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  • Saquean los botiquines
    ¡Despertad! 2009 | mayo
    • Saquean los botiquines

      “CUANDO tenía 14 años comencé a tomar pastillas para adelgazar —recuerda una mujer llamada Laura—.a Nuestro médico de cabecera me las había recetado, pues yo quería ser esbelta y atractiva. Me sentí bien cuando por fin les gusté a los chicos. Pero con el tiempo caí en las drogas duras y en una vida inmoral. Siempre quería estar eufórica.”

      Mayra, que padecía migrañas, tomaba un analgésico que el médico le había recetado. Poco a poco fue aumentándose la dosis, pero no por los dolores, sino por adicción. Acabó usando hasta los medicamentos de sus familiares.

      Así es, las investigaciones demuestran que un gran número de adultos y cada vez más adolescentes dan mal uso a medicamentos recetados con tal de relajarse, combatir la ansiedad, mantenerse activos, perder peso o sentir euforia. En la lista de fármacos utilizados con estos fines figuran algunos que suelen tenerse en el botiquín, como los analgésicos, sedantes, estimulantes y tranquilizantes.b También se incluyen productos que en ciertos países se despachan sin receta médica, como somníferos, descongestionantes y antihistamínicos.

      Esta situación constituye un problema mundial que va en aumento. Hay lugares de África, Europa y el sur de Asia donde el abuso de medicamentos de venta con receta es mayor que el consumo de drogas, y en Estados Unidos, dicho abuso supera al de casi todas las drogas, excepto los derivados del cánnabis. Un periódico estadounidense informó hace poco que la cantidad de adolescentes que “abusan de los fármacos de prescripción rebasa el número de adolescentes adictos a la cocaína, heroína y metanfetamina”. Tanto es así, que la falsificación de recetas médicas se ha convertido en toda una industria.

      ¿Cómo pueden usted y su familia evitar la adicción a los fármacos y el consumo de drogas? En los siguientes artículos hallará la respuesta.

      [Notas]

      a Se han cambiado los nombres en esta serie de artículos.

      b Muchos de los principios citados en esta serie son aplicables también al consumo de drogas y al abuso del alcohol.

      [Recuadro de la página 3]

      “La farmacodependencia se caracteriza por el uso continuado y compulsivo de sustancias sin razones médicas, pese a los efectos nocivos o el riesgo de sufrir algún daño”, afirma la obra Physicians’ Desk Reference. La falta de control y la obsesión con el fármaco son señales de adicción.

      La dependencia física se manifiesta cuando el paciente experimenta síntomas de abstinencia al suspender el uso de fármacos, como los opioides. No obstante, esta es una reacción normal que no ha de confundirse con la adicción.

      La tolerancia es la necesidad de aumentar la dosis del fármaco para obtener el mismo efecto inicial.

  • La delgada línea entre el uso y el abuso
    ¡Despertad! 2009 | mayo
    • La delgada línea entre el uso y el abuso

      UNA chica llamada Ángela oyó decir a sus padres que su hermano había perdido el apetito debido a un medicamento que estaba tomando. Como ella quería bajar de peso, de vez en cuando le robaba unas pastillas. Pero para evitar que sus padres la descubrieran, se las empezó a pedir a un amigo que las tomaba por prescripción médica.a

      ¿Por qué recurren tantos jóvenes a los fármacos? Hay tres razones. La primera, porque están a su alcance, a veces en su misma casa. La segunda, porque muchos creen que usarlos sin receta médica no es ningún delito. Y la tercera, porque pudieran parecer inofensivos en comparación con las drogas. “Después de todo —piensan algunos—, si a los niños se los recetan, es porque no hacen daño.”

      Cuando los fármacos se emplean bajo supervisión médica, sin duda contribuyen a mejorar la salud o incluso a salvar vidas. Pero si se consumen indebidamente, resultan igual de nocivos que las drogas. El abuso de estimulantes, por ejemplo, puede ocasionar insuficiencia cardíaca o convulsiones. Hay productos que pueden disminuir el ritmo respiratorio hasta causar la muerte, y algunos también podrían tener efectos fatales al combinarse con otros medicamentos o con alcohol. De hecho, el diario The Arizona Republic informó de la muerte de un famoso actor a principios de 2008 provocada por una combinación letal de tranquilizantes, somníferos y analgésicos.

