BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Aprendió de sus errores
    La Atalaya 2009 | 1 de enero
    • Pero ¿qué es esa inmensa sombra que se mueve a su lado? Parece un ser vivo. De repente, se acerca, se abalanza sobre Jonás con sus grandes mandíbulas abiertas y lo engulle de un bocado.

      Ahora sí que es el fin. Pero ¿cómo es posible? ¡Sigue vivo! No ha sufrido ningún daño. ¡Si hasta puede respirar con normalidad...! Su asombro es mayor a cada minuto que pasa. Solo hay una explicación posible: fue Jehová quien “asignó un gran pez para que se [lo] tragara” (Jonás 1:17).c

      Las horas pasan. En medio de la más absoluta oscuridad, Jonás tiene tiempo para poner en orden sus pensamientos y orar a Jehová. Su oración —reproducida en el capítulo 2 del libro de Jonás— nos enseña más detalles de él. En ella hace frecuentes citas de los Salmos, lo cual indica que tiene un gran conocimiento de las Escrituras. Sus palabras de conclusión también revelan que posee una valiosa cualidad: la gratitud. Por ello le dice a Jehová: “En cuanto a mí, con la voz de acción de gracias ciertamente te haré sacrificio. Lo que he prometido en voto, ciertamente pagaré. La salvación pertenece a Jehová” (Jonás 2:9).

      Este episodio le enseñó a Jonás una importante lección: Jehová puede salvar a cualquier siervo suyo, sin importar el lugar y el momento. Nada pudo impedir que salvara a Jonás, ni siquiera el hecho de que se encontrara “en las entrañas del pez” (Jonás 1:17). Únicamente Jehová puede mantener a un hombre sano y salvo durante tres días y tres noches en el estómago de un animal marino. No olvidemos nunca que Jehová es el “Dios en cuya mano [nuestro] aliento está” (Daniel 5:23). En efecto, a él le debemos nuestra mismísima existencia. ¿No es este un buen motivo para estarle agradecidos? Pues no hay mejor modo de demostrarlo que obedeciéndole.

      Eso fue lo que hizo Jonás. Veamos cómo. Después de tres días y tres noches, la enorme criatura marina se acercó a la costa y “vomitó a Jonás en tierra seca” (Jonás 2:10). ¿No es increíble? ¡Ni siquiera necesitó nadar para llegar a la orilla!

  • Aprendió de sus errores
    La Atalaya 2009 | 1 de enero
    • Además, a veces se producen sucesos asombrosos sin ningún tipo de intervención divina. Cuentan, por ejemplo, que en 1758, un marinero cayó al mar Mediterráneo y fue tragado por un tiburón. Tras dispararle una bola de cañón, la tripulación consiguió que el animal vomitara al hombre y así pudieron recuperarlo sano y salvo. Puede que este relato —sea cierto o no— nos resulte sorprendente e incluso nos impresione, pero no diríamos que fue resultado de un auténtico milagro. Pues bien, si sucesos semejantes son posibles sin que Dios intervenga, ¿no será él capaz de hacer mucho más con su poder?

      Los escépticos también aseguran que nadie podría sobrevivir dentro de un pez durante tres días sin asfixiarse. Con todo, el ser humano ha descubierto cómo respirar bajo el agua durante largos períodos usando tanques llenos de oxígeno. ¿No podría Dios, que es infinitamente más poderoso y sabio, mantener vivo a Jonás durante tres días? Como le dijo cierto ángel a María, la madre de Jesús, “con Dios ninguna declaración [es] una imposibilidad” (Lucas 1:37).

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir