BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ¿Puede usted ir a servir a donde se necesitan más publicadores del Reino?
    La Atalaya 2009 | 15 de abril
    • La sucursal de México les respondió y les dijo que se necesitaban con urgencia publicadores que pudieran predicar a la población anglohablante. De hecho, les dijeron que ese campo estaba listo para la cosecha (Juan 4:35). Al poco tiempo, Ralph, Pam y sus dos hijos (de 8 y 12 años) aceptaron la invitación y empezaron a preparar la mudanza.

      Un territorio enorme

      Ralph recuerda: “Antes de irnos de Estados Unidos, algunos hermanos bienintencionados nos dijeron: ‘Vivir en el extranjero es muy peligroso’. ‘¿Qué harán si se enferman?’ ‘¿Por qué van a otro país a predicarle a gente que habla inglés? Esa gente no está interesada en la verdad.’ Pero la decisión ya estaba tomada. Ahora bien, esa decisión no fue impulsiva; llevábamos años haciendo planes. Habíamos evitado incurrir en grandes deudas, habíamos ahorrado dinero y habíamos tenido muchas charlas en familia sobre los problemas que podríamos enfrentar”.

      Lo primero que hicieron Ralph y su familia fue visitar la sucursal de México. Allí, los hermanos les mostraron un mapa del país y les dijeron: “Todo esto es su territorio”. La familia se estableció en San Miguel de Allende, una población con bastantes extranjeros que está situada a 240 kilómetros (150 millas) al noroeste de la ciudad de México. Tres años después de su llegada se formó la primera congregación de habla inglesa del país, con diecinueve publicadores. Pero ese era solo el principio.

      En México hay un millón de ciudadanos estadounidenses. Además, hay una gran cantidad de estudiantes y profesionales mexicanos que saben inglés. Ralph explica: “Le pedimos a Jehová que nos enviara más obreros. Además, siempre teníamos una habitación disponible para recibir a los hermanos que venían a ‘espiar la tierra’, por así decirlo” (Núm. 13:2).

      Simplificaron su vida para aumentar su ministerio

      No tardaron en llegar más hermanos que querían ampliar su ministerio. Entre ellos estaban Bill y Kathy, de Estados Unidos, quienes llevaban veinticinco años en territorios con gran necesidad de publicadores. Ellos estaban pensando aprender español, pero cambiaron de idea al mudarse a Ajijic, una población a orillas del lago de Chapala donde viven muchísimos jubilados estadounidenses. Bill explica: “En Ajijic pasábamos cada vez más tiempo buscando personas de habla inglesa que quisieran aprender la verdad”. Dos años después de su llegada, Bill y Kathy vieron el nacimiento de la segunda congregación de habla inglesa en México.

      Ken y Joanne son una pareja de Canadá que quería simplificar su vida para pasar más tiempo sirviendo a Jehová. Ellos también decidieron irse a México junto con su hija Britanny. Ken nos cuenta: “Los comienzos fueron difíciles, pues pasábamos días enteros sin agua caliente, electricidad ni servicio telefónico”. No obstante, disfrutaban muchísimo la predicación. Al poco tiempo nombraron siervo ministerial a Ken y dos años después llegó a ser anciano. Al principio tampoco fue fácil para Britanny, pues como estaban en una pequeña congregación de habla inglesa, no había muchos jóvenes. Sin embargo, cuando empezó a colaborar en la construcción de Salones del Reino, pudo hacer muchos amigos por todo el país.

      Patrick y Roxanne, que vivían en Texas (Estados Unidos), se entusiasmaron al darse cuenta de que no muy lejos había un campo misional con personas de habla inglesa. “Cuando visitamos la ciudad de Monterrey, que está situada al noreste de México, nos sentimos como si Jehová nos estuviera guiando”, dice Patrick. Lograron vender su casa en cinco días y, por así decirlo, pasaron a Macedonia (Hech. 16:9). Ganarse la vida en México no ha sido fácil, pero el sacrificio ha valido la pena, pues al cabo de dos años, el pequeño grupo de diecisiete publicadores se convirtió en una congregación de cuarenta miembros.

      Jeff y Deb son otra pareja que también simplificó su vida para aumentar su ministerio. Tras vender la espaciosa casa que tenían en Estados Unidos, se mudaron a un pequeño apartamento en la ciudad de Cancún, en la costa del Caribe mexicano. Ellos estaban acostumbrados a las asambleas con aire acondicionado y a viajar poco para llegar a ellas. Pero ahora no solo tenían que viajar durante ocho horas para asistir a una asamblea en inglés, sino que esta se celebraba en un estadio al aire libre. Pero todo ese esfuerzo valió la pena, pues al final se formó una congregación de 50 publicadores en Cancún.

      Algunos hermanos mexicanos también empezaron a predicar en inglés. Cuando Rubén y su familia se enteraron de que en San Miguel de Allende se había formado una congregación de habla inglesa y que su territorio abarcaba todo el país, enseguida decidieron colaborar. Tuvieron que aprender inglés, acostumbrarse a otra cultura y viajar 800 kilómetros (500 millas) todas las semanas para asistir a las reuniones. Rubén recuerda: “Era muy bonito hablar con extranjeros que llevaban años viviendo en México pero que nunca habían escuchado el mensaje en su propio idioma. Algunos de ellos incluso nos lo agradecían con lágrimas en los ojos”. Después de ayudar a la congregación de San Miguel de Allende, Rubén y su familia se fueron a la ciudad de Guanajuato, en el centro del país, a servir de precursores. Allí ayudaron a formar una congregación de habla inglesa de más de treinta publicadores. En la actualidad están en un grupo de habla inglesa de Irapuato, cerca de Guanajuato.

      Predican a personas que casi nunca salían a la puerta

      Además de los extranjeros, en el país hay un número considerable de mexicanos que saben inglés. Pero resulta difícil hacerles llegar el mensaje del Reino, pues viven en zonas ricas y quien recibe a los hermanos en la puerta es la servidumbre. Además, los pocos que salen a la puerta no quieren hablar con los testigos de Jehová porque piensan que son una pequeña secta local. Ahora bien, cuando los visitan publicadores extranjeros, responden más favorablemente.

      Veamos el ejemplo de Gloria, que vive en Querétaro, en el centro del país. Ella nos cuenta: “Los testigos de Jehová me habían visitado ya en varias ocasiones, pero nunca los había escuchado. Sin embargo, mi familia y mis amigos empezaron a tener muchos problemas, lo cual me deprimió muchísimo. Oré a Dios y le pedí que me ayudara a encontrar una solución. Poco después se presentó en mi casa una señora hablando inglés y me preguntó si en mi casa vivía alguien que hablara ese idioma. Como la señora era extranjera, sentí curiosidad y le dije que yo hablaba inglés. Mientras ella me hablaba de la Biblia, yo empecé a pensar: ‘¿Qué estará haciendo esta señora por aquí?’. Pero como le había pedido a Dios una señal, me pareció que tal vez esa señora era la respuesta a mi oración”. Gloria aceptó un estudio bíblico, progresó muy bien y al poco tiempo se bautizó pese a la oposición de su familia. En la actualidad, Gloria es precursora regular, y su esposo y su hijo también sirven a Jehová.

      Recompensas para quienes aumentan su ministerio

      Servir donde hacen falta publicadores del Reino no es fácil, pero las bendiciones son muchas. Ralph, a quien mencionamos al inicio del artículo, dice: “Hemos dirigido estudios bíblicos con personas de China, Gran Bretaña, Jamaica, Suecia e incluso con miembros de la familia real de Ghana. Algunas de ellas se han bautizado y han llegado a emprender el servicio de tiempo completo. En los últimos años, mi familia y yo hemos visto formarse siete congregaciones de habla inglesa. Nuestros dos hijos empezaron el precursorado con nosotros y ahora están en el Betel de Estados Unidos”.

      Actualmente hay 88 congregaciones de habla inglesa en México, además de un buen número de grupos. ¿Por qué ha habido tanto crecimiento? Por varias razones: muchos extranjeros que viven en México nunca habían hablado con los Testigos. Otros aceptaron el mensaje porque no tuvieron que luchar contra la presión de grupo que hubieran sentido en su país. Y otros más decidieron estudiar la Biblia porque estaban jubilados y ahora tenían más tiempo para los asuntos espirituales. Un factor adicional ha sido que más de un tercio de los publicadores de las congregaciones de habla inglesa son precursores, algo que ha contribuido al entusiasmo y el crecimiento en dichas congregaciones.

  • ¿Puede usted ir a servir a donde se necesitan más publicadores del Reino?
    La Atalaya 2009 | 15 de abril
    • [Recuadro de la página 21]

      Jubilados felices que llaman la atención

      Beryl emigró de Gran Bretaña a Canadá, donde fue directora en varias multinacionales. También se dedicó a la equitación, y era tan buena que la eligieron para representar a Canadá en los Juegos Olímpicos de 1980. Tras jubilarse, Beryl se mudó junto con su esposo a la ciudad mexicana de Chapala. En los restaurantes a los que solían ir a comer, a menudo veían a otros jubilados que hablaban inglés y se veían muy felices, de modo que ella se acercaba, se presentaba y les preguntaba qué hacían en México. Casi todas las personas que veía resultaban ser testigos de Jehová. Beryl y su esposo llegaron a la conclusión de que si conocer a Dios producía tanta felicidad y satisfacción en la vida, ellos también debían conocerlo. Después de asistir a las reuniones durante varios meses, Beryl empezó a estudiar la Biblia, se bautizó y fue precursora regular durante varios años.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir