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¿Por qué debemos observar la Cena del Señor?La Atalaya 2003 | 15 de febrero
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¿Por qué debemos observar la Cena del Señor?
“Yo recibí del Señor lo que también les transmití.” (1 CORINTIOS 11:23.)
1, 2. ¿Qué hizo Jesús la noche de la Pascua del año 33 E.C.?
EL Hijo unigénito de Jehová estaba allí presente, así como también once hombres que ‘con constancia habían continuado con él en sus pruebas’ (Lucas 22:28). Era la noche del jueves 31 de marzo del año 33 de la era común, y una luna llena muy seguramente adornaba los cielos de Jerusalén. Jesucristo y sus apóstoles acababan de celebrar la Pascua. Aunque ya se había despedido al traidor Judas Iscariote, para los demás aún no era momento de partir, pues Jesús estaba a punto de hacer algo de suma importancia. ¿Qué era?
2 Dejemos que el evangelista Mateo, testigo presencial de los hechos, nos narre lo sucedido: “Jesús tomó un pan y, después de decir una bendición, lo partió y, dándolo a los discípulos, dijo: ‘Tomen, coman. Esto significa mi cuerpo’. También, tomó una copa y, habiendo dado gracias, la dio a ellos, diciendo: ‘Beban de ella, todos ustedes; porque esto significa mi “sangre del pacto”, que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados’” (Mateo 26:26-28). ¿Volvería a repetirse este acontecimiento? ¿Cuál era su relevancia? ¿Qué representa para nosotros hoy día?
“Sigan haciendo esto”
3. ¿Por qué fue significativo lo que Jesús hizo la noche del 14 de Nisán del año 33 E.C.?
3 El acto que Jesucristo realizó la noche del 14 de Nisán del año 33 E.C. fue mucho más que un suceso pasajero en su vida. El apóstol Pablo hizo referencia al mismo cuando escribió a los cristianos ungidos de Corinto, quienes más de veinte años después seguían imitando el modelo fijado en aquella ocasión. Aunque él no estuvo con Jesús y los once apóstoles en el año 33 E.C., sin duda conocía por boca de varios de ellos lo que había sucedido. Además, parece ser que Pablo recibió confirmación de este acontecimiento mediante una revelación inspirada, de modo que pudo decir: “Yo recibí del Señor lo que también les transmití, que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó un pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo: ‘Esto significa mi cuerpo a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí’. Hizo lo mismo respecto a la copa también, después de haber cenado, al decir: ‘Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre. Sigan haciendo esto, cuantas veces la beban, en memoria de mí’” (1 Corintios 11:23-25).
4. ¿Por qué deben los cristianos observar la Cena del Señor?
4 El evangelista Lucas confirma el mandato de Jesús: “Sigan haciendo esto en memoria de mí” (Lucas 22:19). Esta frase también se ha vertido: “Hagan esto en conmemoración mía” (Nuevo Testamento, traducción de Pedro Ortiz V.) y “Hagan esto en recuerdo mío” (Biblia de Jerusalén Latinoamericana). De hecho, a esta observancia con frecuencia se la denomina la Conmemoración de la muerte de Cristo. Pablo la llama asimismo la Cena del Señor, designación muy acertada si se tiene en cuenta que fue instituida de noche (1 Corintios 11:20). A los cristianos se les manda observar la Cena del Señor. Ahora bien, ¿por qué motivo se instituyó?
Por qué se instituyó
5, 6. a) ¿Cuál fue una de las razones por las que Jesús instituyó la Conmemoración? b) Mencione otra razón por la que se instituyó la Cena del Señor.
5 Una razón por la que se instituyó la Conmemoración tuvo que ver con uno de los objetivos de la muerte de Jesús. Al morir como defensor de la soberanía de su Padre celestial, Cristo probó que Satanás el Diablo, quien había acusado falsamente a los seres humanos de servir a Dios solo por intereses egoístas, era un mentiroso (Job 2:1-5). Su muerte en fidelidad demostró la falsedad de dicha alegación y regocijó el corazón de Jehová (Proverbios 27:11).
6 Otra razón por la que se instituyó la Cena del Señor fue para recordarnos que con su muerte como ser humano perfecto y sin pecado, Jesús ‘dio su alma en rescate en cambio por muchos’ (Mateo 20:28). Cuando el primer hombre pecó contra Dios, perdió la vida humana perfecta y todas las perspectivas que esta ofrecía. Sin embargo, Jesús dijo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). En efecto, “el salario que el pecado paga es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 6:23). La Cena del Señor nos recuerda el gran amor que tanto Jehová como su Hijo nos mostraron mediante la muerte expiatoria de este, un amor por el que debemos estar sumamente agradecidos.
¿Cuándo debe observarse?
7. ¿En qué sentido siguen los cristianos ungidos proclamando la muerte del Señor cada vez que participan en la Conmemoración?
7 Aludiendo a la Cena del Señor, Pablo mencionó: “Cuantas veces coman este pan y beban esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él llegue” (1 Corintios 11:26). Cada uno de los cristianos ungidos participaría de los emblemas de la Conmemoración hasta su muerte. Así proclamarían de forma reiterada, ante Jehová Dios y ante el mundo, su fe en el sacrificio redentor de Jesús proporcionado por Dios.
8. ¿Hasta cuándo habrían de observar los ungidos la Cena del Señor?
8 ¿Hasta cuándo observarían los cristianos ungidos, en conjunto, la Conmemoración de la muerte de Cristo? “Hasta que él llegue”, contesta Pablo, sin duda queriendo decir que seguiría celebrándose hasta que Jesús llegara para recibir a sus seguidores ungidos en el cielo mediante la resurrección, lo cual sucedería durante su “presencia” (1 Tesalonicenses 4:14-17). Lo anterior armoniza con estas palabras de Jesús a los once apóstoles leales: “Si prosigo mi camino y les preparo un lugar, vengo otra vez y los recibiré en casa a mí mismo, para que donde yo estoy también estén ustedes” (Juan 14:3).
9. ¿Qué quieren decir las palabras de Jesús consignadas en Marcos 14:25?
9 Al instituir la Conmemoración, Jesús dijo lo siguiente a sus apóstoles fieles con respecto a la copa de vino: “De ningún modo beberé yo más del producto de la vid hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios” (Marcos 14:25). Puesto que Jesús no bebería vino de manera literal en el cielo, es obvio que estaba pensando en el regocijo simbolizado a veces por el vino (Salmo 104:15; Eclesiastés 10:19). Estar juntos en el Reino constituiría una feliz experiencia que él y los seguidores de sus pasos esperarían anhelantes (Romanos 8:23; 2 Corintios 5:2).
10. ¿Cada cuánto tiempo debe observarse la Conmemoración?
10 ¿Debería conmemorarse la muerte de Jesús todos los meses, todas las semanas o incluso todos los días? No. Jesús instituyó la Cena del Señor y murió el día de la Pascua, que se celebraba en “memoria” de la liberación de Israel del cautiverio egipcio en 1513 a.E.C. (Éxodo 12:14). La Pascua tenía lugar solo una vez al año, el día decimocuarto del mes judío de Nisán (Éxodo 12:1-6; Levítico 23:5). Este hecho indica que la muerte de Jesús debía conmemorarse con la misma periodicidad que la Pascua: una vez al año, y no mensual, semanal ni diariamente.
11, 12. ¿Qué revela la historia sobre las primeras celebraciones de la Conmemoración?
11 Por consiguiente, lo apropiado es observar la Conmemoración todos los años el 14 de Nisán. Cierta obra de consulta señala: “A los cristianos de Asia Menor se les llamaba cuartodecimanos por su costumbre de celebrar la Pascua invariablemente el día decimocuarto del mes de Nisán [...]. La fecha podía caer en viernes o en cualquier otro día de la semana” (The New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, vol. IV, pág. 44).
12 Comentando la costumbre que se seguía en el siglo II de la era común, el historiador J. L. von Mosheim dice que los cuartodecimanos observaban la Conmemoración el 14 de Nisán porque “consideraban que el ejemplo de Cristo tenía fuerza de ley”. Otro historiador declara: “La costumbre de las iglesias cuartodecimanas de Asia era la misma que la de la iglesia de Jerusalén. En el siglo II, dichas iglesias conmemoraban en su Pascua del 14 de Nisán la redención lograda por la muerte de Cristo” (Studia Patristica, 1962; vol. V, pág. 8).
Significado del pan
13. ¿Qué tipo de pan usó Jesús al instituir la Cena del Señor?
