aparentemente insalvables.
13, 14. a) ¿Qué reto afrontó el traductor de la Biblia Robert Moffat en África a comienzos del siglo XIX? b) ¿Cómo reaccionaron las personas que hablaban tsuana cuando tuvieron a su disposición el Evangelio de Lucas en su idioma?
13 Examinemos, por ejemplo, cómo se tradujo la Biblia a los idiomas de África. En el año 1800, apenas una docena de lenguas africanas contaban con escritura. Cientos de idiomas carecían de un sistema de representación gráfica. Este fue el obstáculo que afrontó el traductor de la Biblia Robert Moffat. En 1821, a la edad de 25 años, fundó una misión entre los tsuanas de África meridional. Decidido a aprender su lengua, que no tenía escritura, se relacionó con aquel pueblo. Perseveró, y con el tiempo, sin la ayuda de manuales ni diccionarios, dominó el idioma, elaboró un sistema de escritura y enseñó a algunos tsuanas a leer dicha escritura. En 1829, tras haber trabajado entre los tsuanas por ocho años, terminó la traducción del Evangelio de Lucas. Posteriormente dijo: “Me enteré de que algunos habían recorrido cientos de kilómetros para obtener ejemplares de San Lucas. [...] Cuando recibieron las porciones de San Lucas, los vi apretarlas contra el pecho y romper a llorar, derramando lágrimas de agradecimiento, tanto que tuve que decir a más de uno: ‘Van a estropear los libros con tantas lágrimas’”. Moffat también contó de un africano que vio a unas cuantas personas leer el Evangelio de Lucas, y les preguntó qué era lo que tenían. “La palabra de Dios”, contestaron. “¿Habla?”, preguntó el hombre. “Sí —fue la respuesta—, habla al corazón.”
14 Traductores abnegados de la talla de Moffat dieron a muchos africanos su primera oportunidad de comunicarse mediante la escritura. No obstante, dejaron al pueblo africano un legado mucho más valioso: la Biblia en su propia lengua. Además, Moffat introdujo el nombre divino en la lengua tsuana, y lo utilizó en toda su traducción.c De ahí que los tsuanas se refirieran a la Biblia como “la boca de Jehová” (Salmo 83:18).
15. ¿Por qué está la Biblia muy viva hoy?
15 Otros traductores de diversas partes del mundo afrontaron obstáculos parecidos. Algunos hasta arriesgaron la vida para traducir la Biblia. Piense en ello: Si la Biblia hubiera permanecido en el hebreo y el griego antiguos, podría haber “muerto” hace mucho, pues con el tiempo las masas casi olvidaron esos idiomas y en algunas partes de la Tierra nunca se conocieron. Pese a ello, la Biblia está muy viva porque, a diferencia de los demás libros, puede “hablar” a las personas de todo el mundo en su propio idioma. Como consecuencia, su mensaje sigue “obrando en ustedes los creyentes [en ella]” (1 Tesalonicenses 2:13). La Santa Biblia, de Evaristo Martín Nieto, traduce estas palabras como sigue: “Permanece vitalmente activa en vosotros, los creyentes [en ella]”.
Confiable
16, 17. a) Para que la Biblia sea confiable, ¿qué prueba debe existir? b) Dé un ejemplo que ilustre la franqueza del escritor bíblico Moisés.
16 “¿Es de verdad confiable la Biblia? —quizá pregunten algunos—. ¿Habla de personas de la vida real, lugares auténticos y sucesos históricos?” Para que confiemos en ella, debe haber prueba de que la escribieron hombres cuidadosos y honrados. Esto nos lleva a otra razón para examinarla: hay prueba sólida de que es fidedigna y confiable.
17 Los escritores imparciales no solo consignan los éxitos, sino también los fracasos; no solo las virtudes, sino también los defectos. Los escritores de la Biblia manifestaron esa reconfortante franqueza. Veamos, por ejemplo, la sinceridad de Moisés. Entre los datos de que habló con franqueza estuvo su propia falta de elocuencia, que en su opinión lo incapacitaba para ser el caudillo de Israel (Éxodo 4:10); el grave error que cometió y que impidió que entrara en la Tierra Prometida (Números 20:9-12; 27:12-14); la desviación de su hermano Aarón, que colaboró con los israelitas rebeldes en hacer una estatua de un becerro de oro (Éxodo 32:1-6); la rebelión de su hermana, Míriam, y su humillante castigo (Números 12:1-3, 10); la profanación de la que fueron protagonistas sus sobrinos Nadab y Abihú (Levítico 10:1, 2), y las continuas quejas y murmuraciones del propio pueblo de Dios (Éxodo 14:11, 12; Números 14:1-10). ¿No revela interés genuino por la verdad una exposición tan sincera y abierta? Dado que los escritores de la Biblia estuvieron dispuestos a reflejar aspectos negativos de sus seres amados, de su pueblo y de sí mismos, ¿no hay buena razón para confiar en sus escritos?