      Otro riesgo es caer en la adicción. Si se usan por razones indebidas o se exceden las dosis, ciertas sustancias actúan como las drogas, es decir, estimulan el centro de placer del cerebro y generan una ansiedad compulsiva. Pero lejos de perpetuar el bienestar o de ayudar a la gente a superar sus problemas, la farmacodependencia empeora la situación. Puede causar todas o algunas de las siguientes consecuencias: aumento del estrés y la depresión, deterioro de la salud y de las funciones normales del organismo, así como adicción. Es muy probable que los afectados ya de por sí tengan problemas en casa, en la escuela o en el trabajo. Ahora bien, ¿dónde está la línea que separa el uso del abuso?

      La delgada línea

      Un paciente que da buen uso a los fármacos sigue las instrucciones de su médico en cuanto a la dosis, la forma y el horario de las tomas. Si experimenta reacciones adversas o inesperadas, se lo dice enseguida al doctor, quien posiblemente cambie el tratamiento. Con respecto a los fármacos de venta libre, hay que hacer lo mismo: usarlos solo cuando sea necesario y seguir con cuidado las indicaciones que aparezcan en la etiqueta del producto.

      Entonces, ¿cuándo se cruza la línea que separa el uso del abuso? Cuando se modifica la dosis, se ingieren medicinas de otra persona, se toman sin razones médicas o de manera inadecuada. Por ejemplo, algunas pastillas deben tragarse enteras a fin de que el ingrediente activo se distribuya poco a poco por el organismo. Pero hay quienes alteran este proceso triturando o masticando las pastillas, o pulverizándolas para inhalarlas o disolverlas en agua y luego inyectarse la solución. Aunque esto puede potenciar los efectos, quizá también sea el primer paso hacia la adicción o, lo que es peor, hacia la muerte.

      Ahora bien, si alguien cree que se está haciendo adicto, aun cuando ha seguido las indicaciones de su facultativo, debe hablar con él de inmediato. Este le ofrecerá la alternativa más segura para tratar el asunto sin descuidar el padecimiento original.

      El uso indebido de sustancias que producen adicción es una epidemia que dice mucho sobre la sociedad actual. El núcleo familiar, que debería ser un remanso de paz donde reine el amor, ahora está en crisis. Tanto los sanos valores morales y espirituales como el respeto por la vida van en decadencia (2 Timoteo 3:1-5). Además, en vez de abrigar la esperanza de un futuro mejor, mucha gente solo vislumbra un porvenir oscuro. Por eso viven para el momento y van en busca de placeres a toda costa. Con razón la Biblia afirma que “donde no hay visión el pueblo anda desenfrenado” (Proverbios 29:18).

      Ustedes, padres, sin duda desean proteger a los suyos de la deficiencia moral y espiritual de este mundo. Pero ¿dónde encontrar una guía sólida para ayudarlos? ¿Existe realmente la esperanza de un futuro mejor? En los siguientes artículos se abordarán estas cuestiones.

      [Nota]

      a Según el portal electrónico TeensHealth.

      [Recuadro de la página 4]

      TODO POR UN “VIAJE”

      Muchos se arriesgan a probar lo que sea con tal de experimentar un viaje psicodélico. Una práctica especialmente dañina es la de inhalar sustancias volátiles como productos de limpieza, esmaltes de uñas, cera para muebles, gasolina, pegamento, líquidos para encendedores, pinturas en aerosol, entre otras. Como los vapores inhalados pasan rápidamente a la sangre, se produce una reacción casi instantánea.

      Otra práctica nociva es el abuso de medicamentos de venta libre que contienen alcohol o provocan somnolencia. Las dosis elevadas de estas sustancias afectan los sentidos, en particular la vista y el oído, y pueden causar confusión, entumecimiento, alucinaciones y dolor de estómago.

      [Recuadro de la página 5]

      DESESPERADOS POR CONSEGUIRLOS

      “Los farmacodependientes y los drogadictos procuran mantener el hábito a toda costa —señala una obra médica—. Por ejemplo, van a los servicios de urgencia de los consultorios casi al final de la jornada, no aceptan que se les hagan exámenes ni análisis ni que los vea un especialista, alteran las recetas o dicen que las pierden y se niegan a dar información médica personal o los datos de sus anteriores médicos. Además, las personas cuya adicción no ha sido tratada acostumbran a ir de doctor en doctor en busca de más recetas.” (Physicians’ Desk Reference.)

      Los fármacos más buscados se dividen en tres clases:

      ◼ Opioides: se recetan contra el dolor

      ◼ Depresores del sistema nervioso central (SNC): barbitúricos y benzodiazepinas (conocidos comúnmente como sedantes o tranquilizantes) que se usan para tratar la ansiedad y el insomnio

      ◼ Estimulantes: se emplean para el trastorno de hiperactividad y déficit de atención (THDA), la narcolepsia (crisis de sueño incontrolable) y la obesidadb

      [Nota]

      b Información publicada por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, de Estados Unidos.

      [Recuadro de la página 6]

      USO CORRECTO DE LOS FÁRMACOS RECETADOS

      1. Siga al pie de la letra las instrucciones.

      2. No aumente ni disminuya la dosis sin consultar al médico.

      3. No suspenda el tratamiento por su propia cuenta.

      4. No triture ni parta las pastillas a menos que se le indique.

      5. Fíjese si los efectos secundarios le permitirán conducir o realizar otras actividades.

      6. Averigüe las reacciones que pudieran producirse si se combinan con otros medicamentos o con alcohol.

      7. Si en el pasado usó indebidamente alguna sustancia, infórmeselo a su médico.

      8. No comparta medicamentos con nadie.c

      [Nota]

      c Según las recomendaciones de la Administración de Alimentos y Fármacos, de Estados Unidos.

  • Padres, protejan a sus hijos
    ¡Despertad! 2009 | mayo
    • Padres, protejan a sus hijos

      CON justa razón, los padres se preguntan preocupados por qué tantos jóvenes saquean los botiquines de sus casas. En realidad las causas varían. Algunos adolescentes, por ejemplo, recurren a los fármacos para sentir euforia, rendir en los estudios, aliviar el estrés y los dolores físicos o emocionales. Hasta hay niños de 12 años que han caído en el abuso de las medicinas de prescripción, adquiriéndolas quizá por Internet. Sin exagerar, existen cientos de miles de portales electrónicos que las venden a cualquiera. Además, otros han conseguido pastillas comprándolas a supuestos amigos. Entonces, ¿cómo puede usted proteger a sus hijos?

      Para empezar, hábleles sobre los peligros de ingerir sustancias que producen adicción, sean legales o no. También podría tomar ciertas medidas, como poner los medicamentos fuera del alcance de sus hijos, quizá guardándolos bajo llave. Esté al tanto de los fármacos que hay en casa y del uso que se les da. En caso de que hubiera alguno que ya no necesiten, deséchelo de forma segura. Si su hijo se ha curado de la tos, pero sigue tomándose el jarabe, pregúntele el motivo. Supervise lo que sus hijos hagan en Internet, los gastos que realicen y los paquetes que reciban. Por último, fíjese en cualquier cambio negativo en ellos: sus amistades, su aspecto, su conducta, o si sus calificaciones han bajado de repente.

      Hijos con problemas de adicción

      ¿Qué puede hacer si tiene serias sospechas de que su hijo consume drogas o abusa de los fármacos? Exprésele con amor y bondad lo que le preocupa. “Las intenciones secretas son como aguas profundas —dice la Biblia—, pero el que es inteligente sabe descubrirlas.” (Proverbios 20:5, Versión Popular.) Tratar de sacarle la verdad a un joven en tal situación es como querer sacar agua de un pozo con una frágil cuerda. Tirar de ella con severidad y reproches rompería las líneas de comunicación. Recuerde que el objetivo es saber si su hijo de veras utiliza indebidamente una sustancia. En caso afirmativo, habría que descubrir las razones, las cuales a menudo se relacionan con alguno de los siguientes factores.

      ◼ Las malas compañías y la presión de grupo. 1 Corintios 15:33 advierte: “No se dejen engañar: ‘Las malas compañías dañan las buenas costumbres’” (La Palabra de Dios para Todos). Por eso, los padres previsores hablan con sus hijos sobre los peligros de las malas influencias y les dan ayuda práctica para escoger amistades sanas (Proverbios 13:20). Incluso podrían invitar a casa a dichas amistades o llevarlas de paseo con la familia.