13 Cuando Jesús instituyó la Conmemoración, “tomó un pan, y habiendo dicho una bendición, lo partió y se lo dio a [los apóstoles]” (Marcos 14:22). El pan del que disponían en aquella ocasión era el mismo que acababan de usar en la cena pascual (Éxodo 13:6-10). Cocido al horno y sin levadura, era plano y quebradizo, y había que partirlo con el fin de distribuirlo. Cuando Jesús multiplicó milagrosamente los panes para alimentar a millares de personas, estos también eran en forma de tortas delgadas y duras, pues él los partió para distribuirlos (Mateo 14:19; 15:36). Así pues, parece que el acto de partir el pan de la Conmemoración carece de significado espiritual.
14. a) ¿Por qué es apropiado que el pan de la Conmemoración no contenga levadura? b) ¿Qué clase de pan puede obtenerse o elaborarse para la Cena del Señor?
14 Con respecto al pan utilizado al instituir la Conmemoración, Jesús dijo: “Esto significa mi cuerpo a favor de ustedes” (1 Corintios 11:24; Marcos 14:22). Era apropiado que el pan fuera ácimo, es decir, sin levadura, pues la levadura puede simbolizar maldad, perversidad o pecado (1 Corintios 5:6-8). El pan representó el cuerpo humano perfecto y sin pecado de Jesús, ofrecido como adecuado sacrificio redentor (Hebreos 7:26; 10:5-10). Los testigos de Jehová tomamos en consideración este hecho y seguimos el precedente que sentó Jesús al utilizar pan sin levadura en la Conmemoración. En ocasiones se han usado matzos (panes ácimos que se comen durante la Pascua judía) sin sazonar y sin ingredientes añadidos, como cebollas o huevos. También se puede elaborar pan sin levadura mezclando una pequeña cantidad de harina integral (si es posible, de trigo) con un poco de agua, aplanando la masa con un rodillo y cociéndola sobre una plancha metálica ligeramente aceitada, hasta que el pan quede seco y crujiente.
Significado del vino
15. ¿Qué contenía la copa que utilizó Cristo al instituir la Conmemoración de su muerte?
15 Tras haber pasado el pan sin levadura, Jesús tomó en sus manos una copa, “ofreció gracias y se la dio a [los apóstoles], y todos bebieron de ella”. Luego explicó: “Esto significa mi ‘sangre del pacto’, que ha de ser derramada a favor de muchos” (Marcos 14:23, 24). ¿Qué contenía la copa? Vino fermentado, no jugo de uva sin fermentar. Cuando las Escrituras hablan del vino, no se refieren al zumo de la uva antes de fermentar. Por ejemplo, el vino fermentado, y no el jugo de uva, reventaría los “odres viejos”, como dijo Jesús. Asimismo, los enemigos de Cristo lo acusaron de ser un hombre “dado a beber vino”, acusación que carecería de sentido si el vino fuera simplemente jugo de uva (Mateo 9:17; 11:19). En el transcurso de la cena pascual se bebía vino, y Cristo lo utilizó al instituir la Conmemoración de su muerte.
16, 17. ¿Qué clase de vino es apropiado para la observancia de la Conmemoración, y por qué?
16 Solo el vino tinto constituye un símbolo apropiado de lo que representa el contenido de la copa, a saber, la sangre derramada de Jesús. Él mismo dijo: “Esto significa mi ‘sangre del pacto’, que ha de ser derramada a favor de muchos”. Y el apóstol Pedro escribió: “Ustedes [los cristianos ungidos] saben que no fue con cosas corruptibles, con plata u oro, con lo que fueron librados de su forma de conducta infructuosa recibida por tradición de sus antepasados. Más bien, fue con sangre preciosa, como la de un cordero sin tacha e inmaculado, sí, la de Cristo” (1 Pedro 1:18, 19).
17 No cabe duda de que fue vino de uvas negras o tintas lo que Jesús empleó al instituir la Conmemoración. Sin embargo, algunos vinos tintos de la actualidad son inaceptables porque están fortalecidos con otras bebidas alcohólicas, generalmente brandy, o porque se les han agregado hierbas y especias. La sangre de Jesús era de por sí adecuada, no necesitaba que se le añadiera nada. Por lo tanto, vinos como el oporto, el jerez o el vermú no son apropiados. La copa de la Conmemoración debe contener vino tinto sin edulcorantes ni sustancias fortalecedoras. Puede ser uno de fabricación casera hecho con uvas negras sin endulzar o un vino del tipo del borgoña o del clarete.
18. ¿Por qué no realizó Jesús una conversión milagrosa del pan y el vino de la Conmemoración?
18 Al instituir esta cena, Jesús no realizó un milagro convirtiendo literalmente los emblemas en su carne y sangre. Comer carne y beber sangre de seres humanos sería canibalismo, lo que constituiría una violación de la ley divina (Génesis 9:3, 4; Levítico 17:10). Jesús aún conservaba su cuerpo y su sangre intactos. No ofreció su cuerpo como sacrificio perfecto ni derramó su sangre sino hasta la siguiente tarde del mismo día judío, 14 de Nisán. Por consiguiente, el pan y el vino utilizados en la Conmemoración poseen un carácter emblemático: representan la carne y la sangre de Cristo.a
La Conmemoración, una comida de comunión
19. ¿Por qué pueden utilizarse más de un plato y una copa en la Cena del Señor?
19 Cuando Jesús instituyó la Conmemoración, invitó a sus apóstoles fieles a beber de una misma copa. Según el Evangelio de Mateo, Jesús “tomó una copa y, habiendo dado gracias, la dio a ellos, diciendo: ‘Beban de ella, todos ustedes’” (Mateo 26:27). Utilizar “una copa” en vez de varias no representó ningún problema, pues en aquella ocasión solo había once comensales que, por lo visto, compartían una misma mesa y podían fácilmente pasar la copa de mano en mano. Este año, millones de personas se reunirán para celebrar la Cena del Señor en las más de noventa y cuatro mil congregaciones de los testigos de Jehová que existen por todo el mundo. Con tantos asistentes la misma noche, una copa no bastaría. Pero el principio se mantiene en las congregaciones grandes empleando varias copas, a fin de que se pasen entre los concurrentes en un período de tiempo razonable. De igual manera, puede utilizarse más de un plato para el pan. Si bien no hay nada en las Escrituras que indique que la copa deba tener un diseño especial, sí debe, juntamente con el plato, reflejar la dignidad de la ocasión. No es prudente llenarla tanto que el vino se derrame al pasarla entre los presentes.
20, 21. ¿Por qué podemos decir que la Conmemoración es una comida de comunión?
20 Aun cuando pueden emplearse más de un plato de pan y una copa de vino, la Conmemoración es una comida de comunión. En el antiguo Israel, un hombre podía tener una comida de comunión llevando un animal al santuario de Dios para que lo degollaran. Una porción de la víctima se quemaba sobre el altar, otra correspondía al sacerdote que oficiaba, y una tercera era para los hijos sacerdotales de Aarón; también participaban de la comida el oferente y su familia (Levítico 3:1-16; 7:28-36). De igual modo, la Conmemoración es una comida de comunión porque hay una participación conjunta.
21 Jehová es uno de los participantes de esta comida por ser quien le dio origen. Jesús es el sacrificio, y los cristianos ungidos participan unidamente de los emblemas. Comer a la mesa de Jehová significa que los comensales están en paz con él. Por ello, Pablo escribió: “La copa de bendición que bendecimos, ¿no es un participar de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es un participar del cuerpo del Cristo? Porque hay un solo pan, nosotros, aunque muchos, somos un solo cuerpo, porque todos participamos de ese solo pan” (1 Corintios 10:16, 17).
22. ¿Qué preguntas sobre la Conmemoración nos quedan por contestar?
22 La Cena del Señor es la única observancia religiosa anual de los testigos de Jehová, lo cual es adecuado, pues Jesús mandó a sus discípulos: “Sigan haciendo esto en memoria de mí”. Con ella conmemoramos la muerte de Jesús, una muerte que apoyó la soberanía de Jehová. Como hemos visto, en esta comida de comunión, el pan significa el cuerpo humano sacrificado de Cristo, y el vino, su sangre derramada. No obstante, son muy pocos los que participan del pan y el vino emblemáticos. ¿Por qué razón? ¿Posee la Conmemoración un significado real para los millones de personas que no participan? En realidad, ¿qué sentido debe tener para usted la Cena del Señor?
[Nota]
a Véase Perspicacia para comprender las Escrituras, vol. 1, pág. 460, editado por los testigos de Jehová.
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¿Qué significa para usted la Cena del Señor?La Atalaya 2003 | 15 de febrero
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¿Qué significa para usted la Cena del Señor?
“Cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable respecto al cuerpo y la sangre del Señor.” (1 CORINTIOS 11:27.)
1. ¿Cuál es el acontecimiento más importante programado para el año 2003, y cuál es su origen?
EL ACONTECIMIENTO más importante programado para el año 2003 tendrá lugar el 16 de abril después de la puesta del Sol. Esa noche, los testigos de Jehová nos reuniremos para observar la Conmemoración de la muerte de Jesucristo. Como vimos en el artículo anterior, Jesús instituyó dicha práctica, llamada también la Cena del Señor, después de que él y sus apóstoles celebraron la Pascua el 14 de Nisán del año 33 E.C. Los emblemas utilizados —pan sin levadura y vino tinto— simbolizan el cuerpo sin pecado y la sangre derramada de Cristo, el único sacrificio capaz de redimir a la humanidad del pecado y la muerte heredados (Romanos 5:12; 6:23).
2. ¿Qué advertencia se da en 1 Corintios 11:27?
2 Quienquiera que participe de los emblemas de la Conmemoración ha de hacerlo de manera digna. Así lo aclaró el apóstol Pablo al escribir a los cristianos de la antigua Corinto, donde la Cena del Señor se estaba celebrando de forma impropia (1 Corintios 11:20-22). “Cualquiera que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable respecto al cuerpo y la sangre del Señor”, escribió él (1 Corintios 11:27). ¿Cuánta importancia revisten estas palabras?
Algunos la observaban indignamente
3. ¿Cómo se comportaban muchos cristianos corintios en la Cena del Señor?
3 Muchos cristianos corintios tomaban parte en la Conmemoración de manera indigna. Había divisiones entre ellos y, al menos durante algún tiempo, algunos llevaban su propia cena y la tomaban antes de la reunión o en el transcurso de la misma, a menudo comiendo y bebiendo en exceso. No estaban alerta ni mental ni espiritualmente. Todo ello los hacía “culpable[s] respecto al cuerpo y la sangre del Señor”. Los que no habían cenado tenían hambre y se distraían. La verdad era que muchos participaban con falta de respeto y sin una comprensión cabal de la seriedad del acontecimiento. No es de extrañar, pues, que se acarrearan juicio sobre sí (1 Corintios 11:27-34).
4, 5. ¿Por qué es esencial que los que participan de los emblemas de la Conmemoración se hagan un autoexamen?
4 Todos los años, al acercarse la Conmemoración, es esencial que quienes participan de los emblemas se hagan un autoexamen. Para que puedan tener parte apropiadamente en esta comida de comunión, deben gozar de una condición espiritual saludable. Cualquiera que trate el sacrificio de Jesús con falta de respeto, o hasta con desdén, corre el riesgo de ser ‘cortado del pueblo de Dios’, como le ocurría al israelita que estando impuro comía de un sacrificio de comunión (Levítico 7:20; Hebreos 10:28-31).
5 Pablo comparó la Conmemoración a una comida de comunión en el antiguo Israel. Tras explicar que los comensales se hallaban en comunión con Cristo, agregó: “No pueden estar bebiendo la copa de Jehová y la copa de demonios; no pueden estar participando de ‘la mesa de Jehová’ y de la mesa de demonios” (1 Corintios 10:16-21). Si alguien que participa de los emblemas de la Conmemoración comete un pecado grave, debe confesarlo a Jehová y buscar la ayuda espiritual de los ancianos de la congregación (Proverbios 28:13; Santiago 5:13-16). Si de veras se arrepiente y produce fruto propio del arrepentimiento, no estaría participando indignamente (Lucas 3:8).
Asisten en calidad de observadores respetuosos
6. ¿Para quiénes ha reservado Dios el privilegio de participar en la Cena del Señor?
6 ¿Deberían participar en la Cena del Señor los que hoy día hacen el bien al resto de los 144.000 hermanos de Cristo? (Mateo 25:31-40; Revelación [Apocalipsis] 14:1.) No. Dios ha reservado este privilegio para aquellos a quienes él ha ungido con espíritu santo a fin de que sean “coherederos con Cristo” (Romanos 8:14-18; 1 Juan 2:20). ¿En qué posición se encuentran, entonces, los que esperan vivir para siempre en una Tierra paradisíaca bajo el Reino? (Lucas 23:43; Revelación 21:3, 4.) Dado que no son coherederos con Jesús con esperanza celestial, acuden a la Conmemoración en calidad de observadores respetuosos (Romanos 6:3-5).
7. ¿Por qué sabían los cristianos del siglo I que debían participar de los emblemas de la Conmemoración?
