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Afronté el desafío de servir a Dios¡Despertad! 2005 | 22 de abril
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Deportación a Siberia
El 1 de abril de 1951, con la pierna todavía enyesada, nos arrestaron a mi familia y a mí y nos deportaron con otros Testigos a Siberia.b Con el poco tiempo que nos dieron para prepararnos, solo alcanzamos a llevar una reducida cantidad de alimento, que pronto se agotó.
Después de dos semanas de viaje en tren, llegamos finalmente a Asino, en el distrito de Tomsk, donde nos descargaron como si fuéramos ganado. A pesar del frío glacial, fue maravilloso respirar aire fresco. Cuando el hielo del río empezó a derretirse, en mayo, navegamos 100 kilómetros [60 millas] hasta un campamento maderero en Torba, en la taiga siberiana, o bosque subártico. Ahí fue donde empezamos a cumplir nuestra condena de trabajos forzados, la cual según ellos duraría para siempre.
Aunque realizar trabajos forzados en un campamento maderero no era lo mismo que estar en la cárcel, la vigilancia era constante. Mi familia y yo dormíamos en un vagón de ferrocarril. Al llegar el verano, construimos unas casas —simples refugios semisubterráneos, con una parte bajo tierra y otra en la superficie— que nos protegerían durante el próximo invierno.
Por tener la pierna enyesada, me perdonaron el trabajo en el bosque y en su lugar me pusieron a hacer clavos. Eso me dio la oportunidad de ayudar a hacer copias en secreto de La Atalaya y otras publicaciones bíblicas, que de alguna forma llegaban a escondidas desde Europa occidental, a miles de kilómetros de distancia.
Arresto y prisión
En 1953 me quitaron el yeso. Para entonces, a pesar de mis esfuerzos por ser discreto, la KGB se había dado cuenta de mis actividades espirituales, incluida la reproducción de publicaciones bíblicas, por lo que, junto con otros Testigos, fui sentenciado a pasar doce años en un campo de prisioneros. De cualquier forma, en el juicio dimos un excelente testimonio respecto a nuestro Dios, Jehová, y sus amorosos propósitos para la humanidad.
Los campos a los que nos llevaron quedaban a cientos de kilómetros hacia el este, cerca de Irkutsk, y eran centros de castigo para los que se consideraban enemigos del Estado soviético. Desde el 8 de abril de 1954 hasta principios de 1960 estuve en doce de esos campos.
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Afronté el desafío de servir a Dios¡Despertad! 2005 | 22 de abril
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Algunos hermanos de congregaciones cercanas fueron deportados a Siberia en 1949. De nuevo, los que quedamos en el país procuramos ser más discretos al efectuar nuestro ministerio.
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b En la primera quincena de abril de 1951, los soviéticos llevaron a cabo un plan cuidadosamente diseñado: reunieron a más de siete mil testigos de Jehová y sus familias que provenían de las regiones occidentales de la Unión Soviética y los llevaron en tren a miles de kilómetros en dirección este, al exilio en Siberia.
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Afronté el desafío de servir a Dios¡Despertad! 2005 | 22 de abril
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[Ilustración de la página 21]
En un campo de prisioneros (1955)
[Ilustración de la página 23]
Hermanas cristianas en Siberia, cuando Maria (abajo a la izquierda) tenía unos 20 años
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