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  • ¿Por qué debemos ser cristianos íntegros?
    La Atalaya 2008 | 15 de diciembre
    • ¿Por qué debemos ser cristianos íntegros?

      “Júzgame, oh Jehová, [...] conforme a mi integridad.” (SAL. 7:8.)

      1, 2. ¿Qué situaciones podrían poner a prueba la integridad del cristiano?

      UN JOVEN cristiano se halla rodeado por un grupo de compañeros que buscan pelea. ¿Responderá a sus provocaciones insultándolos o recurriendo a los golpes? ¿O logrará controlarse e irse de allí? Un hombre casado está a solas en su casa buscando cierta información en Internet. De repente aparece en el monitor una ventana con un enlace a un sitio inmoral. ¿Hará clic en el anuncio, o lo cerrará? Una hermana está conversando con unas amigas. En un momento dado, la conversación cambia de tono, y una de ellas empieza a hablar mal de otra cristiana. ¿Qué hará la hermana? ¿Les seguirá la corriente a sus amigas, o se atreverá a cambiar de tema?

      2 Estas tres situaciones tienen algo en común: en cada una de ellas el cristiano debe luchar por mantenerse íntegro y leal. Cuando nos enfrentamos a las preocupaciones y necesidades de la vida diaria, ¿tenemos presente que debemos actuar con integridad? Por lo general, la gente se preocupa por asuntos como la salud, el aspecto personal, el empleo, las amistades y las relaciones de pareja. Sin embargo, lo que más debe preocuparnos a los cristianos es nuestra integridad, pues al fin y al cabo es en eso en lo que se fija Jehová al examinar nuestro corazón (Sal. 139:23, 24).

      3. a) ¿Qué nos permite hacer Jehová a cada uno de nosotros? b) ¿Qué analizaremos en este artículo?

      3 Jehová, de quien procede “toda dádiva buena y todo don perfecto”, nos ha colmado de bendiciones (Sant. 1:17). A él le debemos nuestro cuerpo y nuestra mente, así como la salud y todas nuestras habilidades (1 Cor. 4:7). Sin embargo, Jehová no nos obliga por ello a ser íntegros. Más bien, permite que cada cual decida si quiere serlo o no (Deu. 30:19). A continuación analizaremos qué es la integridad y veremos tres importantes razones por las que debemos ser cristianos íntegros.

      ¿Qué es la integridad?

      4. ¿Qué abarca la integridad, y qué aprendemos de la ley que dio Jehová sobre los sacrificios de animales?

      4 Mucha gente desconoce todo lo que abarca el concepto de integridad. Hay políticos, por ejemplo, que presumen de ser íntegros, queriendo decir con ello que son honrados. Y claro, la honradez es importante, pero es tan solo una parte de la integridad. Como bien muestra la Biblia, la persona íntegra es la que lleva una vida intachable, la que actúa con entereza moral. De hecho, los términos hebreos relacionados con la palabra “integridad” provienen de una raíz que significa “entero”, “intacto”, “sin tacha o defecto”. Y uno de estos términos hebreos se emplea para referirse a los animales que se ofrecían a Jehová. Para que él los aceptara, debían estar sanos y sin defectos (léase Levítico 22:19, 20). De ahí que Jehová condenara tan enérgicamente a quienes desobedecían esa norma y ofrecían animales cojos, enfermos o ciegos (Mal. 1:6-8).

      5, 6. a) ¿Qué ejemplos muestran que a todos nos gustan las cosas enteras, completas? b) ¿Por qué no tenemos que ser perfectos para ser íntegros?

      5 Como es lógico, todos esperamos que las cosas que adquirimos estén completas o enteras. Supongamos, por ejemplo, que un coleccionista de libros antiguos encuentra en una librería un valiosísimo ejemplar que lleva años buscando. ¿Qué haría si descubriera que le faltan varias páginas importantes? Es probable que se decepcione y que no se lo lleve. Pensemos ahora en una mujer que va recogiendo caracolas mientras pasea por la playa. Fascinada por la belleza y la variedad de las caracolas que encuentra a su paso, se detiene aquí y allá a examinar algunas de ellas. ¿Con cuáles cree usted que se quedará? Con las que están completas, intactas. Pues Dios hace algo parecido: él busca a las personas que son íntegras, completas, por decirlo así (2 Cró. 16:9).

