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  • Nuestro tesoro, un ministerio de gloria en nuestros tiempos
    La Atalaya 1990 | 15 de julio
    • Cuando Moisés acababa de hablar con ellos, se ponía un velo sobre el rostro. Pero cuando Moisés entraba delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía”. El servicio de la Ley de Moisés prefiguró el ministerio del nuevo pacto por el Mediador, Jesucristo. Por consiguiente, si el ministerio anterior fue glorioso, ¡cuánto más tiene que excederlo en gloria el ministerio posterior, “la administración del espíritu”! (2 Corintios 3:7-11.) Este es más glorioso porque tiene una gloria que permanece, y los seguidores de Jesucristo participan de ella. (Romanos 12:11.)

      3. a) ¿Qué debe ser cierto del ministerio de los testigos de Jehová, pero por qué no ven esto patentemente muchas personas? b) ¿Qué probó que Moisés había estado ante la gloriosa presencia de Jehová?

      3 De esto se desprende que el ministerio de los testigos de Jehová es glorioso. No obstante, las muchas personas a quienes la religión falsa ha cegado no ven esto patentemente. Aunque muchos tienen la Biblia y quizás la lean, no tienen ‘ojos que ven’. (2 Pedro 1:5-9.) Para que el velo les sea quitado de delante de los ojos tienen que volverse a Jehová Dios con fe, pues cuando Moisés se situaba delante de la presencia de Jehová se quitaba el velo que ocultaba de los judíos su rostro. (2 Corintios 3:16.) Los israelitas tenían miedo de ver la gloria de Dios en el rostro de su mediador y pidieron que les fuera velada u ocultada de sus ojos. Tal como una sustancia fosforescente que ha sido expuesta a la luz brilla después en la oscuridad, así Moisés, su intermediario, reflejaba la gloria de Jehová como prueba de que había estado ante Su presencia.

      4. ¿Cómo imitan hoy los incrédulos a los judíos de la antigüedad, pero a qué no temen los seguidores del Moisés Mayor?

      4 Moisés prefiguró al gran Profeta de Dios, Jesucristo. Como su prototipo, este Moisés Mayor no teme ver directamente la gloria de Jehová. Sin embargo, hasta este día las personas incrédulas a quienes el Diablo y su religión babilónica han cegado imitan a aquellos judíos de la antigüedad y rehúsan ver o discernir la gloria del Moisés Mayor, Jesucristo. (2 Corintios 3:12-15.) Pero los seguidores verdaderos de él no temen mirar al reflejo de la gloria de Jehová como resplandece en el rostro de Jesucristo. Librados de la influencia babilónica, reciben denuedo para reflejar la gloria de Dios. “Por lo tanto —escribió Pablo—, dado que tenemos tal esperanza, estamos usando gran franqueza de expresión.” (2 Corintios 3:12.)

      Reflejan la gloria de Dios

      5. ¿Cómo podemos reflejar la gloria de Dios y ser como Moisés cuando estuvo en la cima de la montaña ante la presencia de Jehová?

      5 Jesucristo ha removido el velo al revelarnos y declararnos a Jehová Dios. (Juan 1:14, 17, 18.) De modo que tenemos que brillar, y así la gloria de Dios brilla mediante “las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios”, que tenemos que proclamar. Su resplandor es “el glorioso conocimiento de Dios por el rostro de Cristo”. Tenemos que reflejar esa gloria mediante hablar de la gloria de Jehová y de la gloria de su Reino mediante su Hijo. (2 Corintios 4:4-6.) Como en el caso de Moisés allá en la cima de la montaña ante la presencia de Jehová, Sus Testigos en la Tierra no velan su corazón de la gloria de Jehová. Admiran la gloria que se refleja en el rostro del Hijo y Rey nombrado por Jehová, Jesucristo. Por eso, tienen que dejar resplandecer ante otras personas la luz acerca de la gloria de Dios.

      6. ¿Cómo describe Pablo nuestro ministerio de gloria en 2 Corintios 3:18, y de qué maneras se nos “transforma”?

      6 A todos sus compañeros testigos de la gloria de Jehová el apóstol Pablo la describe así: “Y todos nosotros, mientras con rostros descubiertos reflejamos como espejos la gloria de Jehová, somos transformados en la misma imagen de gloria en gloria, exactamente como lo hace Jehová el Espíritu”. (2 Corintios 3:18.) Mientras más recibamos de la gloria de esta luz, más debemos reflejar de ella, y así experimentamos mayor transformación. La mente se renueva y se restaura, aunque no se puedan discernir cambios corporales ni faciales. Lo que nos hace diferentes es la luz del glorioso mensaje que reflejamos. Transformamos nuestra vida para ser como Cristo cuando nos damos resueltamente a llevar a cabo el servicio y privilegio de esparcir esta gloriosa luz por todas partes a otros. (Hebreos 13:15.)

      7. ¿Qué fuente tiene la gloria genuina, y cómo podemos expresar esa gloria?

      7 Toda esta transformación se debe al espíritu o fuerza activa de Dios. El clero de la cristiandad no refleja la gloria de Jehová Dios, sino que tiene que recurrir a una representación para producir un espectáculo. La gloria no es gloria nuestra, y no tenemos que adornarnos con elegantes vestimentas eclesiásticas de seda, oro y relucientes joyas. La gloria genuina proviene del espíritu de Dios y se expresa mediante el glorioso testimonio respecto a Jehová el Espíritu.

  • Nuestro tesoro, un ministerio de gloria en nuestros tiempos
    La Atalaya 1990 | 15 de julio
    • Si para los ojos de algunos las buenas nuevas del Reino están veladas, eso no es culpa de los testigos de Jehová, sino culpa de ellos mismos. Nadie está ocultando las buenas nuevas del Reino. La obra de predicar de los testigos de Jehová por todo el mundo es bien conocida. Por eso ellos pueden decir lo que dijo el apóstol Pablo: “Esto no se ha hecho en un rincón”. Sí; como él escribió, las buenas nuevas se han “predicado en toda la creación que está bajo el cielo”. (Hechos 26:26; Colosenses 1:23.)

      11. ¿Por qué están veladas para muchos de la humanidad las gloriosas buenas nuevas?

      11 Las buenas nuevas del Reino de Dios están ocultas para los opositores, a quienes ha cegado el Diablo. (Compárese con Mateo 12:30.) Si estos no abandonan la religión falsa y los lazos del Diablo, les espera destrucción. Bajo influencia demoníaca, esas personas ponen un velo ante sus propios ojos, pues el apóstol Pablo dice en 2 Corintios 4:3-5: “Ahora, si las buenas nuevas que declaramos están de hecho veladas, están veladas entre los que están pereciendo, entre quienes el dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para que no pase a ellos la iluminación de las gloriosas buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de Dios. Porque no nos estamos predicando a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús como Señor, y a nosotros como esclavos de ustedes por causa de Jesús”.

      12. En contraste con los que están ciegos mentalmente, ¿cómo responde el pueblo de Jehová a las palabras de 2 Corintios 4:6?

      12 Los que están ciegos mentalmente no quieren creer. Su incredulidad permite que los demonios les invadan la mente. (1 Timoteo 4:1.) No pueden ver la gloria de Jehová ni su reflejo procedente del semblante de Jesús, el Moisés Mayor.

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