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  • Qué lecciones nos enseña el padrenuestro (primera parte)
    La Atalaya 2015 | 15 de junio
    • Unos padres escuchan a su hija hacer oración antes de que se duerma

      Qué lecciones nos enseña el padrenuestro (primera parte)

      “Santificado sea tu nombre.” (MAT. 6:9)

      ¿PODRÍA RESPONDER?

      • ¿Qué nos recuerda la frase “Padre nuestro”?

      • ¿Por qué debemos pedir que el nombre de Dios sea santificado?

      • ¿Cómo podemos demostrar que queremos que se haga la voluntad de Dios en la Tierra?

      1. ¿Cómo usamos en la predicación el padrenuestro, que se encuentra en Mateo 6:9-13?

      MUCHÍSIMA gente se sabe el padrenuestro de memoria. Nosotros lo usamos en la predicación para explicar a las personas que el Reino de Dios es un gobierno real y que hará cosas extraordinarias en la Tierra. También lo usamos para mostrarles que Dios tiene nombre y que ese nombre debe ser santificado, es decir, debe ser “tratado como santo” (Mat. 6:9, nota).

      2. ¿Cómo sabemos que no debemos decir de memoria el padrenuestro al orar?

      2 ¿Nos enseñó Jesús el padrenuestro para que lo dijéramos de memoria cada vez que quisiéramos orar, como hace la gente de otras religiones? No, pues él mismo acababa de decir que no repitiéramos las mismas cosas vez tras vez al orar (Mat. 6:7). De hecho, más adelante volvió a decir esta oración, pero con palabras distintas (Luc. 11:1-4). Su intención era que la usáramos como un modelo. Quería que supiéramos qué cosas podemos pedir y cuáles tienen prioridad. Por eso, muchas personas llaman “oración modelo” al padrenuestro.

      3. ¿Qué preguntas debemos hacernos mientras analizamos el padrenuestro?

      3 En este artículo y en el siguiente analizaremos lo que dice el padrenuestro. Mientras lo hacemos, pregúntese: “¿Cómo me puede ayudar el padrenuestro a mejorar mis oraciones?”. Y más importante aún, “¿qué lecciones me enseña y cómo puedo vivir en armonía con esa oración?”.

      “PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS”

      4. a) ¿Qué nos recuerda la frase “Padre nuestro”? b) ¿Por qué se puede decir que Jehová es el Padre de los cristianos que vivirán en la Tierra?

      4 La oración comienza diciendo “Padre nuestro”, no “Padre mío”. Esto nos recuerda que pertenecemos a una “asociación de hermanos”, una familia mundial que se quiere de verdad. ¡Qué gran honor! (1 Ped. 2:17.) Los cristianos ungidos, que tienen la esperanza de ir al cielo, llaman a Jehová “Padre”, ya que realmente son sus hijos; él los ha adoptado (Rom. 8:15-17). Los cristianos que vivirán en la Tierra también lo pueden llamar “Padre”, pues él les ha dado la vida y cubre todas sus necesidades. Pero ellos solo llegarán a ser sus hijos cuando hayan recuperado la perfección y hayan demostrado su lealtad durante la prueba final (Rom. 8:21; Rev. 20:7, 8).

      5, 6. a) ¿Cuál es el mejor regalo que un padre puede hacer a sus hijos? b) ¿Qué deben hacer los hijos con ese regalo? (Vea la ilustración del principio.)

      5 El mejor regalo que pueden hacerles los padres a sus hijos es enseñarles a orar y a ver a Jehová como un padre que los quiere y se preocupa por ellos. Un hermano que actualmente es superintendente viajante en Sudáfrica recuerda: “Oraba con mis hijas todas las noches desde el día en que nacieron, a menos que estuviera de viaje. Ellas dicen que no recuerdan exactamente las palabras que usaba. Lo que sí recuerdan es que eran momentos muy especiales, sagrados. Momentos en los que se comunicaban con nuestro Padre y se sentían tranquilas y seguras. Tan pronto como pudieron hacer sus propias oraciones, comencé a pedirles que las hicieran en voz alta para darme cuenta de lo que pensaban sobre Jehová y lo que sentían por él. Así podía ver lo que había en sus corazoncitos. Además, las fui guiando poco a poco para que incluyeran ideas clave del padrenuestro. De ese modo me aseguraba de que supieran qué pedirle a Dios”.