      6 Ahora bien, quizá nos preguntemos si para ser íntegros hay que ser perfectos. Tal vez pensemos que, como somos imperfectos, nos parecemos en realidad a un libro incompleto o una caracola rota. ¿Se ha sentido usted así alguna vez? En ese caso, recuerde que Jehová no espera de nosotros perfección absoluta; él no nos pide imposibles (Sal. 103:14; Sant. 3:2).a Lo que sí espera es que seamos íntegros. ¿Qué diferencia hay, entonces, entre perfección e integridad? Pongamos un ejemplo. Pensemos en un novio que está a punto de casarse. Sería absurdo que esperara perfección de su futura esposa. Sin embargo, sí sería lógico que esperara que ella lo amara con todo el corazón y que su amor solo fuera para él. Algo parecido sucede con Jehová: él “exige devoción exclusiva” (Éxo. 20:5). Aunque no espera que seamos perfectos, sí espera que lo amemos con todo el corazón y que solo lo adoremos a él.

      7, 8. a) ¿Por qué diríamos que Jesús fue un ejemplo de integridad? b) ¿Qué significa ser íntegro en el sentido bíblico?

      7 Tal vez recordemos la respuesta que dio Jesús cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante (léase Marcos 12:28-30). Jesús no solo dijo cuál era ese mandamiento, sino que lo cumplió a la perfección. Él, como nadie, amó a Jehová con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. Y con su ejemplo dejó claro que la integridad no se demuestra solo con palabras, sino también con acciones, y que esas acciones deben estar impulsadas por un corazón puro. Por eso, si queremos ser íntegros, es imprescindible que sigamos los pasos de Cristo (1 Ped. 2:21).

      8 En esencia, pues, ser íntegro en el sentido bíblico significa tener devoción incondicional a nuestro Padre celestial y lealtad absoluta a su voluntad y propósito. Las personas íntegras son aquellas que se esfuerzan por agradar a Jehová en todo lo que hacen, aquellas que tienen las mismas prioridades que él. Veamos ahora tres razones por las que es tan importante ser íntegros.

      1. Nuestra integridad y la soberanía de Jehová

      9. ¿Cómo demostramos que apoyamos la soberanía de Jehová?

      9 El derecho que tiene Jehová para gobernar no depende de que seamos íntegros. Independientemente de lo que hagan o digan sus criaturas, él es el legítimo Soberano del universo, y siempre lo será. Con todo, tanto en el cielo como en la Tierra se han lanzado graves acusaciones contra Dios y su soberanía. Por eso, su soberanía debe ser vindicada, es decir, tiene que quedar claro ante todos los seres inteligentes que Jehová es el legítimo Soberano y que siempre ejerce su autoridad de forma justa y amorosa. A los testigos de Jehová nos gusta hablar con la gente sobre la soberanía de Dios. Ahora bien, ¿cómo podemos demostrar que estamos de parte de Jehová y que lo reconocemos como nuestro Soberano? Siendo íntegros y fieles.

      10. ¿De qué nos acusa Satanás a los seres humanos, y cómo responderá usted a esa acusación?

      10 ¿Cómo se relaciona nuestra integridad con la soberanía de Dios? Satanás sostiene que ningún ser humano apoyará dicha soberanía, que nadie servirá a Jehová por amor. Ante una gran cantidad de ángeles le dijo a Dios: “Piel en el interés de piel, y todo lo que el hombre tiene lo dará en el interés de su alma” (Job 2:4). Si nos fijamos bien, el Diablo no acusó solamente al justo Job, sino a toda la humanidad. Con razón la Biblia lo llama “el acusador de nuestros hermanos” (Rev. 12:10). Él se burla de Jehová asegurando que ningún cristiano le será fiel. Así es, Satanás afirma que cada uno de nosotros traicionará a Jehová para salvar la vida. ¿Cómo lo hace sentir a usted esa acusación? ¿No le gustaría probar que Satanás es un mentiroso? Pues puede hacerlo: siendo íntegro y fiel.

      11, 12. a) ¿Qué ejemplos ilustran la relación que hay entre nuestras decisiones diarias y nuestra lealtad a Dios? b) ¿Qué privilegio tendremos si somos íntegros?

