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  • Acordémonos de nuestro Magnífico Creador
    La Atalaya 1999 | 15 de noviembre
    • Acordémonos de nuestro Magnífico Creador

      “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador [...] antes que procedan a venir los días calamitosos.” (ECLESIASTÉS 12:1.)

      1. ¿Cómo deben usar su juventud y fuerzas los jóvenes dedicados a Dios?

      JEHOVÁ da a sus siervos la fuerza que necesitan para hacer Su voluntad (Isaías 40:28-31). Esto es cierto sin importar la edad que tengan. Ahora bien, los jóvenes dedicados a Dios, en especial, deberían usar su juventud y sus fuerzas con sabiduría, tomando a pecho el consejo del “congregador”, el rey Salomón del antiguo Israel. Este dijo: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: ‘No tengo en ellos deleite’” (Eclesiastés 1:1; 12:1).

      2. ¿Qué deben hacer los hijos de los cristianos dedicados?

      2 La admonición de Salomón sobre recordar al Magnífico Creador durante la juventud se dirigió en primer lugar a los hombres y mujeres jóvenes de Israel. Estos habían nacido en el seno de una nación dedicada a Jehová. Pero ¿qué puede decirse de los hijos de los cristianos dedicados de hoy día? Sin duda, ellos también deben tener presente a su Magnífico Creador. De ese modo lo honrarán a Él y también se beneficiarán personalmente (Isaías 48:17, 18).

      Excelentes ejemplos del pasado

      3. ¿Qué ejemplo dieron José, Samuel y David?

      3 Muchos de los jóvenes que se mencionan en la Biblia son un buen ejemplo en lo que tiene que ver con recordar a su Magnífico Creador. José, el hijo de Jacob, recordó a su Creador desde su juventud. Cuando la esposa de Potifar lo tentó para que tuviera relaciones inmorales con ella, rehusó firmemente y dijo: “¿Cómo podría yo cometer esta gran maldad y realmente pecar contra Dios?” (Génesis 39:9). El levita Samuel no solo se acordó de su Creador durante su niñez, sino a lo largo de toda su vida (1 Samuel 1:22-28; 2:18; 3:1-5). El joven David de Belén también tuvo presente a su Creador. Su confianza en Dios fue evidente cuando se enfrentó al gigante filisteo Goliat y declaró: “Tú vienes a mí con una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado con escarnio. Este día Jehová te entregará en mi mano, y yo ciertamente te derribaré y te quitaré la cabeza; [...] y personas de toda la tierra sabrán que existe un Dios que pertenece a Israel. Y toda esta congregación sabrá que ni con espada ni con lanza salva Jehová, porque a Jehová pertenece la batalla, y él tiene que darlos a ustedes en nuestra mano”. Al poco tiempo, Goliat yacía muerto y los filisteos se daban a la fuga (1 Samuel 17:45-51).

      4. a) ¿Qué muestra que una niña israelita cautiva en Siria y el joven rey Josías se acordaron de su Magnífico Creador? b) ¿Cómo mostró Jesús, a los 12 años, que se acordaba de su Creador?

      4 Otra joven que recordó al Magnífico Creador fue una niña cautiva israelita, cuyo buen testimonio a la esposa de Naamán, el jefe del ejército sirio, hizo que este acudiera al profeta de Dios, se curara de la lepra y se convirtiera en un adorador de Jehová (2 Reyes 5:1-19). El joven rey Josías promovió con valor la adoración pura de Jehová (2 Reyes 22:1–23:25). Pero el mejor ejemplo de alguien que se acordó de su Magnífico Creador cuando aún era muy joven fue Jesús de Nazaret. Recordemos lo que sucedió cuando contaba 12 años de edad. Sus padres lo llevaron a Jerusalén para la Pascua. En el viaje de regreso se dieron cuenta de que Jesús no estaba con ellos, de modo que se volvieron para buscarlo. Al tercer día lo encontraron planteando preguntas de las Escrituras a los maestros del templo. En respuesta a la solicitud ansiosa de su madre, Jesús preguntó: “¿Por qué tuvieron que andar buscándome? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?” (Lucas 2:49). A Jesús le beneficiaba conseguir información de valor espiritual en el templo, ‘la casa de su Padre’. Hoy, el Salón del Reino de los Testigos de Jehová es un lugar excelente para conseguir conocimiento exacto de nuestro Magnífico Creador.