      6 Hoy día, las hijas del hermano son cristianas ejemplares. Están felizmente casadas y sirven a Jehová de tiempo completo junto con sus esposos. Así es, el mejor regalo que un padre puede darle a sus hijos es ayudarlos a hacerse amigos de Dios. Claro está, a cada uno le corresponde cuidar esa hermosa relación. Para ello, hay que aprender a amar el nombre de Dios y tratarlo con el mayor de los respetos (Sal. 5:11, 12; 91:14).

      “SANTIFICADO SEA TU NOMBRE”

      7. a) ¿Qué privilegio tenemos quienes formamos parte del pueblo de Jehová? b) ¿Qué responsabilidad tiene cada uno de nosotros?

      7 Es un gran privilegio conocer el nombre de Dios y pertenecer al pueblo que lleva ese nombre (Is. 43:10; Hech. 15:14). La primera petición que hacemos en el padrenuestro es: “Santificado sea tu nombre”. Si le pedimos eso, lógicamente también debemos pedirle que nos ayude a no hacer o decir nada que pueda manchar su santo nombre. No quisiéramos ser como algunos cristianos del siglo primero que predicaban una cosa y hacían otra. El apóstol Pablo les dijo: “La gente [...] habla mal de Dios, por culpa de ustedes” (Rom. 2:21-24, Traducción en lenguaje actual).

      8, 9. Mencione un ejemplo que demuestre que Jehová bendice a quienes se esfuerzan por santificar su nombre.

      8 Todos queremos santificar el nombre de Dios, como lo demuestra el caso de una hermana de Noruega que se quedó viuda con un niño de dos años. Ella recuerda: “Fue una etapa de mi vida muy difícil. Le oraba a Dios todos los días —casi cada hora— para que me diera fuerzas y me ayudara a controlar mis emociones. No quería que Satanás se burlara de Jehová por alguna mala decisión que yo tomara. Tampoco quería fallarle a Dios. Lo que quería era honrar su nombre y que mi hijo viera de nuevo a su padre en el Paraíso” (Prov. 27:11).

      9 ¿Escuchó Jehová sus sentidas oraciones? Sí. La compañía constante de los hermanos le dio las fuerzas para resistir. Cinco años más tarde se casó con un anciano, y ahora su hijo, que tiene 20 años, es un cristiano bautizado. La hermana dice: “Estoy muy agradecida de que mi esposo me ayudara a criar a mi hijo”.

      10. ¿Qué se necesita para que el nombre de Dios sea completamente santificado?

      10 Para que su nombre sea completamente santificado y quede libre de toda acusación, Jehová tiene que eliminar a todos los que lo rechazan como Rey (lea Ezequiel 38:22, 23). En el Paraíso, la humanidad recuperará poco a poco la perfección. Llegará el día en el que todos —seres humanos y ángeles— traten con respeto el santo el nombre de Dios. Entonces, nuestro querido Padre celestial será “todas las cosas para con todos” (1 Cor. 15:28).

      “VENGA TU REINO”

      11, 12. ¿Qué comprendieron con la ayuda de Dios los cristianos a finales del siglo 19?

      11 Antes de que Jesús volviera al cielo, sus apóstoles le preguntaron: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?”. Jesús les dio a entender que no era el momento de conocer esa información, sino de concentrarse en la vital labor de predicar que tenían por delante (lea Hechos 1:6-8). Lo que sí les dijo fue que se mantuvieran pendientes de la llegada de ese gobierno. Por eso, desde aquellos días, los cristianos hemos estado pidiendo que venga el Reino.

      12 Al acercarse el momento en que comenzaría a gobernar Jesús en el cielo, Jehová ayudó a su pueblo a comprender el año en que tendría lugar ese suceso. En 1876 se publicó en la revista Bible Examiner un artículo escrito por Charles Russell. El artículo, titulado “¿Cuándo terminan los tiempos de los gentiles?”, indicó que 1914 sería un año especial. También relacionó los “siete tiempos” de la profecía de Daniel con “los tiempos señalados de las naciones” de los que habló Jesús (Dan. 4:16; Luc. 21:24).a

      13. a) ¿Qué ocurrió en 1914? b) ¿Qué demuestran los sucesos mundiales que han tenido lugar desde 1914?

      13 En 1914 estalló la guerra entre varias naciones europeas, pero no tardó en convertirse en un conflicto mundial. En 1918, al final de la lucha, mucha gente estaba sufriendo hambre y la gripe española acabó con más vidas que la guerra misma. Así comenzó a cumplirse “la señal” de la presencia invisible de Jesús como nuevo Rey de la Tierra (Mat. 24:3-8; Luc. 21:10, 11). Las pruebas demuestran claramente que 1914 fue el año en el que “le fue dada una corona” al Señor Jesucristo. De inmediato, “salió venciendo y para completar su victoria” (Rev. 6:2). Para empezar limpió los cielos. Libró una guerra contra Satanás y sus demonios y los arrojó a la Tierra. Desde entonces, la humanidad ha visto con sus propios ojos el cumplimiento de estas palabras inspiradas: “¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto espacio de tiempo” (Rev. 12:7-12).

      14. a) ¿Por qué es importante que sigamos pidiendo que venga el Reino de Dios? b) ¿Qué honor tenemos los cristianos?

      14 Según la profecía de Revelación 12:7-12, al mismo tiempo que naciera el Reino de Dios comenzaría una época llena de desastres y problemas para la humanidad. ¿Por qué? Porque el Rey del Reino gobernaría en medio de sus enemigos. Mientras no llegue el día en el que Jesús venza por completo a sus enemigos y elimine la maldad de la Tierra, seguiremos pidiendo que venga el Reino de Dios. Pero no solo eso, también lo apoyaremos. ¿Cómo? Cooperando para que se cumpla uno de los aspectos más importantes de la señal que dio Jesús, a saber: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14).

      “EFECTÚESE TU VOLUNTAD [...] SOBRE LA TIERRA”

      15, 16. ¿Cómo podemos vivir en armonía con la petición de que se haga la voluntad de Dios en la Tierra?

      15 Hace unos seis mil años, la humanidad tuvo un comienzo perfecto y se hacía la voluntad de Dios en la Tierra. De ahí que Dios dijera que todo “era muy bueno” (Gén. 1:31). Sin embargo, el Diablo se rebeló, y desde entonces muy pocas personas han hecho la voluntad de Dios. Afortunadamente estamos viviendo una época en la que ocho millones de testigos de Jehová no solo piden que se haga la voluntad de Dios en la Tierra, sino que se esfuerzan por hacerla. Viven en armonía con esa petición llevando vidas morales y enseñando con entusiasmo a la gente.

      1. Una familia ensaya una presentación para la predicación; 2. El padre acompaña a su hija en la predicación

      ¿Está ayudando a sus hijos a pedir que se haga la voluntad de Dios en la Tierra y a vivir en armonía con esa petición? (Vea el párrafo 16)

      16 Por ejemplo, una hermana que se bautizó en 1948 y fue misionera en África comenta: “A menudo le pido a Dios que toda la gente de buen corazón pueda conocerlo antes de que sea muy tarde. Y cuando voy a predicarle a alguien, le pido a Jehová que me dé sabiduría para llegarle al corazón. También le pido que nos ayude a todos a cuidar de los que ya han aceptado el mensaje”. Con razón esta hermana de 80 años ha tenido tanto éxito en la predicación. Con el apoyo de sus hermanos en la fe ha ayudado a muchas personas a convertirse en testigos de Jehová. De seguro usted conoce a otros cristianos que se han entregado de toda alma a hacer la voluntad de Dios a pesar de los achaques de la vejez (lea Filipenses 2:17).