      11 En vista de lo anterior, es muy importante que tomemos buenas decisiones en nuestra vida cotidiana. ¿Recuerda las tres situaciones que planteamos al principio del artículo? ¿Cómo reaccionaría una persona íntegra en cada una de ellas? Al joven le dan ganas de responder a las provocaciones de sus compañeros, pero decide marcharse sin hacer nada, pues recuerda este mandato: “No se venguen, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová’” (Rom. 12:19). El esposo cristiano que navega por Internet podría ponerse a mirar imágenes eróticas, pero se acuerda del principio que expresan las palabras de Job: “Un pacto he celebrado con mis ojos. Por eso, ¿cómo pudiera mostrarme atento a una virgen?” (Job 31:1). Así que decide no contemplar esas escenas inmorales y huye de ellas como si fueran veneno. La hermana que está en un grupo donde se empieza a hablar mal de alguien se acuerda de este consejo: “Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno para la edificación de este” (Rom. 15:2). Ella sabe que Jehová no aprueba ese tipo de conversación, pues no es edificante y podría dañar la reputación de la persona en cuestión. Así que en vez de seguirles la corriente a sus amigas, trata de cambiar de tema.

      12 Cada uno de estos tres cristianos demostraron por sus decisiones que reconocen a Jehová como su Soberano y que desean agradarle. Y usted, ¿hace lo mismo al tomar decisiones? Si así es, estará obedeciendo estas conmovedoras palabras que nos dirige Jehová en Proverbios 27:11: “Sé sabio, hijo mío, y regocija mi corazón, para que pueda responder al que me está desafiando con escarnio”. ¡Qué privilegio: alegrar el corazón de Dios! ¿Verdad que vale la pena esforzarse por ser personas íntegras y leales?

      2. Jehová nos juzgará basándose en nuestra integridad

      13. ¿De qué manera indicaron Job y David que Jehová se basará en nuestra integridad para juzgarnos?

      13 Como vemos, cuando somos íntegros, estamos apoyando la soberanía de Jehová. Pero otra razón por la cual debemos ser íntegros es que Dios se basará en nuestra conducta para juzgarnos. Así lo entendía Job (léase Job 31:6). Él sabía que Jehová pesa a las personas en una “balanza exacta”, es decir, que con su justicia perfecta determina si son íntegras. David expresó una idea parecida: “Jehová mismo pronunciará sentencia sobre los pueblos. Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad en mí. [...] Dios como justo está poniendo a prueba corazón y riñones” (Sal. 7:8, 9). Sabemos que Dios puede observar lo que hay en lo más recóndito de nuestro ser, en el corazón y los riñones simbólicos. Nunca olvidemos, pues, en qué se fija Jehová: como dijo David, se fija en nuestra integridad y nos juzga basándose en ella.

      14. ¿Por qué no debemos pensar que nuestra imperfección nos impide ser cristianos íntegros?

      14 Imaginémonos a Jehová examinando el corazón de los miles de millones de habitantes de la Tierra (1 Cró. 28:9). ¿Verdad que encuentra pocas personas que le son leales? Recordemos que aunque somos imperfectos, podemos estar entre esas personas. Al igual que Job y David, tenemos buenas razones para confiar en que Jehová nos considera íntegros a pesar de nuestros defectos. Después de todo, el que alguien sea perfecto no garantiza que será íntegro. En la historia solo ha habido tres seres humanos perfectos, y dos de ellos, Adán y Eva, fueron desleales. En cambio, millones de personas imperfectas han logrado servir lealmente a Jehová. Y usted también puede hacerlo.

      3. La integridad es vital para ver cumplida nuestra esperanza

      15. ¿Cómo mostró David que la integridad es vital para ver cumplida nuestra esperanza?

      15 Puesto que Jehová nos juzgará según nuestra conducta, es vital que seamos íntegros; solo así tendremos esperanza para el futuro. David entendía muy bien esta verdad (léase Salmo 41:12). Él abrigaba la esperanza de contar con el favor divino por toda la eternidad. Al igual que los cristianos verdaderos de la actualidad, David esperaba vivir para siempre sirviendo a Dios y acercándose cada vez más a él. Sabía que si se mantenía íntegro, se cumplirían sus expectativas. Si nosotros somos leales a Jehová, también podemos contar con su apoyo, guía y bendición.

      16, 17. a) ¿Por qué está usted decidido a ser una persona íntegra? b) ¿Qué preguntas se contestarán en el próximo artículo?