      Recordemos ahora a Jehová

      5. ¿Cómo explicaríamos con nuestras palabras lo que dijo el congregador en Eclesiastés 12:1?

      5 La persona que adora a Jehová de todo corazón desea emprender Su servicio tan pronto como sea posible y permanecer en él toda la vida. Sin embargo, ¿cuáles son las perspectivas de la persona que malgasta su juventud por no haberse acordado entonces de su Creador? El congregador dice bajo inspiración divina: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: ‘No tengo en ellos deleite’” (Eclesiastés 12:1).

      6. ¿Qué demuestra que Simeón y Ana, ya de edad avanzada, se acordaron de su Magnífico Creador?

      6 Nadie se deleita en “los días calamitosos” de la vejez. Sin embargo, las personas mayores que tienen presente a Dios se sienten contentas. Por ejemplo, el anciano Simeón tomó en brazos al niño Jesús en el templo y declaró con gozo: “Ahora, Señor Soberano, estás dejando que tu esclavo vaya libre en paz, según tu declaración; porque mis ojos han visto tu medio de salvar que has alistado a la vista de todos los pueblos, una luz para remover de las naciones el velo, y una gloria de tu pueblo Israel” (Lucas 2:25-32). Ana, que contaba 84 años de edad, también se acordaba de su Creador. Siempre estaba en el templo, y se hallaba presente cuando se llevó allí al niño Jesús. “En aquella misma hora se acercó y empezó a dar gracias a Dios y a hablar acerca del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.” (Lucas 2:36-38.)

      7. ¿En qué situación se hallan los que han envejecido en el servicio a Dios?

      7 Los testigos de Jehová de tiempos modernos que han envejecido en el servicio a Dios posiblemente sufran los dolores y limitaciones de la edad avanzada. No obstante, se sienten muy felices, y nosotros agradecemos de corazón su fiel servicio. Tienen “el gozo de Jehová”, pues saben que él ha asumido su poder invencible con respecto a esta Tierra y ha instalado a Jesucristo como poderoso Rey celestial (Nehemías 8:10). Ahora es el tiempo para que tanto jóvenes como mayores observen la exhortación: “Ustedes los jóvenes y también ustedes las vírgenes, viejos junto con muchachos. Alaben ellos el nombre de Jehová, porque solo su nombre es inalcanzablemente alto. Su dignidad está por encima de tierra y cielo” (Salmo 148:12, 13).

      8, 9. a) ¿Para quiénes son poco gratificantes “los días calamitosos”, y por qué? b) ¿Cómo explicaríamos Eclesiastés 12:2?

      8 “Los días calamitosos” de la vejez son poco gratificantes —quizá muy penosos— para aquellos que no tienen presente a su Magnífico Creador y que no entienden sus gloriosos propósitos. Les falta la comprensión espiritual que puede contrapesar las pruebas de la edad avanzada y los ayes que han acuciado a la humanidad desde que se echó a Satanás del cielo (Revelación 12:7-12). Por ello, el congregador nos exhorta a acordarnos de nuestro Creador “antes que se oscurezcan el sol y la luz y la luna y las estrellas, y hayan regresado las nubes, después el aguacero” (Eclesiastés 12:2). ¿Qué significan estas palabras?

      9 Salomón comparó la época de la juventud al verano palestino en el que el Sol, la Luna y las estrellas emitían su luz en el cielo despejado. Todo parecía entonces muy brillante. Sin embargo, en la vejez los días son como la temporada fría y lluviosa del invierno, con un aguacero de problemas tras otro (Job 14:1). Sería muy triste saber del Creador pero no servirle en el verano de la vida. En el invierno de la vejez, todo se oscurece, especialmente para aquellos que han desaprovechado las oportunidades de servir a Jehová en su juventud por haberse dedicado a actividades vanas. De modo que, no importa la edad que tengamos, ‘sigamos plenamente a Jehová’, como el fiel Caleb, compañero leal del profeta Moisés (Josué 14:6-9).

      Efectos de la edad avanzada

      10. ¿Qué representan a) “los guardianes de la casa”? b) “los hombres de energía vital”?

