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¿Llegará a unirse Europa?¡Despertad! 2000 | 22 de abril
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Pasos encaminados a la unificación monetaria
El mantenimiento de las fronteras es caro. Ya en su día, los trámites aduaneros entre los quince estados comunitarios llegaron a costarles 12.000 millones de euros anuales. No extraña, por tanto, que la nueva política fronteriza haya fomentado el crecimiento económico. Si pensamos en el hecho de que 370 millones de ciudadanos comunitarios pueden moverse libremente de una nación a otra, dentro de un solo mercado común, es patente que existe un considerable potencial económico. ¿Qué factores han permitido este progreso?
En febrero de 1992, los jefes de estado dieron un gran paso en pro de la unidad al firmar el Tratado de la Unión Europea, conocido como Tratado de Maastricht, que sentó las bases para crear un mercado unificado europeo, un banco central y una moneda única. Con todo, se requería otro paso crucial: la eliminación de las fluctuaciones en los tipos cambiarios. A fin de cuentas, el tipo de cambio de mañana podría alterar significativamente el valor de la transacción de hoy.
Este obstáculo en el camino a la unidad se eliminó con la institución de la Unión Económica y Monetaria (UEM) y la introducción del euro como moneda común. Los cargos por el servicio de cambio de divisas han desaparecido, y los negocios ya no tienen que protegerse contra los riesgos motivados por las fluctuaciones. Por consiguiente, se han reducido los gastos en los negocios y ha crecido el comercio internacional, lo que a su vez ha generado empleo y ha aumentado el poder adquisitivo de los ciudadanos, algo de lo que todos salen beneficiados.
La creación del Banco Central Europeo en 1998 marcó un hito en los preparativos para adoptar la moneda única. Este banco independiente, situado en la ciudad alemana de Frankfurt, tiene autoridad monetaria sobre los gobiernos participantes. Procura mantener baja la inflación en la llamada eurozona, que consta de once países,a y estabilizar las fluctuaciones cambiarias entre el euro, el dólar y el yen.
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¿Llegará a unirse Europa?¡Despertad! 2000 | 22 de abril
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Llaman a la puerta de la UE nuevos estados
A corto plazo, los impulsores de la moneda única esperan que los estados comunitarios que aún no se hallan en la UEM superen sus obstáculos antes del 2002, año en que está previsto que los billetes y monedas de euros sustituyan a las divisas europeas. Si Dinamarca, Gran Bretaña y Suecia logran superar su actitud reacia, hasta sus ciudadanos verán reemplazadas sus libras y coronas por euros.
Entretanto, ya hay otros seis países europeos tocando a la puerta de la UE (Chipre, Eslovenia, Estonia, Hungría, Polonia y la República Checa), y otros cinco (Bulgaria, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Rumania) esperan su turno. Su inclusión no saldrá barata. Se calcula que entre el año 2000 y el 2006, la UE tendrá que aportar 80.000 millones de euros en concepto de ayuda a los diez recién llegados de Europa oriental.
Ahora bien, para satisfacer las normas de la UE, los nuevos países tendrán que conseguir por sí mismos fondos que serán varias veces mayores que la ayuda comunitaria que perciban. Sirvan como ejemplo las siguientes cantidades de euros que deberán dedicar a la mejora de diversos servicios: Hungría, 12.000 millones a su red de carreteras y ferrocarriles; la República Checa, más de 3.400 millones al tratamiento de las aguas, y Polonia, 3.000 millones a la reducción de las emisiones sulfurosas. Con todo, los solicitantes estiman que los beneficios superan a la inversión, pues, entre otras ventajas, potenciarán el comercio con los demás países de la UE. No obstante, quizás tengan que esperar en fila. La opinión pública mayoritaria es que la aceptación de nuevos miembros solo debería realizarse después de haber arreglado los asuntos financieros en el seno de la UE.
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[Recuadro de la página 6]
¡He aquí el euro!
Aunque las monedas y los billetes nacionales de los estados miembros de la Unión Europea no desaparecerán sino hasta el año 2002, las operaciones sin movimiento de efectivo ya se realizan en euros. La transición monetaria ha sido una empresa titánica para los bancos. Pese a todo, ya existe un tipo de cambio fijo entre cada divisa de los países comunitarios y el euro. Las cotizaciones bursátiles también aparecen indicadas en euros. Muchas tiendas y negocios ahora rotulan sus productos tanto en euros como en la moneda local.
La implantación del euro conlleva adaptaciones drásticas, sobre todo de parte de los ciudadanos mayores, que ya no podrán usar los marcos alemanes, francos o liras que conocían. Habrá que modificar hasta las cajas registradoras y los cajeros automáticos. Para facilitar al máximo la transición se han orquestado campañas oficiales de información sobre la llegada y el uso del euro.
Independientemente de que aún haya obstáculos por superar, el euro viene para quedarse. De hecho, ya se ha comenzado a acuñarlo e imprimirlo. No es una tarea sencilla. Hasta en una nación pequeña como los Países Bajos (15.000.000 de habitantes), las máquinas funcionarán tres años seguidos para producir 2.800 millones de monedas y 380 millones de billetes antes del 1 de enero de 2002. Con solo los billetes podría formarse una pila de 20 kilómetros de altura.
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