      16 Incluso hoy día la esperanza nos ayuda a ser felices. Puede darnos el gozo que necesitamos para afrontar las dificultades y también puede proteger nuestra mente. Recordemos que la Biblia compara la esperanza a un yelmo o casco (1 Tes. 5:8). Tal como el casco protege la cabeza del soldado, la esperanza protege nuestra mente de las ideas negativas y pesimistas que promueve Satanás mediante este viejo mundo. Sin esperanza, la vida pierde sentido. Así que hacemos bien en examinarnos honradamente para ver si somos personas íntegras y si nuestra esperanza está viva. Jamás olvidemos que al ser íntegros, apoyamos la soberanía de Jehová y protegemos nuestra maravillosa esperanza. ¡Seamos siempre personas íntegras y leales a Dios!

      17 Puesto que es tan importante ser íntegros, el siguiente artículo analizará estas cuestiones: ¿Qué se requiere para ser personas íntegras? ¿Cómo podemos ser íntegros y leales a Dios a pesar de las pruebas? ¿Hay esperanza para quienes han dejado de actuar con integridad?

      [Nota]

      a En cierta ocasión, Jesús dijo: “Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto” (Mat. 5:43-48). Al decir que los seres humanos debemos ser perfectos, es evidente que Jesús estaba hablando en términos relativos, pues sabía bien que somos imperfectos. El cristiano es perfecto, o completo, por ejemplo, cuando cumple con el mandamiento de amar a todas las personas, algo que complace sumamente a Dios. Jehová, por su parte, es perfecto en sentido absoluto. En su caso, la integridad sí equivale a perfección (Sal. 18:30).

  • ¿Será usted íntegro pase lo que pase?
    La Atalaya 2008 | 15 de diciembre
    • ¿Será usted íntegro pase lo que pase?

      “¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!” (JOB 27:5.)

      1, 2. a) ¿Qué meta deberíamos tener todos? b) ¿Qué preguntas analizaremos a continuación?

      IMAGÍNESE que está mirando los planos de su futura casa. El diseño es práctico y funcional, y usted comienza a pensar en lo bien que vivirá allí su familia. Pero ¿qué debe hacer para que su sueño se haga realidad? Como es lógico, lo que tiene que hacer es construir la casa, mudarse a ella y conservarla en buen estado.

      2 Lo mismo sucede con la integridad. Todos sabemos que la integridad es muy importante y que nos beneficia a nosotros y a nuestras familias. Pero no basta con que tengamos el deseo de ser íntegros y leales a Dios; debemos esforzarnos por hacer realidad ese deseo. Construir una casa suele requerir mucho esfuerzo y dinero (Luc. 14:28, 29). Así mismo, construir una vida de integridad exige tiempo y esfuerzo, pero el resultado bien vale la pena. A continuación analizaremos tres preguntas: ¿Qué se requiere para ser personas íntegras? ¿Cómo podemos ser íntegros y leales a Dios a pesar de las pruebas? ¿Hay esperanza para quienes han dejado de actuar con integridad?

      ¿Qué se requiere para ser personas íntegras?

      3, 4. a) ¿Cómo nos ayuda Jehová a ser íntegros? b) ¿Cómo nos enseña el ejemplo de Jesús a ser íntegros?

      3 Como vimos en el artículo anterior, Jehová nos da la libertad de decidir si queremos o no llevar una vida de integridad. Afortunadamente, quienes decidimos hacerlo podemos contar con su ayuda. Así es, Jehová nos enseña a serle fieles y nos da generosamente su espíritu santo para que podamos poner en práctica lo que aprendemos (Luc. 11:13). Además, protege espiritualmente a todos los que nos esforzamos por andar en el camino de la integridad (Pro. 2:7).

      4 ¿Qué ha hecho Jehová para enseñarnos a ser personas íntegras? Principalmente, enviar a su Hijo a la Tierra. Jesús obedeció a su Padre celestial a la perfección; “se hizo obediente hasta la muerte” (Fili. 2:8). Aun en momentos de gran tensión, Jesús le dijo a su Padre: “Que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya” (Luc. 22:42). Cada uno de nosotros debe preguntarse: “¿Tengo yo esa misma actitud?”. Si queremos ser íntegros, debemos obedecer a Dios de buena gana. Veamos algunas situaciones en las que la obediencia es particularmente importante.

      5, 6. a) ¿Cómo enfatizó David la importancia de actuar con lealtad aun cuando estamos a solas? b) ¿A qué desafíos se enfrentan hoy día los cristianos cuando están a solas?

      5 En primer lugar, debemos obedecer a Jehová cuando estamos a solas. El rey David mencionó lo importante que es actuar con lealtad en esos momentos (léase Salmo 101:2). Claro, las obligaciones propias de su cargo le exigían llevar una vida pública, y seguramente estaba acostumbrado a presentarse ante cientos o miles de personas (compárese con Salmo 26:12). En esas ocasiones debía dar un buen ejemplo al pueblo (Deu. 17:18, 19). No obstante, David sabía muy bien que también debía actuar con integridad cuando estaba a solas, “dentro de [su] casa”. ¿Qué hay de nosotros?

      6 En Salmo 101:3 leemos estas palabras de David: “No pondré enfrente de mis ojos ninguna cosa que no sirva para nada”. Hoy día hay muchas oportunidades, sobre todo cuando estamos a solas, de poner frente a nuestros ojos cosas que no sirven para nada. El uso de Internet ha supuesto un gran desafío para muchos cristianos, pues es muy fácil caer en la tentación de mirar imágenes sensuales o incluso pornográficas. Si un cristiano cayera en esa tentación, ¿podría decir que está obedeciendo al Dios que inspiró las palabras de Salmo 101:3? La pornografía es muy nociva, pues es degradante, despierta apetitos egoístas y codiciosos, daña la conciencia y desgasta los matrimonios (Pro. 4:23; 2 Cor. 7:1; 1 Tes. 4:3-5).

      7. ¿Qué texto bíblico puede ayudarnos a actuar con lealtad cuando estamos a solas?

      7 La realidad es que los siervos de Jehová nunca estamos completamente solos. Nuestro amoroso Padre celestial siempre está pendiente de nosotros (léase Salmo 11:4). Imaginemos lo feliz que debe de sentirse cuando ve que resistimos la tentación y obedecemos el principio implícito en las palabras de Jesús registradas en Mateo 5:28. Por eso, tome la firme decisión de no contemplar imágenes que puedan llevarlo a pecar. No arruine su trayectoria de integridad por el vergonzoso acto de ver o leer pornografía.

      8, 9. a) ¿Qué desafío enfrentaron Daniel y sus compañeros? b) ¿Cómo pueden los jóvenes cristianos alegrar a Jehová y a sus hermanos en la fe?

      8 En segundo lugar, debemos ser íntegros y obedecer a Dios cuando estamos con personas que no comparten nuestra fe. Pensemos en Daniel y sus tres compañeros, quienes de jóvenes fueron llevados cautivos a Babilonia. Al llegar a aquella ciudad se encontraron entre paganos que prácticamente no sabían nada de Jehová. Cuando los presionaron para que comieran alimentos que la Ley de Dios prohibía, no hubiera sido difícil para ellos encontrar algún pretexto para ser desleales. Después de todo, ni sus padres ni los ancianos ni los sacerdotes de Israel podían verlos. ¿Quién iba a enterarse? Jehová, por supuesto. Así que adoptaron una postura firme y obedecieron a Dios a pesar de la presión y de los riesgos que corrían (Dan. 1:3-9).

      9 Hoy día, los jóvenes cristianos actúan de la misma manera: respetan las leyes de Dios y se niegan a ceder ante la presión de sus compañeros. Cuando ustedes, jóvenes, evitan las drogas, la violencia, las palabras obscenas y la inmoralidad, están obedeciendo a su Dios, y eso es actuar con integridad y lealtad. Además de beneficiarse ustedes mismos, alegran a Jehová y a sus hermanos en la fe (Sal. 110:3).

      10. a) ¿Qué idea equivocada sobre la fornicación ha llevado a algunos jóvenes a actuar con deslealtad? b) ¿Cómo ven la fornicación quienes son verdaderamente íntegros?

