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Un mundo que ha perdido el control¡Despertad! 1991 | 22 de enero
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Un ejemplo muy conocido es el de Moisés, quien se crió en el antiguo Egipto como hijo de la hija de Faraón y tuvo a su alcance una vida de complacencia. Si hubiese permanecido como miembro de la familia de Faraón pudiera haber tenido poder, influencia, riquezas y sin duda muchas oportunidades de tener relaciones sexuales. Sin embargo, se puso de parte de la menospreciada y esclavizada nación de Israel. ¿Por qué?
Hebreos 11:25 contesta que escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado”. Moisés vio la gratificación inmediata tal y como es: algo instantáneo, temporal y efímero. De modo que, en lugar de enfocar su vida en lo que le traería placer de inmediato, se concentró en la búsqueda de un futuro feliz. Como lo expresa Hebreos 11:26, “miraba atentamente hacia el pago del galardón”. Tal galardón era real para él, al igual que Quien se lo iba a proporcionar. El Heb 11 versículo 27 añade: “Continuó constante como si viera a Aquel que es invisible”.
Puede que algunos se mofen de la selección que hizo Moisés y quizás digan que habrían escogido las riquezas, el poder y la fama. Pero considere esto: Si Moisés hubiese escogido la gratificación inmediata, ¿habríamos siquiera sabido de él hoy día? ¿Habría sobrevivido su nombre egipcio en algún jeroglífico sobre una piedra resquebrajada y picada de algún museo, una oscura y simple banalidad conocida solo por unos pocos arqueólogos? ¿O es más probable que yaciera enterrado y olvidado bajo el polvo y la arena de treinta y cuatro siglos? ¿Cuál habría sido su galardón? ¿Habría tenido un lugar seguro en la memoria de Jehová si hubiese escogido el proceder fácil de autocomplacencia?
El nombre de Moisés infunde ánimo a millones de personas hoy día y su futuro está asegurado. De igual manera, el futuro de usted puede tener la misma seguridad
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Un mundo que ha perdido el control¡Despertad! 1991 | 22 de enero
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Hebreos 11:25 contesta que escogió “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado”. Moisés vio la gratificación inmediata tal y como es: algo instantáneo, temporal y efímero. De modo que, en lugar de enfocar su vida en lo que le traería placer de inmediato, se concentró en la búsqueda de un futuro feliz.
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