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Una opinión realista del dinero¡Despertad! 2015 | septiembre
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¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
La Biblia no condena el dinero ni critica a los ricos. Lo importante no es cuánto tenga una persona, sino la actitud que tiene hacia el dinero y lo que puede conseguir con él. Los consejos que da la Biblia sobre el tema son tan equilibrados y oportunos hoy como cuando se escribieron. Veamos algunos ejemplos.
LA BIBLIA DICE: “No arruines tu salud por las riquezas” (Proverbios 23:4, La Palabra de Dios para Todos [PDT]).
Según el libro The Narcissism Epidemic (La epidemia del narcisismo), las personas que se empeñan en tener más y más dinero tienen “problemas emocionales y también físicos, como dolor de garganta, de espalda y de cabeza. Además, esas personas tienden a beber en exceso y a consumir drogas. Todo apunta a que el afán por las riquezas hace que la gente se sienta desdichada”.
LA BIBLIA DICE: “Que su modo de vivir esté exento del amor al dinero, y estén contentos con las cosas presentes” (Hebreos 13:5).
La persona que está contenta con lo que tiene se preocupa también por el dinero, pero sabe que no debe preocuparse en exceso. Por ejemplo, no se agobiará si surgen problemas económicos. Más bien, tratará de tener la actitud que tuvo el apóstol Pablo: “Yo sé cómo vivir en pobreza o en abundancia. Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias: pasando hambre o estando satisfecho; teniendo mucho o teniendo poco” (Filipenses 4:12, PDT).
LA BIBLIA DICE: “El que confía en sus riquezas... él mismo caerá; pero justamente como follaje reverdecerán los justos” (Proverbios 11:28).
Según los investigadores, muchos matrimonios terminan en divorcio debido a conflictos por problemas de dinero. Las dificultades económicas han empujado a algunas personas al suicidio. Para algunos es más importante el dinero que su matrimonio o incluso que la vida misma. En cambio, quienes tienen un punto de vista equilibrado del dinero no dependen de él para ser felices. Reconocen la sabiduría que hay detrás de las palabras de Jesús: “No por ser dueños de muchas cosas se vive una vida larga y feliz” (Lucas 12:15, Traducción en lenguaje actual [TLA]).
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