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Libro bíblico número 33: Miqueas“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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1. ¿Qué clase de hombre fue Miqueas?
PIENSE en un hombre de madurez, uno que ha pasado muchos años en servicio fiel a Jehová. Piense en un hombre denodado, uno que podía decir a los gobernantes de su nación: “Odiadores de lo que es bueno y amadores de la maldad, [...] ustedes los que también han comido el organismo de mi pueblo, y han desollado la mismísima piel de ellos”. Piense en un hombre humilde, que da todo el crédito por sus vigorosas declaraciones a Jehová, por cuyo espíritu hablaba. ¿No disfrutaría usted de tener la amistad de un hombre como ése? ¡Qué caudal de información y consejo sano podría impartir él! El profeta Miqueas fue un hombre de esa clase. Todavía tenemos acceso a su consejo selecto en el libro que lleva su nombre. (Miq. 3:2, 3, 8.)
2. ¿Qué se sabe de Miqueas y del período en que profetizó?
2 Como sucede en el caso de muchos de los profetas, es muy poco lo que se dice de Miqueas mismo en su libro; el mensaje era lo importante. El nombre Miqueas es una forma abreviada de Miguel (que significa “¿Quién Es Como Dios?”) o Micaya (que significa “¿Quién Es Como Jehová?”). Miqueas fue profeta durante los reinados de Jotán, Acaz y Ezequías (777-717 a.E.C.), y por eso contemporáneo de los profetas Isaías y Oseas. (Isa. 1:1; Ose. 1:1.) No se sabe con exactitud por cuánto tiempo profetizó, pero a lo más fue por 60 años. Sus profecías sobre el arruinamiento de Samaria deben haberse dado antes de la destrucción de aquella ciudad en 740 a.E.C., y el registro entero debe haberse completado para el fin del reinado de Ezequías, en 717 a.E.C. (Miq. 1:1.) Miqueas fue un profeta rural de la aldea de Moréset en la fértil Sefelá, al sudoeste de Jerusalén. El hecho de que conocía bien la vida rural se nota por la clase de ilustraciones que usó para comunicar los puntos de sus declaraciones (2:12; 4:12, 13; 6:15; 7:1, 4, 14).
3. ¿En qué tiempos significativos sirvió Miqueas, y por qué lo comisionó Jehová como profeta?
3 Miqueas vivió en tiempos peligrosos y significativos. Uno tras otro, los desenvolvimientos presagiaban destrucción para los reinos de Israel y Judá. La corrupción moral y la idolatría estaban en plenitud en Israel, y esto significó destrucción para aquella nación a manos de Asiria, evidentemente durante la misma vida de Miqueas. Judá pasó de hacer lo correcto durante el reinado de Jotán a copiar la iniquidad de Israel durante el reinado rebelde de Acaz, y de eso a recobrarse durante el reinado de Ezequías. Jehová levantó a Miqueas para dar una fuerte advertencia a Su pueblo de lo que se proponía traerles. Las profecías de Miqueas corroboraron las de Isaías y Oseas. (2 Rey. 15:32–20:21; 2 Cró., caps. 27-32; Isa. 7:17; Ose. 8:8; 2 Cor. 13:1.)
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Libro bíblico número 33: Miqueas“Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
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Aunque puede que Miqueas haya sido de las zonas rurales de Judá, es obvio que podía expresarse muy bien. Algunas de las mejores expresiones de la Palabra de Dios se hallan en su libro. El capítulo 6 está escrito en un sorprendente estilo dialogal. Transiciones abruptas captan la atención del lector al pasar Miqueas velozmente de un punto a otro, de maldición a bendición y de vuelta a la maldición. (Miq. 2:10, 12; 3:1, 12; 4:1.) Abundan las figuras retóricas vívidas: Al salir Jehová, “las montañas tienen que derretirse bajo él, y las llanuras bajas mismas se henderán, como cera debido al fuego, como aguas que se derraman por un lugar empinado” (1:4; véase también 7:17).
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