      17. ¿Qué le parece lo que hará Dios para responder nuestra petición de que se haga su voluntad en la Tierra?

      17 Seguiremos pidiendo que se haga la voluntad de Dios hasta el día en que desaparezcan los enemigos del Reino. Y cuando resuciten los muertos en el Paraíso, habrá miles de millones de personas haciendo la voluntad de Dios. “No se maravillen de esto —dijo Jesús—, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [mi] voz y saldrán.” (Juan 5:28, 29.) ¡Qué felicidad nos dará recibir a nuestros seres queridos que han fallecido! El Creador “limpiará toda lágrima de [nuestros] ojos” (Rev. 21:4). La mayoría de los resucitados serán “injustos”, es decir, personas que murieron sin conocerlo a él ni a su Hijo. Será un verdadero honor enseñarles a servir a Jehová para que también ellos puedan recibir “vida eterna” (Hech. 24:15; Juan 17:3).

      18. ¿Qué es lo que más necesita la humanidad?

      18 La paz y la armonía volverán al universo cuando se santifique el nombre de Jehová, cuando venga su Reino y cuando se haga su voluntad en la Tierra. La humanidad recibirá lo que más necesita el día en que Jehová responda las tres primeras peticiones del padrenuestro. No obstante, hay cosas que necesitamos con urgencia hoy; de ellas habla la segunda parte de la oración modelo. Pero eso lo dejaremos para el siguiente artículo.

      a Si desea una explicación de cómo se cumplió esta profecía en 1914 con el nacimiento del Reino de Dios, vea el libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, páginas 215 a 218.

  • Qué lecciones nos enseña el padrenuestro (segunda parte)
    La Atalaya 2015 | 15 de junio
    • Hoy día tenemos una abundancia de alimento espiritual

      Qué lecciones nos enseña el padrenuestro (segunda parte)

      “Su Padre sabe qué cosas necesitan.” (MAT. 6:8)

      ¿LO RECUERDA?

      • Cuando pedimos el pan nuestro de cada día, ¿qué estamos pidiendo?

      • ¿Qué tenemos que hacer para que Dios perdone nuestras deudas?

      • ¿Cómo responde Jehová nuestra petición de que no nos deje caer en tentación?

      1-3. ¿Por qué está tan segura Lana de que Jehová conoce nuestras necesidades?

      LANA nunca olvidará lo que le sucedió a mediados de 2012 en Alemania. Ella está convencida de que dos oraciones muy específicas que hizo fueron contestadas. La primera la hizo mientras iba en el tren de camino al aeropuerto: le pidió a Jehová que la ayudara a encontrar alguien a quien predicarle. La segunda la hizo cuando llegó y le dijeron que su vuelo se había pospuesto al día siguiente: le pidió ayuda a Dios, pues se había quedado prácticamente sin un euro y no tenía dónde pasar la noche.

      2 No había terminado su segunda oración cuando escuchó a alguien decirle: “Lana, ¿qué haces aquí?”. Se trataba de un antiguo compañero de clases que se marchaba a Sudáfrica. Estaba con su madre y su abuela, quienes habían ido a despedirlo. Cuando Elke, la madre del joven, se enteró de la situación de Lana, le ofreció su casa. Elke y su madre fueron muy hospitalarias y le hicieron muchas preguntas sobre sus creencias y su labor de evangelización.

      3 A la mañana siguiente, después de un abundante desayuno, Lana les contestó más preguntas a sus anfitrionas, y ellas le dieron sus datos para que alguien las visitara. La joven volvió a casa sana y salva y sigue siendo precursora regular. Está segura de que Jehová, quien siempre escucha nuestras oraciones, intervino en aquella ocasión (Sal. 65:2).

