BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Las enfermedades mentales... ¿hay algún remedio?
    ¡Despertad! 1986 | 8 de septiembre
    • “Me llevaron al hospital —recuerda Irene—. Me gustaba hablar abiertamente de mi problema con los siquiatras, pero eso no ayudó mucho. Entonces me dieron electrochoqueterapia. Estaba sumamente atemorizada. Pero, de nuevo, hubo pocos resultados.

      ”Mi esposo me convenció de que me metiera en un auto con él. Pensé que íbamos a casa. Pero nos detuvimos frente a un gran complejo de edificios de ladrillo muy antiguos. ‘¿Qué es esto?’, le pregunté. ‘Quiero que entres ahí y hables con alguien’, me dijo. Entonces me di cuenta de que era un hospital siquiátrico [...]”

      LA ENFERMEDAD de Irene surgió en el año 1955, en medio de una revolución a favor de la salud mental. Se estaban produciendo nuevos medicamentos para reducir el trauma ocasionado por las operaciones quirúrgicas. Los médicos descubrieron que cuando a los pacientes mentales se les trataba con estas mismas drogas, “los que anteriormente requirieron tratamiento en habitaciones aisladas o con camisas de fuerza ahora se les podía dejar solos. [...] Las drogas eliminaron totalmente ciertos tipos de sicosis”. (The Brain [El cerebro], por el Dr. Richard M. Restak.) Los efectos revolucionarios de estos medicamentos en el campo de la salud mental se pueden ver en el caso de la esquizofrenia.

      Los médicos que atendieron a Irene probaron una nueva droga contra la sicosis. La terapia y los electrochoques habían fracasado, pero los medicamentos dieron buenos resultados. Irene y miles de personas como ella pudieron salir de los hospitales siquiátricos e irse a su casa.

  • Las enfermedades mentales... ¿hay algún remedio?
    ¡Despertad! 1986 | 8 de septiembre
    • No obstante, Irene pronto descubrió que tales medicamentos también tienen un lado negativo.

      Problemas causados por la reacción a los medicamentos

      “Me sentía atolondrada —recuerda Irene—. No podía hacer nada. ¡Recuerdo que a veces dormía hasta 16 horas al día!” La vida de Irene se deterioró. Trató de descontinuar el medicamento, pero entonces tenía que regresar al hospital siquiátricoa.

      Algunos pacientes sufren reacciones adversas que varían desde la intranquilidad, los mareos y la somnolencia hasta la ictericia, el estado de choque y el aumento de peso. Una de las reacciones más indeseables es la discinesia tardía, que aflige entre un 10 y un 20% de los pacientes que están sometidos a un tratamiento de largo plazo con drogas contra la sicosis. Esta reacción produce contracciones nerviosas involuntarias en la cara y la boca.

      Puesto que los médicos no pueden predecir cómo el paciente reaccionará a la droga, el medicamento se receta, hasta cierto grado, al tanteo. Un sicólogo de una clínica dijo al corresponsal de ¡Despertad!: “Puede que los médicos prueben tres o cuatro medicamentos diferentes hasta que hallen el más eficaz y el que menos efectos secundarios produzca”.

      Afortunadamente, la mayoría de los problemas ocasionados por reacciones adversas se pueden controlar. En el caso de Irene, el simple hecho de cambiar medicamentos surtió efecto. Desaparecieron la somnolencia y las alucinaciones. Salió del hospital siquiátrico y de nuevo comenzó a llevar una vida normal. Por casi 30 años se mantuvo bien... hasta que trató de suspender la droga. Ella nos dice: “Pensé que estaba bien. Pero después de un año mi pensar se perturbó de nuevo. Mi médico me dijo: ‘Toma la medicina de nuevo’”. Un precio bajo que pagar a cambio de volver a normalizar uno su vida.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir