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  • La cristiandad anda en la senda de Canaán
    ¡Despertad! 1989 | 22 de enero
    • Roy Howard Beck, colaborador del semanario religioso United Methodist Reporter, escribió en su libro On Thin Ice (Situación precaria): “En este tipo de actos [las inmoralidades] estaban implicados televangelistas, predicadores influyentes de suntuosas iglesias, obispos, líderes carismáticos bien conocidos, líderes laicos muy activos, reverenciados pastores de pequeñas iglesias, sacerdotes, pentecostales, liberales, conservadores... hay para todos los gustos. ¡Qué glosa sobre el papel de la Iglesia en mejorar la sociedad!”. (Página 214.)

      La iglesia anglicana

      El parlamento de la iglesia anglicana, el sínodo general, se reunió en noviembre de 1987 para considerar una moción que reafirmara que “la fornicación, el adulterio y los actos homosexuales son pecado”. El secretario general del Movimiento Cristiano de Lesbianas y Gays dijo: “Si esta moción se aceptara, hundiría a la Iglesia, y el obispo de Canterbury lo sabe. En números redondos, creemos que entre el 30 y el 40% de los clérigos de la iglesia anglicana son homosexuales”.

  • La cristiandad anda en la senda de Canaán
    ¡Despertad! 1989 | 22 de enero
    • Durante el sínodo, Higton había presentado un sorprendente informe con pruebas contra el clero homosexual. Un sacerdote fue declarado culpable de abusos deshonestos de menores, pero simplemente lo trasladaron a otra parroquia. Otro, condenado por conducta gravemente indecorosa en un excusado público, fue trasladado a otra diócesis, donde volvió a ser hallado culpable de un delito similar... y todavía no había sido depuesto. Higton informó que unos sacerdotes anglicanos de Londres que eran homosexuales se encargaban de un puesto de libros de la Iglesia en el que se “vendían publicaciones dedicadas, según informes, a fomentar la promiscuidad homosexual, las relaciones sexuales con prostitutos y diversos actos homosexuales”. Se dijo que en un libro de ese puesto aparecía “una niña de cinco años acostada en la cama con su padre y el amante de este, un hombre”.

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    ¡Despertad! 1989 | 22 de enero
    • Otro dijo: “Me temo que la homosexualidad ha conseguido un firme punto de apoyo en el clero de la iglesia anglicana y en la propia iglesia anglicana”. Un tercero comentó: “Este voto, preferiría llamarlo patraña vergonzosa, en realidad pone en peligro a los niños. Muchos homosexuales que no encuentran compañeros recurren a los niños pequeños, y a esto es a lo que los jóvenes que asisten a la iglesia son tan vulnerables. [...] Hablando sin rodeos: la Iglesia no ha sido capaz de eliminar un mal muy difundido dentro de su propio seno”.

      La iglesia católica romana

      La iglesia católica es categórica a la hora de desaprobar la homosexualidad, y la califica de pecado grave. Pero en la práctica, encubre a los sacerdotes homosexuales y hasta hace posible que continúen con sus perversiones sexuales. Desde luego, el papa Juan Pablo II se expresó con palabras afectuosas hacia los homosexuales cuando declaró: “Están en el corazón de la Iglesia”.

      Con fecha del 27 de febrero de 1987, un periódico católico independiente, el National Catholic Reporter, dijo que el clero homosexual calculaba que el 50% de los sacerdotes católicos de Estados Unidos es homosexual. Esta cifra ha sido rebatida. Un psicólogo, basando su declaración en 1.500 entrevistas, dice que el 20% de los 57.000 sacerdotes católicos de Estados Unidos es homosexual, mientras que informes más recientes hacen que “otros terapeutas opinen que en la actualidad la verdadera cifra puede estar más cerca del 40%”.