      4. ¿De qué tipo de necesidades hablaremos ahora?

      4 Cuando surge un problema inesperado, no dudamos en pedir ayuda a Jehová, y a él le gusta escuchar esas oraciones (Sal. 34:15; Prov. 15:8). Pero el padrenuestro nos enseña que tenemos necesidades más importantes que no debemos pasar por alto. En este artículo hablaremos de las últimas cuatro peticiones de la oración modelo. Tres de ellas destacan las necesidades espirituales y la otra, “danos hoy nuestro pan para este día”, nos enseña importantes lecciones que nos ayudarán a vivir en armonía con esa oración (lea Mateo 6:11-13).

      “DANOS HOY NUESTRO PAN PARA ESTE DÍA”

      5, 6. ¿Por qué debemos pedir el pan nuestro de cada día aunque tengamos suficiente?

      5 Es interesante notar que el padrenuestro no dice “mi pan”, sino “nuestro pan”. Victor, un superintendente de circuito de África, comenta: “Le doy gracias a Jehová porque mi esposa y yo no tenemos que preocuparnos por tener algo que comer ni por pagar el alquiler de la casa. Nuestros queridos hermanos nos ayudan con esas cosas. Pero le pido a Dios que ayude a los hermanos a seguir adelante a pesar de los problemas económicos de este mundo”.

      6 Si nosotros tenemos comida para muchos días, pidamos por nuestros hermanos pobres o por los que han sufrido los efectos de algún desastre natural. Pero luego no nos quedemos de brazos cruzados: ayudémoslos. Tal vez podríamos compartir con ellos lo que tenemos. También podemos apoyar regularmente la obra mundial con nuestras donaciones, pues sabemos que nuestro dinero será bien usado (1 Juan 3:17).

      7. ¿Qué ilustración usó Jesús para explicar que no debemos angustiarnos por lo que traerá el “día siguiente”?

      7 Al parecer, Jesús habló del pan para referirse a las necesidades básicas en general. De hecho, enseguida explicó que Dios viste a las flores del campo y preguntó: “¿No los vestirá a ustedes con mucha más razón, hombres de poca fe? Por eso, nunca se inquieten y digan: [...] ‘¿Qué hemos de ponernos?’”. Al final dio este consejo: “Nunca se inquieten acerca del día siguiente” (Mat. 6:30-34). Estas palabras nos enseñan a no ser materialistas, sino a contentarnos con tener cubiertas nuestras necesidades del día: una vivienda digna, la sabiduría para hacer frente a las enfermedades y un empleo, entre otras cosas. Ahora bien, si solo le pidiéramos a Dios que cubriera nuestras necesidades físicas, estaríamos demostrando que no tenemos claras nuestras prioridades. Hay necesidades espirituales que son mucho más importantes.

      8. ¿En qué debería hacernos pensar la frase “danos hoy nuestro pan para este día”? (Vea la ilustración del principio.)

      8 La frase “danos hoy nuestro pan para este día” debería hacernos pensar en que también necesitamos alimento espiritual. ¿Por qué? Porque Jesús dijo: “No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová” (Mat. 4:4). De modo que debemos pedirle siempre a Jehová que nos dé ese alimento al tiempo debido.

      “PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS”

      9. ¿Por qué se puede decir que los pecados son deudas?

      9 ¿Por qué dijo aquí “deudas” Jesús si en una ocasión posterior dijo “pecados”? (Mat. 6:12; Luc. 11:4.) Hace sesenta años, esta revista explicó la razón: “Un pecado de transgresión contra la ley de Dios nos pone en deuda con él. [...] En pago de nuestro pecado Dios podía exigir y tomar nuestra vida; [...] podía retirar su paz de nosotros, rompiendo todas las relaciones pacíficas que tiene con nosotros. [...] Le debemos nuestro amor, expresado en obediencia; y cuando pecamos dejamos de pagarle nuestra deuda de amor, porque el pecado es falta de amor hacia Dios” (1 Juan 5:3).

