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    La Atalaya 2014 | 15 de abril
    • Moisés siendo instruido en la sabiduría de los egipcios

      Imitemos la fe de Moisés

      “Por fe Moisés, ya crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón.” (HEB. 11:24)

      ¿QUÉ NOS ENSEÑA EL EJEMPLO DE MOISÉS SOBRE...

      • ... la diferencia entre los tesoros materiales y los espirituales?

      • ... la ayuda que Jehová nos da para cumplir nuestras asignaciones?

      • ... la importancia de mirar atentamente hacia el premio?

      1, 2. a) ¿Qué decisión tomó Moisés a los 40 años? (Vea la ilustración del principio.) b) ¿Por qué eligió Moisés sufrir con el pueblo de Dios?

      MOISÉS sabía lo que Egipto podía ofrecer. Pertenecía a la casa real y conocía las mansiones de los ricos. “Fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios”, que seguramente incluía astronomía, matemáticas, arquitectura y otras ciencias y artes (Hech. 7:22). Tenía a su alcance riquezas, poder y privilegios con los que un egipcio común tan solo podía soñar.

      2 Aun así, a la edad de 40 años tomó una decisión que debió dejar perpleja a la familia real, que lo había adoptado. Ni siquiera eligió la vida “normal” de cualquier egipcio, sino una vida junto a esclavos. ¿Por qué? Porque tenía fe (lea Hebreos 11:24-26). Gracias a esa fe, vio más allá del mundo material que lo rodeaba. Como era un hombre espiritual, tuvo fe en “Aquel que es invisible”, Jehová, y en que él cumpliría sus promesas (Heb. 11:27).

      3. ¿Qué tres preguntas se responderán en este artículo?

      3 Nosotros también tenemos que ver más allá de lo que contemplan nuestros ojos físicos. Debemos ser “de la clase [de personas] que tiene fe” (Heb. 10:38, 39). A fin de fortalecer nuestra fe, examinemos lo que está escrito sobre Moisés en Hebreos 11:24-26 y busquemos las respuestas a estas preguntas: ¿Cómo lo impulsó la fe a renunciar a los deseos mundanos? Cuando otros lo rechazaron, ¿cómo le ayudó la fe a valorar el privilegio de servir a Jehová? ¿Y por qué “miraba atentamente hacia el pago del galardón”, es decir, de la recompensa?

      RENUNCIÓ A LOS DESEOS MUNDANOS

      4. ¿Qué vio Moisés en cuanto a los placeres o las ventajas que produce el pecado?

      4 Con los ojos de la fe, Moisés vio que los placeres o las ventajas que produce el pecado son temporales. Otros quizás razonaran de forma distinta. ¿Por qué? Bueno, habían visto que Egipto, con toda su idolatría y espiritismo, se había convertido en una potencia mundial, mientras que los siervos de Jehová no eran más que esclavos. Sin embargo, Moisés sabía que Dios podía cambiar la situación. A quienes vivían para los placeres parecía irles bien, pero él tenía fe en que los malvados serían destruidos. Por eso no cayó en la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”.

      5. ¿Cómo podemos evitar la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”?

      5 ¿Cómo podemos evitar la trampa de “disfrutar temporalmente del pecado”? Recordemos que ese placer es momentáneo. Con los ojos de la fe, veamos que “el mundo va pasando, y también su deseo” (1 Juan 2:15-17). Meditemos en el futuro de los pecadores que no se arrepienten; están “en suelo resbaloso” y les espera un terrible final (Sal. 73:18, 19). Cuando nos veamos tentados a pecar, preguntémonos: “¿Qué futuro quiero?”.

      6. a) ¿Por qué renunció Moisés a “ser llamado hijo de la hija de Faraón”? b) ¿Por qué cree usted que Moisés tomó la mejor decisión?

      6 La fe de Moisés también determinó lo que eligió ser. “Por fe Moisés, ya crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón.” (Heb. 11:24.) No pensó que podría tener un puesto importante en la corte y servir a Dios usando su riqueza y poder para ayudar a sus hermanos israelitas. Más bien, amaba tanto a Jehová que estaba determinado a servirle con todo su corazón, alma y fuerzas (Deut. 6:5). Y su decisión le ahorró mucha angustia. Gran parte de los tesoros de Egipto acabaron en manos de los propios israelitas (Éx. 12:35, 36). El faraón fue humillado y murió por el poder de Jehová (Sal. 136:15). En cambio, Moisés siguió con vida y Dios lo usó para guiar y poner a salvo a toda una nación. Su vida tuvo verdadero sentido.

      7. a) Según Mateo 6:19-21, ¿por qué debemos mirar más allá del futuro inmediato? b) Relate una experiencia que destaque la diferencia entre los tesoros materiales y los espirituales.

      7 Si eres un joven siervo de Jehová, ¿cómo puede ayudarte la fe a decidir lo que vas a hacer con tu vida? Es bueno que pienses en el futuro. Pero ten fe en las promesas de Dios y haz tus planes pensando en un futuro eterno, no en uno temporal (lea Mateo 6:19-21). Mira la decisión que tomó Sophie, una bailarina que recibió ofertas de becas y codiciados puestos en compañías de ballet de todo Estados Unidos. “Me encantaba que me admiraran —admite—, y hasta me creía superior a mis compañeras. Pero no era feliz.” Entonces vio el video Los jóvenes preguntan... ¿Qué haré con mi vida? “Comprendí que el mundo me había dado el éxito y la admiración de los fans a cambio de mi devoción completa a Jehová —cuenta—. Oré con todo mi corazón, y decidí dejar la danza.” ¿Cómo se siente ella ahora? “No extraño mi antigua vida. Soy muy feliz. Mi esposo y yo somos precursores. Ni somos famosos ni tenemos muchos bienes; pero tenemos a Jehová, varios estudios bíblicos y metas espirituales. No me arrepiento de nada.”

      8. ¿Qué consejo bíblico ayudará a los jóvenes a decidir qué hacer con su vida?

      8 Jehová sabe qué es lo que más te conviene. Moisés preguntó: “¿Qué está pidiendo de ti Jehová tu Dios sino que temas a Jehová tu Dios, de modo que andes en todos sus caminos, y lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que te estoy mandando hoy, para bien tuyo?” (Deut. 10:12, 13). Ahora que eres joven, elige un camino que te permita amar a Jehová y servirle “con todo tu corazón y con toda tu alma”. Puedes estar seguro de que esa decisión será “para bien tuyo”.

      VALORÓ EL PRIVILEGIO DE SERVIR A JEHOVÁ

      9. ¿Por qué a Moisés debió de resultarle difícil su asignación?

      9 Moisés consideró que “el vituperio del Cristo” constituía una “riqueza más grande que los tesoros de Egipto” (Heb. 11:26). Fue comisionado como “Cristo”, o “Ungido”, en el sentido de que Jehová lo eligió para sacar a su pueblo de Egipto. Sabía que era una misión difícil y que hasta sufriría “vituperio”, o sea, el rechazo de otros. Un israelita ya le había dicho con desprecio: “¿Quién te nombró a ti príncipe y juez sobre nosotros?” (Éx. 2:13, 14). Más tarde, Moisés mismo le preguntó a Jehová: “¿Cómo es posible que Faraón me escuche[?]” (Éx. 6:12). A fin de prepararse para soportar el rechazo, le expresó sus temores a Jehová. ¿Cómo le ayudó él a cumplir su difícil misión?

      10. ¿Cómo capacitó Jehová a Moisés para cumplir su asignación?

      10 Primero, Jehová le dio a Moisés esta garantía: “Yo resultaré estar contigo” (Éx. 3:12). Segundo, fortaleció su confianza explicándole un aspecto del significado de su nombre: “Yo Llegaré a Ser lo que yo quiera” (Éx. 3:14, nota).a Tercero, le concedió poderes milagrosos que demostraban que él de veras lo había enviado (Éx. 4:2-5). Y cuarto, le dio a Aarón como su compañero y portavoz para ayudarle a cumplir su cometido (Éx. 4:14-16). Al final de su vida, Moisés estaba tan seguro de que Dios capacita a sus siervos para cumplir cualquier asignación que pudo decirle a Josué, su sucesor: “Jehová es el que marcha delante de ti. Él mismo continuará contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente. No tengas miedo ni te aterrorices” (Deut. 31:8).

      11. ¿Por qué valoró tanto su comisión Moisés?

      11 Al ver que Jehová lo apoyaba, Moisés valoró mucho su difícil comisión y la consideró “más grande que los tesoros de Egipto”. Al fin y al cabo, ¿qué era servir al faraón comparado con servir al Todopoderoso? ¿Qué era ser príncipe de Egipto comparado con ser el “Cristo”, o ungido, de Jehová? Moisés fue recompensado por su actitud. Disfrutó de una relación muy especial con Jehová, quien le infundió un poder “grande e imponente” para dirigir a los israelitas a la Tierra Prometida (Deut. 34:10-12).

      12. ¿Qué privilegios nos da Jehová?

      12 Nosotros también tenemos una comisión. Mediante su Hijo, Jehová nos ha asignado un ministerio, tal como hizo con el apóstol Pablo y otros cristianos (lea 1 Timoteo 1:12-14). Todos nosotros tenemos el privilegio de proclamar las buenas nuevas (Mat. 24:14; 28:19, 20). Algunos son ministros de tiempo completo, y hay cristianos maduros que han sido nombrados siervos ministeriales y ancianos para servir a sus hermanos en la congregación. Pero nuestros familiares no creyentes y otras personas tal vez pongan en duda el valor de los privilegios que Jehová nos da o hasta nos critiquen por los sacrificios que hacemos (Mat. 10:34-37). Si lograran desanimarnos, podríamos empezar a preguntarnos si vale la pena esforzarnos tanto o si realmente podemos cumplir nuestra asignación. En ese caso, ¿cómo nos ayudará la fe a perseverar?

      13. ¿Cómo nos ayuda Jehová a cumplir nuestras asignaciones teocráticas?

      13 Roguémosle a Jehová con fe que nos apoye. Contémosle nuestros temores. Después de todo, él es quien nos ha dado nuestra comisión, y él nos ayuda a llevarla a cabo. ¿Cómo? Igual que ayudó a Moisés. Primero, nos da esta garantía: “Yo ciertamente te fortificaré. Yo cierta y verdaderamente te ayudaré. Sí, yo verdaderamente te mantendré firmemente asido con mi diestra de justicia” (Is. 41:10). Segundo, él fortalece nuestra confianza en sus promesas: “Lo he hablado; también lo haré venir. Lo he formado, también lo haré” (Is. 46:11). Tercero, nos da “el poder que es más allá de lo normal” (2 Cor. 4:7). Y cuarto, nuestro amoroso Padre nos ayuda a aguantar en nuestra asignación rodeándonos de una hermandad mundial de verdaderos siervos suyos que continuamente están “consolándose unos a otros y edificándose” (1 Tes. 5:11). A medida que Jehová nos capacita para cumplir nuestras asignaciones en su servicio, nuestra fe en él crece y comprendemos que esas asignaciones son un tesoro más valioso que cualquier tesoro de este mundo.

      “MIRABA ATENTAMENTE HACIA EL PAGO DEL GALARDÓN”

      14. ¿Por qué estaba seguro Moisés de que recibiría su “galardón”?

      14 Moisés “miraba atentamente hacia el pago del galardón” (Heb. 11:26). En efecto, dejó que lo que sabía del futuro, aunque no era mucho, lo guiara en sus decisiones. Al igual que su antepasado Abrahán, estaba seguro de que Jehová puede resucitar a los muertos (Luc. 20:37, 38; Heb. 11:17-19). Como esperaba recibir bendiciones en el futuro, no consideró que sus cuarenta años como fugitivo y sus otros cuarenta en el desierto eran tiempo perdido, una vida malgastada. Aunque no sabía en detalle cómo se cumplirían las promesas divinas, con los ojos de la fe vio su “galardón”.

