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Recibimos una perla de gran valorLa Atalaya 1995 | 1 de junio
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Todas nuestras reuniones bíblicas se celebraban clandestinamente en hogares privados, y la predicación de casa en casa se hacía también discretamente para no llamar la atención. A veces toda una congregación se iba de “comida campestre” el domingo, especialmente cuando celebrábamos una asamblea de circuito.
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Recibimos una perla de gran valorLa Atalaya 1995 | 1 de junio
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[Fotografía en la página 24]
Sirviendo a una congregación en una “comida campestre” en el bosque
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