      10. a) ¿Por qué puede perdonar Jehová nuestros pecados? b) ¿Qué deberíamos hacer para corresponder al amor de Jehová?

      10 El hecho de que necesitemos pedir perdón todos los días nos recuerda que, legalmente, la única manera en la que Dios puede perdonar nuestras deudas es mediante el sacrificio de rescate de Jesús. Aunque ese rescate se pagó hace casi dos mil años, deberíamos valorarlo tanto como si se hubiera pagado hoy. En realidad, el pago que se hizo por nuestra vida era tan elevado que ningún ser humano imperfecto hubiera podido cubrirlo (lea Salmo 49:7-9 y 1 Pedro 1:18, 19). Es un regalo que debemos agradecer siempre a Jehová. Por otro lado, el padrenuestro dice “nuestros pecados”, no “mis pecados”, lo cual nos recuerda que todos los cristianos necesitamos la compasión de Dios. Jehová desea que nos preocupemos no solo por nuestra salud espiritual, sino también por la de quienes nos rodean, incluidos los que han cometido un pecado contra nosotros. Ese tipo de pecados —que por lo general no son graves— nos dan la oportunidad de demostrar que de verdad queremos a nuestros hermanos y que estamos dispuestos a perdonarlos, tal como Dios nos perdona a nosotros (Col. 3:13).

      1. Una esposa está enfadada con su esposo; 2. El esposo le pide perdón; 3. La esposa lo perdona

      Si quiere que Dios lo perdone, sea perdonador (Vea el párrafo 11)

      11. ¿Por qué es necesario ser perdonador?

      11 Lamentablemente somos imperfectos, por lo que a veces es difícil perdonar a nuestros hermanos (Lev. 19:18). Si hacemos público el problema, puede que algunos se pongan de nuestra parte y se divida la congregación. Si no resolviéramos el conflicto, estaríamos demostrando falta de agradecimiento por la compasión de Dios y por el rescate. Él no nos perdonará mientras no seamos perdonadores (Mat. 18:35). Jesús habló de este punto justo después de enseñar a sus discípulos a orar (lea Mateo 6:14, 15). Por otro lado, para recibir el perdón de Dios, debemos esforzarnos por no cometer pecados graves, lo cual nos lleva a la siguiente petición (1 Juan 3:4, 6).

      “NO NOS METAS EN TENTACIÓN”

      12, 13. a) ¿Qué le pasó a Jesús poco después de su bautismo? b) Si caemos en una tentación, ¿por qué debemos aceptar nuestra responsabilidad? c) ¿Qué demostró Jesús con su lealtad hasta la muerte?

      12 El siguiente episodio de la vida de Jesús nos ayudará a comprender mejor por qué debemos pedir: “No nos metas en tentación”. Poco después de su bautismo, Jesús fue llevado al desierto por el espíritu de Dios. ¿Para qué? “Para ser tentado por el Diablo.” (Mat. 4:1; 6:13.) ¿Debería sorprendernos? No si entendemos la razón principal por la que Dios envió a su Hijo a la Tierra. Lo envió para aclarar de una vez por todas las dudas que surgieron cuando Adán y Eva rechazaron su autoridad. En el jardín de Edén surgieron preguntas como: ¿creó Jehová al ser humano con defectos? ¿Puede un ser humano perfecto mantenerse del lado de Dios a pesar de las presiones del Diablo? ¿Les iría mejor a los hombres si se gobernaran ellos mismos? (Gén. 3:4, 5.) Aunque se necesitaría tiempo para dar respuesta a esas preguntas, al final quedaría bien claro para todos los seres humanos y los ángeles que la manera de gobernar de Jehová es la mejor.