      10 Salomón luego hace mención de las dificultades que acaecen “el día en que tiemblen los guardianes de la casa, y se hayan encorvado los hombres de energía vital, y las mujeres que muelen hayan dejado de trabajar por haber llegado a ser pocas, y las señoras que ven por las ventanas lo hayan hallado oscuro” (Eclesiastés 12:3). “La casa” representa el cuerpo humano (Mateo 12:43-45; 2 Corintios 5:1-8). Sus “guardianes” son los brazos y las manos, que protegen el cuerpo y satisfacen sus necesidades. En la vejez suelen temblar por debilidad, nerviosismo o parálisis. “Los hombres de energía vital” —las piernas— ya no son columnas fuertes, sino que se han debilitado y encorvado de modo que los pies no pueden más que arrastrarse. En cualquier caso, ¿no nos alegramos de ver a nuestros hermanos de edad avanzada en las reuniones cristianas?

      11. ¿Quiénes son figurativamente “las mujeres que muelen” y “las señoras que ven por las ventanas”?

      11 ‘Las mujeres que muelen han dejado de trabajar porque han llegado a ser pocas.’ ¿En qué sentido? Puede que los dientes se hayan estropeado o caído, y que queden pocos o quizá ninguno. Se hace difícil o imposible triturar el alimento sólido. “Las señoras que ven por las ventanas” —los ojos unidos a las facultades mentales que posibilitan la visión— se nublan, si es que no se oscurecen por completo.

      12. a) ¿En qué sentido se ‘han cerrado las puertas que dan a la calle’? b) ¿Qué pensamos de los proclamadores del Reino mayores?

      12 “Y —sigue diciendo el congregador— las puertas que dan a la calle hayan sido cerradas, cuando el sonido del molino se haga quedo, y uno se levante al sonido de un pájaro, y todas las hijas del canto suenen bajo.” (Eclesiastés 12:4.) Las dos puertas de la boca —los labios— ya no se abren mucho o no se abren en absoluto para expresar lo que hay en “la casa” —el cuerpo— de las personas de edad avanzada que no sirven a Dios. No se emite nada a “la calle” de la vida pública. Sin embargo, ¿qué puede decirse de los celosos proclamadores del Reino de edad avanzada? (Job 41:14.) Tal vez anden lentamente de casa en casa y a algunos les cueste hablar, pero sin lugar a dudas alaban a Jah (Salmo 113:1).

      13. ¿Cómo describe el congregador otros problemas de la edad avanzada, pero qué es cierto en cuanto a los cristianos mayores?

      13 El sonido del molino se hace quedo, pues se masca el alimento con las encías desdentadas. El anciano no duerme profundamente de noche. Aun el gorjeo de los pájaros lo despierta. Pocas son las canciones que entona y, si lo hace, es débilmente. “Todas las hijas del canto —las notas melódicas— suenan bajo.” El anciano no oye bien la música ni las canciones que otros interpretan. Sin embargo, los ungidos de edad avanzada y sus compañeros, algunos de los cuales ya no son tan jóvenes, siguen elevando su voz en cánticos de alabanza a Dios en las reuniones cristianas. ¡Cuánto nos alegra tenerles a nuestro lado, ensalzando a Jehová en la congregación! (Salmo 149:1.)

      14. ¿Qué temores tienen las personas mayores?

      14 La suerte de las personas mayores, especialmente aquellas que han pasado por alto al Creador, es muy triste. Dice el congregador: “También se han llenado de temor meramente de lo que es alto, y hay terrores en el camino. Y el almendro lleva flores, y el saltamontes se arrastra, y la baya de la alcaparra se revienta, porque el hombre va andando a su casa de larga duración y los plañidores han marchado alrededor por la calle” (Eclesiastés 12:5). Muchas personas mayores tienen miedo de caerse cuando suben una escalera y miran hacia abajo. Incluso mirar hacia arriba a algo alto puede marearles. Cuando tienen que caminar por calles atestadas, les aterroriza la idea de lastimarse o ser asaltadas por algún ladrón.

      15. ¿En qué sentido ‘lleva flores el almendro’, y qué da a entender el que ‘el saltamontes se arrastre’?

      15 En el caso del anciano, “el almendro lleva flores”, lo que al parecer indica que su cabello se vuelve gris y luego blanco como la nieve. El pelo canoso cae como las blancas flores del almendro. Se ‘arrastra’, quizá encorvado y con los brazos colgando, o con las manos en la cadera y los codos doblados hacia arriba, lo que le da la apariencia de un saltamontes. Si alguno de nosotros encaja en cierto modo con esa descripción, dejemos que se vea claramente que somos parte del rápido y enérgico ejército de langostas de Jehová (véase La Atalaya del 1 de mayo de 1998, págs. 8-13).

      16. a) ¿Qué da a entender el que ‘la baya de la alcaparra reviente’? b) ¿Qué es la “casa de larga duración” del hombre, y qué indica que se le acerca la muerte?

      16 La persona de edad ya no tiene apetito, aunque el alimento que se ponga delante de ella sea tan gustoso como la baya de la alcaparra. Estas bayas se han utilizado desde hace mucho tiempo para estimular el apetito. El que ‘la baya de la alcaparra reviente’ da a entender que cuando la persona de edad pierde el apetito, ni siquiera este fruto despierta su deseo de alimentarse. Todo ello indica que se aproxima a “su casa de larga duración”, el sepulcro. Este será su casa para siempre a menos que haya tenido presente a su Creador y su proceder en la vida no haya sido tan impropio que Dios no se acuerde de ella en la resurrección. La voz lastimera y los quejidos que salen de las puertas de la boca del anciano son indicio de la cercanía de la muerte.

      17. ¿Cómo se quita “la cuerda de plata”, y qué es posible que represente “el tazón de oro”?

      17 Se nos exhorta a acordarnos de nuestro Creador “antes que se remueva la cuerda de plata, y se quebrante el tazón de oro, y se quiebre el jarro junto al manantial, y haya sido quebrantada la rueda del agua para la cisterna” (Eclesiastés 12:6). “La cuerda de plata” puede referirse a la médula espinal. Cuando se daña irreparablemente este maravilloso conducto que lleva los impulsos al cerebro, la muerte es inevitable. “El tazón de oro” quizá haga referencia al cerebro, que se halla en el interior del cráneo (parecido a un tazón), y que está unido a la médula espinal. Es de oro por su inestimable valor, pues un fallo del cerebro augura la muerte.

      18. ¿Qué es el figurativo “jarro junto al manantial”, y qué sucede cuando se rompe?

      18 “El jarro junto al manantial” es el corazón, que recibe y bombea el torrente sanguíneo para que circule por todo el cuerpo. En el momento de la muerte, el corazón es como un jarro que se rompe, que se hace añicos junto al manantial, porque ya no puede recibir, contener ni bombear la sangre vital para el sustento y la revitalización del cuerpo. La ‘quebrantada rueda del agua para la cisterna’ deja de girar, y termina la circulación de la sangre que mantiene la vida. De modo que Jehová reveló a Salomón la circulación de la sangre mucho antes de que la descubriera el médico William Harvey en el siglo XVII.

      19. ¿Cómo se hacen realidad en la muerte las palabras de Eclesiastés 12:7?

      19 El congregador añadió: “Entonces el polvo vuelve a la tierra justamente como sucedía que era, y el espíritu mismo vuelve al Dios verdadero que lo dio” (Eclesiastés 12:7). Una vez rota “la rueda del agua”, el cuerpo humano, hecho en un principio del polvo del suelo, vuelve a este (Génesis 2:7; 3:19). El alma muere porque el espíritu, o fuerza de vida, que Dios da vuelve al Creador, en quien radica (Ezequiel 18:4, 20; Santiago 2:26).

      ¿Qué futuro espera a los que se acuerdan de Dios?

      20. ¿Qué pidió Moisés en oración según Salmo 90:12?

      20 Salomón demostró de manera convincente lo importante que es acordarse del Magnífico Creador. No cabe duda de que, para aquellos que tienen presente a Jehová y hacen su voluntad de todo corazón, una vida comparativamente corta y dificultosa no es todo cuanto hay. Sean jóvenes o viejos, tienen la misma actitud que Moisés, quien oró: “Muéstranos precisamente cómo contar nuestros días de tal manera que hagamos entrar un corazón de sabiduría”. El humilde profeta de Dios deseaba con todas sus fuerzas que Jehová le mostrara o enseñara a él y al pueblo de Israel a valorar con sabiduría ‘los días de sus años’ y a usarlos de manera que agradara a Dios (Salmo 90:10, 12).

      21. ¿Qué tenemos que hacer a fin de contar nuestros días para la gloria de Jehová?

      21 Especialmente los jóvenes cristianos deben estar determinados a seguir el consejo del congregador de tener presente al Creador. Estos disponen de oportunidades maravillosas de rendir servicio sagrado a Dios. No obstante, sin importar la edad que tengamos, si aprendemos a contar nuestros días para la gloria de Jehová en este “tiempo del fin”, posiblemente podamos seguir contándolos para siempre (Daniel 12:4; Juan 17:3). Para ello, tenemos que acordarnos de nuestro Magnífico Creador. También debemos cumplir con todo nuestro deber para con Dios.

  • ¿Estamos cumpliendo con todo nuestro deber para con Dios?
    La Atalaya 1999 | 15 de noviembre
    • ¿Estamos cumpliendo con todo nuestro deber para con Dios?

      “El Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala.” (ECLESIASTÉS 12:14.)

      1. ¿Qué ha suministrado Jehová a su pueblo?

      JEHOVÁ apoya a aquellos que siguen recordándolo como su Magnífico Creador. Su Palabra inspirada les da el conocimiento necesario para agradarle plenamente, y su espíritu santo los guía para que hagan Su voluntad y “sigan llevando fruto en toda buena obra” (Colosenses 1:9, 10). Además, Jehová provee alimento espiritual y dirección teocrática a través del “esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45-47). Así pues, el pueblo de Dios ha contado de muchas maneras con la bendición celestial al servirle y llevar a cabo la obra vital de predicar las buenas nuevas del Reino (Marcos 13:10).

      2. ¿Qué preguntas pueden plantearse sobre el servicio a Jehová?

      2 Los verdaderos cristianos se sienten felices de estar ocupados en el servicio sagrado a Jehová. No obstante, algunos de ellos tal vez se desanimen y piensen que su esfuerzo no tiene sentido, que quizá no valga la pena. Por ejemplo, cuando piensan en el estudio de familia y otras actividades, puede que algunos cabezas de familia se planteen preguntas como estas: “¿Le complace a Jehová en realidad lo que estamos haciendo? ¿Estamos cumpliendo con todo nuestro deber para con Dios?”. Las palabras sabias del congregador pueden ayudarnos a responder a estas preguntas.

      ¿Es todo vanidad?

      3. ¿Cuál es el colmo de la vanidad? (Eclesiastés 12:8.)

      3 Quizá haya quienes piensen que las palabras del sabio no son muy alentadoras ni para los jóvenes ni para los ancianos. “‘¡La mayor de las vanidades! —dijo el congregador—, todo es vanidad.’” (Eclesiastés 12:8.) En realidad, sería el colmo de la vanidad olvidarse del Magnífico Creador en la juventud, pasar la vida adulta sin servirle y, al fin, solo poder presentar la vejez como fruto de una larga vida. En tal caso, todo habría sido vanidad, o vacuidad, aunque uno muriera con muchas riquezas y fama en este mundo que yace en el poder del inicuo, Satanás el Diablo (1 Juan 5:19).

      4. ¿Por qué puede decirse que no todo es vanidad?

      4 Para aquellos que acumulan tesoros en el cielo como siervos fieles de Jehová, no todo es vanidad (Mateo 6:19, 20). Tienen mucho que hacer en la gratificante obra del Señor, y tales labores de ningún modo son en vano (1 Corintios 15:58). Pero si somos cristianos dedicados, ¿nos mantenemos ocupados en la obra de Dios en estos últimos días? (2 Timoteo 3:1.) ¿O hemos adoptado un estilo de vida que difiere poco del de nuestros vecinos en general? Puede que ellos pertenezcan a diferentes religiones y sean bastante devotos, asistan regularmente a sus iglesias e intenten cumplir con lo que su religión les pide. Pero no son proclamadores del mensaje del Reino. No tienen conocimiento exacto de que este es “el tiempo del fin” y no tienen ningún sentido de urgencia con relación a estos días (Daniel 12:4).

      5. ¿Qué debemos hacer si las actividades normales de la vida se han convertido en nuestro principal interés?

      5 Jesucristo dijo de nuestros tiempos críticos: “Así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres siendo dadas en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre” (Mateo 24:37-39). No hay nada impropio en comer y beber con moderación, y el matrimonio es en sí una institución divina (Génesis 2:20-24). No obstante, si nos damos cuenta de que las actividades normales de la vida se han convertido en nuestro interés principal, ¿por qué no hacer de este asunto tema de oración? Jehová puede ayudarnos a mantener los intereses del Reino en primer lugar, hacer lo que es correcto y cumplir con nuestro deber para con Él (Mateo 6:33; Romanos 12:12; 2 Corintios 13:7).

      La dedicación y nuestro deber para con Dios

      6. ¿De qué manera importante están dejando de cumplir todo su deber para con Dios algunas personas bautizadas?

      6 Algunos cristianos bautizados tienen que orar a Dios intensa y sinceramente porque no están viviendo a la altura de las obligaciones ministeriales que asumieron cuando se dedicaron a él. Se han bautizado bastante más de trescientas mil personas anualmente por varios años ya, pero la cantidad general de testigos de Jehová activos no ha aumentado de manera correspondiente. Algunos de los que se hicieron publicadores del Reino han cesado de proclamar las buenas nuevas. Sin embargo, la persona tiene que participar al grado que le sea posible en el ministerio cristiano antes de bautizarse, siendo consciente de la comisión que Jesús dio a todos sus seguidores: “Vayan [...] y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20). Las personas bautizadas que ya no son Testigos activos de Dios y de Cristo, a menos que tengan limitaciones extremas debido a la salud u otros factores ajenos a su voluntad, no están cumpliendo todo su deber para con su Magnífico Creador (Isaías 43:10-12).

      7. ¿Por qué debemos reunirnos regularmente para adorar a Dios?

      7 El antiguo Israel era una nación dedicada a Dios, y el pacto de la Ley estipulaba sus obligaciones para con Jehová. Por ejemplo, todos los varones debían reunirse en tres fiestas anuales, y el que deliberadamente no guardaba la Pascua era ‘cortado’, es decir, ejecutado (Números 9:13; Levítico 23:1-43; Deuteronomio 16:16). A fin de cumplir con su deber para con Dios como pueblo dedicado a él, los israelitas tenían que reunirse para adorarlo (Deuteronomio 31:10-13). Ningún lugar de la Ley decía: “Haz esto si puedes incluirlo en tu vida”. Para los que hoy están dedicados a Jehová, este mandato de reunirse añade peso a las palabras de Pablo: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al contemplar ustedes que el día se acerca” (Hebreos 10:24, 25). En efecto, reunirse regularmente con los hermanos en la fe es parte de nuestro deber para con Dios como cristianos dedicados.

      Sopesemos con cuidado nuestras decisiones

      8. ¿Por qué debe el joven dedicado analizar con oración su servicio sagrado?

      8 Si eres un joven dedicado a Jehová, puedes esperar muchas bendiciones al mantener los intereses del Reino en primer lugar en tu vida (Proverbios 10:22). Con oración y cuidadosa planificación, quizá puedas dedicar al menos tus años jóvenes a alguna forma del servicio de tiempo completo, lo cual es una buena manera de demostrar que te acuerdas de tu Magnífico Creador. De otro modo, es posible que los intereses materiales empiecen a ocupar la mayor parte de tu tiempo y atención. Tal vez te cases pronto y te endeudes para adquirir posesiones materiales, como hace la mayoría. Por otra parte, una carrera lucrativa puede absorber mucho de tu tiempo y energías. En caso de que tengas hijos, deberás asumir responsabilidades familiares durante décadas (1 Timoteo 5:8). Posiblemente no te hayas olvidado de tu Magnífico Creador, pero es prudente darse cuenta de que el planear las cosas temprano o, por el contrario, no hacerlo, puede determinar el curso de la vida adulta. En años posteriores tal vez mires hacia atrás y desees haber dedicado, al menos tu juventud, más de lleno al servicio sagrado de nuestro Magnífico Creador. ¿Por qué no poner ahora en oración tus perspectivas, de modo que puedas hallar satisfacción en tu servicio sagrado a Jehová en tus años jóvenes?

      9. ¿Qué puede hacer la persona que ha envejecido y que en el pasado tuvo mucha responsabilidad en la congregación?

      9 Veamos otro marco de circunstancias: el caso del hermano que en el pasado fue pastor del “rebaño de Dios” (1 Pedro 5:2, 3). Por alguna razón renunció voluntariamente a sus privilegios. Es cierto que ahora ha envejecido, y puede que se le haga más difícil seguir en el servicio de Dios. Pero ¿podría de nuevo esforzarse por alcanzar privilegios teocráticos? No cabe duda de que sería una gran bendición para los demás el que pudiera asumir más responsabilidad en la congregación. Y como nadie vive solo para sí mismo, los amigos y los seres queridos se alegrarán de que pueda ensanchar su servicio para la gloria de Dios (Romanos 14:7, 8). Más importante aún, Jehová no olvida lo que hacemos en su servicio (Hebreos 6:10-12). Por tanto, ¿qué puede ayudarnos a recordar a nuestro Magnífico Creador?