7 Los cristianos verdaderos del siglo I fueron ungidos por espíritu santo, y muchos pudieron utilizar uno o más de sus dones milagrosos, como hablar en lenguas. Por tal razón no debió de resultarles difícil saber que tenían la unción del espíritu y que debían participar de los emblemas de la Conmemoración. Sin embargo, en el presente, dicha condición puede determinarse sobre la base de palabras inspiradas como estas: “Todos los que son conducidos por el espíritu de Dios, estos son los hijos de Dios. Porque ustedes no recibieron un espíritu de esclavitud que ocasione temor de nuevo, sino que recibieron un espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’” (Romanos 8:14, 15).
8. ¿A quiénes representan “el trigo” y “la mala hierba” mencionados en el capítulo 13 de Mateo?
8 A lo largo de los siglos, los verdaderos ungidos crecieron como “trigo” entre “mala hierba”, o falsos cristianos (Mateo 13:24-30, 36-43). A partir de los años setenta del siglo XIX, “el trigo” comenzó a distinguirse cada vez más, y tiempo después se dio esta instrucción a los superintendentes cristianos ungidos: “Los ancianos [...] deben poner las siguientes condiciones a quienes se congregan [para la Conmemoración]: 1) fe en la sangre [de Cristo], y 2) consagración al Señor y a su servicio, aun hasta la muerte. Entonces deben invitar a cuantos estén así de dispuestos y consagrados a tomar parte en la celebración de la muerte del Señor” (Studies in the Scriptures [Estudios de las Escrituras], tomo VI, The New Creation [La nueva creación], pág. 473).a
En busca de las “otras ovejas”
9. ¿Cómo se aclaró la identidad de la “gran muchedumbre” en 1935, y qué efecto tuvo ello en algunos que habían estado participando de los emblemas de la Conmemoración?
9 Con el tiempo, la organización de Jehová empezó a centrar la atención en otras personas aparte de los seguidores ungidos de Cristo. A mediados de la década de 1930 tuvo lugar un notable suceso al respecto. Antes de esa fecha, el pueblo de Dios creía que los miembros de la “gran muchedumbre” mencionada en Revelación 7:9 componían una clase espiritual secundaria que se juntaría en el cielo con los 144.000 ungidos resucitados, como si fueran damas de honor o compañeras de la novia de Cristo (Salmo 45:14, 15; Revelación 7:4; 21:2, 9). Pero el 31 de mayo de 1935, en un discurso pronunciado en una asamblea de los testigos de Jehová celebrada en Washington, D.C. (EE.UU.), se explicó con las Escrituras que la “gran muchedumbre” se refiere a las “otras ovejas” que viven durante el tiempo del fin (Juan 10:16). Después de aquella asamblea, algunos que anteriormente habían participado de los emblemas de la Conmemoración dejaron de hacerlo, pues comprendieron que su esperanza era terrenal y no celestial.
10. ¿Cómo describiría la esperanza y los deberes de las “otras ovejas” de hoy día?
10 Particularmente desde el año 1935 se ha estado buscando a los que componen la clase de las “otras ovejas”, los cuales tienen fe en el rescate, se dedican a Dios y apoyan al “rebaño pequeño” de ungidos en la predicación del Reino (Lucas 12:32). Estas otras ovejas esperan vivir para siempre en la Tierra, siendo este el único aspecto en el que difieren del actual resto de herederos del Reino. A semejanza de los residentes forasteros del antiguo Israel que adoraban a Jehová y se sometían a la Ley, las otras ovejas de nuestros días aceptan los deberes propios del cristiano, entre ellos predicar las buenas nuevas junto con los miembros del Israel espiritual (Gálatas 6:16). Pero así como ningún extranjero podía ser rey o sacerdote de Israel, ninguna de las otras ovejas como tal puede gobernar en el Reino celestial ni oficiar de sacerdote (Deuteronomio 17:15).
11. ¿Por qué pudiera incidir la fecha de dedicación de una persona en la clase de esperanza que abriga?
11 Para la década de 1930 quedó claro que, en general, la clase celestial ya había sido escogida. Los siguientes decenios se han empleado en la búsqueda de las otras ovejas, que abrigan la esperanza terrenal. Si un ungido se vuelve infiel, lo más probable es que se llame a alguien de entre las otras ovejas que haya servido fielmente a Dios por mucho tiempo para ocupar la vacante producida en el número de los 144.000.
Por qué se han equivocado algunos
12. ¿En qué circunstancias debe alguien dejar de participar de los emblemas de la Conmemoración, y por qué razón?
12 Los cristianos ungidos saben con total certeza que tienen el llamamiento celestial. Pero ¿qué pasa si alguien que no lo tiene ha participado de los emblemas de la Conmemoración? Ahora que comprende que nunca poseyó la esperanza celestial, su conciencia sin duda lo moverá a no seguir haciéndolo. Dios no aprobaría a nadie que se hiciera pasar por una persona llamada para ser rey y sacerdote celestial a sabiendas de que no lo es (Romanos 9:16; Revelación 20:6). Jehová ejecutó al levita Coré por su presunción al ambicionar el sacerdocio aarónico (Éxodo 28:1; Números 16:4-11, 31-35). Si un cristiano se da cuenta de que ha participado impropiamente de los emblemas de la Conmemoración, debe dejar de hacerlo y pedir con humildad a Jehová que lo perdone (Salmo 19:13).
13, 14. ¿Por qué pudiera suponer alguien equivocadamente que tiene el llamamiento celestial?
13 ¿Por qué pudiera alguien suponer equivocadamente que posee el llamamiento celestial? La muerte del cónyuge u otra tragedia pudiera hacerle perder el interés en la vida en la Tierra; o quizás desee tener el mismo destino que un amigo íntimo que afirma ser cristiano ungido. Está claro que Dios no ha designado a nadie para que reclute a las personas a quienes se favorece con dicho privilegio, ni tampoco unge a los herederos del Reino haciendo que escuchen voces que se lo anuncien.
14 La doctrina falsa de que todos los buenos van al cielo tal vez lleve a alguien a creer que tiene el llamamiento celestial, motivo por el que no debemos permitir que las creencias erróneas del pasado u otros factores influyan en nosotros. Por ejemplo, algunos podrían preguntarse: “¿Utilizo medicamentos que me afectan las emociones? ¿Tiendo a dejarme llevar por la emotividad?”.
15, 16. ¿Por qué pudieran algunos concluir erróneamente que son ungidos?
15 Otros tal vez pudieran preguntarse: “¿Deseo ser prominente? ¿Tengo ambición de poder, ya sea ahora o como un futuro coheredero de Cristo?”. Cuando se llamó a los herederos del Reino en el siglo I, no todos ocupaban puestos de responsabilidad en la congregación; tampoco los animaban las ansias de prominencia ni se jactaban de ser ungidos. Por el contrario, demostraban la humildad característica de quienes poseen “la mente de Cristo” (1 Corintios 2:16).
16 Algunos cristianos quizás hayan concluido que tienen la llamada celestial por el gran caudal de conocimiento bíblico que han adquirido. Sin embargo, la unción con espíritu no lleva aparejado un entendimiento extraordinario, pues Pablo se vio en la necesidad de instruir y aconsejar a ciertos ungidos (1 Corintios 3:1-3; Hebreos 5:11-14). Dios ha dispuesto un medio para proporcionar alimento espiritual a todo su pueblo (Mateo 24:45-47). Por consiguiente, nadie debe pensar que por ser un cristiano ungido posee mayor sabiduría que los que abrigan la esperanza terrenal. La unción con espíritu no se manifiesta en la habilidad para responder preguntas bíblicas, predicar o pronunciar discursos, pues hay cristianos con la esperanza terrenal que también son muy diestros en estos aspectos.
17. ¿De qué y de quién depende la unción por espíritu?
17 Si un hermano en la fe pregunta sobre la llamada celestial, un anciano u otro cristiano maduro puede tratar el asunto con él; no obstante, este es un campo en el que nadie puede decidir por otro. Quien de verdad tiene dicho llamamiento no necesita que los demás se lo confirmen. A los ungidos “se les ha dado un nuevo nacimiento, no de semilla corruptible, sino de semilla reproductiva incorruptible, mediante la palabra del Dios vivo y duradero” (1 Pedro 1:23). Mediante su espíritu y Palabra, Dios implanta la “semilla” que convierte a la persona en “una nueva creación”, con la esperanza celestial (2 Corintios 5:17). Y es Jehová quien hace la elección. La unción “no depende del que desea ni del que corre, sino de Dios” (Romanos 9:16). Entonces, ¿cómo puede alguien estar seguro de que tiene el llamamiento celestial?
Por qué están seguros
18. ¿Cómo da el espíritu de Dios testimonio con el espíritu de los ungidos?
