Los hermanos de México invitaron a los técnicos de MAN a la Conmemoración. Cuatro querían asistir, pero dado que no tenían el atuendo apropiado y deseaban comprarse trajes, un betelita los llevó de tiendas. Los hermanos les dieron biblias y, durante el discurso, los ayudaron a buscar los textos. Al concluir la reunión, los técnicos se tomaron fotos y sonreían tanto que muchos miembros de la congregación pensaban que eran betelitas de Alemania.

Al proveedor de conductos para la nueva rotativa de México le sorprendió la tranquilidad que se respiraba en la sucursal. Planteó muchas preguntas y, en la actualidad, él y su familia están estudiando la Biblia y progresan bien. El capataz de un equipo local de contratistas hizo una solicitud poco habitual. “Normalmente —dijo—, la gente suele darnos una propina en agradecimiento por el trabajo. En lugar de eso, ¿les importaría darnos una Biblia a cada uno? Por lo que he observado aquí, creo que conocer la Biblia es más valioso que el dinero.”