      Ayudas para acordarnos de nuestro Magnífico Creador

      10. ¿Por qué podía dar el congregador directrices muy útiles en cuanto a acordarnos de nuestro Magnífico Creador?

      10 El congregador podía dar directrices muy útiles en cuanto a acordarnos de nuestro Magnífico Creador. Jehová había contestado sus oraciones sinceras y le había otorgado una sabiduría extraordinaria (1 Reyes 3:6-12). Salomón hizo una investigación exhaustiva de todo el espectro de las actividades humanas. Es más, Dios lo inspiró a poner por escrito sus descubrimientos para el beneficio de la humanidad: “Y además de haberse hecho sabio el congregador, también enseñó de continuo conocimiento a la gente, y meditó e hizo un escudriñamiento cabal, a fin de arreglar muchos proverbios ordenadamente. El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad” (Eclesiastés 12:9, 10).

      11. ¿Por qué debemos aceptar el consejo sabio de Salomón?

      11 La Septuaginta griega traduce así estas palabras: “Y más, pues fue Predicador sabio, pues enseñó ciencia [...] al hombre; y la oreja escudriñará lo ornado de las parábolas. Mucho buscó el Predicador para hallar palabras con gusto, y escrito de rectitud, palabras de verdad” (La Sagrada Biblia, Guillermo Jünemann, nota). Salomón procuró llegar al corazón de sus lectores con palabras deleitables y temas de verdadero interés que valían la pena. Ya que sus palabras, que se hallan en las Escrituras, son el producto de la inspiración del espíritu santo, podemos aceptar sus hallazgos y consejo sabio sin reservas (2 Timoteo 3:16, 17).

      12. ¿Cómo expresaríamos con nuestras palabras lo que Salomón dijo en Eclesiastés 12:11, 12?

      12 Aunque no existían entonces los métodos de impresión modernos, en los días de Salomón había muchos libros. ¿Cómo debía considerarse toda aquella literatura? Él dijo: “Las palabras de los sabios son como aguijones, y justamente como clavos hincados son los que se entregan a las colecciones de sentencias; han sido dadas por parte de un solo pastor. En cuanto a cualquier cosa además de estas, hijo mío, acepta una advertencia: El hacer muchos libros no tiene fin, y el aplicarse mucho a ellos es fatigoso a la carne” (Eclesiastés 12:11, 12).

      13. ¿En qué sentido resultan ser como aguijones las palabras de aquellos que poseen la sabiduría procedente de Dios, y quiénes son como “clavos hincados”?

      13 Las palabras de las personas que poseen la sabiduría procedente de Dios resultan ser como aguijones. ¿En qué sentido? Incentivan a los lectores u oyentes a progresar a tenor del contenido de las sabias palabras que leen u oyen. Además, los que se ocupan en “colecciones de sentencias”, es decir, dichos sabios y valiosos, son como “clavos hincados” o fijados sólidamente. Quizá sea así debido a que las excelentes palabras de tales personas reflejan la sabiduría de Jehová y, por lo tanto, pueden servir para estabilizar y sostener a sus lectores u oyentes. Si usted es un padre temeroso de Dios, ¿no debería esforzarse en lo posible por inculcar tal sabiduría en la mente y corazón de su hijo? (Deuteronomio 6:4-9.)

      14. a) ¿A qué clase de libros no es provechoso “aplicarse mucho”? b) ¿En qué clase de publicaciones debemos interesarnos principalmente, y por qué?

