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    ¡Despertad! 1999 | 22 de julio
    • El ejercicio mental. Parece que el adagio que dice que “lo que no se usa se atrofia” no solo es aplicable a los músculos, sino también a la mente. Si bien la vejez va acompañada de cierta pérdida de memoria, las investigaciones efectuadas por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, de Estados Unidos, demuestran que el cerebro de los ancianos conserva la flexibilidad necesaria para hacer frente a los efectos de la vejez. Por lo tanto, concluye el doctor Antonio R. Damasio, profesor de Neurología, “las personas de edad pueden seguir disfrutando de una vida intelectual extremadamente rica y sana”. ¿Qué da cuenta de la flexibilidad continua del cerebro de los ancianos?

      El cerebro contiene 100.000 millones de células nerviosas llamadas neuronas, que establecen entre sí billones de conexiones, las cuales, a modo de “hilos telefónicos”, permiten que las neuronas “hablen” entre sí para crear, entre otras cosas, la memoria. A medida que el cerebro envejece, las neuronas van muriendo (véase el recuadro “Nueva mirada a las células del cerebro”). No obstante, el cerebro de los ancianos posee la capacidad de compensar dicha pérdida. Cuando una neurona enmudece, las vecinas reaccionan formando conexiones con otras y asumen la función de la que ha muerto. En realidad, lo que el cerebro hace es transferir la ejecución de determinada tarea de una región a otra. Por tal razón, muchos ancianos consiguen realizar los mismos procesos mentales que los jóvenes, aunque quizás utilicen para ello otras zonas del cerebro. En cierto modo, el cerebro del anciano actúa de forma parecida a un tenista de edad que compensa su decreciente velocidad recurriendo a destrezas de las que tal vez carezcan los jugadores más jóvenes. Pese a utilizar técnicas distintas, sigue anotando puntos.

      ¿Qué pueden hacer las personas mayores para seguir marcando tantos? Tras estudiar a más de mil personas con edades comprendidas entre los 70 y 80 años, la doctora Marilyn Albert, investigadora gerontológica, descubrió que el ejercicio mental es uno de los factores que determinan qué ancianos conservarán sus capacidades intelectuales (véase el recuadro “Mantenga la mente ágil”). El ejercicio mental mantiene vivos los “hilos telefónicos” del cerebro. Por otro lado, afirman los entendidos, la decadencia mental comienza “cuando las personas se jubilan, deciden tomarse las cosas con calma y dicen que ya no tienen que mantenerse al paso del mundo” (Inside the Brain).

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    ¡Despertad! 1999 | 22 de julio
    • Mantenga la mente ágil

      Estudios científicos realizados con miles de ancianos revelaron varios factores que ayudan a mantener la mente ágil. Entre ellos figuran “la participación activa en la lectura, los viajes, los acontecimientos culturales, la educación, los clubes y los gremios profesionales”. “Ocúpese en tantas cosas diferentes como le sea posible.” “Siga trabajando. No se jubile.” “Apague el televisor.” “Estudie un curso.” Se cree que tales actividades no solo levantan el ánimo, sino que crean nuevas conexiones en el cerebro.

      [Ilustración]

      El ejercicio mental ayuda a mantener la mente ágil

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