18 El testimonio del espíritu de Dios convence a los cristianos ungidos de que tienen la perspectiva celestial. “Ustedes [...] recibieron un espíritu de adopción como hijos —escribió Pablo—, espíritu por el cual clamamos: ‘¡Abba, Padre!’. El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. Pues, si somos hijos, también somos herederos: herederos por cierto de Dios, pero coherederos con Cristo, con tal que suframos juntamente para que también seamos glorificados juntamente.” (Romanos 8:15-17.) Bajo la influencia del espíritu santo, el espíritu —o actitud dominante— de los ungidos los impele a aplicarse a sí mismos lo que las Escrituras dicen tocante a los hijos espirituales de Jehová (1 Juan 3:2). El espíritu de Dios les comunica un sentido de filiación respecto a Él y engendra en ellos una esperanza singular (Gálatas 4:6, 7). La vida eterna en la Tierra como seres humanos perfectos rodeados de la familia y los amigos sería algo espléndido, sí, pero esa no es la esperanza que Dios les ha otorgado. Por medio de su espíritu, él les ha implantado una esperanza celestial tan fuerte que están dispuestos a sacrificar todo vínculo y perspectivas terrestres (2 Corintios 5:1-5, 8; 2 Pedro 1:13, 14).
19. ¿Qué papel desempeña el nuevo pacto en la vida de los cristianos ungidos?
19 Los cristianos ungidos están seguros de su esperanza celestial, de que se les ha introducido en el nuevo pacto que mencionó Jesús cuando instituyó la Conmemoración diciendo: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes” (Lucas 22:20). Las partes que intervienen en el nuevo pacto son Dios y los ungidos (Jeremías 31:31-34; Hebreos 12:22-24), con Jesús como mediador. Validado con la sangre derramada de Cristo, el nuevo pacto sacó no solo de entre los judíos, sino también de entre las naciones, un pueblo para el nombre de Jehová y lo hizo parte de la “descendencia” de Abrahán (Gálatas 3:26-29; Hechos 15:14). Este “pacto eterno” prevé que todos los israelitas espirituales sean resucitados y reciban vida inmortal en el cielo (Hebreos 13:20).
20. ¿En qué pacto con Cristo se incluye a los ungidos?
20 Los ungidos no abrigan la menor duda en cuanto a su esperanza. También se les ha introducido en otro pacto: el pacto para el Reino. Jesús, aludiendo a la participación que tendrían con él, dijo: “Ustedes son los que con constancia han continuado conmigo en mis pruebas; y yo hago un pacto con ustedes, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo, para un reino” (Lucas 22:28-30). Dicho pacto entre Cristo y sus reyes asociados permanecerá vigente para siempre (Revelación 22:5).
La época de la Conmemoración es un tiempo feliz
21. ¿Cómo podemos extraer grandes beneficios de la época de la Conmemoración?
21 Son muchos los beneficios que trae consigo la época de la Conmemoración. Podemos sacar provecho de la lectura de la Biblia programada para ese tiempo. Es asimismo un período particularmente apropiado para orar, para meditar sobre la vida y muerte de Jesús en la Tierra y para predicar el Reino (Salmo 77:12; Filipenses 4:6, 7). La propia celebración nos recuerda el amor de Dios y de Cristo manifestado en el sacrificio redentor (Mateo 20:28; Juan 3:16). Tal disposición nos da esperanza y consuelo, y debería afirmar nuestra resolución de seguir los pasos de Cristo (Éxodo 34:6; Hebreos 12:3). Además, la Conmemoración debe fortalecernos para cumplir con nuestra dedicación como siervos de Dios y ser fieles seguidores de su amado Hijo.
22. ¿Cuál es la mayor dádiva de Dios para la humanidad, y cuál es una manera de demostrar gratitud por ella?
22 ¡Qué dádivas tan magníficas nos da Jehová! (Santiago 1:17.) Contamos con la guía de su Palabra, la ayuda de su espíritu y la esperanza de vida eterna. La más grandiosa de todas las dádivas divinas es el sacrificio de Jesús por los pecados, tanto de los ungidos como de todos los demás que ejerzan fe (1 Juan 2:1, 2). De manera que ¿cuánto significa para usted la muerte de Jesús? ¿Se hallará entre los que mostrarán su gratitud asistiendo a la Cena del Señor el 16 de abril de 2003 después de la puesta del Sol?
[Nota]
a Editado por los testigos de Jehová. Ya no se imprime.
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