      15, 16. a) ¿Por qué debemos concentrarnos en el premio? b) ¿De qué bendiciones anhela disfrutar bajo el Reino?

      15 ¿Y nosotros? ¿Miramos “atentamente hacia el pago del galardón”? Como Moisés, no conocemos todos los detalles del cumplimiento de las promesas divinas. Por ejemplo, no sabemos “cuándo es el tiempo señalado” para que comience la gran tribulación (Mar. 13:32, 33). Pero sabemos mucho más sobre el Paraíso futuro que Moisés. Aun sin conocer todos los detalles, las promesas de Dios sobre cómo será la vida bajo su Reino son más que suficientes para que “[miremos] atentamente” hacia el premio. Tener una clara imagen mental del nuevo mundo nos impulsará a poner el Reino en primer lugar. ¿Por qué? Pues bien, así como no compraríamos una casa de la que tuviéramos muy poca información, tampoco invertiríamos nuestra vida en una esperanza que no fuera real para nosotros. ¿Nos ayuda la fe a ver con claridad cómo será la vida bajo el Reino de Dios? Así debería ser.

      Adolescente que ha leído una historia bíblica se imagina hablando con un siervo fiel del pasado en el Paraíso

      ¡Qué emocionante será hablar con siervos fieles como Moisés! (Vea el párrafo 16)

      16 A fin de que esa imagen mental se vuelva más nítida para nosotros, miremos atentamente hacia nuestra vida en el Paraíso. Usemos la imaginación. Al estudiar los relatos sobre personajes que vivieron antes de Cristo, pensemos en lo que les preguntaremos cuando resuciten y en lo que ellos nos preguntarán sobre nuestra vida durante los últimos días. ¡Y cuántas cosas más podemos imaginar! Por ejemplo, la emoción que sentiremos al conocer a antepasados nuestros que vivieron hace siglos y contarles todas las cosas que Dios hizo por ellos; lo mucho que descubriremos y disfrutaremos observando a los animales salvajes en un entorno de paz; lo cerca que nos iremos sintiendo de Jehová a medida que avancemos hacia la perfección...

      17. ¿Cómo nos ayuda tener una clara imagen mental del premio?

      17 Hacernos una clara imagen mental del premio nos ayuda a seguir adelante, a mantener el gozo y a tomar decisiones teniendo presente el futuro eterno que nos aguarda. Pablo escribió: “Si esperamos lo que no vemos, seguimos aguardándolo con aguante” (Rom. 8:25). Él dirigió estas palabras a ungidos, pero pueden aplicarse a todos los cristianos. Aunque aún no hemos recibido el premio de la vida eterna, nuestra fe es tan fuerte que seguimos esperando con paciencia “el pago del galardón”. Como Moisés, no consideramos que hayamos malgastado los años que hemos servido a Dios. Más bien, estamos convencidos de que “las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (lea 2 Corintios 4:16-18).

      18, 19. a) ¿Por qué debemos luchar por no perder nuestra fe? b) ¿Qué examinaremos en el próximo artículo?

      18 La fe nos permite percibir “realidades aunque no se contemplen” (Heb. 11:1). La persona física no tiene fe, así que no ve el gran valor de servir a Jehová. Para ella, los tesoros espirituales “son necedad” (1 Cor. 2:14). Nosotros, sin embargo, esperamos disfrutar de la vida eterna y presenciar la resurrección, cosas que el mundo no alcanza a ver. Al igual que los filósofos que llamaron a Pablo ignorante “charlatán”, hoy la mayoría de la gente piensa que la esperanza que predicamos es una completa insensatez (Hech. 17:18).

      19 Puesto que vivimos en un mundo sin fe, debemos luchar por no perder nuestra fe. Supliquémosle a Jehová que “[nuestra] fe no desfallezca” (Luc. 22:32). Como Moisés, tengamos muy presentes las consecuencias del pecado, el inmenso valor de servir a Jehová y la esperanza de la vida eterna. ¿Hay algo más que podamos aprender de su ejemplo? Claro que sí. En el próximo artículo examinaremos cómo lo ayudó la fe a ver a “Aquel que es invisible” (Heb. 11:27).

      a Acerca de Éxodo 3:14, un biblista escribió: “Nada puede impedirle cumplir su voluntad [...]. Este nombre [Jehová] iba a ser la fortaleza de Israel, una mina inagotable de esperanza y consuelo”.

