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Varones, ¿reconocen la autoridad de Cristo?La Atalaya 2010 | 15 de mayo
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Imitemos las cualidades de Cristo
11. a) ¿A quién procuramos imitar con empeño? b) ¿Por qué deben los varones hacer un esfuerzo especial por reflejar las cualidades de Jesús?
11 Si bien es cierto que todos los miembros de la congregación deben esforzarse día a día por vivir como Jesús, los hombres deben hacerlo con especial empeño. ¿Por qué razón? Como vimos, la Biblia subraya que “la cabeza de todo varón es el Cristo”. Y tal como él tomó por modelo a su Cabeza, el Dios verdadero, los varones bautizados han de procurar parecerse a su cabeza, Jesús. Eso mismo fue lo que hizo Pablo al convertirse al cristianismo, gracias a lo cual pudo exhortar a sus hermanos en la fe: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo” (1 Cor. 11:1). Pedro también destacó este punto al decir: “Ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención” (1 Ped. 2:21). Otra razón por la que los hombres deben copiar el ejemplo de Jesús es que son ellos quienes tienen la oportunidad de ser siervos ministeriales y ancianos. Tal como Jesús sentía gran gozo al imitar a Jehová, ellos deben estar muy contentos de imitar a su Maestro.
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Varones, ¿reconocen la autoridad de Cristo?La Atalaya 2010 | 15 de mayo
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Quienes presiden la congregación deben recordar siempre que son imperfectos (Rom. 3:23). Por eso es esencial que se esfuercen aún más por conocer bien a Cristo y ser amorosos como él. Es preciso que mediten sobre el trato que nos dan Jehová y Jesús y que luego actúen del mismo modo. Y no han de olvidar este consejo de Pedro: “Todos ustedes cíñanse con humildad mental los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes” (1 Ped. 5:5).
14. ¿Qué actitud deben tener los ancianos en su trato con los demás?
14 A los varones que cuidan del rebaño se les pide que demuestren cualidades como las que indica Romanos 12:10: “En amor fraternal ténganse tierno cariño unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera”. En efecto, los ancianos —e igualmente los siervos ministeriales— han de ser los primeros en honrar a los demás. Es necesario que, como el resto de los cristianos, “no [estén] haciendo nada movidos por espíritu de contradicción ni por egotismo, sino considerando con humildad mental que los demás son superiores” (Fili. 2:3). En efecto, todo siervo nombrado debería considerarse inferior a sus hermanos. Así pondrá en práctica este consejo de Pablo: “Los que somos fuertes [...] debemos soportar las debilidades de los que no son fuertes, y no estar agradándonos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para la edificación de este. Porque hasta el Cristo no se agradó a sí mismo” (Rom. 15:1-3).
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