      ◼ El estrés. En estos tiempos, la presión por sobresalir es muy fuerte, y los padres a veces empeoran las cosas exigiéndoles a sus hijos más de la cuenta.a ¿Toma en consideración los puntos fuertes y débiles de sus hijos? ¿Pone ante ellos metas realistas y les ayuda a alcanzarlas? ¿Se abstiene por completo de hacer comparaciones despectivas que los desanimen o los lleven algún día a la depresión? Sin duda, si en el hogar no reciben el afecto y la comprensión que tanto necesitan, irán a buscarlos a otra parte. Los padres precavidos también se esfuerzan por crear en su hogar un ambiente que fomente el desarrollo espiritual de la familia, por ejemplo, leyendo la Biblia con sus hijos. Jesucristo mismo declaró: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual” (Mateo 5:3).

      ◼ La permisividad. Algunos jóvenes ingieren drogas porque sus padres les consienten todo. “El muchacho que se deja a rienda suelta causará vergüenza a su madre”, señala Proverbios 29:15. Así, aunque los hijos se quejen de las restricciones, en el fondo las agradecen porque los hacen sentir amados y protegidos. De ahí que la Biblia exhorte a los padres a ponerles normas equilibradas y un buen ejemplo (Efesios 6:4). Además, con las palabras “Que su Sí signifique Sí, y su No, No”, los anima a ser siempre consecuentes, y firmes cuando sea necesario (Santiago 5:12).

      Pero ¿qué hay si descubre que su hijo abusa de los fármacos o consume drogas? En tal caso sería conveniente consultar a un médico. Dejar una adicción no es fácil, y puede que se precise de orientación profesional. Si usted y su familia se reúnen con los testigos de Jehová, puede contar con el apoyo de los ancianos de la congregación (Santiago 5:13-16). Estos hombres espiritualmente maduros le mostrarán cómo aplicar los principios bíblicos que contribuirán a que la recuperación de su hijo sea más rápida.

      El siguiente artículo ofrece otros consejos y presenta la magnífica esperanza de un futuro mejor.

      [Nota]

      a Véase el artículo “Niños estresados”, en la página 14 de esta revista.

      [Comentario de la página 7]

      “Las intenciones secretas son como aguas profundas, pero el que es inteligente sabe descubrirlas.” (Proverbios 20:5, Versión Popular)

      [Ilustración y recuadro de la página 7]

      CARACTERÍSTICAS DE LOS JÓVENES ADICTOS EN POTENCIA

      ◼ Antecedentes familiares de drogadicción o abuso de sustancias adictivas

      ◼ Depresión o baja autoestima

      ◼ Inadaptación social y falta de amigos

      ◼ Carencia de energías; dificultades para dormir

      ◼ Agresividad o rebeldía contra la autoridadb

      [Nota]

      b Recuadro basado en la revista electrónica Teen Help.

  • Alivio de verdad
    ¡Despertad! 2009 | mayo
    • Alivio de verdad

      LA CULPA, el pesimismo y las ideas de muerte consumían a Laura, de 32 años, debido en gran parte a su problema con las drogas. Esta mujer, mencionada en el primer artículo, escribió: “Quería ser buena esposa y madre, pero todo en mi vida y en el mundo era tan deprimente que no parecía haber razones para superarme. Y las pocas veces que lo intenté, fracasé”.

      Más adelante empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, y al poco tiempo, la verdad bíblica le infundió tanta paz interior y alivio que ella misma afirmó: “Es la mejor sensación que he experimentado”. Conocer los principios divinos y la magnífica esperanza para el futuro la impulsó a cambiar de vida y vencer su adicción.

      Consejos para vivir mejor

      Nuestro Creador, Jehová Dios, formuló especialmente para nosotros los principios y leyes contenidos en la Biblia. Salmo 19:7, 8 dice: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver [o revitaliza] el alma. [...] Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón; el mandamiento de Jehová es limpio, hace brillar los ojos”.

      Sirva de ejemplo el principio de 2 Corintios 7:1, que nos exhorta a “limpi[arnos] de toda contaminación de la carne y del espíritu”. Laura tomó a pecho estas palabras, lo cual la ayudó a dejar aquel hábito inmundo. Mayra, mencionada también en el primer artículo, hizo lo mismo. Como vimos, ella se había vuelto adicta a un producto contra la migraña. No obstante, a fin de corregir la situación, habló francamente con su médico, quien le cambió el tratamiento.a Además, aceptó el apoyo espiritual que la congregación cristiana le brindó.