18. ¿Qué muestra que los trabajos de los escritores de la Biblia son confiables?
18 La coherencia de los escritores de la Biblia también muestra que sus trabajos son dignos de confianza. Es verdaderamente notable que cuarenta hombres que escribieron en un lapso de unos mil seiscientos años concuerden incluso en los más mínimos detalles. Sin embargo, no se trata de una armonía tan premeditada que infunda sospechas de confabulación. Al contrario, hay una falta patente de intención en la concordancia de diversos detalles; muchas veces se ve que la armonía es claramente una coincidencia.
19. ¿Cómo revelan los relatos evangélicos del arresto de Jesús una concordancia a todas luces involuntaria?
19 Para ilustrarlo, veamos un incidente que ocurrió la noche de la detención de Jesús. Los escritores de los cuatro Evangelios dejaron constancia de que uno de los discípulos sacó una espada y atacó a un esclavo del sumo sacerdote, a quien cortó una oreja. No obstante, únicamente Lucas nos dice que Jesús le “tocó la oreja y lo sanó” (Lucas 22:51). Pues bien, ¿no es lo que esperaríamos de un escritor al que se conocía como “el médico amado”? (Colosenses 4:14.) El relato de Juan dice que, de todos los discípulos presentes, fue Pedro el que blandió la espada, lo que no sorprende en vista de la tendencia de Pedro a ser precipitado e impetuoso (Juan 18:10; compárese con Mateo 16:22, 23 y con Juan 21:7, 8). Juan aporta otro detalle aparentemente innecesario: “El nombre del esclavo era Malco”. ¿Por qué es Juan el único que da el nombre de esta persona? La explicación reside en un dato de menor importancia que se cita de pasada solo en el relato de Juan: este “era conocido del sumo sacerdote”. También lo conocía la casa del sumo sacerdote; los servidores lo conocían a él y él a los servidoresd (Juan 18:10, 15, 16). Es natural, por tanto, que Juan mencionara el nombre de la persona herida, mientras que no lo hicieron los demás escritores de los evangelios, para quienes dicha persona era por lo visto un extraño. Es asombrosa la concordancia entre todos estos detalles, pero obviamente fue involuntaria. Hay muchísimos ejemplos parecidos en la Biblia.
20. ¿Qué tienen que saber las personas sinceras sobre la Biblia?
20 Así pues, ¿es fidedigna la Biblia? Desde luego. La franqueza de los escritores bíblicos y la coherencia interna de los escritos dan a la Biblia un inconfundible cariz de verdad. Las personas sinceras tienen que saber que pueden confiar en la Biblia, pues es la Palabra inspirada de “Jehová el Dios de la verdad” (Salmo 31:5). Hay más razones por las que la Biblia es un libro para todo el mundo, como se indicará en el artículo siguiente.
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Un libro procedente de DiosLa Atalaya 1998 | 1 de abril
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Un libro procedente de Dios
“La profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” (2 PEDRO 1:21.)
1, 2. a) ¿Por qué preguntan algunas personas si la Biblia es válida para la vida moderna? b) ¿De qué tres pruebas podemos valernos para demostrar que la Biblia procede de Dios?
¿TIENE validez la Biblia para las personas que viven al umbral del siglo XXI? Algunos piensan que no. “Nadie recomendaría el uso de un texto editado en 1924 en una clase moderna de química, pues se ha aprendido muchísimo sobre esta ciencia desde entonces”, escribió el doctor Eli S. Chesen para explicar por qué creía que la Biblia está anticuada. A simple vista, este argumento parece tener lógica. Al fin y al cabo, el hombre ha aprendido mucho de ciencia, salud mental y comportamiento humano desde los tiempos bíblicos. Por lo tanto, algunas personas se preguntan: “¿Cómo podría carecer de inexactitudes científicas un libro tan antiguo? ¿Cómo podría contener consejo práctico para la vida moderna?”.
2 La Biblia misma da la respuesta. En 2 Pedro 1:21 nos dice que los profetas bíblicos “hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo”. De este modo indica que es un libro procedente de Dios. Ahora bien, ¿cómo podemos convencer a otras personas de que es así? Analicemos tres pruebas de que la Biblia es la Palabra de Dios: 1) es científicamente exacta, 2) contiene principios eternos que son prácticos para la vida moderna y 3) contiene profecías específicas que se han cumplido, como lo prueban los acontecimientos históricos.
Un libro que concuerda con la ciencia
3. ¿Por qué no han supuesto una amenaza para la Biblia los descubrimientos científicos?
3 La Biblia no es un libro de texto científico. No obstante, es un libro que expone la verdad, y la verdad resiste el paso del tiempo (Juan 17:17). Los descubrimientos científicos no han supuesto una amenaza para la Biblia. Cuando esta trata asuntos relacionados con la ciencia, está totalmente libre de las antiguas teorías “científicas” que resultaron ser meras falacias. De hecho, contiene afirmaciones que no solo son correctas científicamente, sino contrarias por completo a las opiniones populares del tiempo en que se escribieron. Veamos, por ejemplo, cómo concuerdan la Biblia y la medicina.
4, 5. a) ¿Qué no entendían los médicos de la antigüedad sobre las enfermedades? b) ¿Por qué no cabe duda de que Moisés conocía las prácticas curativas de los médicos egipcios?
4 En la antigüedad, los médicos no entendían del todo la propagación de las enfermedades ni la importancia de la higiene en su prevención. Muchas prácticas médicas del pasado parecerían bárbaras según los criterios modernos. Uno de los textos médicos más antiguos que se conservan es el Papiro de Ebers, una recopilación de los conocimientos médicos de Egipto que data aproximadamente del año 1550 a.E.C. Contiene unos setecientos remedios para diversas dolencias: “desde la mordedura de cocodrilo hasta el dolor en una uña del pie”. Aunque la mayor parte de los tratamientos eran simplemente inútiles, algunos eran muy peligrosos. Uno de los tratamientos que se prescribían para curar una herida consistía en aplicar un preparado a base de excremento humano mezclado con otras sustancias.
5 Este texto de recetas curativas egipcias es más o menos contemporáneo de los primeros libros de la Biblia, que incluían la Ley mosaica. Moisés, que nació en 1593 a.E.C., se crió en Egipto (Éxodo 2:1-10). Como se educó en la casa de Faraón, fue “instruido en toda la sabiduría de los egipcios” (Hechos 7:22). Conocía a “los médicos” del país (Génesis 50:1-3). ¿Influyeron en sus escritos aquellas prácticas médicas inútiles, hasta peligrosas?
6. ¿Qué norma sanitaria de la Ley mosaica consideraría razonable la medicina moderna?
6 Todo lo contrario; la Ley mosaica contuvo normas sanitarias que la medicina moderna consideraría razonables. Por ejemplo, una ley con relación a los campamentos militares prescribía enterrar el excremento fuera del recinto (Deuteronomio 23:13). Aquella medida preventiva era sumamente avanzada. Evitaba que el agua se contaminara y prevenía la shigelosis, afección transmitida por las moscas, y otras enfermedades diarreicas que aún se cobran todos los años millones de vidas, principalmente en los países en vías de desarrollo.
7. ¿Qué normas higiénicas de la Ley mosaica impedían la propagación de enfermedades infecciosas?
7 La Ley mosaica contenía otras normas higiénicas que impedían la propagación de enfermedades infecciosas. Se ponía en cuarentena a quien tenía un mal contagioso o de quien se sospechara que lo padecía (Levítico 13:1-5). Las prendas de vestir o los recipientes que entraban en contacto con un animal que hubiera muerto por causas naturales (como por una enfermedad) debían lavarse antes de usarse de nuevo o destruirse (Levítico 11:27, 28, 32, 33). Todo el que tocaba un cadáver era considerado inmundo, y debía someterse a un procedimiento de limpieza que incluía lavarse la ropa y bañarse. Durante el período de inmundicia de siete días, el inmundo debía evitar el contacto físico con las demás personas (Números 19:1-13).
8, 9. ¿Por qué puede decirse que el código sanitario de la Ley mosaica estaba muy adelantado a su tiempo?
8 Este código sanitario manifiesta una sabiduría que estaba muy adelantada para la época. La medicina actual ha aprendido mucho sobre la propagación y prevención de las enfermedades. Por ejemplo, los avances médicos del siglo XIX llevaron a la adopción de la antisepsia, es decir, la limpieza para reducir las infecciones. El resultado fue una disminución significativa de las infecciones y de las muertes prematuras. En el año 1900, la esperanza de vida en muchos países europeos y en Estados Unidos era inferior a 50 años. A partir de entonces ha aumentado drásticamente, no solo gracias al progreso médico en el control de las enfermedades, sino también a las mejoras en la higiene y las condiciones de vida.
9 No obstante, milenios antes de que la medicina descubriera cómo se propagan las enfermedades, la Biblia había prescrito medidas preventivas razonables para evitarlas. No sorprende que Moisés dijera que por lo general los israelitas de su tiempo vivían 70 u 80 años (Salmo 90:10). ¿Cómo supo Moisés de aquellas normas sanitarias? La Biblia misma lo contesta: La Ley “fue transmitida mediante ángeles” (Gálatas 3:19). En efecto, la Biblia no es un libro de sabiduría humana; procede de Dios.
Un libro práctico para la vida moderna
10. Aunque la Biblia se terminó de escribir hace casi dos mil años, ¿qué es cierto de su consejo?
10 Los libros que ofrecen consejo suelen quedarse anticuados y no tardan en revisarse o sustituirse. Pero la Biblia es verdaderamente excepcional. “Tus propios recordatorios han resultado muy fidedignos”, dice el Salmo 93:5. Aunque la Biblia se terminó de escribir hace casi dos mil años, sus palabras aún son pertinentes. Y tienen el mismo efecto, independientemente de nuestro color de piel y el país en que vivamos. Veamos algunos ejemplos de los consejos eternos y “muy fidedignos” de la Biblia.
11. ¿Qué se indujo a muchos padres a creer sobre la disciplina de los hijos hace varias décadas?
11 Hace varias décadas, muchos padres, alentados por las “ideas innovadoras” sobre la educación de los hijos, opinaban que estaba “prohibido prohibir”. Temían que fijar límites a los niños los traumatizara y frustrara. Los consejeros insistían, con buenas intenciones, en que los padres se limitaran, a lo sumo, a corregir levemente a los hijos. Pero muchos de aquellos expertos ahora “instan a los padres a ser un poco más estrictos, a asumir de nuevo el control”, indica The New York Times.
12. ¿Qué significa el sustantivo griego traducido “disciplina”, y por qué necesitan los hijos esa disciplina?
12 Sin embargo, desde el principio la Biblia ha ofrecido consejo específico y equilibrado sobre la crianza de los hijos. Aconseja: “Padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y regulación mental de Jehová” (Efesios 6:4). El sustantivo griego traducido disciplina significa “educación, formación, instrucción”. La Biblia dice que dicha disciplina, o instrucción, es prueba del amor paterno (Proverbios 13:24). Los hijos crecen con normas morales bien definidas que los ayudan a desarrollar un sentido del bien y el mal. La disciplina administrada adecuadamente los ayuda a sentirse seguros; les hace ver que sus padres se interesan por ellos y por la clase de personas que serán (compárese con Proverbios 4:10-13).
13. a) ¿Qué advertencia da la Biblia a los padres respecto a la disciplina? b) ¿Qué clase de disciplina recomienda la Biblia?
13 Pero la Biblia da una advertencia a los padres en cuanto a la disciplina. La autoridad paterna nunca debe ser abusiva (Proverbios 22:15). A ningún niño se le debe castigar jamás con crueldad. La violencia física no tiene lugar en una familia que rige su vida por la Biblia (Salmo 11:5). Tampoco lo tiene la violencia emocional, como las palabras duras, la crítica constante y el sarcasmo mordaz, todo lo cual puede abatir al niño (compárese con Proverbios 12:18). Sabiamente, la Biblia advierte a los padres: “No estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen [o: “no sea que se vuelvan pusilánimes”, Sagrada Biblia, Universidad de Navarra]” (Colosenses 3:21). La Biblia recomienda las medidas preventivas. En Deuteronomio 11:19 se insta a los padres a aprovechar las ocasiones informales para inculcar en los hijos valores morales y espirituales. Ese consejo razonable y claro sobre la crianza de los hijos es tan válido hoy como lo fue en los tiempos bíblicos.
14, 15. a) ¿De qué modo suministra la Biblia más que consejo sabio? b) ¿Qué enseñanzas bíblicas pueden ayudar a hombres y mujeres de distintas razas y naciones a considerarse iguales unos a otros?
14 La Biblia suministra más que consejo sabio. Su mensaje apela al corazón. Hebreos 4:12 dice: “La palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y su tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón”. Veamos un ejemplo de la fuerza motivadora de la Biblia.
15 Hoy día las barreras raciales, nacionales y étnicas dividen a la gente. Estos muros artificiales contribuyen a que por todo el mundo mueran en las guerras seres humanos inocentes. Por otro lado, la Biblia contiene enseñanzas que ayudan a los hombres y las mujeres de diferentes razas y naciones a considerarse iguales unos a otros. Por ejemplo, Hechos 17:26 dice que Dios “hizo de un solo hombre toda nación de hombres”, lo cual indica que hay una sola especie: la humanidad. Además, la Biblia nos anima a ‘hacernos imitadores de Dios’, de quien dice: “No es parcial, sino que, en toda nación, el que le teme y obra justicia le es acepto” (Efesios 5:1; Hechos 10:34, 35). Para quienes verdaderamente procuran vivir según las enseñanzas de la Biblia, este conocimiento tiene un efecto unificador. Influye en lo más profundo, en el corazón, y elimina las barreras que el hombre ha levantado y que dividen a la gente. ¿Realmente funciona en el mundo actual?
16. Relate una experiencia que demuestre que los testigos de Jehová son una verdadera hermandad internacional.
16 Por supuesto que sí. A los testigos de Jehová se les conoce por su hermandad internacional, la cual une a personas de distintos antecedentes que por lo general no estarían en paz unas con otras. Durante los enfrentamientos étnicos que hubo en Ruanda, por ejemplo, los testigos de Jehová de una tribu protegieron a sus hermanos cristianos de la otra, a riesgo de su propia vida. En un caso, un Testigo hutu ocultó en su hogar a los seis miembros de una familia tutsi de su congregación. Lamentablemente, se acabó descubriendo y matando a la familia tutsi. Como el hermano hutu y su familia se enfrentaban entonces a la ira de los asesinos, se vieron obligados a huir a Tanzania. Se han relatado muchas experiencias parecidas. Los testigos de Jehová admiten de buena gana que esa unidad es posible gracias a que la fuerza motivadora del mensaje bíblico les ha tocado el corazón. El que la Biblia pueda unir a las personas en este mundo lleno de odio es una prueba contundente de que procede de Dios.
Un libro de profecía veraz
17. ¿En qué se diferencian las profecías bíblicas de las predicciones del hombre?
17 “Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna”, dice 2 Pedro 1:20. Los profetas bíblicos no estudiaban las tendencias de los asuntos mundiales de su día y luego lanzaban conjeturas basadas en su interpretación personal de los acontecimientos. Tampoco hacían predicciones vagas que pudieran adaptarse a casi todo suceso futuro. Veamos como ejemplo una profecía bíblica que fue extraordinariamente específica y que predijo todo lo contrario a lo que las personas que vivían entonces hubieran esperado.
18. ¿Por qué razón puede afirmarse que los habitantes de la antigua Babilonia se sentían seguros, pero qué había profetizado Isaías sobre Babilonia?
18 Para el siglo VII a.E.C., Babilonia era la capital, en apariencia inexpugnable, del Imperio babilónico. Aquella metrópolis se extendía a ambas orillas del río Éufrates, con cuyas aguas se había hecho un foso ancho y profundo y una red de canales. Además, la defendían enormes murallas dobles reforzadas por numerosas torres. No cabe duda de que los habitantes de Babilonia se sentían muy seguros. Sin embargo, en el siglo VIII a.E.C., antes de que Babilonia alcanzara el cenit de su gloria, el profeta Isaías predijo: “Babilonia [...] tiene que llegar a ser como cuando Dios derribó a Sodoma y Gomorra. Nunca será habitada, ni residirá por generación tras generación. Y allí el árabe no asentará su tienda, y no habrá pastores que dejen que sus rebaños se echen allí” (Isaías 13:19, 20). Fijémonos en que, según la profecía, Babilonia no solo sería destruida, sino que quedaría deshabitada permanentemente. Esa predicción era muy atrevida. ¿Pudiera ser que Isaías la hubiese escrito después de presenciar la desolación de Babilonia? La historia contesta que no.
19. ¿Por qué no se cumplió del todo la profecía de Isaías el 5 de octubre de 539 a.E.C.?