  • ¿Vemos a “Aquel que es invisible”?
    La Atalaya 2014 | 15 de abril
    • 1. Israelitas salpicando con sangre la entrada de una puerta. 2. Moisés mirando atentamente como si viera a Aquel que es invisible. 3. Una madre egipcia sosteniendo a su hijo muerto

      ¿Vemos a “Aquel que es invisible”?

      “Continuó constante como si viera a Aquel que es invisible.” (HEB. 11:27)

      EXPLIQUE CÓMO VER A “AQUEL QUE ES INVISIBLE”...

      • ... nos protege del temor al hombre.

      • ... nos motiva a participar cuanto podamos en el ministerio.

      • ... nos ayudará a mantenernos leales durante la gran tribulación.

      1, 2. a) ¿Por qué podía parecer que Moisés estaba en peligro? (Vea la ilustración del principio.) b) ¿Por qué no tuvo miedo Moisés de la cólera del rey?

      EL FARAÓN era un poderoso gobernante. Los egipcios lo consideraban un dios. Según cierta obra, creían que “superaba en sabiduría y fuerza a todo otro ser” (When Egypt Ruled the East [Cuando Egipto gobernaba el Este]). Para que sus súbditos le temieran, llevaba una corona con la figura de una cobra lista para atacar: una advertencia de que los enemigos del rey serían aniquilados rápidamente. Podemos imaginar cómo se sintió Moisés cuando Jehová le dijo: “Déjame enviarte a Faraón, y saca tú de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel” (Éx. 3:10).

      2 Moisés fue a Egipto, proclamó el mensaje divino y, como era de esperar, provocó la ira del faraón. Después de que nueve plagas golpearon el país, este le advirtió: “No trates de volver a ver mi rostro, porque en el día que veas mi rostro morirás” (Éx. 10:28). Antes de salir de su presencia, Moisés profetizó que el primogénito del rey moriría (Éx. 11:4-8). Finalmente, Moisés mandó a todas las familias israelitas que degollaran una cabra o un carnero —animal sagrado para los devotos del dios egipcio Ra— y salpicaran con su sangre la entrada de sus casas (Éx. 12:5-7). Moisés no tuvo miedo de la reacción del faraón. ¿Por qué no? La Biblia responde que obedeció a Jehová con fe, “sin temer la cólera del rey, porque continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” (lea Hebreos 11:27, 28).

      3. ¿Qué examinaremos sobre la fe de Moisés en “Aquel que es invisible”?

      3 ¿Es nuestra fe tan fuerte que es como si viéramos a Dios? (Mat. 5:8.) Para agudizar nuestra visión espiritual y ver a “Aquel que es invisible”, volvamos al ejemplo de Moisés. ¿Cómo lo protegió la fe del temor al hombre? ¿Cómo demostró su fe en las promesas de Dios? Y cuando él y su pueblo estuvieron en peligro, ¿cómo lo sostuvo ver a “Aquel que es invisible”?

      NO TEMIÓ “LA CÓLERA DEL REY”

      4. Desde un punto de vista humano, ¿era Moisés rival para el faraón?

      4 Desde un punto de vista humano, Moisés no era rival para el faraón. Su vida, su bienestar y su futuro parecían estar en manos de aquel poderoso gobernante. De hecho, Moisés mismo le había preguntado a Jehová: “¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y para que tenga que sacar a los hijos de Israel de Egipto?” (Éx. 3:11). Por eso, quizás pensara: “¿Será prudente que vuelva a Egipto y me arriesgue a enojar al faraón?”. Al fin y al cabo, unos cuarenta años antes había tenido que huir de allí.

      5, 6. ¿Qué ayudó a Moisés a temer a Jehová en vez de al faraón?

