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¿Aprueba Dios la curación por fe?La Atalaya 1992 | 1 de junio
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“¡COSAS extrañas hemos visto hoy!” Sí, los observadores estaban impresionados. Ante sus propios ojos había sido sanado un hombre que padecía de un caso grave de parálisis. El sanador dijo al paralítico: “Levántate y toma tu camita y ponte en camino a tu casa”. ¡Y el hombre hizo precisamente eso! Ya no estaba paralítico. ¡No es de extrañar que los presentes ‘se pusieran a glorificar a Dios’! (Lucas 5:18-26.) Es muy patente que Dios aprobó esa curación que efectuó Jesucristo hace casi 2.000 años.
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¿Aprueba Dios la curación por fe?La Atalaya 1992 | 1 de junio
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En cierta ocasión los discípulos de Jesús no lograron curar a un muchacho epiléptico. Jesús sanó al muchacho y luego les mencionó a los discípulos por qué no habían podido sanarlo. “Les dijo: ‘Por su poca fe’”, es decir, la de los discípulos. (Mateo 17:14-20.)
De acuerdo con Mateo 8:16, 17, Jesús “curó a todos los que se sentían mal”. Es verdad que esas personas acudieron a Jesús porque creyeron hasta cierto grado en él. (Mateo 8:13; 9:22, 29.) En la mayoría de los casos tuvieron que ir a pedírselo antes de que las sanara. Sin embargo, no se requirió ninguna profesión de fe para que se efectuara el milagro. En una ocasión Jesús sanó a un cojo que ni siquiera sabía quién era Jesús. (Juan 5:5-9, 13.) La noche en que fue arrestado, Jesús restauró a su lugar la oreja cortada del siervo del sumo sacerdote, aunque el hombre formaba parte del grupo de enemigos de Jesús que había ido a arrestarlo. (Lucas 22:50, 51.) En efecto, ¡a veces Jesús hasta resucitó a muertos! (Lucas 8:54, 55; Juan 11:43, 44.)
¿Cómo pudo efectuar Jesús esos milagros? Porque dependió del espíritu santo o fuerza activa de Dios. Así se efectuó la curación; no por la fe del enfermo. Si lee los relatos de los Evangelios, usted también notará que Jesús efectuó curaciones sin mucha ceremonia. No hubo exhibicionismo ni explotación de las emociones. Además, prescindiendo de la enfermedad, Jesús nunca fracasó en sanarla. Siempre tuvo éxito, y nunca cobró por ello. (Mateo 15:30, 31.)
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