19 La noche del 5 de octubre de 539 a.E.C., Babilonia cayó ante las huestes de Medo-Persia, comandadas por Ciro el Grande. Sin embargo, la profecía de Isaías no se cumplió del todo en aquel tiempo. Tras la captura a manos de Ciro, Babilonia siguió poblada durante siglos, si bien con menos prosperidad. En el siglo II a.E.C., más o menos cuando se estaba copiando el Rollo de Isaías del mar Muerto, los partos se apoderaron de Babilonia, a la que por entonces las naciones vecinas consideraban muy apetecible y por la que peleaban. El historiador judío Josefo mencionó en sus escritos que “una gran cantidad” de judíos vivían en ella en el siglo I a.E.C. Según The Cambridge Ancient History, en 24 E.C. unos mercaderes de Palmira fundaron una colonia comercial próspera en Babilonia. De modo que en el siglo I E.C. Babilonia aún no estaba completamente desolada; no obstante, el libro de Isaías se había terminado de escribir mucho antes (1 Pedro 5:13).
20. ¿Qué prueba hay de que Babilonia acabó siendo tan solo “montones de piedras”?
20 Isaías no vivió para ver que Babilonia quedaba deshabitada. Pero en conformidad con la profecía, la ciudad acabó siendo tan solo “montones de piedras” (Jeremías 51:37). Según el hebraísta Jerónimo, que nació en el siglo IV E.C., en su día Babilonia era un terreno de caza por el cual vagaban “fieras de todo tipo”, y permanece desolada hasta el día de hoy. Aunque la restauración de la ciudad como atracción turística atraiga a los visitantes, la “descendencia y posteridad” de Babilonia han desaparecido para siempre, como predijo Isaías (Isaías 14:22).
21. ¿Por qué pudieron predecir el futuro con una exactitud infalible los profetas fieles?
21 El profeta Isaías no lanzó una conjetura. Tampoco volvió a escribir la historia de modo que pareciera una profecía. Isaías fue un profeta veraz, igual que todos los demás profetas bíblicos fieles. ¿Por qué hicieron estos hombres lo que era imposible para los demás seres humanos, a saber, predecir el futuro con exactitud infalible? La respuesta está clara. Las profecías proceden del Dios de la profecía, Jehová, “Aquel que declara desde el principio el final” (Isaías 46:10).
22. ¿Por qué debemos hacer todo lo posible por instar a las personas sinceras a examinar por sí mismas la Biblia?
22 De modo que ¿merece la Biblia que la examinemos? Sabemos que así es. Pero muchas personas no están convencidas. Se han formado juicios acerca de la Biblia quizá sin siquiera haberla leído. Recordemos al profesor mencionado al principio del artículo anterior. Concordó en estudiar la Biblia y, después de examinarla cuidadosamente, llegó a la conclusión de que es un libro procedente de Dios. Con el tiempo se bautizó como testigo de Jehová, y actualmente sirve de anciano. Hagamos todo lo posible por instar a las personas imparciales a examinar por sí mismas la Biblia y luego formarse una opinión de ella. Confiamos en que si la analizan imparcialmente de primera mano, comprenderán que este singular libro, la Biblia, es realmente un libro para todo el mundo.
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Un libro procedente de DiosLa Atalaya 1998 | 1 de abril
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¿QUÉ DECIR DE LAS AFIRMACIONES INDEMOSTRABLES?
La Biblia contiene diversas afirmaciones que carecen de corroboración física externa. Por ejemplo: lo que dice sobre una región invisible habitada por seres espirituales no puede demostrarse, ni refutarse, científicamente. ¿Enfrentan necesariamente a la Biblia con la ciencia esas alusiones indemostrables?
A esa cuestión hizo frente un geólogo planetario que se puso a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová hace algunos años. “Debo admitir que al principio me resultó difícil aceptar la Biblia, pues no podía demostrar científicamente algunas de sus afirmaciones”, recuerda. Este hombre sincero continuó estudiando la Biblia y acabó convenciéndose de que la prueba disponible demuestra que es la Palabra de Dios. “Eso moderó mi anhelo de que todo dato de la Biblia se demostrara mediante prueba ajena a ella —dice—. La persona con mentalidad científica debe estar dispuesta a examinar la Biblia desde una óptica espiritual, o en caso contrario nunca aceptará la verdad. No puede esperarse que la ciencia corrobore toda afirmación de la Biblia. Ahora bien, el simple hecho de que algunas de las afirmaciones sean indemostrables no quiere decir que sean falsas. Lo importante es que en todos los casos demostrables se confirme la exactitud de la Biblia.”
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