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¿Por qué debemos reunirnos?La Atalaya 2007 | 15 de mayo
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¿Por qué debemos reunirnos?
SIN previo aviso y tras veinte años de matrimonio, el esposo de Cristina la abandonó. Sin su ayuda, ella tuvo que criar y educar a siete hijos y una hija con edades comprendidas entre los 7 y los 18 años. “Ahora tenía que tomar sola todas las decisiones importantes —relata—, me sentía abrumada por la responsabilidad, y mi mayor deseo era recibir apoyo y guía.” ¿Dónde encontró la ayuda que necesitaba?
“Las reuniones cristianas fueron como un salvavidas para mí y para mi familia —asegura Cristina—. En ellas recibíamos el apoyo de nuestros amigos y la guía de la Palabra de Dios. La asistencia regular a las reuniones nos ayudó en todas las facetas importantes de nuestra vida familiar.”
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¿Por qué debemos reunirnos?La Atalaya 2007 | 15 de mayo
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Piense en lo que dijo una cristiana que padece una enfermedad crónica. Ella explicó: “Mi enfermedad requiere que pase algunas temporadas en el hospital. Después de una estancia hospitalaria, a veces no me resulta fácil ir a las reuniones, pero allí es donde debo estar. El cariño y el amor de los hermanos me devuelven la alegría, y la enseñanza y dirección que proporcionan Jehová y Jesús da sentido a mi vida”.
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