      14 Pero ¿por qué se expresó así Salomón en cuanto a los libros? Pues bien, comparadas con la Palabra de Jehová, el sinfín de publicaciones de este mundo solo presentan razonamientos humanos, y buena parte de ellos reflejan la mente de Satanás el Diablo (2 Corintios 4:4). Por lo tanto, “aplicarse mucho” a tal literatura seglar produce poco que sea de valor duradero. De hecho, gran parte de ella puede ser dañina en sentido espiritual. Meditemos, al igual que Salomón, sobre lo que dice la Palabra de Dios acerca de la vida, lo cual fortalecerá nuestra fe y nos acercará a Jehová. La atención excesiva a otros libros o fuentes de instrucción puede agotarnos. Su efecto es especialmente destructivo e insano para nuestra fe en Dios y en sus propósitos cuando tales escritos son producto del razonamiento humano que está en conflicto con la sabiduría divina. Así pues, recordemos que los escritos más provechosos del tiempo de Salomón, y de nuestro tiempo, son los que reflejan la sabiduría del “solo pastor”, Jehová Dios. Él nos ha provisto los 66 libros de las Santas Escrituras, y a estos debemos dar nuestra principal atención. La Biblia y las útiles publicaciones del “esclavo fiel” nos permiten adquirir “el mismísimo conocimiento de Dios” (Proverbios 2:1-6).

      Todo nuestro deber para con Dios

      15. a) ¿Cómo explicaríamos las palabras de Salomón sobre “todo el deber del hombre”? b) ¿Qué debemos hacer para cumplir nuestro deber para con Dios?

      15 Resumiendo toda su investigación, el congregador, Salomón, dice: “La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre. Porque el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala” (Eclesiastés 12:13, 14). Un temor saludable, o respeto reverencial, a nuestro Magnífico Creador nos protegerá a nosotros, y seguramente a nuestras familias, de seguir en la vida un proceder insensato que pudiera ocasionarnos graves dificultades y lamentos, tanto a nosotros como a nuestros seres queridos. El temor saludable a Dios es puro y es el mismo principio de la sabiduría y el conocimiento (Salmo 19:9; Proverbios 1:7). Si poseemos perspicacia basada en la Palabra inspirada de Dios y seguimos su consejo en todo, cumpliremos con ‘todo nuestro deber’ para con Dios. No, no es cuestión de confeccionar una lista de deberes. Lo que tenemos que hacer es buscar la guía de las Escrituras para resolver los problemas de la vida y efectuar siempre las cosas a la manera de Dios.

      16. ¿Qué hará Jehová en lo relacionado con el juicio?

      16 Debemos tener presente que nada escapa a nuestro Magnífico Creador (Proverbios 15:3). Él “traerá toda clase de obra a juicio”. Sí, el Altísimo juzgará todas las cosas, entre ellas las que están ocultas a los ojos humanos. El que seamos conscientes de esa realidad puede incentivarnos a observar los mandamientos de Dios. Pero el mayor incentivo debería ser el amor a nuestro Padre celestial, pues el apóstol Juan escribió: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3). Y ya que el objetivo de los mandamientos de Dios es promover nuestro bienestar eterno, no solo es apropiado observarlos, sino que también es lo más prudente. No supone ninguna carga para los que aman al Magnífico Creador. Estos quieren cumplir todo su deber para con él.

      Cumplamos con nuestro deber

      17. ¿Qué tenemos que hacer si en realidad queremos cumplir todo nuestro deber para con Dios?

      17 Si somos sabios y verdaderamente deseamos cumplir todo nuestro deber para con Dios, no solo observaremos sus mandamientos, sino que tendremos un temor reverencial de desagradarle. En realidad, “el temor de Jehová es el principio de la sabiduría”, y los que observan sus mandamientos tienen “buena perspicacia” (Salmo 111:10; Proverbios 1:7). Por lo tanto, actuemos con sabiduría y obedezcamos a Jehová en todas las cosas. Esto es especialmente importante ahora, pues el Rey Jesucristo está presente, y se ha acercado su día de juicio como Juez nombrado por Dios (Mateo 24:3; 25:31, 32).

      18. ¿Qué podemos esperar si cumplimos todo nuestro deber para con Jehová Dios?

      18 Todos nosotros estamos ahora bajo el escrutinio divino. ¿Somos personas de disposición espiritual, o hemos permitido que las influencias mundanas debiliten nuestra relación con Dios? (1 Corintios 2:10-16; 1 Juan 2:15-17.) Seamos jóvenes o mayores, hagamos todo lo posible por agradar a nuestro Magnífico Creador. Si obedecemos a Jehová y guardamos sus mandamientos, rechazaremos toda la vanidad de este viejo mundo que está pasando. De ese modo podremos abrigar la esperanza de vida eterna en el prometido nuevo sistema de cosas de Dios (2 Pedro 3:13). Esta es una magnífica perspectiva para todos aquellos que cumplen con todo su deber para con Dios.

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