      Hace tan solo poco más de un año, varios periódicos de ese país estaban llenos de noticias sobre casos de abusos deshonestos de menores por parte de sacerdotes católicos. El siguiente informe publicado el 30 de diciembre de 1987 en el Mercury News, de San José (California), es un ejemplo típico:

      “En un tiempo en que existe una mayor conciencia nacional de los problemas del abuso de menores, la iglesia católica de Estados Unidos sigue pasando por alto y hasta encubriendo casos de sacerdotes culpables de abusos deshonestos de niños, como muestran archivos judiciales, documentos internos de la Iglesia, las autoridades civiles y las propias víctimas.

      ”Las autoridades eclesiales insisten en que un caso notorio que tuvo lugar en Luisiana en 1985, un sacerdote fue culpable de abusar sexualmente de por lo menos treinta y cinco muchachos, les ha enseñado a tratar el problema con firmeza. Pero una investigación efectuada por Mercury News durante tres meses revela que en más de veinticinco diócesis del país, las autoridades eclesiales no han notificado a la policía los hechos, han trasladado a los sacerdotes a otras parroquias, han pasado por alto las quejas de los padres y han hecho caso omiso del daño que podían sufrir las víctimas de tierna edad. [...] Ya se han pagado millones de dólares por daños a las víctimas y sus familias, y un informe eclesial de 1986 calculó que durante la próxima década, la Iglesia podría verse obligada a desembolsar hasta mil millones de dólares.”

      El “caso notorio que tuvo lugar en Luisiana en 1985” mencionado en el Mercury News tenía que ver con un sacerdote llamado Gilbert Gauthe. Ha habido una “indemnización de 12 millones de dólares a sus víctimas”. Las actividades homosexuales de Gauthe eran conocidas desde hacía muchos años, pero ‘lo que hizo la diócesis fue trasladarlo de una parroquia a otra por lo menos tres veces’. En uno de los casos, “unos padres testificaron que Gauthe cometió sodomía con su hijo de siete años el primer día que este sirvió de monaguillo, y luego siguió haciéndolo durante todo un año hasta que fue trasladado”.

      En ese informe también se mencionaba el “daño que podían sufrir las víctimas de tierna edad”. A veces, ese daño es irreversible. Un muchacho de doce años que se quitó la vida dejó una nota en la que decía que “no merecía la pena vivir” después de haber sido convertido en “prácticamente un esclavo sexual de un hermano franciscano”. Otro, que sufrió abusos de un sacerdote, se colgó después de decirle a su hermano: “Ponte en contacto con el padre S. y dile que lo perdono”.

      La mayoría de los abusos sexuales se cometen con muchachos, aunque muchas muchachas también han sido víctimas de abusos. Según informó el Plain Dealer, de Cleveland, con fecha del 19 de diciembre de 1987, una joven de dieciséis años y sus padres entablaron en 1986 un pleito contra siete sacerdotes por abusos deshonestos. Ella había quedado encinta, y los sacerdotes la instaron a que abortara. Cuando se negó, lo prepararon todo para enviarla a Filipinas a fin de encubrir su embarazo. La Iglesia está en contra de la homosexualidad y el aborto, pero parece ser que no lo está tanto cuando son sus propios sacerdotes los implicados.

      Los periódicos comentan sobre un sinnúmero de casos específicos de jóvenes católicos con quienes sacerdotes católicos han cometido sodomía, sobre los millones de dólares que se han pagado para zanjar pleitos, los muchos acuerdos a los que se ha llegado sin mediación de los tribunales y acerca de compañías de seguros que “ya no cubrirán al personal diocesano contra acusaciones de abusos deshonestos”.

      Thomas Fox, editor del periódico National Catholic Reporter, dice: “Durante años ha habido un encubrimiento nacional del problema por parte de los obispos”. Eugene Kennedy, quien anteriormente fue sacerdote y en la actualidad es profesor de Psicología en la universidad de Loyola, dice: “Lo que uno ve en los tribunales es tan solo la punta del iceberg”. Thomas Doyle, sacerdote dominico y abogado canónico, declara: “El abuso deshonesto de jovencitos por parte de sacerdotes es el problema más serio al que nos hemos tenido que enfrentar en siglos”.

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