      5 Antes de que Moisés regresara a Egipto, Dios le enseñó un principio esencial, una verdad que el propio Moisés registró posteriormente en el libro de Job: “El temor de Jehová... eso es sabiduría” (Job 28:28). A fin de ayudarle a adquirir ese temor y actuar sabiamente, Jehová le hizo ver la gran diferencia que existe entre los seres humanos y él mismo, el Dios todopoderoso. Le preguntó: “¿Quién asignó boca al hombre o quién asigna al mudo o al sordo o al de vista perspicaz o al ciego? ¿No soy yo, Jehová?” (Éx. 4:11).

      6 ¿Cuál era la lección? Moisés no tenía que sentir miedo. Era Jehová quien lo había enviado, y él le daría lo necesario para llevar su mensaje. Además, el faraón no era rival para el Todopoderoso. A fin de cuentas, no era la primera vez que los siervos de Dios habían estado en peligro bajo el dominio egipcio. Puede que Moisés meditara en cómo Jehová había protegido a Abrahán, a José y hasta a él mismo en los reinados de faraones anteriores (Gén. 12:17-19; 41:14, 39-41; Éx. 1:22–2:10). Como veía a “Aquel que es invisible”, se presentó con valor ante el faraón y proclamó hasta la última de las palabras que debía proclamar.

      7. ¿Cómo protegió a una hermana la fe en Jehová?

      7 Igualmente, la fe en Jehová protegió a una hermana llamada Ella de caer en la trampa del temor al hombre. En 1949 fue arrestada en Estonia por la KGB, le quitaron toda la ropa y quedó expuesta a las miradas lascivas de policías jóvenes. “Me sentí humillada —relata—, pero le oré a Jehová y eso me trajo paz y tranquilidad mental.” Luego la pusieron en aislamiento durante tres días. “Los agentes me dijeron a gritos: ‘¡Haremos que en Estonia no quede ni el recuerdo del nombre Jehová! ¡Tú irás a un campo y otros irán a Siberia!’. Entonces agregaron en son de burla: ‘¿Dónde está tu Jehová?’.” ¿Confiaría nuestra hermana en Jehová, o cedería al temor al hombre? Cuando aquellos burlones la interrogaron, les dijo sin miedo: “He pensado mucho en este asunto, y preferiría vivir en la cárcel y mantener intacta mi relación con Dios a estar libre y perder su aprobación”. Para ella, Jehová era tan real como los hombres que tenía enfrente. Gracias a su fe, se mantuvo leal.

      8, 9. a) ¿Cuál es el antídoto para el temor al hombre? b) Si sintiéramos temor al hombre, ¿en quién deberíamos centrar nuestra mente?

      8 La fe en Jehová nos ayudará a vencer nuestros temores. Si poderosos agentes del gobierno intentaran impedirnos adorar a Dios, podría parecer que nuestra vida, bienestar y futuro están en manos de esas personas. Es posible que hasta nos preguntáramos: “¿Será prudente seguir sirviendo a Jehová y enojar a las autoridades?”. Pero recordemos: el antídoto para el temor al hombre es la fe en Dios (lea Proverbios 29:25). Jehová nos hace razonar con estas palabras: “¿Quién eres tú para que tengas miedo a un hombre mortal que ha de morir, y a un hijo de la humanidad que [se marchitará] como simple hierba verde?” (Is. 51:12, 13).

      9 Centremos la mente en nuestro Padre, el Todopoderoso. Él ve a quienes sufren bajo gobernantes injustos, se compadece de ellos y actúa en su favor (Éx. 3:7-10). Aun si tuviéramos que defender nuestra fe ante funcionarios de alto rango, tengamos presente lo que dijo Jesús: “No se inquieten acerca de cómo o qué han de hablar; porque en aquella hora se les dará lo que han de hablar” (Mat. 10:18-20). Ningún gobernante ni funcionario humano es rival para Jehová. Si ahora fortalecemos nuestra fe, llegaremos a ver a Jehová como una Persona real que anhela ayudarnos.

      TUVO FE EN LAS PROMESAS DE DIOS

      10. a) ¿Qué instrucciones les dio Jehová a los israelitas en el mes de nisán de 1513 antes de nuestra era? b) ¿Por qué obedeció Moisés las instrucciones de Dios?