      13 Jehová es santo; él no tienta a nadie para ver si hace cosas malas. “El Tentador” es el Diablo; él crea situaciones que nos ponen a prueba (Mat. 4:3). Sin embargo, tenemos el poder de decidir si vamos a caer en la tentación o no (lea Santiago 1:13-15). Jesús rechazó de inmediato cada una de las tentaciones del Diablo citando de la Palabra de Dios, y así defendió el derecho de Dios a gobernar a su creación. Como es obvio, Satanás no se rindió; esperó a que se diera “otro tiempo conveniente” (Luc. 4:13). Aun así, Jesús resistió vez tras vez sus ataques. Demostró que Dios gobierna de manera justa y que un ser humano perfecto puede ser fiel a pesar de las pruebas más duras. Pero no olvidemos que, hasta el día de hoy, el Diablo sigue tentando a los discípulos de Jesús, incluido usted.

      14. ¿Qué debemos hacer para no caer en la tentación?

      14 Las acusaciones que lanzó el Diablo aún no se han aclarado por completo. Por eso, Jehová sigue permitiéndole que use el mundo para ponernos a prueba. Lejos de “meternos en tentación”, Dios confía en nosotros y quiere ayudarnos a resistir. Por supuesto, él no impide a toda costa que caigamos en la tentación. Nos ha dado la libertad para elegir y respeta esa libertad. De modo que debemos mantener fuerte nuestra espiritualidad y orar en todo momento. Ahora bien, ¿cómo contesta Jehová nuestras oraciones?

      Una madre y su hijo predican juntos

      Cuide su espiritualidad y siga predicando con entusiasmo (Vea el párrafo 15)

      15, 16. a) Mencione algunas tentaciones comunes hoy día. b) Si un cristiano cayera en la tentación, ¿quién sería el responsable?

      15 Jehová nos ofrece su poderoso espíritu, el cual nos da fuerzas para resistir las tentaciones. Y mediante su Palabra y la congregación nos advierte sobre peligros como malgastar tiempo, dinero y energías en cosas que no son indispensables. Espen y Janne viven en un país rico de Europa. Durante años fueron precursores regulares en una zona de su país donde se necesitaba ayuda. No obstante, tuvieron que dejar el precursorado al nacer su primer hijo. Luego tuvieron una niña. Espen dice: “Le pedimos a menudo a Jehová que nos ayude a no caer en tentaciones ahora que ya no podemos participar tanto en las actividades cristianas. Le pedimos que nos ayude a mantener fuerte nuestra amistad con él y a seguir predicando con entusiasmo”.

      16 Otra tentación que se ha hecho muy popular es la de ver pornografía. Si caemos en esa trampa, no podemos echarle la culpa al Diablo. ¿Por qué? Porque ni él ni su mundo pueden obligarnos a hacer nada que no queramos hacer. La realidad es que hay quienes han caído porque han pensado en cosas que no debían. Miles de nuestros hermanos han dicho “no” a la pornografía. Nosotros también podemos (1 Cor. 10:12, 13).

      “LÍBRANOS DEL INICUO”

      17. a) ¿Qué debemos hacer para vivir en armonía con la petición “líbranos del inicuo”? b) ¿Qué alivio sentiremos pronto?

      17 Para vivir en armonía con la petición “líbranos del inicuo”, debemos esforzarnos por no ser “parte del mundo” de Satanás y no amar “ni al mundo ni las cosas que están en el mundo” (Juan 15:19; 1 Juan 2:15-17). Esta es una lucha de todos los días, pero pronto Jehová responderá nuestra petición y borrará del mapa al Diablo y a su mundo. Mientras tanto, no podemos olvidar que cuando Satanás fue echado del cielo sabía que tenía los días contados. Por eso está furioso e intenta por todos los medios que seamos desleales. Tenemos que seguir pidiendo a Dios que nos libre de él (Rev. 12:12, 17).

      18. Si quiere vivir para siempre, ¿qué debe seguir haciendo?

      18 Si quiere vivir para siempre, no deje de pedirle a Dios que venga su Reino, que su nombre sea santificado y que se haga su voluntad en la Tierra. Pídale que cubra sus necesidades físicas y espirituales. Pero sobre todo, siga las lecciones que nos enseña el padrenuestro y viva en armonía con esa oración.

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