      10 En tercer lugar, debemos obedecer a Dios cuando tratamos con personas del sexo opuesto. Sabemos que la Biblia prohíbe la fornicación. No obstante, uno podría adoptar una actitud permisiva. Por ejemplo, hay jóvenes que han masturbado a su pareja o han practicado sexo oral y han llegado a decir que esos actos no son tan malos porque, según ellos, técnicamente no están teniendo relaciones sexuales. Pero lo que esos jóvenes olvidan —o prefieren olvidar— es que el término que la Biblia usa para referirse a la fornicación incluye todos esos actos pecaminosos, y que un cristiano podría ser expulsado por practicar cualquiera de ellos.a Y lo que es peor, esos jóvenes están actuando con deslealtad. Quienes desean ser íntegros no se ponen a buscar lagunas en las leyes divinas. Tampoco intentan acercarse lo más posible al pecado sin caer en él. No piensan solo en las medidas disciplinarias que podrían recibir, sino en el hecho de que sus actos pueden desagradar a Jehová y herir sus sentimientos. En lugar de acercarse lo más posible al pecado, se mantienen alejados de lo malo y huyen de la fornicación (1 Cor. 6:18). Eso es lo que significa la verdadera integridad.

      Cómo ser íntegros a pesar de las pruebas

      11. ¿Por qué es importante obedecer a Dios siempre? Ilústrelo.

      11 Como hemos visto, la integridad se basa en la obediencia, de modo que si queremos llevar una vida de integridad, debemos ser obedientes siempre. Un solo acto de obediencia podría parecer insignificante, pero los actos de obediencia se van acumulando con el tiempo. Para ilustrarlo, pensemos en un ladrillo. Por sí solo puede parecer un objeto insignificante, pero si colocamos muchos de ellos juntos, podemos construir una hermosa casa. Del mismo modo, si obedecemos a Dios en todo momento, lograremos construir una vida de integridad y lealtad (Luc. 16:10).

      12. ¿Qué ejemplo de lealtad frente al maltrato y las injusticias dejó David?

      12 Cuando tenemos que hacer frente a las dificultades, la oposición o las injusticias, es cuando más se nota que somos leales a Dios. Veamos el ejemplo de David. Cuando él era joven, fue perseguido por el mismísimo representante de Jehová, el rey Saúl. Para aquel entonces, Saúl ya había perdido el favor divino, y estaba terriblemente celoso de David, quien sí contaba con la aprobación de Dios. El rey permaneció en el poder varios años y utilizó al ejército de Israel para perseguir a David. ¿Se enojó David con Jehová por permitir esta injusticia por tanto tiempo? ¿Pensó que no valía la pena resistir esa prueba? No, todo lo contrario. Respetó profundamente a Saúl por ser el ungido de Jehová, y así lo demostró negándose a matarlo cuando tuvo la oportunidad (1 Sam. 24:2-7).

      13. ¿Cómo podemos demostrar nuestra lealtad a Dios cuando nos sentimos decepcionados o heridos por las acciones de alguien?

      13 ¡Qué ejemplo tan extraordinario nos dejó David! Como la organización a la que pertenecemos está compuesta por personas imperfectas, algunos de nuestros compañeros quizá no se comporten como debieran. Tal vez nos traten mal o abandonen la verdad. Claro, nos tranquiliza saber que el pueblo de Jehová en su conjunto permanecerá fiel (Isa. 54:17). Sin embargo, ¿cómo reaccionaremos si nos sentimos decepcionados o heridos por lo que haga algún hermano? Si dejamos que el rencor nos envenene el corazón, podríamos terminar actuando con deslealtad. La conducta de los demás no nos da el derecho de enojarnos con Dios ni de serle infieles (Sal. 119:165). Si soportamos ese tipo de pruebas, demostraremos que somos íntegros y leales.

      14. ¿Cómo reaccionan los cristianos íntegros ante los cambios doctrinales y de organización?

      14 Otra forma de demostrar que somos íntegros es no criticando los cambios que tienen lugar en nuestra organización. Tengamos presente que cuando somos leales a la organización, también lo somos a Jehová. Él está bendiciendo a su pueblo hoy más que nunca, y la adoración pura se encuentra en la posición más encumbrada de la historia (Isa. 2:2-4). Cuando se da una nueva explicación de algún pasaje bíblico o cuando hay cambios de organización, hacemos bien en aceptarlos. En realidad es maravilloso ver cómo aumenta día a día la luz espiritual (Pro. 4:18). Por eso, si nos cuesta trabajo ver por qué se ha realizado algún cambio, pidámosle a Jehová que nos ayude a aceptarlo, y mientras tanto sigamos siendo obedientes y actuando con lealtad.