      10 En el mes de nisán del año 1513 antes de nuestra era, Jehová les dijo a Moisés y Aarón que transmitieran a los israelitas estas instrucciones un tanto extrañas: elegir un carnero o una cabra sanos, degollar al animal y salpicar con su sangre la entrada de sus casas (Éx. 12:3-7). El apóstol Pablo escribió más tarde sobre Moisés: “Por fe [celebró] la pascua y la salpicadura de la sangre, para que el destructor no tocara a los primogénitos” de Israel (Heb. 11:28). Moisés sabía que Jehová cumple lo que promete, así que tuvo fe en que ejecutaría a los primogénitos de Egipto.

      11. ¿Por qué avisó Moisés a los demás israelitas?

      11 Al parecer, los hijos de Moisés estaban en Madián, lejos y a salvo (Éx. 18:1-6). Aun así, para que los demás israelitas salvaran a sus hijos primogénitos del “destructor”, él les transmitió obedientemente las instrucciones divinas.a Había vidas en juego, y Moisés amaba a su prójimo. La Biblia dice que “en seguida llamó Moisés a todos los ancianos de Israel y les dijo: ‘Saquen [...] y degüellen la víctima pascual’” (Éx. 12:21).

      12. ¿Qué importante mensaje nos ha ordenado transmitir Jehová?

      12 Con la guía de los ángeles, el pueblo de Jehová está llevando a la gente este importante mensaje: “Teman a Dios y denle gloria, porque ha llegado la hora del juicio por él, de modo que adoren al que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas” (Rev. 14:7). Ahora es el momento de declarar ese mensaje. Tenemos que advertir a las personas que deben salir de Babilonia la Grande “si no quieren recibir parte de sus plagas” (Rev. 18:4). Los ungidos, ayudados por las “otras ovejas”, ruegan a quienes están alejados del Creador: “Reconcíliense con Dios” (Juan 10:16; 2 Cor. 5:20).

      Una testigo de Jehová se imagina a los ángeles sujetando los vientos de la destrucción mientras se prepara para predicar

      La fe en las promesas de Jehová alimentará nuestro deseo de predicar las buenas nuevas (Vea el párrafo 13)

      13. ¿Qué alimentará nuestro deseo de predicar las buenas nuevas?

      13 Estamos convencidos de que “la hora del juicio” ha llegado y de que nuestra labor de predicar y hacer discípulos es todo lo urgente que Jehová declara que es. En una visión, el apóstol Juan contempló “cuatro ángeles de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, reteniendo los cuatro vientos de la tierra” (Rev. 7:1). ¿Vemos con los ojos de la fe a estos ángeles a punto de soltar sobre este mundo los vientos destructivos de la gran tribulación? Eso nos impulsará a predicar las buenas nuevas con convicción.

      14. ¿Qué nos impulsa a “advertir al inicuo [que se vuelva] de su camino inicuo”?

      14 Los cristianos verdaderos ya somos amigos de Jehová y abrigamos la esperanza de vivir para siempre. Sin embargo, reconocemos que es nuestra responsabilidad “advertir al inicuo [que se vuelva] de su camino inicuo para conservarlo vivo” (lea Ezequiel 3:17-19). Por supuesto, no predicamos simplemente para no tener culpa de sangre, sino porque amamos a Jehová y amamos al prójimo. En su parábola del buen samaritano, Jesús ilustró lo que el amor y la misericordia significan. Podríamos preguntarnos: “Como el buen samaritano, ¿me compadezco de la gente? ¿Me impulsa esa compasión a predicar?”. No queremos ser como el sacerdote y el levita de la parábola, poniendo excusas y pasando “por el otro lado” (Luc. 10:25-37). La fe en las promesas de Dios y el amor al semejante nos motivarán a participar cuanto podamos en la predicación antes de que el tiempo se agote.

      “PASARON POR EL MAR ROJO”

      15. ¿Por qué se sintieron atrapados los israelitas?

