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    Anuario de los testigos de Jehová para 1988
    • FIELES HASTA LA MUERTE

      Otra de aquellas fieles hermanas que fueron encarceladas, la hermana Park Ock-hi, actualmente en el servicio de precursor especial a los ochenta y seis años de edad, recuerda aquellos difíciles días.

      “Después de pasar el invierno predicando las buenas nuevas en la provincia de Kyŏngsang, al sur de Corea, regresamos a nuestra casa de Seúl en febrero de 1939. Mi esposo, Choi Sung-kyu, fue inmediatamente arrestado por la policía de la comisaría de Tongdaemun. Le acusaron de rehusar adorar en el santuario sintoísta. Durante los veinte días que permaneció en la cárcel, contrajo las fiebres tifoideas, y lo trasladaron a un hospital. Después de estar cuarenta días en el hospital, fue puesto en libertad, solo para caer en la redada de arrestos que tuvo lugar en junio de 1939.

      ”Mi cuñado tenía una posición respetable en el gobierno japonés, de modo que envió a un abogado para que lo pusiesen en libertad. Este le dijo a mi esposo que la única manera que tenía de conseguir su libertad era accediendo a adorar en un santuario sintoísta. Mi esposo rechazó la proposición en el acto y le dijo que no volviese a verlo más. Luego me escribió, preguntándome: ‘¿Quién envió a este abogado? ¡Mantén los ojos abiertos! Lee Romanos 8:35-39’. Esta carta animó mucho a todos los que estábamos fuera, y los nuevos se resolvieron a continuar alabando a Jehová.

      ”Más tarde, en septiembre de 1941, fui arrestada de nuevo, pero solo me retuvieron por quince días. Me dijeron que, ya que mi esposo iba a ser puesto en libertad, debería traer 500 won (250 dólares E.U.A.). Conseguí que me prestaran el dinero y volví a la prisión. Era una noche oscura y fría. Encontré a mi esposo tendido en el suelo y cubierto con una sábana; estaba más muerto que vivo. Lo habían tenido en prisión durante dos años y medio, y ahora exigían 500 won para ponerlo en libertad... ¡en estas condiciones! Unas ocho horas más tarde, mi esposo murió; tenía cuarenta y dos años de edad.

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    • A los hermanos se les interrogaba una y otra vez, pues las autoridades buscaban maneras de condenarlos. Se les preguntaba: “¿Es cierto que todas las naciones están bajo la influencia del Diablo? ¿Está incluido nuestro gran imperio japonés? ¿Son espías americanos? ¿Cuándo vendrá el Armagedón?”. A esta última pregunta los hermanos contestaban: “Cuando se haya completado la obra de predicar”. Entonces las autoridades los acusaban, diciendo: “Con su predicación instan a que venga el Armagedón, lo que significa que inducen a la destrucción de nuestro imperio japonés. Por consiguiente, están violando la ley del orden público”. Como consecuencia, muchos de los hermanos fueron arrestados y encarcelados por períodos de dos a cuatro años.

      De los treinta y ocho hermanos encarcelados, cinco murieron en prisión, entre ellos Moon Tae-soon, el hermano que había estado a cargo de la obra bajo la superintendencia de la sucursal japonesa.

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    • [Ilustración de la página 153]

      Choi Sung-kyu sufrió duros castigos por causa de sus creencias hasta su muerte en 1941, pero su fe animó mucho a sus hermanos

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