      ¿Hay esperanza para quienes han dejado de actuar con integridad?

      15. ¿De quién depende la integridad del cristiano?

      15 Este es un asunto muy serio, ¿no le parece? Como vimos en el artículo anterior, es vital que seamos íntegros, pues esa es la única manera de conservar nuestra relación con Jehová, así como nuestra esperanza. No lo olvide: el único que puede arruinar su trayectoria de integridad es usted mismo. Job comprendía bien esa verdad; por eso dijo: “¡Hasta que expire no quitaré de mí mi integridad!” (Job 27:5). Si usted tiene esa misma determinación y se mantiene cerca de Jehová, jamás arruinará su trayectoria de integridad (Sant. 4:8).

      16, 17. a) Si un cristiano comete un pecado grave, ¿qué es lo que no debe hacer? b) ¿Qué es lo que debería hacer, entonces?

      16 Con todo, hay cristianos que dejan de actuar con integridad. Tal como ocurría en la época de los apóstoles, algunos cometen pecados graves. Si eso le ha ocurrido a usted, ¿quiere decir que su situación es irremediable? No necesariamente. ¿Qué puede hacer entonces? Veamos primero lo que no debe hacer. La tendencia natural es no decirle a nadie que hemos pecado: ni a los padres ni a los ancianos ni a ningún otro hermano. No obstante, la Biblia nos recuerda: “El que encubre sus transgresiones no tendrá éxito, pero al que las confiesa y las deja se le mostrará misericordia” (Pro. 28:13). Quienes tratan de ocultar sus pecados cometen un grave error, pues no hay nada que se pueda ocultar de la vista de Dios (léase Hebreos 4:13). Hay quienes incluso tratan de llevar una doble vida, fingiendo que sirven a Dios a la vez que pecan contra él. Esa no es una vida de integridad, sino todo lo contrario. Jehová no acepta la adoración de quienes ocultan pecados graves; en realidad, su hipocresía lo indigna (Pro. 21:27; Isa. 1:11-16).

      17 Cuando un cristiano comete un pecado grave, está claro lo que debe hacer: debe acudir a los ancianos. Jehová ha dispuesto un programa de ayuda para quienes están gravemente enfermos en sentido espiritual (léase Santiago 5:14). No permita que el temor a recibir disciplina o corrección le impida recobrar la salud espiritual. Después de todo, si tuviéramos un grave problema de salud y necesitáramos una inyección o incluso una intervención quirúrgica, ¿nos negaríamos a aceptarlas tan solo por el dolor que podrían causarnos? (Heb. 12:11.)

      18, 19. a) ¿Cómo demuestra el ejemplo de David que se puede volver a ser íntegro aun después de pecar? b) ¿Qué firme decisión debemos tomar todos?

      18 ¿Es posible recuperarse después de cometer un pecado grave? ¿Se puede volver a ser íntegro? Veamos de nuevo el caso de David. Él cometió un pecado muy grave: se fijó en una mujer casada, cometió adulterio con ella y luego mandó matar a su esposo. Es evidente que en esa etapa de su vida David no estaba siendo un hombre íntegro. Aun así, su situación no era irremediable. Es cierto que necesitaba ser disciplinado con rigor. No obstante, gracias a su arrepentimiento sincero, recibió la misericordia de Jehová. David aprendió la lección, corrigió su conducta y obedeció a Dios por el resto de sus días. Su vida demostró lo ciertas que son las palabras de Proverbios 24:16: “Puede que el justo caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará”. Después de la muerte de David, Jehová le expresó a Salomón lo que pensaba sobre su padre (léase 1 Reyes 9:4). Así es, Dios recordaba a David como un hombre íntegro y leal. Está claro, pues, que él perdona a quienes se arrepienten aunque sus pecados hayan sido graves (Isa. 1:18).

      19 En conclusión, si usted quiere ser íntegro, debe obedecer a Dios sin reservas. Persevere con lealtad, y si llega a pecar gravemente, arrepiéntase de corazón. ¡Qué valiosa es la integridad! Imitemos el ejemplo de David, quien dijo: “En cuanto a mí, andaré en mi integridad” (Sal. 26:11).

      [Nota]

      a Estos comentarios también son aplicables al sexo anal. Sobre la definición de la palabra bíblica para “fornicación”, véase La Atalaya del 15 de febrero de 2004, página 13, párrafo 15.

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