      15 La fe de Moisés en “Aquel que es invisible” lo ayudó cuando los israelitas se hallaron en peligro después de abandonar Egipto. La Biblia relata: “Los hijos de Israel empezaron a alzar los ojos, y aquí venían los egipcios marchando tras ellos; y a los hijos de Israel les dio mucho miedo, y empezaron a clamar a Jehová” (Éx. 14:10-12). Aquello no debería haberlos tomado por sorpresa. ¿Por qué no? Porque Jehová había anunciado: “Dejaré que se haga obstinado el corazón de Faraón, y él ciertamente correrá tras ellos, y yo me conseguiré gloria por medio de Faraón y de todas sus fuerzas militares; y los egipcios ciertamente sabrán que yo soy Jehová” (Éx. 14:4). Sin embargo, los israelitas solo vieron lo que tenían ante sus ojos. Delante de ellos estaba el mar Rojo, imposible de cruzar, y detrás, los veloces carros de guerra del faraón. ¡Y quien los dirigía era un pastor de 80 años! Se sintieron atrapados.

      16. En el mar Rojo, ¿cómo sostuvo la fe a Moisés?

      16 Pero Moisés no tuvo miedo. Los ojos de la fe le permitían ver algo mucho más poderoso que un mar o un ejército. Podía ver “la salvación de Jehová”, sabía que su Dios combatiría por ellos (lea Éxodo 14:13, 14). Y su fe motivó al pueblo. “Por fe pasaron por el mar Rojo como en tierra seca —dice la Biblia—, pero los egipcios, al aventurarse sobre ella, fueron tragados.” (Heb. 11:29.) Entonces, “el pueblo empezó a temer a Jehová y a poner fe en Jehová y en Moisés su siervo” (Éx. 14:31).

      17. En el futuro, ¿cómo se pondrá a prueba nuestra fe?

      17 Dentro de poco, nuestras vidas también parecerán estar en peligro. Para el tiempo de la culminación de la gran tribulación, los gobiernos humanos habrán arrasado y borrado del mapa a organizaciones religiosas mucho más grandes y poderosas que la nuestra (Rev. 17:16). En una profecía, Jehová compara nuestra situación a la de una “tierra [...] sin muro”, desprotegida, que no tiene “barra y puertas” (Ezeq. 38:10-12, 14-16). Desde un punto de vista humano, no tendremos escapatoria. ¿Cómo vamos a reaccionar?

      18. ¿Por qué no habrá razón para tener miedo durante la gran tribulación?

      18 No hay razón para tener miedo. ¿Por qué no? Porque Jehová ha predicho que sus siervos serán atacados, pero también que él los protegerá: “En aquel día, el día en que Gog venga sobre el suelo de Israel, tiene que ocurrir —es la expresión del Señor Soberano Jehová— que mi furia subirá a mi nariz. Y en mi ardor, en el fuego de mi furor, tendré que hablar” (Ezeq. 38:18-23). Todos los que quieran hacerle daño a su pueblo serán destruidos. La fe en que Jehová nos protegerá durante su día “grande e inspirador de temor” nos permitirá “[ver] la salvación de Jehová” y así mantenernos leales (Joel 2:31, 32).

      19. a) ¿Cómo era la amistad entre Jehová y Moisés? b) Si tenemos en cuenta a Jehová en todos nuestros caminos, ¿cómo nos beneficiaremos?

      19 ¡Se acercan acontecimientos emocionantes! Por eso, sigamos firmes como si viéramos a “Aquel que es invisible”. Estudiemos y oremos regularmente para ser cada día más amigos de Jehová. Moisés disfrutaba de una amistad tan estrecha con Dios y fue utilizado por él de una manera tan poderosa que la Biblia dice que Jehová lo conocía “cara a cara” (Deut. 34:10). Igual que este profeta extraordinario, si tenemos fe nos sentiremos tan cerca de Jehová que será como si lo viéramos. La Biblia nos anima a tomar en cuenta a Jehová “en todos [nuestros] caminos”, pues entonces él “hará derechas [nuestras] sendas” (Prov. 3:6).

      a Todo indica que Jehová envió ángeles para ejecutar su sentencia contra los egipcios (Sal. 78:49-51).

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