      Aparte de eso, tanto Mayra como Laura buscaron la ayuda de Dios en oración. Filipenses 4:6, 7 aconseja: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales”. Un siervo de Dios del pasado que experimentó dicha paz dijo que cuando sus “pensamientos inquietantes llegaron a ser muchos”, las confortadoras palabras de Dios le proporcionaron tranquilidad, consuelo y satisfacción (Salmo 94:19). Hoy también podemos recibir ese mismo ánimo a través de las Escrituras y la sana compañía de los miembros de la congregación cristiana, entre quienes figuran los ancianos.

      A veces, sin embargo, algunos se sienten indignos del todo debido a su adicción. Juanita, una cristiana que por muchos años fue farmacodependiente, escribió: “Un adicto puede estar tan mal en sentido espiritual y odiarse tanto a sí mismo que se le hace difícil, si no imposible, pedir ayuda a Jehová”. Alguien en tal situación tiene que buscar con más razón el apoyo de cristianos maduros. El estímulo que ellos suministran con paciencia y amor, y sus oraciones hechas con fe “sanará[n] al indispuesto” (Santiago 5:15). Claro está que si se trata de un menor, los padres deben hacer lo imposible por ayudarlo a recuperar su salud física y espiritual para prevenir que recaiga.

      Juanita ingresó en un centro de tratamiento, dejó su adicción y no ha recaído desde entonces. Reconoce: “Mi confianza en Jehová me ayuda a soportar las malas rachas. Ahora me siento tranquila y he vuelto a ser igual de alegre que antes”.

      El fin de nuestros problemas

      Se acerca el día en que las drogas y los fármacos habrán pasado al olvido. ¿Por qué podemos afirmarlo? Revelación, o Apocalipsis, 21:3, 4 responde: “La tienda de Dios está con la humanidad [...]. Y [él] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores [incluidos los problemas sociales] han pasado”.

      La Biblia compara la esperanza cristiana a un “ancla del alma, tanto segura como firme” (Hebreos 6:18, 19). Los marineros de tiempos antiguos arrojaban el ancla del barco cuando los azotaba una tempestad. Si esta se agarraba al fondo del mar, ayudaría al barco a aguantar la tormenta manteniéndolo lejos de las peligrosas costas o arrecifes. De igual modo, la esperanza “tanto segura como firme” expuesta en las Escrituras nos ayudará a mantener la estabilidad mental, emocional y espiritual ante situaciones tormentosas, que sin duda llegarán.

      ¿Sabía que la Biblia contiene oportunos consejos y enseñanzas que animan de verdad? Los testigos de Jehová podemos ayudarle a que lo compruebe personalmente. No se arrepentirá.

      [Nota]

      a No todos los casos son como este. Algunos pacientes sufren dolores tan intensos que solo sienten alivio si se les administran fármacos muy fuertes y potencialmente adictivos. Esto es muy diferente a tomarlos por placer o por adicción (léase Proverbios 31:6).

      [Comentario de la página 9]

      “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego [...], dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios [...] guardará sus corazones y sus facultades mentales.” (Filipenses 4:6, 7)

      [Ilustración y recuadro de la página 10]

      CONSEJOS PARA SENTIRSE MEJOR

      El ejercicio puede “levantar el ánimo y aliviar la depresión temporalmente”, señala el libro Managing Your Mind—The Mental Fitness Guide (El dominio de la mente: guía de salud mental). También puede ser provechoso un cambio de alimentación, así como de hábitos físicos y mentales. Valerie, por ejemplo, que de niña sufrió maltratos, se hizo adicta a más de diez fármacos de prescripción. No obstante, venció la adicción y ha podido llevar una vida bastante normal. ¿Cómo lo logró?

      En vez de ver televisión o leer novelas inmorales, adoptó la buena costumbre de estudiar la Biblia y leer publicaciones bíblicas que, como esta revista, editan los testigos de Jehová. Además, le pedía fuerzas a Dios, aprovechaba el apoyo de la congregación cristiana y dedicaba su tiempo a actividades saludables, como llevar el consolador mensaje bíblico a la gente. Aparte de eso, cambió por completo su dieta, que antes consistía en pura comida basura. Todo esto le ayudó a recuperarse de una forma que sorprendió hasta a los médicos, y se ha mantenido así durante muchos años.b

      [Nota]

      b Si usted sigue un tratamiento contra la depresión clínica, el trastorno bipolar o algún otro problema mental, su situación es distinta a la de Valerie. Por lo tanto, no haga cambios sin consultar a su médico.

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