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Marea negra. Su efecto en las personas¡Despertad! 1989 | 22 de septiembre
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Un empleado de la compañía telefónica expresó su parecer:
“Ya han pasado dos meses desde la fuga y Valdez es un verdadero caos. Todavía acuden miles de personas en busca de trabajos bien remunerados. Viene gente de todo tipo: gente que huye de la ley y que es aprehendida, prostitutas que vienen a ejercer su profesión. Los niños ya no pueden moverse con libertad por la ciudad. Los padres están muy pendientes de ellos, y con razón. Algunos niños están desatendidos, pues tanto el padre como la madre trabajan muchas horas para la compañía Exxon. La obsesión por el dinero ha afectado a muchos.
”Los precios se han disparado. Se duplican de la noche a la mañana, y en el plazo de una semana vuelven a duplicarse. ¿Tiene una casa para alquilar? Puede cobrar 500 dólares por noche. Casi se cobra lo mismo por el alquiler de una habitación, y hasta es posible alquilar espacio para un sofá. Los alquileres de las casas son de 5.000 ó 6.000 dólares al mes, y se sabe de un caso en que se pidieron 13.000 dólares mensuales por una casa. Se han alquilado automóviles a 250 dólares diarios.
”Los salarios que paga Exxon son elevadísimos, así que a los demás negocios les es imposible hacerle la competencia. Por esta razón, sus empleados abandonan su puesto de trabajo a fin de trabajar para Exxon. Los trabajadores nuevos permanecen un tiempo y luego también se van a hacer trabajos relacionados con la marea negra. La situación de los restaurantes es muy difícil, pues permanecen abiertos las veinticuatro horas del día, sirven a miles de personas y algunos han tenido que cambiar de personal cuatro o cinco veces en los pasados dos meses, ya que sus empleados se marchan para conseguir los elevados salarios que les paga Exxon por menos horas de trabajo. La mitad de los empleados del hospital también abandonaron su empleo.”
Es muy comprensible que todo ese dinero atraiga a alguien de escasos recursos con muchas facturas que pagar. Qué fácil es razonar así: “Puedo trabajar el domingo y ganar 30 ó 50 dólares a la hora, trabajo doce horas y cobro el doble porque es domingo. Así puedo terminar de pagar el automóvil y todas mis facturas”. Aunque con ese horario también se desatiende a la familia y los valores espirituales tal vez se vayan a pique. “Pero no lo voy a hacer para siempre, solo durante un tiempo, hasta que pague mis deudas”, se dice a sí mismo. Tal vez sí y tal vez no.
Aún más inquietantes son los estados de ánimo que resultan de las frustraciones. Una persona dijo:
“Muchos han hecho de Exxon el objeto de toda su ira, y salen a flote comportamientos muy extremados. El sistema de valores se ha trastornado, se ha distorsionado. Hay gente que por causa de su frustración y su ira se inclinan a actuar de un modo que por lo general aborrecerían. Muchos están airados por lo que la fuga de petróleo le ha hecho al hermoso golfo del Príncipe Guillermo y a las miles de aves, nutrias, focas y demás animales que por mucho tiempo han sido fuente de orgullo para ellos.
”Debido a dicha ira, algunos han obligado a los automóviles de la compañía Alyeska a salirse de la carretera, se han recibido amenazas de bomba y en Valdez hasta ha habido amenazas de muerte contra el presidente de Exxon. Como consecuencia, se ha contratado a centenares de policías de seguridad más.”
Un profesor suplente comenta:
“Muchos niños se preparan solos para ir a la escuela. Sé de una niña de cinco años que está en párvulos que por las mañanas se levanta sola de la cama porque su mamá y su papá se han ido horas antes a trabajar en las labores relacionadas con la marea negra. Se prepara el desayuno, va a la escuela, vuelve a casa, cena y está sola hasta que sus padres regresan a las nueve o las diez de la noche. ¿Cómo le afecta esto?, ¿qué le comunica? El dinero ha cegado a algunos padres, y sus hijos sufren. Los niños viven con demasiado estrés como para trabajar en la escuela, así que los maestros no les presionan, sino que les leen cuentos y les dejan jugar.”
Un ama de casa se topa con descortesía e ira:
“Las aglomeraciones producen estrés y frustración, lo que abre la puerta a la ira y los arrebatos de cólera. Cuando los suministros son limitados, algunas mujeres arrebatan el pan o la leche de otras que han estado haciendo la compra. Personas que acaban de llegar a los restaurantes se abren paso a empujones y toman mesas por las que otros han esperado horas.”
Un hombre expresa de la siguiente manera su preocupación por lo que le sucede a la gente:
“El impacto en la zona ha sido bastante grave, pues la población casi se ha triplicado. La ciudad ha pasado de unos dos mil ochocientos habitantes a más de nueve mil. Resulta difícil conseguir suministros e incluso algo tan simple como moverse por la ciudad. El tráfico está más congestionado, por lo que el simple hecho de circular por esta pequeña localidad se convierte en una fuente de frustración y estrés.
”Las ofertas de empleo han cambiado mucho. Trabajos que se pagan entre 20 y 50 dólares la hora han hecho difícil mantener en equilibrio las prioridades. Cuesta impedir que el materialismo afecte las responsabilidades familiares y los valores espirituales. Mi esposa y yo también hemos recibido muchas llamadas de amigos que viven en estados tan distantes como Florida y Nueva York, así como Texas y Oregón, y que querían saber cuáles eran las posibilidades de encontrar empleo aquí.
”Sabemos que la situación económica actual es difícil en todas partes, pero les hemos recomendado que no vengan. Son testigos de Jehová como nosotros, y mi esposa y yo tratamos de mantener los asuntos espirituales en primer lugar, asistiendo a las reuniones y hablando a otros del Reino de Dios. Opinamos que eso también es lo mejor para ellos, y no es fácil hacerlo en medio de las actuales condiciones estresantes de Valdez. El materialismo ahoga la espiritualidad, y aquí es desenfrenado.
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Marea negra. Su efecto en las personas¡Despertad! 1989 | 22 de septiembre
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El dinero ha cegado a algunos padres, y sus hijos sufren. Los niños viven con demasiado estrés como para trabajar en la escuela, así que los maestros no les presionan, sino que les leen cuentos y les dejan jugar.”
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