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Valoremos las reuniones cristianasLa Atalaya 1998 | 1 de marzo
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8. a) ¿Qué encomiables sacrificios hacen algunos hermanos para asistir a las reuniones? b) ¿Qué ejemplo da Jehová como pastor?
8 Aunque a algunas personas tal vez les resulta relativamente fácil asistir a las reuniones cristianas, otras se ven obligadas a hacer un sacrificio constante para lograrlo. Por ejemplo, las madres cristianas que tienen que trabajar seglarmente para colaborar en el mantenimiento de la familia suelen llegar a casa cansadas del trabajo. Entonces, tal vez tengan que hacer la comida y ayudar a sus hijos a prepararse para ir a la reunión. Puede que otros cristianos tengan que viajar grandes distancias para llegar a las reuniones, o quizá los limiten las enfermedades o la edad avanzada. No hay duda de que Jehová Dios comprende la situación de todos los que asisten fielmente a las reuniones, igual que un pastor amoroso entiende las necesidades especiales de cada una de las ovejas de su rebaño. “Como pastor —dice la Biblia— [Jehová] pastoreará su propio hato. Con su brazo juntará los corderos; y en su seno los llevará. Conducirá con cuidado a las que están dando de mamar.” (Isaías 40:11.)
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Valoremos las reuniones cristianasLa Atalaya 1998 | 1 de marzo
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VALORAN LAS REUNIONES SEMANALES
Millones de personas viven en ciudades plagadas por la pobreza y el delito. A pesar de esas circunstancias, los cristianos verdaderos de esos lugares manifiestan un encomiable aprecio por las reuniones cristianas. Un anciano que sirve en una de las congregaciones de Gotean (Soweto, Sudáfrica) comenta: “En una congregación compuesta de 60 Testigos y publicadores no bautizados, asisten a las reuniones entre 70 y 80 personas, y en ocasiones más. Aunque los hermanos no han de viajar lejos para acudir a las reuniones, la situación en esta parte de Soweto es peligrosa. A un hermano lo apuñalaron por la espalda mientras caminaba a una reunión. Al menos a dos hermanas han intentado atracarlas. Pero estos incidentes no han hecho que dejen de venir. Los domingos practicamos brevemente unos cánticos después de concluir la reunión con oración. Por lo menos el 95% de los presentes se quedan normalmente y cantan todos los cánticos de la siguiente semana. Estos ensayos ayudan a los recién interesados a aprender los cánticos y cantarlos”.
Quienes viven en el campo tienen otros obstáculos, como son las largas distancias que deben recorrer para asistir a las reuniones tres veces a la semana. Un matrimonio interesado que vive a 15 kilómetros del Salón del Reino de Lobatse (Botsuana) asistió regularmente a las reuniones con sus dos hijos durante el año pasado. El esposo arregla zapatos para mantener a la familia. La esposa complementa los ingresos familiares vendiendo artículos pequeños, de modo que puedan pagar el transporte para ir y volver a las reuniones.
Una tarde de verano reciente, después de una reunión con el superintendente de circuito, esta familia se encontró en la parada de autobús a las nueve de la noche sin poder regresar a casa. El servicio de autobuses se había interrumpido más temprano por causa del mal tiempo. Un policía paró su furgoneta y les preguntó qué hacían allí. Cuando se enteró de su difícil situación, sintió lástima de ellos y los llevó a su casa, a 15 kilómetros de distancia. La esposa, que es publicadora no bautizada, dijo a su marido: “Ves, si ponemos en primer lugar las reuniones, Jehová siempre provee”. Ahora el esposo ha expresado su deseo de ser también predicador de las buenas nuevas.
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